Como os comentaba en la entrada de ayer, escribí un post más
bien escaso porque tenía prisa. ¿El motivo? Dos de mis primos de USA estaban en
la ciudad (Madrid, para los nuevos).
Vinieron por poquito tiempo. De hecho, llegaron el miércoles
por la tarde y se han ido hoy al mediodía rumbo a Barcelona, donde tomarán un
crucero por Francia e Italia para celebrar sus bodas de plata (entiéndase que
mi primo por lazos de sangre es él. Ella es su señora esposa. La endogamia no
se estila en mi familia). Curiosamente, yo no los veía desde que se casaron,
así que también se cumplían veinticinco años desde la última vez que los vi.
Increíble pero cierto.
El churri y yo fuimos a recibirlos al aeropuerto. El vuelo
llegó a las 19:25 pero no salieron por la puerta hasta las 20:20. Yo ya estaba
nerviosísima diciendo “¿Pero por qué no salen?”. Al llegar, y tras los abrazos
y besitos nos explicaron que andaban buscando una maleta que se había perdido
(qué raro, si en la T4 nunca se pierde nada…). Por suerte, la maleta apareció y
pudieron salir por fin.
Ellos dos y sus cinco (sí, cinco) maletas tomaron un taxi y
quedamos en ir nosotros en el metro a recogerlos al hotel para ir a cenar algo,
que venían hambrientos después de sus catorce horas de viaje. Mientras iba en
el metro me llamó mi tía, para preguntar si al final nos habíamos encontrado y
si había aparecido la maleta. No pude hablar casi con ella porque el metro
hacía un ruido infernal y no se oía
nada.
Llegamos al hotel y nos dirigimos a comer tapas y sangría.
Muy typical spanish todo. Nos faltó bailar flamenco encima de la mesa. Por
suerte, les gustó. Hablamos mucho y nos contamos cosas de nuestros trabajos,
nuestra vida… Había que ponerse al día después de tantos años. Los pobres estaban
muertos de cansancio así que decidieron irse a dormir. El churri y yo nos
fuimos a casita.
Ayer jueves, volvimos a quedar por la tarde-noche. Estaban
preocupados de que no pudiésemos llegar al hotel a causa de la manifestación de
los funcionarios (una manifestación, también muy typical spanish). Pero lo
conseguimos porque si algo hemos aprendido en Madrid es a movernos como peces
en el agua evitando aglomeraciones de gente.
Fuimos a comer huevos rotos, tortilla de patatas, una tabla
de ibéricos y croquetas. No sé cómo mi cuerpo resistió tanta comida (y tanto
huevo con patatas, mejor que no me mire el colesterol en estos días). Más
charla, más risas, más sensación de que el tiempo era poco, muy poco.
Al terminar de inflarnos a comida, nos fuimos a tomar yogur
helado a una terracita, donde estuvimos bastante tiempo. El punto surrealista
lo marcó una señora que teníamos sentada al lado y, de repente, se metió en
nuestra conversación diciendo que había estado en New York pero no había
visitado el Central Park. Luego, no sé cómo, nos terminó relatando que se había
enganchado con una moto y se le había roto la blusa pero que le había puesto un
parche porque era una blusa que le gustaba mucho. Envidié mucho a mi prima. No
hablar español es una gran ventaja en estos casos. Qué imán tengo para la gente
así… Nos sacamos fotos donde, por alguna extraña razón, el vestido se me colocó
de tal manera que parece que tengo un embarazo de seis meses. Mi primo está
deseando colgar la foto en Facebook para ver cuándo empiezan los rumores… Ya sé
de dónde saco yo la malicia.
Cuando el yogur helado ya se nos salía por las orejas,
fuimos al hotel a despedirlos. Allí nos hicieron entrega de un kilo de
chocolates que aún no he querido probar porque todavía estoy esperando a que me
bajen los huevos, las patatas y el yogur. En USA son muy famosos, y son estos:
Tras la entrega de los chocolates, prometimos hacer el
intento de viajar nosotros el año que viene, a ver si nos juntamos con el resto
de la familia. Más abrazos y a mí me dio la llorera. Soy una sentimental, qué
le vamos a hacer.
En fin, que han sido dos días estupendos y que espero que
pronto podamos volver a reunirnos. Esto de tener a la familia desperdigada por
el mundo tiene sus ventajas (el intercambio cultural, por ejemplo) pero tiene
unos inconvenientes terribles. Se lleva muy mal a veces.
Mando desde aquí un besito a mis primos (a todos ellos, no
sólo a los que han venido) y a mis tíos también (que sé que me leen todos de
vez en cuando, aunque nunca comenten…). Se os quiere mucho.
Hola guapa... mira por donde tenemos otra cosa más en común! yo también tengo familia desperdigada por el mundo y varios primos en USA.
ResponderEliminarMe da gusto que hayas podido compartir un tiempo especial con ellos, la distancia es muy dura. Espero que puedas ir pronto a verlos tu.
Un besazo.
A ver si es verdad. Eso esperamos... Un besazo!!!
EliminarYo también saludo a todos los Alter Ego repartidos por el mundo mundial y les digo que, si quieren otra prima más, a mí me gustan mucho los chocolates y no he comido croquetas ni tortilla que tenga que bajarme xDDD
ResponderEliminarA estas alturas ya ha bajado y hemos conseguido catar los bombones... Ricos, ricos. Un besote!!!
EliminarLas ventajas de tener a la familia desperdigada se ven sobretodo cuando viajas a verlos. Es una lástima que no se pueda viajar a menudo. Qué distinta sería la vida entonces. Nuestros últimos dos viajes han sido para ver a familia y lo hemos pasado genial.
ResponderEliminarBesitos
Sí, esa es una gran ventaja (pero le sigo viendo más inconvenientes, lamentablemente). Besazos!!!
EliminarCorta pero intensa, la visita de tus primos de NY a Madrid.
ResponderEliminarAhora toca disfrutar de esos bombones americanos.
Un besote y feliz fin de semana
Son de California pero sí, igual fue intensa, jajajaja. Espero no comerme todos los bombones de una sentada, que me conozco...
EliminarBesotes y buen finde para ti también!!!
Vaya buena pintan tienen esos chocolates y esas quedadas primiles, me ha encantado tu crónica, que bonito quedar en familia y que vaya todo rodado. A ver si es verdad y los visitáis pronto (las crónicas desde allí no tendrán desperdicio). Besitos guapa.
ResponderEliminarPues a ver si hay suerte y el próximo año puedo escribir crónica made in USA. Besotes!!!
EliminarSi necesitas refuerzo para comerte los bombones, llámame!!! Menuda visita familiar tan agradable.
ResponderEliminarJajajaja. Con el churri ya tengo ayuda de sobra... Pues sí, ha sido muy bonito. Pena que durase tan poco... Besotes!!!
EliminarHabrá durao poco la visita pero menudo partido le habéis sacado gastronómicamente hablando....
ResponderEliminarHasta las patas nos pusimos... Jajaja. Besotes.
EliminarPero bueno, ¿te inflas de chocolate y no me avisas? tienes delito, muchísimo delito....
ResponderEliminarTe lo perdono por que después de 25 años sin ver a tus primos por lo menos te endulzan el mal sabor de la despedida.
Me alegro de que lo pasarais bien. Besitos.
No me estoy inflando. Prometo que estoy siendo buena y me los estoy comiendo con mesura... Y, sí, algo me endulzan, sí... Besotes!!!
EliminarQue buena pinta tienen esos bombones!!! reparte! reparte! Me alegro que lo pasaras bien con tu visita familiar, aunque la despedida fuera tristona, ya sabes, ahorra y el año que viene os vais para alla (a por más bombones ;)
ResponderEliminarBesos!
Sí, si yo intento ahorrar. El tema es que el dinero se me va solito por ahí a vivir su vida... Besotes!!!
Eliminar¡refrescante encuentro, maja! La energía que se saca de estos pequeños encuentros es impagable
ResponderEliminarMuy cierto!!! Andaba yo en un estado de nerviosismo que no era normal... Jajaja. Besotes!!!
EliminarVisitar la ciudad con gente que no es de aquí siempre me hace descubrir cosas nuevas, a mí me encanta!
ResponderEliminarY tela lo de la mujer que os contó su vida...
Por cierto, ¿te queda algún bombón? Ñam!
Muas!
Pues sí, todavía quedan (sorprendentemente).
EliminarYo he descubierto el empacho. No veas qué sensación. Jajaja. Besotes!!!