Hoy paso a relataros cinco cosas que, inexplicablemente,
dejamos de consumir o hacer cuando dejamos de ser niños o adolescentes. A ver qué otras recordáis.
1- El potingue verdoso que se untaba cual cataplasma en
nuestro pechito cuando estábamos enfermos:
Tienes siete años, tos y mocos. Combinación perfecta para
que tu mami te unte el pecho con una sustancia viscosa con un olor a alcanfor
que tira para atrás pero que es mano de santo. Duermes toda la noche como un bendito.
Al cumplir los catorce años, prefieres toser como un
camionero y no pegar ojo en toda la noche antes que ponerte eso en el torso.
Ponértelo tú, obviamente. Lo de que te lo unte mami pues ya viene siendo
demasiado…
2- Hablar por teléfono durante horas sin nada que decir:
Esto es más de adolescentes. Acabas de salir del instituto y
ya le estás diciendo a tu mejor amiga (o a la que se haya ganado el título esa
semana) que te llame esta tarde. Si no te llama le darás el título a alguien
que sí lo merezca. Si te llama, la conversación será tal que así:
- Hola.
- Hola.
- ¿Qué haces?
- Nada, aquí. ¿Y tú?
- Pues nada, aquí…
Increíblemente, esta conversación de besugos puede
prolongarse durante horas, con el consiguiente ataque de nervios de tus padres
cuando llegue la factura.
Ahora que somos gente productiva y pagamos nuestras cuentas,
entiendo que no tengamos tantas ganas de conversaciones de besugo.
3- Las pulseritas de la amistad:
La franja etaria para utilizar estos complementos suele
abarcar desde los ocho hasta los trece años aproximadamente y dependiendo del
nivel de tontuna por el que nos hayamos visto afectados. Suelen ser tres o
cuatro hilitos de colores atados alrededor de la muñeca que te regalan tus
amigas de verdad y que tú a su vez regalarás como símbolo inequívoco de que esa
es amistad de la buena y de que no habrá catástrofe natural ni tragedia griega
capaz de separaros nunca. El hecho de estar cuando hace falta es optativo. Lo
importante es regalar pulseritas. Si se adquieren en un puesto de feria de
pueblo en pleno momento “Estuve en Villalmendruco de Abajo y me acordé de ti”
adquieren un valor inconmensurable.
4- Los colgajos chorras:
Vale, sacado de contexto suena muy mal pero dejadme que os
explique. Múltiples modas de colgajos chorras he vivido (y adoptado). A saber,
chinitos de la suerte, chupetitos, anillas de latas de refresco y demás cosas
colgantes que, por suerte, no cohabitan entre sí porque de haber venido todas
las modas juntas hubiésemos ido por la vida pareciendo una barraca de feria
ambulante. Ah, que igualmente lo parecíamos. Entonces no digo nada. ¿En qué
tribu urbana te encasillas cuando llevas colgando unos chinitos de madera de la
muñeca? Al cumplir los 16 años ya pasas de chinitos. Un buen colgante de
Derrotio & Filipino siempre luce más.
5- Quedar en la calle para hacer nada:
Este es un clásico. Quedas en el banco de la plaza con tus
amigos y… ya está. Ahí pasan las horas muertas. Sin hablar de nada en concreto,
sin saber ni a qué has ido. El banco está frío y húmedo. Hay cinco grados bajo
cero y la rabadilla se te va a desintegrar al menor golpecillo a causa de la
hipotermia pero tú aguantas ahí estoicamente porque a lo mejor viene el chico
que te gusta. Dijo que a lo mejor venía. ¿Por qué no viene? ¿El azul de los
dedos es algo normal o me estoy convirtiendo en Pitufina?
Ayyyy, qué nostalgia me ha entrado… ¿Todavía venderán los
chinitos esos o me dedico a colgarme anillas de latas de calamares en su tinta?
Es que ya no compro refrescos en lata…
Porque ahora los compro en botella. Tamaño familiar, ya sabes...
ResponderEliminarHe de admitir que yo redescubrí la cataplasma verde hace un par de años y ahora me acompaña en todos los catarros. Es milagrosa, oye.
Bueno, tú por lo menos quedabas en la playa en veranito, así sí... Ah, y los charms de Pandora no cuentan como colgajo chorra. Jajajaja.
Are you talking to me? Ay querida... por teléfono no sé... pero por whatsapp... puedo estar horas, jajaja. Y en cuanto a lo de la pulseras... pues bueno, creo que ya has leído los posts del 15J y el tema de las pulseritas de la amistad... y tan contentas que se fueron las socias con su pulserita de foreverfriends(que su precio tenga tres cifras en lugar de una es lo de menos).
ResponderEliminarLo del banco... ¡ay el banco! Aunque también te digo que conozco a muchas, "muchismas" madres que se sientan en un banco del parque a ver pasar la tarde mientras los churumbeles se rebozan en la arena.
La verdad... después de no pasar por aquí en un tiempo, voy y vengo a dar por saco... perdóname!!
Un besazo!
Jajaja. Tú nunca das por saco, nena!!!
EliminarSí, quién me dice a mí que no me iba a ir también la mar de contenta con una pulserita de la amistad 15J...
Lo de las madres es distinto. Lo hacen por sus churumbeles. Eso es amor del güeno.
Bechote!!!
Vaya nostalgia me ha entrado a mi tambien amiga jejej me ha encantado tu post. Recuerdo exactamente esos chupetitos colgantes de los que hablas, de hecho me ha dado mucha penita no saber donde estan jeje y lo de quedar para no hacer nadaa (bueno nosotros si que haciamos: Comiamos pipas a mansalva). Que tiempos aquellos jeje gracias por la regresión. Besitos.
ResponderEliminarBueno, sí, supongo que comer pipas se puede considerar una actividad per se. Jajaja.
EliminarDe nada, reina, pa´eso estamos... Besotes.
Jajajaja.... que bueno y acertado. Cuanta razón tienes corazón. Lo del teléfono, uff que identificada me he sentido, lo mío era una maratón diaria...
ResponderEliminarExcelente, me ha encantado.
Y lo mío. Era bestial aquello. Me tiraba la tarde hablando con gente a la que había visto toda la mañana. ¿De qué narices hablábamos? Jajaja. Un besote!!!
EliminarDerrotio&Filipino son los que yo me imagino? V&...
ResponderEliminar¡¡¡Otra entrada que me encanta, cada día te superas Álter!!!
Besotes :)
Sip, son esos...
EliminarMe alegro de que te haya gustado, hermosa!!! Un besote.
Huy...he recordado el anuncio de la cataplasma verde, qué risas:
ResponderEliminar_Babá, tedgo tos, cof! cof!
Un secreto...a mì ne encntaba el olor y a hurtadillas lo abría para embriagarme con su mentolado aroma...
Sí, el anuncio era algo increíble. No lo he incluido en los pesadillescos porque escribir la onomatopeya no es lo mismo que representarlo en vivo. Algún día hago un video post para desatar mi vena de actriz. Cada día tengo menos dignidad...
EliminarYo sé de uno a quien no le gusta el olor... El Gordi. La primera vez que destapamos un frasco en casa se ve que pensó "Bote que se abre = Comida". Vino escopetado y no hubo forma de frenarlo. Hundió la nariz en la cataplasma. Con el olfato que tienen, imagínate las horas que se pasó estornudando. Ahora es ver el bote de lejos y sale corriendo... Pobrecico mío. Besotes!!!
El 5 también lo podrías cambiar por "quedar en la calle para arreglar el mundo". Y ojo, yo sigo usando la cataplasma, mi abuela me dijo que nunca pasara de ella... XDD.
ResponderEliminarBss.
Yo recuperé la cataplasma hace un tiempo y no me arrepiento, la verdad.
EliminarLo de arreglar el mundo es sólo para gente pensante. En mi adolescencia todo mi afán era que por fin llegase el que me gustaba que, por cierto, nunca llegó.
Besos.
Pues yo soy cabezona, cabezona, y aunque me estuviera muriendo esa cosa verde y pegajosa nunca tocó mi pecho...sin que yo luchara con todas mis fuerzas, ahora por supuesto está desterrado. Me hiciste recordar a mis amigas, que raras y aburridas éramos,jejeje.
ResponderEliminarPues la cosa verde va genial. Yo la redescubrí hace un tiempo y ahora no vivo sin ella cuando estoy acatarrada.
EliminarLo más triste es que TODAS éramos igual de raras y aburridas. Ni siquiera destacábamos por originalidad... Jajaja. Besotes!!!
Y que me dices de la moda del colgante con el nombre? Me dio una alergia que tuve la cicatriz durante años!!!
ResponderEliminarPero eso es una moda como más atemporal. Mucha gente lo usa todavía. Consuélate y lleva esa cicatriz cual herida de guerra, recordándote tus tiempos locos. Besotes!!!
EliminarHaz nombrado bellos recuerdos. Todavía escucho los gritos de mi mamá con los recibos del teléfono, jijijiji. Sucedía cada vez que hablaba con mi enamoradito de la adolescencia. (Horas interminables). Las frotaciones de pecho, cada vez que nos agarraba la gripe, aquí nos echaban VIC VAPORUD, con olor a eucalipto, te cuento que hasta ahora lo uso con mis hijos. (No lo dejo por nada).
ResponderEliminarBesotes. Excelente entrada!
Es que eso para el pecho va genial. No entiendo por qué hay un momento en que uno deja de usarlo... Yo hablaba con los enamoraditos, con las amiguitas, con los conociditos... Un no parar. Besotes!!!
EliminarAyyy, qué nostalgia, qué tiempo aquellos en los que vivíamos sin preocupaciones o mejor dicho con preocupaciones que entonces nos parecían muuuy importantes pero que vistas desde la perspectiva que dan los años, no lo eran.
ResponderEliminarBesosssssss
Sí lo eran. Uno vive las cosas de acuerdo a su propia experiencia. Un besazo!!!
EliminarHacía años que no me acordaba de los chinos que colgaban de las pulseras. ¡Si encontrara uno por casa juro que me lo pondría!! Gran recuerdo estético
ResponderEliminarBueno, dejémoslo en "gran recuerdo" a secas. Jajajaja. Besotes!!!
Eliminarjajajaja, súper bueno el post, yo le añadiría también (en mi caso) el dejar de comer chuches y bolsas de esas que están tan ricas pero que tanto engordan, ayyy que buenos tiempos! :D
ResponderEliminarUn besote.
Yo con eso todavía me doy un homenaje de vez en cuando. Besotes!!!
EliminarVaya momento regresión! jaaj
ResponderEliminarEn mi casa la cataplasma es imprescindible, tengo un novio (futuro marido), con tendencias catarriles continuadas!
Y los chinitos esos, los vi hace poco en una web, no sé donde, parece que vuelve, como todo vuelve, jajaj.
Ains, aquellas tardes en el banco... De qué hablábamos, qué haciamos??
Genial entrada.
Un besito.
No me digas que vuelven los chinitos!!! Yo quiero!!!
EliminarDe lo del banco: La respuesta a la primera pregunta es DE NADA y a la segunda puede ser NADA o comer pipas.
Besotes!!!
Me siento joven jaja
ResponderEliminarEl unguento verde (Vips up porus supongo) lo sigo usando en mi naricilla por las noches (la rinitis alérgica no me deja respirar.
Soy una experta en hablar por teléfono horas sin nada que decir jeje. Menos mal que tenemos tarifa plana de llamadas.
Lo de las pulseritas y los colgajos... nunca. Ni ahora ni antes. Ahi pincho.
Peeeero, lo de quedar en la calle horas y horas... La de padres que nos juntamos en el parque a pasar las horas muertas mientras los retoños juegan.
Si es que soy un pimpina jeje
Yo volví al ungüento verde hace un par de años y me arrepentí mil de haberlo tenido abandonado tanto tiempo. Es mágico.
EliminarYo cada vez fui aborreciendo más el teléfono (consecuencias de mi época de teleoperata, supongo)
Al banco ya no voy porque no tengo niños pero, como comentaba más arriba, con niños no cuenta. Lo hacéis en pro de las criaturas. Besotes!!!
Joooooo, me habías quitado años con tu post y aohra me los pones snif snif
EliminarNo, no, no. Nunca fue mi intención... XD.
EliminarY nunca sabrá lo que se perdió :D
ResponderEliminarUn besote.
Que se fastidie. Es lo que les pasa a los que sólo buscan tetas (con perdón). Besos!!!
EliminarJajaja ¡qué míticos todos! xDDD Los recuerdo como si fuera hoy :P
ResponderEliminarY quién pudiera volver... Jajaja. Besotes!!!
EliminarMuy bueno!!! conste que yo me he re-enganchado a la plasta verde. A raiz de ponersela a mis enanos me dije, ¡qué leches! yo también me la voy a poner!, y funciona.
ResponderEliminarBesos
Y tanto que funciona!!! Yo también me reenganché y eso que no tengo niños. Ahora soy su fan número uno.
EliminarBesotes!!!
Yo soy fan de la pasta verde, cuando no puedo respirar por el catarro me pongo una miajilla en la nariz y hala, a dormir toda la noche :)
ResponderEliminarPor lo demás, touché!
Muas!
Yo también soy fan de la pasta verde!!! (Tenemos que montar un grupo en facebook o algo ¿Existirá?).
EliminarBesotes!!!
Me sacaste el lado nostálgico del asunto pero lo guay es ver que en todas partes se vive igual :P en México era lo mismo: los chinitos, las pulseras tejidas por ti mismo, las horas en el teléfono pufff que bonitooooooo
ResponderEliminarSí, aquí, en Uruguay, en México... La tontuna es internacional... Jajaja. Besos.
EliminarYo chinos no llegué a usar, pero el colgante de take that... ese si, que tenía dos T mayúsculas bastante molonas jejeje y el que era de plastico y ajustadito al cuello todavía lo uso, porque tengo colgando un elefante azul que me regaló mi madre...
ResponderEliminarLa plasta verde no la usé mucho, mi madre no era de esas cosas, el teléfono.. ainsss esas horas hablando con mi prima sin decirnos nada...Ah! y las pulseras de la amistad tengo una guardada de mi primer novio, deshilachada y rota, pero me da una pena tirarla...
Besos.
Es que esas cosas no se tiran, mujer. Se guardan cual tesoros, al menos hasta que en las mudanzas vayan desapareciendo... Besotes!!!
Eliminar¡Qué recuerdos! Es cierto que en el dichoso banquito no se hacía nada de especial, pero ahí estabas cada día sin importar el tiempo que hiciese y te lo pasabas pipa con cualquier chorrada jajaja. Ains qué tiempos tan tontorrones!
ResponderEliminarY tan tontorrones... Por un lado da mucha nostalgia. Ya quisiera yo volver a tener las mismas preocupaciones. Por otro, ¡qué suerte haber pasado ya por ello! Jajaja. Besotes.
Eliminarjajaja!! Qué recuerdos! Qué cosas más tontas hacíamos pero qué bien lo pasábamos. Gracias por trasladarme por unos instantes a esa epoca de locura hormonal transitoria. Bss!!!
ResponderEliminarJajaja. No has podido definirlo mejor. Un besote!!!
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