Operación verano

Ahora que comienza el buen tiempo (o amenaza con comenzar, o yo, pobre ilusa, pienso que va a empezar en breve) tengo que ponerme las pilas y empezar a hacer algo con este cuerpecillo que la naturaleza me ha dado.

Reconozco que soy muy vaga para todo lo que tenga que ver con el ejercicio físico, de manera que en invierno me dejo estar, me dejo estar y, como voy tapadita, no le doy importancia.

Pero un día llega el buen tiempo, te destapas y, de repente , descubres cosas que antes no estaban ahí o que sí estaban pero no exactamente en el mismo sitio y es entonces cuando dices “tengo que comenzar la operación verano”.

Tengo en casa una maquinita de estas de hacer escaleras que lleva juntando polvo todo el invierno. Se la compré a una compañera de trabajo, que ya se había hartado de ella. Creo que va siendo hora de desempolvarla, empezar a usarla, hacer abdominales, piernas… Tengo también un montón de videos de danza del vientre que, la verdad, me entretienen mucho, pero tengo que mentalizarme primero.

Hay quien me dice que sería mejor apuntarme a un gimnasio pero a mí, salir a la calle me da todavía más pereza así que sé que al final, si me apunto, iba a ser la cliente preferida porque iba a estar pagando sin que tuviesen que invertir nada en mí.

De manera que tengo que empezar a organizar mis horarios para que me dé tiempo a hacerlo todo porque claro… Ahora, además, soy blogger!!! Es decir, que el rato que dedicaba antes por las mañanas a practicar aquello del “mens sana in corpore sano” ahora lo dedico al “mens sana in blog sano”, por lo que debería empezar a levantarme antes para que me dé tiempo a hacerlo todo. Y, aquí, tenemos un nuevo problema. Dadas las horas intempestivas en que regreso a casa todas las noches desde el trabajo, entre que ceno, escribo la entrada del blog para el día siguiente, contesto comentarios y hago un poco el canelo, me terminan dando siempre las tantas y, claro, lo que menos me apetece es levantarme temprano para ponerme a subir escaleras.

Supongo que tendré que suprimir la entrada matutina al blog para poder dedicarme a mi belleza exterior y ya, si eso, ejercitaré mi cerebro sólo por las noches.

Cada día que pasa, me alucinan más las madres. Se ocupan de sus niños, trabajan, actualizan el blog, van al gimnasio, dejan su casa oliendo a frutos del bosque, hacen cupcakes… ¿Pero cuántas horas tiene el día de las madres blogueras? De verdad ¿sois humanas? Me quito el sombrero ante vosotras. Me tendréis que dar unas lecciones. Por favor…