Me dio por pensar el otro día que esto de despellejar sin
piedad alguna los anuncios que vemos a diario está muy bien pero cualquiera
diría que esto se debe a que antes la publicidad era una maravilla y, pasado el año 2000, el género ha perdido su esencia artística.
Nada más lejos de la realidad, queridos lectores. En todos
los tiempos ha habido anuncios pesadillescos y, si los recordamos, puede que
dichos anuncios puedan llegar a repetir pesadillas olvidadas años ha.
¿Qué me decís del anuncio de las muñecas que se dirigían al
portal, por poner un ejemplo? Hoy por hoy lo recordamos con nostalgia y ponemos
carita bobalicona rememorando nuestra infancia pero es esa misma nostalgia la que
vela el verdadero espanto en el que consistía ese anuncio. Si lo miramos con
ojos críticos, Chucky el muñeco diabólico daba menos miedo.
Caminaban, las pobres, con unos pasitos tan ortopédicos que
te daban ganas de conseguirles un taca-taca a ver si llegaban antes. Mientras
ellas intentaban a duras penas alcanzar su meta, los niños cantaban y tocaban
la zambomba y la pandereta (esos maravillosos instrumentos de los que os
hablaba aquí). Se nota a leguas que se grabó el sonido por un lado y la imagen
por otro porque las zambombas y panderetas, a todas luces, no interpretan la
música que se oye (podéis buscar el anuncio en los Internetes, que es lo que he
hecho yo, tampoco tengo tanta memoria).
Lo más increíble de todo es que, aun hoy nos acordamos de la
musiquilla y somos capaces de cantar la canción enterita (el uso de zambomba y
pandereta es opcional y directamente proporcional al índice de alcohol en
sangre).
Hablando de cancioncillas, ¿os acordáis de aquella del polvo
de cacao que era desayuno y merienda? Hablaba de un africano explotado en una
plantación, trabajando para una multinacional abusiva y nosotros ahí, cantando
la tonadilla, tan felices, ajenos al drama y la injusticia social que vivía el
pobre peón agrícola.
Si ese anuncio se hubiese emitido en estos tiempos que
corren, lo hubiesen vetado seguro. Hubieran llegado cientos de miles de cartas de
protesta por el claro mensaje racista y de supremacía blanca del anuncio.
En aquellos tiempos, esas cosas ni se planteaban. Lo triste
es que hoy en día se plantean pero se siguen haciendo. Eso sí, a nadie se le
ocurre hacer una cancioncilla. No sería políticamente correcto.
La verdad es que no me había parado a escuchar lo que decía la canción...pero sólo dice que es aquel negrito del África tropical, que cultivando cantaba la canción del colacao...no conozco la versión explotadora.
ResponderEliminarPor cierto, qué bueno está el colacao a cucharadas y qué asfixiante la experiencia...
Jajaja. Nunca me ha dado por comerlo a cucharadas pero tiene que ser como comer arena... Será que la faceta explotadora se la encuentro yo. En plan, qué feliz soy que estoy aquí currando de sol a sol para esto... Vale, quizás soy un poco exagerada o leo mucho entre líneas. Besotes!!!!
EliminarLo del cola cao a cucharadas es una experiencia límite...nunca me he sentido tan cerca de la muerte...
EliminarSobre todo cuando el colacao te sale disparado por la nariz... :D
EliminarPero que cosas hacéis... Y luego la que está fatal de lo suyo soy yo... Jajaja.
EliminarHola...
ResponderEliminarLa verdad es que siempre encontraremos anuncios publicitarios lamentables.
Me ha hecho gracia la comparación que has hecho con Chucky y que me dices de su novia, tan rubia con sus morritos negros...
Saluditos.
Jajajaja. Sí tenía tela... Besotes!!!
EliminarYo el otro día me sorprendí cantando mientras conducía: "Las muñecas de Famosa..." Glups
ResponderEliminarSi es que se graba a fuego, la condenada. Jajaja. Besotes.
EliminarJo, estoy pensando en el anuncio del negrito y creo que no he escuchado la canción entera porque no le veo el punto racista, la busco en yutú y te digo algo...
ResponderEliminarLo de las muñecas de Famosa,da miedito si, pero es ideal (yo es que soy una nostálgica! jejeje)
Un beso.
Lo mismo me comentó Yolandica (véase mi respuesta más arriba). A lo mejor es que yo rizo mucho el rizo, no sé...
EliminarSí, yo recuerdo con nostalgia el anuncio de las muñecas pero daba yuyu, visto ahora con otros ojos. Jajaja. Besotes.
jajajajja A mí me gustaba el anuncio del cola cao!!
ResponderEliminarY el de las muñecas reconozco que me has hecho buscarlo y verlo de nuevo.... Me gustaba más la imagen que tenía en mi recuerdo....
Yo de mi niñez recuerdo que me repateaba el de ¡Ahí va los donuts! que manía le tenía!!! No preguntes por qué...
Un beso guapa
P.D. Me encanta esta sección ¿te lo había dicho?
¿Ves? Lo que te digo, la verdadera pesadilla está velada por la nostalgia.
EliminarSí, también pensé en escribir sobre el de los donuts. Lo dejo para otro momento flashback. Besotes!!! Ah, y me encanta que te encante. Está hecha con tó el cariño.
Como me he reído con el comentario de Yolandica, yo también me comía el cacao a cucharadas (pero en mi caso era Nesquick, que a mi los grumitos no me molaban, jajaja!). A mí la cancioncilla de las muñecas me encanta, todavía no he rememorado el anuncio ;) Y estoy de acuerdo con lo del africano explotado, yo también lo pienso! Besos!
ResponderEliminarMejor no lo rememores. No lo busques. Consérvalo en tu recuerdo.
Eliminar¿En serio tú también le pillas el punto explotador al anuncio? Es que como todo el mundo me decía que no, empezaba a pensar que yo era así de retorcida (bueno, a lo mejor lo soy y lo que pasa es que tu eres igual de retorcida que yo, jajaja). Besotes.
Ains, pues a mi lo de las muñecas me chiflaba. Lo siento, no voy a volver a verlo para que no me pase como a Porfin y se me joda el recuerdo, jajajaja. Y lo del negrito, no se, yo tampoco lo veo tan explotado, se le veía feliz, oye!! Me pregunto quién cultivaba el Nesquik... Muack!!!
ResponderEliminarEl Nesquick lo cultivaba un conejo hiperactivo. La sobredosis de cacao y glucosa no es demasiado buena... Besotes!!!
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