Escríbeme!!!

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lunes, 31 de marzo de 2014

Crónicas Felinas LXXXV: Que no

Marrameowww!!!

Domingo, seis de la tarde. Yo dormito en mi cojín cuando, de repente, la bruja me arranca de mi agradable estado de letargo a la voz de “Forlán, ¿qué piensas escribir para mañana? Llevas todo el fin de semana sin dar ni un palo al agua y mañana es lunes y tienes que dejar tu entrada programada”. Hiperventila un poco. Yo levanto la cabeza con los ojos semicerrados y digo que no voy a escribir nada, que no me ha pasado nada interesante y que estoy muy a gusto haciendo el vago. Que paso de levantarme del cojín para menear mis zarpas sobre el teclado. Nada, me niego.

“Eso no puede ser. Si me pediste escribir en el blog tienes que mantener una rutina y escribir. ¿O te crees que esto es un cachondeo?”, continúa ella, impertérrita. Le digo que los gatos no entendemos de obligaciones; que hacemos lo que nos sale de la punta de los bigotes según se presente la ocasión pero a ella le da un ataque de Drama Queen y me suelta “¿pero es que no ves que nos debemos a nuestro público?”. Mira, bonita, al público te deberás tú, que tienes que demostrar el doble para que te valoren la mitad. Yo soy mono y gracioso. Ellos son los que se deben a mí. Soy un blogo-divo. No tengo más que ponerte la cocina perdida de café para convertirme automáticamente en el centro de atención. No me hace falta estar  todo el día demostrando lo interesante que soy. Lo sé desde el principio y por eso puedo estar aquí durmiendo tan tranquilo mientras tú te rasgas las vestiduras, te muerdes los codos y te mesas los pocos cabellos que tienes.

Y ahí ya se vuelve completamente loca y me suelta que no se puede contar conmigo, que soy un irresponsable, que no me gano el pienso, que siempre es ella la que tiene que tirar del carro y no sé cuántas cosas más. Hubo un punto en que desconecté y me puse a lamerme la pata izquierda como si me fuera la vida en ello con tal de no escucharla.

“Pues me voy a dar una vuelta y como no haya un post programado para cuando vuelva, que sepas que tu colaboración en el blog ha terminado, hombre ya. Que encima de que me robas protagonismo tengo que soportar que te me subas a las barbas”. Contesté que si no se depila el vello facial y va por la vida con aspecto de haberse escapado de un circo es problema suyo y sólo suyo y que no hace falta que me ande contando sus intimidades, a lo que reaccionó resoplando y se fue dando un portazo.

Y ahora puedo dedicarme a dormir a pierna suelta sin tener que oírla. Qué bien, oye. No pienso escribir nada. Bien sabéis que yo, cuando me propongo algo, lo llevo hasta las últimas consecuencias y siempre me termino saliendo con la mía.  

Que no escribo nada, leñes. Que no.

Prrrrrr.

jueves, 27 de marzo de 2014

Lo estamos dando, lo estamos regalando

Pues sí, yo tardo pero cumplo lo que prometo. Como os decía hace unas semanas, vamos a hacer sorteo para festejar los doscientos seguidores de este blog (y, de paso, que hemos superado las cien mil visitas, lo cual me llena de orgullo y satisfacción).

Y desde aquí puedo ver vuestras caritas de ilusión y vuestras ansias al decir “Ay, Álter está de sorteo y yo con estos pelos. ¡Qué nervios! ¿Qué se sortea? ¿Qué tengo que hacer? ¿Cuáles son los requisitos? ¿Qué plazo tengo? ¿Va a subir la gasolina?”.

Tranquilos, aquí van las respuestas a todas vuestras inquietudes:

¿Qué se sortea?

Pues, aunque en mi anterior sorteo la cosa fue totalmente a ciegas y tuvisteis que confiar en mí para apuntaros (me extraña que os hayáis apuntado aun así) esta vez no hay misterios y desde ya os digo que el premio será un libro. ¿Qué libro? Pues el que os dé la gana. El ganador elige. Eso sí, tened en cuenta que tengo un presupuesto como para lo que vale un libro normal. No me pidáis un libro de estos de fotografía que cuestan cien euros porque no está la cosa como para tirar cohetes, tampoco.

¿Qué tengo que hacer?

Grabar un vídeo de vosotros bailando “Paquito el Chocolatero” y subirlo a Twitter con el hashtag #altermolamazo

No cuela, ¿no? Lástima. Bueno, con que me dejéis un comentario en este post diciendo que queréis participar, me vale. ¿A eso sí os atrevéis?

¿Cuáles son los requisitos?

Pues, como obligatorio, solamente ser seguidores del blog y, como dije en alguna ocasión, que me hayáis comentado alguna vez, que hay gente que hace lo que sea con tal de llevarse algo gratis y no es plan. Con eso ya tenéis participación en el sorteo.

Si tenéis muchas ganas de ganar (qué raro suena esto), podéis acumular participaciones extra de las siguientes maneras (una participación extra por cada punto cumplido):

- Seguirme en Twitter (tenéis el enlace en la barra de la derecha)

- Seguirme en Facebook (también a la derecha)

Ponedme el enlace o el nombre de usuario en ambos casos en el comentario para que no tenga que volverme loca buscando, no seáis malitos… Si alguien quiere mantener su privacidad, me vale con que me mandéis los datos por mail a plagiando.a.mi.alter.ego@gmail.com

Y no hay más requisitos. Como ya hice la vez pasada, es a nivel internacional. Mando el libro a cualquier punto del planeta para que nadie se quede fuera por motivos geográficos.

¿Qué plazo tengo?

Pues os podéis ir apuntando ya y os dejo de margen hasta el miércoles 9 de abril a las 23:59 horas (hora española peninsular). El jueves 10 de abril publicaré la lista de participantes y, tendréis hasta las 23:59 del miércoles 16 de abril para comunicar posibles incidencias. El jueves 17 de abril se realizará el sorteo mediante la web Sortea2 (o mediante mano inocente si nos falla el plan A, que siempre hay que tener un as bajo la manga).

¿Va a subir la gasolina?

Y yo qué sé. Tenéis unas cosas…

Pues hala, a apuntarse, que los días vuelan. No diréis que no os aviso.


P.S. Creo que no me dejo nada en el tintero pero, si os surge alguna duda, aquí estamos. 

miércoles, 26 de marzo de 2014

Anuncios Pesadillescos XCIII: Qué rollooooo…

Reconozco que este anuncio había pasado para mí sin pena ni gloria. Y eso que llevan dando la barrila con él desde Navidades pero no le había visto yo el punto para destriparlo en el blog. Hace unas semanas, Mandarica me pidió que hablara de él y me dije “si Mandarica le ve algo, es que algo tiene", por lo que procedí a un nuevo visionado en Internet y… cuál no será mi sorpresa al descubrir que tiene “extended version”, donde toda la historia cobra más sentido… o no.

En fin, en un anuncio en blanco y negro (siempre que queráis que algo parezca glamouroso, hacedlo en blanco y negro) vemos a un famoso actor de apellido impronunciable paseando en descapotable sin despeinarse gracias a las cantidades ingentes de gomina que luce en su cabellera. Él consulta su reloj y de fondo se escucha una conversación (suponemos que de una llamada telefónica previa) donde él le pregunta a otra conocida actriz de voz orgásmica (sabéis a qué tipo de voz me refiero) cuánto tiempo tiene. Ella le explica que el coche para el aeropuerto la recoge a las ocho. Él pregunta si va a Londres y ella dice que no, que a Murcia. Bueno, vale, dice “Sydney” pero ¿a que hubiera molado más que dijese “Murcia”?

En éstas, él llega al hotel  e intenta excusarse por llegar tarde pero ella se adelanta completando su frase, de lo que deducimos la gran complicidad que existe entre ellos. Qué bonito, qué romántico, qué topicazo.

Allá que parten. No dicen nada. Primer plano del careto de cada uno. Balada italiana. Me duermo. Que pase algo ya. Él le dice que le gusta el vestido de ella y que cree habérselo visto puesto en la foto de una revista y que se la veía feliz. Ella, en tono misterioso y algo autocompasivo (y orgásmico) le dice “Estaba actuando”. Y se ríe, el muy asqueroso.

Suben a una azotea y él dice “No necesitábamos nada en esa época”, a lo que ella replica “lo necesitábamos todo en esa época”. Genial; ahora se enzarzarán en una discusión filosófica acerca del devenir del tiempo y de la consecución de los deseos… Me abuuuurroooo.

Él pregunta si volverían atrás de poder hacerlo. Ella pregunta si duraría el asunto en caso de volver atrás. Él consulta su reloj otra vez y dice “deberíamos volver” y ella, picaruela, responde “Sí, deberíamos”. Él sonríe y dice “Es todo lo que tenías que decir” y ahí se quedan, haciéndonos presuponer que vivirán felices para siempre. Me imagino que, si nos muestran la historia un par de meses más tarde, ella está haciendo la maleta para irse a Murcia y maldiciendo su error por haber tropezado dos veces con la misma piedra. Lo malo de las películas  y los anuncios románticos es que terminan donde todo es bonito. Nunca te dicen qué sucede después.

Y podría parecer que el anuncio es del reloj pero no. Es de un perfume. Y es muy aburrido. 

martes, 25 de marzo de 2014

Ustedes Dirán LXXIX: Cincuenta sombras del Calvito (sugerido por Merengaza)

Merengaza me envió hace un par de semanas un mensajito vía Facebook (qué ilusión me hace cuando me mandáis cosas por Facebook, está como de lo más olvidada esa red social) donde me decía que había estado buscando el producto de limpieza que había destripado recientemente en Anuncios Pesadillescos y que no daba con él, pero que había encontrado algo que le había hecho gracia, por lo que me pidió que lo compartiera con vosotros.

Podría haberlo hecho ella misma en el blog pero, como es así de generosa, prefirió dejarme la idea para esta sección del blog. ¿A que es maja? Pues a ello vamos, porque la verdad es que a mí también me ha hecho gracia.

En el vídeo vemos una chica que, entrando en la cocina, ve el lío garrafal que le ha organizado el perro (como alguien haga comparaciones con lo relatado ayer por mi gato, le muerdo, que no estoy para bromitas con el tema). Ella se toma el asunto con mejor filosofía que yo, y enseñándole al perro el bote de producto de limpieza, se dispone a dejar aquello como los chorros del oro. Destapa el bote, aspira los vapores que emanan de él y creo que empieza a tener alucinaciones visuales porque, de repente, se materializa en su cocina el mismísimo calvito de cejas canosas, que le guiña un ojo, en lo que podríamos interpretar como una actitud cómplice de “aquí estoy y te voy a ayudar a limpiar en un pispás” Pero no nos llamemos a engaño.

La chica se dispone a limpiar la encimera, a lo que el calvito sonríe aprobatoriamente y, mientras ella limpia el suelo de rodillas (¿todavía queda gente que limpie el suelo de rodillas?) vemos que el calvito está ayudándola diligentemente, limpiando otra zona del suelo, al tiempo que menea provocativamente el traserillo. El calvito sorprende a la chica mirándolo embobada y le guiña un ojito, como diciendo “mira, mira, que para eso está y si, de paso, me quieres dar un azotito, tampoco pasa nada ”.

Mientras ella limpia los cristales (esto ya no creo que tenga nada que ver con la que lió el perro pero de alguna manera había que seguir alargando la historia para que la situación se ponga cada vez más tensa),  el calvito decide llevar la relación un paso más adelante y la toma de la cintura. A lo que ella reacciona con cierta inquietud, pero con gustirrinín. Hay que ver lo que dan de sí los vapores de este producto. Miedo me está dando comprarlo.

Por si a nuestra protagonista el mensaje no le ha quedado claro, el calvito decide hacer gestos de tener calor para volcarse un vaso de agua sobre los pectorales, que se transparentan a través de la camiseta, haciendo que a la chica se le salgan los ojos de las órbitas, y libere a la diosa que hay en ella.

Y, como ve que ya la tiene en el bote, os insto a ver el final:



P.S. Seguro que estáis deseando sugerirme algo. No os cortéis. 

lunes, 24 de marzo de 2014

Crónicas Felinas LXXXIV: Lo he vuelto a conseguir

Marrameowww!!!

Estoy pletórico. Y seguramente os preguntaréis la razón. Y, si sabéis atar cabos y me habéis leído más de dos veces, seguramente intuiréis que el motivo de mi algarabía no es otro que haber sacado a la bruja de sus casillas una vez más.

Como ya he dicho alguna vez, suelo ser aficionado a colarme en el baño mientras la bruja se ducha para reírme de la cara que pone frente al espejo cuando se descubre cosas que antes no estaban ahí o que solían estar en otro sitio. Sin embargo, dado el éxito que tuve hace dos semanas quedándome fuera y aprovechando la falta de vigilancia para perpetrar actos delictivos, he decidido repetir experiencia.

Mientras se duchaba la bruja, decidí saltar a la encimera de la cocina desde lo alto de la nevera. Confieso que mi intención era simplemente saltar pero tuve un poco de mala suerte  y resbalé, organizando un caos bastante importante.  Si bien no era mi intención primaria, he de confesar que no me arrepiento. No tiene precio el haber observado la cara de la bruja al salir del baño en actitud zen y encontrarse con… con… Bueno, es difícil de explicar. Mejor ved esto y juzgad vosotros mismos:






¿Qué? ¿A que molo mucho? A los gatos que me leéis, estoy dispuesto a daros consejos sin compromiso para poner de los nervios a vuestros humanos. Sin duda, sus vidas serían demasiado rutinarias si no fuera por nosotros, que hacemos todo lo que podemos por poner algo de emoción en sus anodinas vidas. Ellos pensarán que somos unos seres desalmados que lo único que pretendemos es sacarles canas verdes pero no entienden que en el fondo lo hacemos por su bien, que no todo en la vida va a ser hablar de trabajo y de lo que vieron la noche anterior en televisión. Así también pueden contar qué parte de la casa han tenido que limpiar con ahínco.

Voy a ir pensando la que lío para esta semana, porque me estoy poniendo el listón demasiado alto y esto ya va a ser difícil superarlo.

Prrrrrr.

jueves, 20 de marzo de 2014

Nada que ver

Publico esto aun a riesgo de que un compañero de trabajo se me lance a la yugular pero que conste que ya le avisé que, probablemente, terminaría siendo carne de este blog. Va con cariño. Vale, con un poco de mala leche también, para qué negarlo, pero con cariño al fin y al cabo, que una cosa y la otra no son excluyentes. Y es que no es para menos con lo inspirado que estaba el otro día.

Resulta que mi compañera V., a la que ya conocéis ampliamente a estas alturas, le dio por preguntar quién sabía de series para recomendarle, que no sabía cuál ver y que tenía ganas de algo entretenido. El compañero A., tan solícito como siempre, le recomendó “True Detective”. No la he visto, así que a mí no me preguntéis. A modo de sinopsis, la frase estelar fue la siguiente:

- V., ¿has visto Twin Peaks?
- Sí.
- No tiene nada que ver con Twin Peaks.

Ante la carcajada general, intentó excusarse diciendo que en realidad sí era parecida a Twin Peaks, pero quitándole la parte de la rayada.

Y digo yo, si a Twin Peaks le quitas la parte de la rayada ya no es Twin Peaks. Es como cualquier otra serie donde han matado a alguien y te tiras toda la serie intentando averiguar quién es el asesino. Es como si te dicen “es como la tortilla de patatas pero si le quitas la patata”. Pues eso ya no es tortilla de patatas, ¿no? No soy experta en cocina pero diría que eso son huevos revueltos o, como mucho, una tortilla francesa. Total, que con esta explicación, a nadie le ha quedado claro cuál es el punto de conexión de True Detective con Twin Peaks.

El caso es que la tontería nos dio para fastidiar un rato. Como V. dijo que quería alguna comedia ligerita, le hablé de “The Millers” con la siguiente carta de presentación: “¿Has visto David el Gnomo? Pues nada que ver tampoco”. Y así un rato largo, que a nosotros cuando nos da por vacilar a alguien, podemos estar horas, hasta el límite de resultar cansinos. Es como localizar un pozo petrolífero y explotarlo hasta que quede más seco que la mojama.

Y ya la remató cuando, en determinado momento que volvíamos J., A.V. y una servidora de fumar, veníamos recordando la movida madrileña y no nos salía el nombre del que cantaba con Almodóvar. Me volvió la inspiración y digo a voz en grito, de lo más orgullosa “¡¡Mac Namara!!”

- Ése es un futbolista – Salta A.

- Sí, A. También hizo sus pinitos como actor en Twin Peaks.

Si es que hay días en que más nos vale estarnos calladitos porque cada vez que abrimos la boca sube el pan. Ojo, que yo también he tenido días de éstos pero como es mi blog, pues prefiero dejar a A. en evidencia y que parezca que yo siempre hablo con coherencia y pleno conocimiento de causa.  

miércoles, 19 de marzo de 2014

Anuncios Pesadillescos XCII: La revolución culinaria

Confieso que no lo he visto en la tele pero, salir, ha salido, porque Mukali estuvo al loro y me mandó el enlace para que fuese convenientemente destripado en esta sección. Me encanta cuando hacéis el trabajo de campo por mí. Si es que sois unos soles.

Un padre está sentado en el sofá con sus dos churumbeles y les dice “Niños, vamos a sorprender a mamá”. ¿La van a llevar a las Maldivas? ¿Le van a hacer el regalo con el que siempre soñó? ¿Le van a dar un masaje en los pies, por lo menos? No. Van a preparar unas míseras pechugas de pollo envolviéndolas previamente en unos papelitos que vienen untados en hierbajos (que no es cuestión de tener que espolvorearlos directamente desde el bote) y, según dicen, cocinándolas en su propio jugo, sin ningún aceite.

Como bien sabéis, yo de cocina sé lo mismo que de Ingeniería Aeronáutica pero, hasta donde conozco las pechugas de pollo, son de lo más seco que te puedas echar a la cara. No sé hasta qué punto puede cocinarse eso “en su propio jugo”. ¿Qué jugo? Si no tienen… Vamos, que me juego lo que sea a que el papelito de marras tiene algún tipo de grasa que, si no es aceite, prefiero no pensar qué puede ser. Me da más desconfianza el papelito que la botella entera de aceite.

Total, que hacen las pechugas esas y, por lo que veo, también se curran una ensalada de lechuga y tomate que vete tú a saber con qué habrán condimentado, viendo las cosas raras que utiliza esta familia para cocinar. La madre, al llegar a la mesa, abre la boca y se lleva las manos a ambos lados de la cara, en clara actitud de sorpresa que estuvo años perfeccionando en la escuela de arte dramático. Tan intensa es su reacción, que cualquiera diría que sobre la mesa hay caviar de beluga, ostras, un pavo relleno y una tarta pavlova para el postre en lugar de una tristes pechugas de pollo con ensalada.

Se sientan los cuatro a la mesa y degustan las pechugas con ensalada, entrecerrando los ojitos en cada bocado, como si estuviesen disfrutando de una ambrosía no descubierta hasta ahora. Nadie discute. Todo es paz y armonía mientras disfrutan del pollo a las finas hierbas y al fino papel.

Lo que más me gusta es el slogan final. “Redescubre el placer de cocinar”. Vamos a ver; eso no es cocinar. Es salir del paso. Lo digo yo que, en mis años de soltería era una auténtica experta en comprar toda clase de porquerías que me evitaran tener que realizar acciones innecesarias y me conocía de memoria la sección de congelados del supermercado.

¿Podríamos considerar, entonces, que calentar una lata de fabada asturiana es redescubrir el placer de cocinar? Porque, para mí, eso siempre fue evitar la muerte por inanición. A ver si voy a ser una chef del siglo XXI y yo aquí, sin reclamar mi estrella Michelín. 

martes, 18 de marzo de 2014

Ustedes Dirán LXXVIII: El perro de presa y las figuras gramaticales (sugerido por Mandarica)

Como la propuesta de Mandarica de la semana pasada tuvo éxito, y en vista de que aún me había quedado en el tintero otra letra de Pitbull que no tiene desperdicio, procedo hoy a traeros otra perla de la sabiduría popular, con la seguridad de que vuestras vidas cambiarán a partir de este instante. Tirad a la basura “El Caballero de la Armadura Oxidada” y vuestros ejemplares de Paulo Coelho. Esto sí que es autoayuda de la buena. Hoy toca…

“SUBE LAS MANOS PA' ARRIBA”

Gramaticalmente ya empezamos mal. “Sube las manos pa´arriba” es un pleonasmo. Es decir, una redundancia sin ningún sentido como “bajé para abajo” o “sal para afuera”. Sus defensores dirán que es una licencia poética pero este hombre de poético tiene poco (aunque, de licencioso, parece tener bastante).

Como en esta canción también se repite más que el ajo, vayamos a por sus momentos destacados. Empieza la canción diciendo “Gregor Salto, pura, papayo, Mr. Worldwide, dale!”. No me negaréis que “Mr. Worldwide” suena mucho mejor que “Sr. Mundial”, dónde va a parar. Gregor Salto, por lo que he podido averiguar, parece ser el productor de esta maravilla que (alucinad) estuvo nominada a un Grammy como mejor canción urbana. Lo de “pura” no sé si lo dice en referencia a una chica casta y sin mácula o llamada Purificación. El papayo no sé qué pinta ahí pero los genios a veces son de difícil comprensión. Si hay alguien aquí con mayor sensibilidad artística que yo y me explica el simbolismo, estaré eternamente agradecida.

Comenzamos con un mensaje de lo más positivo: “Echa pa' allá, todo lo malo echa pa' allá” y, para echarlo, bien, bien lejos, repetimos esta sandez cuatro veces. Yo creo que lo de este hombre con el número cuatro es una cábala. A ver si el truco va a ser ése para hacerse famoso. A partir de ahora repetiré cada párrafo de mis posts cuatro veces. Si el año que viene me veis en el Retiro firmando ejemplares en la Feria del Libro, se corroborará la teoría.

Luego viene el estribillo, que consiste en repetir  también cuatro veces (no tres ni cinco) lo siguiente:

Sube las manos pa' arriba,
Dale pa' abajo, dale pa' un lado, pa'l otro lado

No había visto mejor descripción de movimientos corporales desde “El Baile del Gorila”. Sin palabras me hallo. Pena que no especifique exactamente si hay que darle hacia la derecha o hacia la izquierda, lo cual desembocará en una inevitable descoordinación en las jovenzuelas fiesteras que pretendan hacer su particular coreografía en la discoteca, a no ser que lo traigan debatido y ensayado desde casa. Conozco casos y, por una vez, no hablo de mí. Lo prometo.

Vamos con la primera estrofa, donde dice que no le importa ni el dinero ni la fama, que lo que de verdad importa es la salud, la familia, el futuro, los niños y las almas. A ver si va a ser un misionero encubierto y nosotros aquí, pensando que le mola hacerse famoso y demás, cuando lo único que quiere el hombre es salvar almas e irse de misión humanitaria al Cuerno de África. Después de esta declaración de intenciones se pone a despotricar de los artistas, que no son hombres y se hacen pipí en la cama (dice “pipí”, no es que yo me haya querido poner fina) y que sólo son actores porque les encanta el drama. No tengo ni idea de a quién se refiere pero lo de meterse con la competencia le resta unos cuantos puntos en lo que a humanidad y filantropía se refiere. Con lo bien que íbamos en el párrafo anterior.

Echamos pa´allá otras cuatro veces lo malo y repetimos también cuatro veces la coreografía previa procurando sincronizarnos con nuestro compañero para no acabar chocando.

En la segunda estrofa nos dice que es la invasión de los latinos. No sé qué pensarán Silvio Rodríguez y Pablo Milanés de esta invasión pero dudo que les esté haciendo mucha gracia que la música latina se relacione con esto. Luego se jacta de ir siempre hecho un pincel a lo De Niro en “Casino” (o sea, con pinta de mafioso) y de que se graduó a pesar de haber faltado a clases. Bonito ejemplo para la juventud, aunque no podemos negar que, sincero, es un rato largo. Se nota que dice la verdad con lo de “Sube las manos pa´arriba” y, por si nos quedan dudas, remata la estrofa con la frase, “Negativo, apositivo, es la verdad”. Sí. Dice “apositivo”. No creáis que es porque habla mal. Se está refiriendo a la figura gramatical de la aposición, donde se utiliza un grupo nominal para explicar algo relativo a otro mencionado anteriormente. Por ejemplo: “Pitbull, el cantante que no sabe hablar correctamente, confiesa que faltaba a clases”. No diréis que no aprendéis cosas gracias a este señor. Ahora ya lo sabréis para la próxima vez que escuchéis esta canción en la “arradio” o la cantéis dando un paseo en “amoto”.

Y ya, por fin, echamos definitivamente pa´allá todo lo malo (incluyendo este soniquete), subimos manitos pa´arriba y ya podemos dedicarnos a hacer algo más productivo.

Sí. Me ha vuelto a quedar larguísimo. Este hombre me inspira.


P.S. Proponedme cosillas, no me seáis tímidos

lunes, 17 de marzo de 2014

Crónicas Felinas LXXXIII: Papel mojado

Marrameowww!!!

Gracias a vuestros votos, la bruja quedó segunda con la obra de teatro de gatos blogueros que participó en el concurso de Opiniones Incorrectas y ahora anda hinchada como un pavo. ¿Por qué me hacéis esto? En fin, mi venganza ya está cumplida y paso a relatarla.

Como soy un gato muy culto, alguna vez he oído la expresión “esto es papel mojado” en referencia a algo que se prometió y, posteriormente, no se cumplió. Como cuando te dicen que si te portas bien te dan una latita y luego no te dan nada alegando, por ejemplo, que antes las cortinas no tenían hilos colgando. Pues eso, papel mojado.

Por ende, podríamos deducir que el papel mojado es algo que no sirve para nada y no tiene ninguna validez pero permitidme deciros que esto es un error. El papel mojado tiene una utilidad maravillosa, que es la de sacar de los nervios a la bruja.

Me explico. La semana pasada, la bruja se estaba duchando. Aclaro que se ducha a diario, tampoco es cuestión de andar dando ideas erróneas. Bastante tiene ya con lo que tiene como para, encima, ser poco amante del agua. Bueno, que me disperso; la bruja se estaba duchando y yo no había conseguido colarme a tiempo en el baño para reírme de sus cada vez más evidentes lorcillas y, claro está, me aburría.

Y, como me aburría, me tuve que buscar un entretenimiento que pusiera fin a semejante tedio. Lo lógico hubiera sido irme a dormir pero las musas vinieron a visitarme y entré en un momento creativo, por lo que salté a una de las estanterías de la cocina, tirando a continuación el rollo de papel absorbente sobre mi platito del agua. El resultado fue una plasta de aspecto bastante desagradable. La cosa se podía haber quedado aquí pero las musas estaban de lo más inquietas ese día, así que decidí dedicarme al arte abstracto (o al impresionismo, si juzgamos por la posterior cara de la bruja) y esparcir pelotas de papel mojado por todo el pasillo y parte del salón.

Como la bruja no entiende de arte, salió del baño con cara de felicidad y relajación, que tardó un nanosegundo en convertirse en una cara desencajada, con los ojos fuera de las órbitas, al descubrir mi ópera prima. Todo eran alaridos y amenazas de comprarme pienso de marca blanca durante tres meses, mientras recogía mazacotes de papel del suelo y rescataba el poco papel del rollo que había salido indemne y aún podía ser  utilizado.

Secó el suelo, me cambió el agua a pesar de decir que no me lo merecía y se fue a vestir. Juraría que en ese momento vi aparecer un par de canas, pero cualquiera se lo dice.

Así que ya veis que el papel mojado tiene alguna utilidad y, cuando alguien os diga “eso no es más que papel mojado”, podéis imaginaros la cara de la bruja y echaros a reír, sabiendo que el papel mojado mola cantidad.


Prrrrrr.

jueves, 13 de marzo de 2014

Y ahora voy y me hago rica

Hace ya como mil años, el churri y yo vimos un documental donde nos instruían acerca de cómo se fabrican en Estados Unidos los famosos Jelly Beans (estas gominolas con forma de habichuela que por aquellos lares causan furor).

Por motivos que no vienen a cuento, hace unos días recordamos el dichoso documental, en el que explicaban que, en la tierra del Tío Sam, hay no sé cuantos sabores de lo más originales. Entre ellos, por poner un ejemplo, el sabor a palomitas de maíz con mantequilla. Que digo yo que comerse una gominola con sabor a palomita de maíz (y más aún con mantequilla) debe de ser un auténtico asquete pero si son capaces de tolerar el corn dog (una especie de perrito caliente empanado que uno de mis primos americanos tomaba para desayunar) imagino que será que tienen el estómago hecho a todo.

El caso es que esta sandez me trajo más sandeces a la cabeza, porque así soy yo, siempre abierta a las ideas estúpidas y, aun a riesgo de que me robéis la idea del negocio que me va a sacar de pobre, la comparto con vosotros.

En ese momento de revelación me dije “Si los americanos tienen jelly beans sabor popcorn, que representa uno de los sabores más emblemáticos de su nación, ¿por qué no dedicarme a producir jelly beans (las sigo llamando así porque me niego a llamarlas “judías de gominola”) con sabores autóctonos de nuestra tierra?”.

Podríamos hasta dividirlo por comunidades y, de esta manera, tendríamos jelly beans con sabor a pulpo a feira, a fabada, a marmitako, a calçots, a lentejas a la riojana, a cocido madrileño, a cochinillo de Segovia, a paella, a gazpacho, a ensaimada, a mojo picón… Aquí podéis añadir lo que queráis, que soy consciente de que me dejo comunidades en el tintero pero tampoco estoy tan puesta en gastronomía.

Vistos los sabores incluidos en el menú, lo mismo sí tengo que llamarlas “judías de gominola”, que lo de “jelly beans” se queda un poco pretencioso para decir en la tienda de golosinas “¿Tenéis jelly beans de fabada?”. A ver si les busco un nombre con “punch”. ¿” Alterjudías”, quizás? Aunque suena a algo que está alterado y no quiero que piensen que mis judías son transgénicas. Bueno, ya pensaré algo. Lo importante es la idea y estoy segura de que con esto me voy a forrar. Salgo corriendo a registrarla, no sea cosa que me la robéis, que os estoy viendo las intenciones y sé que ante una revolución empresarial de estas características no va a haber amistad blogueril que valga. Oportunistas, que sois unos oportunistas.

Y, como su sublime creadora, no podré evitar hacer un homenaje a mi tierra, por lo que crearé una edición limitada de… (ay, ¿qué nombre les pongo?) con sabor a mate, que se echa mucho de menos.

Ya os avisaré cuando haga el “Grand Opening” para que vengáis a hacerme la ola y podáis fardar de amiga emprendedora y futura magnate. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Anuncios Pesadillescos XCI: A ver si frivolizamos un poquito más

Por recomendación de Naar y de Dolega no he podido resistir la tentación de buscar y traeros esta joyita.

No daremos nombres. No hay necesidad. Pero la cosa se centra en dos dictadores. Concretamente, en Irán y en Corea del Norte.

En Irán, llegan unos militares. Uno de ellos porta un misterioso maletín que lleva esposado a la muñeca para que nadie pueda arrebatárselo o se lleve su brazo de recuerdo en el intento.

Un tanque espachurra una muñeca, que pierde un ojo (una imagen preciosa, sí) en lo que parece ser un país de la Europa del Este.

Mientras tanto, en Corea del Norte, el dictador de turno y su séquito contemplan embelesados la multitud expectante que tienen enfrente. Unos helicópteros son avistados en la jungla.

Al dictador iraní le hacen entrega del maletín en un lujoso salón, quien lo abre y vemos lo que a todas luces parece ser el detonador de una bomba o algún rollo para lanzar un misil. Bueno, no sé. Algo chungo. No es que esté yo muy acostumbrada a ver este tipo de artilugios en mi día a día.  

En lo que parece ser el país de Europa del Este, el tanque avanza por una calle prácticamente reducida a escombros, por donde corren varias personas en dirección contraria. Menos una chica rubia con la bolsa de la compra, que se planta frente al tanque en actitud claramente desafiante.

Vemos los helicópteros acercándose a un poblado, donde una chica coreana con sombrerito de estos de cucurucho de helado se pone en pie con cara de obvia preocupación. Un soldado salta del helicóptero y apunta a la chica con un fusil.

El iraní levanta una tapita para pulsar un botón en su maletín.

En Europa del Este, la parte de arriba del tanque se abre y de su interior emerge un soldado al que la chica parece reconocer. Le llama por su nombre, sonríe y se sube al tanque con unos taconazos que no parecen ser el calzado más adecuado para caminar entre escombros. Se abrazan con ternura.

El soldado de Corea, sin venir a cuento, empieza a darse el lote con la del cucurucho en la cabeza.

El dictador norcoreano hace una señal con la cabeza y la multitud en pleno levanta sobre sus cabezas unos cartelitos que muestran en su conjunto una imagen del dictador con una chica dentro de un corazón, como si de una postal cutre de San Valentín se tratase. La chica, que está a su lado, le toma la mano, a todas luces conmovida.

El iraní pulsa el botón y se ven fuegos artificiales, lanzados exprofeso para agasajar a su amada, que también lo mira con carita tierna. Todos en la sala aplauden felices y, mientras una voz en off nos dice que hagamos el amor y no la guerra, se ven los previos, donde los hombres de confianza del dictador lo están rociando con un desodorante de una conocida marca.

Sí. Todo esto iba de un desodorante.

Sí. 

P.S. Aún estáis a tiempo de votar por vuestra obra de teatro felina preferida para el concurso de Opiniones Incorrectas pinchando aquí

martes, 11 de marzo de 2014

Ustedes Dirán LXXVII: El burro, el mono y el perro de presa (sugerido por Mandarica)

Mandarica, mi siempre ocurrente Mandarica, tuvo la feliz idea de sugerirme que analizase en esta sección la letra de alguna canción de Pitbull. Como este señor no cantaba en los años ochenta, tuve que confesar mi absoluto desconocimiento de sus creaciones, a lo que ella respondió rauda, pasándome un par de sus más arrolladores éxitos. ¡¡¡Ah, infelice!!! Con lo a gustito que estaba yo sin conocerlo... En fin, que no se diga que me acobardo. Vamos a por ello.

“I KNOW YOU WANT ME”

No vamos a ir frase por frase porque es muy larga (y porque la mayoría de las cosas que dice ni siquiera son frases) así que intentaremos encontrarle un sentido. ¿Lo lograremos?

Toda la canción es una extraña mezcolanza de inglés y castellano, donde comienza diciendo que van a rebautizar la Calle 75 como Calle Ocho, suponemos que por la cantidad de latinos, qué sé yo… Una vez dicho esto, se ríe a mandíbula batiente.

Saluda en plan casual con un “Qué ola, cata. Qué ola, omega”. Vete a saber. Cuenta hasta cuatro en inglés y en español para que se vea que es de lo más bilingüe.

A continuación, dice “I know you want me, you know I want cha” (Sé que me deseas, sabes que te deseo). Esta perla de sabiduría se repite cuatro veces, para rellenar segundos de canción. Nótese el paralelismo entre el “One, two, three, four – Uno, do´, tre´, cuatro” del principio con las cuatro repeticiones de esta profunda frase. Este tío es un genio. No da puntada sin hilo.

Se parte de risa otra vez y vuelve a contar hasta cuatro en ambos idiomas. Su profesora de preescolar debe de estar orgullosa. Después dice dos veces (no cuatro) “Rumba, ella quiere su rumba”, que tiene mucho que ver con lo anterior, como todos podéis comprobar y, a continuación, viene toda una declaración de intenciones que reza de la siguiente manera:

Si e' verdad que tu ere´ guapa,
Yo te voy a poner gozar
Tu tiene´ la boca grande
Dale ponte a jugar

No tengo que analizar esto, ¿verdad? Lo habéis entendido a la primera, ¿verdad? No se anda con muchas sutilezas, el muchacho. Luego viene una estrofa en inglés de donde deduzco (digo “deduzco” porque a duras penas estoy logrando encontrarle algo de sentido en castellano, como para encontrárselo en inglés) que este chico ha metido a la zagala en su coche para que juegue con su… Bueno, que tiene la boca grande y tal. Y parece que la va a grabar en vídeo. Romantiquísimo, todo.

Vuelve a repetir los cuatro “I know you want me” etcétera y lo de la rumba y lo de la boca grande. Cuenta otra vez hasta cuatro y vamos con la segunda estrofa en inglés, que también es de una profundidad pasmosa.

La chica, aparte de la boca grande, parece que tiene un trasero como un burro, con un mono (espero que esto sea una expresión porque no entiendo lo del burro, y menos aún un burro con un mono) y que parece King Kong. Vamos, que el pandero le hace juego con las fauces. Y luego dice algo así como que con una mujer de tales características se deja hacer lo que sea. Lo mismo es que tiene miedo a que le pegue un bocado con esa boca de cocodrilo o a que se le siente encima. Cualquiera la contradice.

“I know you want me…” cuatro veces, cuenta en ambos idiomas, rumba, boca grande y vuelve a contar hasta cuatro. Lo vais pillando, ¿no?

Y llegamos a la tercera y, por fin, última estrofa, donde le dice a la chica que, si lo gana, puede jugar, que tiene condominios en los que se pueden quedar (al principio había leído “condoms” pero lo de quedarse en los condones no lo entendía muy bien y ahí caí en la cuenta de que decía “condos”. Tampoco es que con esto la frase gane mucho pero en fin…, entenderemos que él presupone que la de las posaderas de burro con mono y boca de buzón de correos es una interesada). Parece que también tiene un colchón King size y que no le importa lo que diga la gente. No, si eso ya se ve. Poquita vergüenza hay que tener.

Y seguro que ya sabéis lo que viene ahora. Eso es, todos juntos: “I know you want me…” cuatro veces, contamos en ambos idiomas, rumba, boca grande y volvemos a contar hasta cuatro.

Y ya está.

Me ha quedado como que bastante largo pero paso de recortarlo. Esta auténtica lección de Filosofía aplicada a la vida cotidiana no es para desperdiciarla recortando cosas. Tengo la letra de otra, jugosona, jugosona pero ya me diréis si queréis que escriba un segundo capítulo o no, que si no esto se hace eterno.


P.S. Recordad que estoy ansiosa esperando vuestras propuestas. 

P.S. 2: Todavía estáis a tiempo de leer y votar las obras de teatro gatunas de los que participamos en el concurso de Opiniones Incorrectas pinchando aquí

lunes, 10 de marzo de 2014

El caso de la caída no tan misteriosa. Obra en un acto.

Gotham City. Jueves, 5:45 AM

Un terrible estruendo se escucha en el silencio de la noche y, a continuación, los lamentos de una gata desesperada…

Grace – Meowwww… ¡¡Me he caído por la ventana!! Soy tan joven e inocente… ¡Que alguien me ayude!

Del callejón empiezan a salir muchos gatos. No dos ni tres. Muchos. No estoy para contarlos, yo sólo soy la voz en off.

Umpa Lumpa – ¡No te muevas, Grace! Lo mismo tienes algo roto. Tantos años conviviendo con una futura hipocondríaca me han dado cierta propiedad a la hora de diagnosticar terribles dolencias. Tate´quieta, que te examino.

Grace – Ayyyy. No me aprietes ahí, que me duele mucho.

Umpa Lumpa – Si no te he tocado.

Carlitos – Era yo, que le estaba mordiendo una pata. Es que tengo hambre…

Renato – Ya está el gordo dando la nota.

Carlitos – Tú lo que tienes es envidia, ¡¡¡desdentado!!!

Renato – ¡A que te meto!

Ron – A que os meto yo a los dos si no os calláis de una vez… Que os triplico el tamaño a todos, hombre ya. Dejad al doctor trabajar en paz.

Perfidita – Tiene razón Ron, sí. Dejad trabajar a Umpa Lumpa, sí. De los nervios me ponéis, sí.

Umpa Lumpa – Perfidita, deja de ponerme ojitos que me desconcentro.  Tú eso de cazar un doctor te lo has tomado en serio. Grace, tienes un hematoma que médicamente se conoce como “de los de flipar”. Haz memoria y dinos si recuerdas algo.

Grace – Pues yo estaba asomada a la ventana y de repente me he visto aquí tirada. Juraría que algo o alguien me empujó pero no estoy segura. Alguien debería investigar esto.

Minino y Ary (a dúo) – Estamos en Gotham City. Lo ideal sería llamar a… Batmaaaan.

Trax – Oh, la, la… qué ggrimillá. ¿Todó lo decís al tiempó? Hay que llamag a Foglán, que paga esó es neggró y se paguecé beaucoup.

Minino y Ary (a dúo) - ¿Y los que damos grimilla somos nosotros? Quítate la patata de la boca, anda… Pero bueno, llamemos a Forlán para que investigue. Total, Batman seguro que pasa de nosotros y Forlán nos debe una por haber amañado el sorteo de nuestra madre para que lo ganase él.

Forlán – Me ha parecido escuchar mi nombre… Más os vale que sea importante. Estaba echándome la decimoquinta siesta del día. (Dirigiéndose a Trax: “Hola, ma chérie…”)

Umpa Lumpa – La cosa es que la paciente, Grace, presenta contusiones de diversa gravedad a consecuencia de un desplazamiento vertical inesperado desde aquella ventana.

Forlán – En cristiano, lumbreras.

Umpa Lumpa – Que s´ha piñao.

Todos – Ahhhhhh.

Forlán – Bien, reconstruyamos los hechos. ¿Cuándo ha sido esto?

Perfidita – Hará media hora, sí.

Forlán - ¿Habéis tardado media hora en recitar unas pocas líneas? Mira que sois tarugos… Bien. ¿Estabais todos aquí cuando han sucedido los hechos?

Todos – Sí, sí. Aquí estábamos.

Forlán - ¿Todos? Porque diría yo que aquí hay quien falta. ¿No echáis de menos a alguien? Rectifico. ¿No os da la sensación de que hay alguien a quien no estáis echando ahora mismo de más?

Todos se miran desconcertados sin entender los complicados razonamientos del detective.

Forlán – A veeeeer. ¿Quizás un angora turco barriobajero y con problemas de dicción?

Todos (menos Perfidita) - ¡Ferny!

Perfidita – Con mi hermanito no os metáis, no.

Se oye un maullido de triunfo desde lo alto de la ventana.

Ferny – ¡¡¡Meowww!!! ¡¡¡Hola, cabones!!! Mira el For-lán que paresía tonto. Sí. He siro ro. De algún moro tenía que vengarme por no haber ganaro el sorteo y porque Tas prefiere al gato ése que ni es de rasa ni nara. Hola Taaaaas.

Trax – Quitá, babosó.

Grace - ¿Y te vengas tirándome a mí por la ventana?

Ferny – Es que quería llamar la atensión. Esroy ran solo…

Ron - ¿Qué dice este gato? No se le entiende nada. ¡¡¡Que vocalices!!!

Ferny – Que re calles.

Forlán – Bueno, misterio resuelto. Me piro a seguir durmiendo. ¿Trax te vienes a dormir acurrucados?

Trax – Mais oui, mon amour…

Grace – Pero ¿y qué castigo le imponemos?

Forlán – Ah. Eso es cosa vuestra. A mí me habéis llamado para que lo resolviera. Qué haríais sin mí… Lo de ensuciaros las zarpas es cosa vuestra.

Umpa Lumpa – Más chulo que un ocho.

Minino y Ary – Como todos los madrileños.

Ron - ¿Qué maulláis vosotros?

Minino y Ary – Nada, nada…

Ron – Ah, ya decía yo. Y en cuanto a ti, Ferny… ¿Ferny?

Umpa Lumpa – Aprovechando la coyuntura se ha desvanecido en las sombras cual criatura abisal.

Carlitos - ¿Eh?

Umpa Lumpa – Que s´ha pirao.

Renato – Pues vaya.

Perfidita – Ole mi hermanito listo, sí.

Grace – Ya arreglaremos cuentas tú y yo en casa.

Perfidita y Grace comienzan una acalorada discusión donde se ventilan muchos trapos sucios pero esto nos lo perderemos porque la voz en off es perversa y quiere guardar material por si hay que escribir segunda parte. El resto de gatos se dispersan, dejando a estas dos discutiendo a maullido pelado mientras cae el telón.

FIN.


P.S. Esta obra de teatro protagonizada por gatos blogueros ha sido escrita con motivo de la celebración del tercer aniversario del blog Opiniones Incorrectas. Se supone que la obra que gane se lleva un premio mega-divino-de la muerte. Así que, no me gusta presionar pero, en cuanto Eva abra las votaciones y publique los enlaces participantes, que creo que es a partir de mañana, día 11, os las leéis y votáis por... la que más os guste. 

jueves, 6 de marzo de 2014

Mi Kassionario

La entrada de hoy es cortita. Sólo paso para avisaros de que mi querido David, del blog Kassius9 (a quien debéis leer si no lo habéis hecho ya) me ha sometido sin piedad ninguna a su Kassionario, por recomendación (o castigo) de Suguspiña.

¿No sabéis lo que es un Kassionario? Pues vais y lo leéis, que no he sudado yo chorros de tinta intentando responder las preguntejas como para que ahora no lo lea nadie... 

Por cierto, acabo de ver que este compendio de chorradas cotidianas ha alcanzado los 200 seguidores. Se os va la pinza a base de bien. Me encantáis. 

Veeenga, va. Sortearemos algo. Ya os diré cositas. 

¡¡¡Buen finde!!!

miércoles, 5 de marzo de 2014

Anuncios Pesadillescos XC: Si es que me emociono…

Este hombre ha cambiado mucho a lo largo de los años. Por cambiar, cambió hasta de nombre. Eso sí, desde el principio de los tiempos, siempre ha estado calvo. Y no me refiero al calvo de la lotería, al que ya le hice un sentido homenaje cuando tuve que vivir el espanto del anuncio de 2013, sino al calvo que nos ha ayudado durante generaciones a mantener la casa impoluta.

Han lanzado un nuevo producto, que no es que sea la panacea pero ahí está. Creo que es un gel con un tapón de estos que se mantienen sujetos al envase para que no lo andes perdiendo. Toda una innovación,  por lo visto. Pero no es el producto en sí lo que nos ocupa, sino que para presentarnos esta revolución en lo que a productos de limpieza se refiere, apelan a nuestra nostalgia y nos hacen todo un recorrido por la vida del calvo.

El anuncio empieza con el calvo cuando era chiquitín. Apenas un bebé (calvo, como todo bebé que se precie pero con las cejas ya canosas) de rodillas limpiando con un trapo las escaleras del porche de una casa. La voz en off nos cuenta que nació para ayudar a limpiar mejor. ¿A esta gente nadie le ha hablado de la ilegalidad del trabajo infantil? Ya empezamos mal.

Luego le vemos, ya mozuelo, limpiando las ventanas del interior (espero que con un trapo diferente). El pobre está en calcetines y una especie de calzoncillos largos y camiseta. Ni para ropa y zapatos le dan, al pobre. Lo tienen explotado.

En la siguiente escena ya lo vemos más crecidito, dispuesto a subirse a un avión para irse a estudiar al extranjero, supongo que para huir de la explotación a la que se vio sometido desde que nació. En el viaje de estudios parece ser que estudia Ingeniería Química para inventar productos de limpieza y así poder seguir dale que te pego fregando y fregando. No, si cuando se tiene una vocación…

Más tarde le vemos caminar por una carretera con la mochila al hombro. No entiendo muy bien esta parte. Tal vez sea que no le ha ido tan bien como pensamos y el pobre no tiene ni para volver a casa en autobús. Y tal vez por eso sea también que después le vemos ayudar a un hombre a limpiar su restaurante. El hombre, emocionado, le da una palmadita en el hombro a nuestro calvo al comprobar que la encimera en realidad era blanca.

De repente, aparece en una casa donde una abuelilla le da un beso después de pasar el mocho, así que deduzco que ahora se ha convertido en una especie de paladín de la limpieza, que va por el mundo ayudando a la gente guarrilla en apuros.

El anuncio se cierra con una imagen del calvo con los brazos en jarras, la barbilla alta mirando en lontananza, con satisfacción por un trabajo bien hecho, mientras a sus espaldas vemos un bucólico atardecer.

Gracias, calvito. 

martes, 4 de marzo de 2014

Ustedes Dirán LXXVI: Asuquita pa´l café (sugerido por Madre Desesperada)

Mi querida Madre Desesperada, quien nos relata casi diariamente en su blog las ocurrencias de sus dos fierecillas, me sugirió que intentase imaginar en esta vuestra sección cómo sería nuestra vida sin café.

Cuando yo era soltera y alocada, desayunaba leche con chocolate, como si tuviera el Síndrome de Peter Pan y pensase que si me seguía comportando como una colegiala no envejecería nunca. Fue la llegada del churri a mi vida lo que logró que me aficionase a la ingesta de esta infusión de color marrón oscuro. Él siempre desayunaba café con leche y, como se pega todo menos la hermosura, yo también me fui enganchando sin apenas percibirlo y tengo que reconocer que, a día de hoy, en cuanto abro un ojo por la mañana ya estoy pensando en ir a prepararme mi brebaje para tomarlo mientras le doy a la tecla en el blog, so pena de que la cabeza se me caiga irremediablemente sobre el teclado en caso de no tomarlo. No sé qué le echarán (¿cafeína, quizás? Ya estoy con mis teorías locas…) pero ha resultado altamente adictivo a mi persona y ya no sé empezar el día sin mi dosis diaria (y otra por la tarde cuando voy al trabajo, que si no se me hace muy duro, entendedme). Y con esos dos chutes diarios yo ya voy por la vida con esta gracia y este salero que me caracterizan. Si no fuera por este bendito mejunje, sería un ser de neuronas atrofiadas incapaz de hilar dos frases seguidas y, por descontado, de escribir un post. Esto lo consigo gracias al café. Vale, a lo mejor me sobreestimula y por eso parece que tengo incontinencia dactilar y no paro de escribir sandeces pero el caso es que funcionar, funciona.

Hace un tiempo, el churri tuvo un par de subidas de tensión arterial por el stress que le ocasionan en el trabajo, pobrecico mío, que me lo van a matar a disgustos. Nadie le dijo que realmente tuviera problemas de tensión alta ni le prohibieron ningún alimento ni bebida pero, como él es un poco miedosete para estas cosas, prefirió desengancharse del café y tomarlo únicamente descafeinado, al menos para quitarse el gusanillo. Pues bien. De un tiempo a esta parte, se andaba quejando por las mañanas de que se sentía como con mal cuerpo y un poco mareado. Hizo la prueba de tomarse un café en condiciones, con sus sustancias excitantes y todo, y mano de santo. Se le quedó un cuerpo rumboso que daba gloria verlo.

Así que no sé cómo será en el resto de seres humanos de este planeta pero, al menos en mi casa, la vida sin café sería un absoluto caos. Entre el churri mareado y una servidora empanada, no ganaríamos para sustos. Me juego lo que sea a que el promedio anual de accidentes domésticos a escala nacional aumentaría considerablemente única y exclusivamente por nuestra privación de esta ambrosía, de este néctar de los dioses caído del cielo.

lunes, 3 de marzo de 2014

Crónicas Felinas LXXXII: Necesito un spa

Marrameowww!!!

Hace dos fines de semana estuvieron en casa los señores padres del consorte que, si bien son majos y me traen jamón y me hacen arrumacos (son de los pocos humanos a cuya presencia me he llegado a acostumbrar y no salgo huyendo despavorido en cuanto los veo), uno está acostumbrado a su rutinilla y a una especie de calma chicha que, en cuanto se ve alterada, se me desalinean los chacras.

El consorte es vago, llamemos a las cosas por su nombre, por lo que él va a su ritmo y en fin de semana tiende a levantarse tarde y a remolonear por la casa eludiendo las tareas del hogar lo máximo que puede, hasta que la bruja le mete un par de berridos preguntando si al final lo va a tener que hacer todo ella. Más allá del “momento limpieza”, que para ella es sagrado, la bruja es de sangre latina, por lo que no creo que sea necesario añadir mucho más. Recuerda a los protagonistas de aquel anuncio de bebidas espirituosas donde decían “Me estás estresaaaando”. Pues eso, que no es que anden agobiados por la vida.

Por eso, cuando de repente veo que el movimiento en casa un sábado empieza a eso de las siete de la mañana, yo ya no soy capaz de vegetar tranquilamente ni de echarme las diecisiete siestas diarias que suelo echarme. Me alteran los biorritmos y así ando yo, de sobresalto en sobresalto, con las pupilas dilatadas, viendo a la madre del consorte limpiar la cocina diez veces al día y escuchando cómo habla y habla y habla sin parar. Y a mí todo esto me afecta, que parece que no, pero uno ya está hasta casi acostumbrado a los humanos con los que convive como para que de golpe y porrazo vengan a cambiar los usos y costumbres de éste nuestro hogar.

Y así pasa, claro, que en cuanto se van, yo caigo rendido en los brazos de Morfeo y necesito, como mínimo, un día entero para descansar y recuperarme de tanto trasiego. Es tal mi agotamiento que ni aunque me tienten con los ratoncillos de peluche para que los persiga por toda la casa soy yo capaz de levantar cabeza.

Una vez que hube descansado convenientemente, el resto de la semana transcurrió sin pena ni gloria, que es lo que me gusta a mí. Pero el sábado ya se me fastidió la marrana porque les dio por invitar a un montón de gente a celebrar el cumple del consorte y ahí ya sí que no. Con tanta gentuza no puedo. Me fui a esconder bajo el edredón, aterrado, y de ahí no me moví en horas, con escasas escapadas para cotillear un poco lo que hacían, espiando desde el quicio de la puerta y huyendo en desbandada en cuanto detectaban mi presencia para volver a mi refugio secreto.

Si es que esto es un sinvivir. ¿Quién les manda tener vida social a estos humanos? ¿Acaso no les basta conmigo?

Prrrrrr.