Hace algo más de una semana, abrió a la vuelta de mi casa un
auténtico American Diner ambientado en los años 50. Con sus jukebox, su tele
emitiendo series y programas antiguos, sus sillones de polipiel…
Cuando vi que lo iban a abrir (antes era una tienda de
chinos) pensé que sería una genial idea innovadora de un empresario emprendedor
en pleno ataque de originalidad. Pero no. Cotilleando en Internet me enteré de
que era una cadena. Mi gozo en un pozo.
No obstante, esto no me hizo desistir de mi ansia de
conocerlo y la ocasión se presentó el pasado viernes por la noche. Pena que no
había tenido yo tiempo de agenciarme una falda acampanada y unas zapatillitas
blancas así que opté por ir con ropa de 2012, para sentirme atrapada en un
túnel del tiempo.
El primer contacto ya comenzó siendo surrealista. A todo el
barrio le había dado por conocer la novedad (si es que soy de un original que
no me aguanto, voy constantemente a contracorriente), así que aquello estaba
hasta los topes y nos dijeron que tendríamos que esperar como media horita pero
que, si había mesa antes, nos llamaban. Dijimos que valía porque, si algo no
falta en mi barrio, son bares donde poder tomar un refrigerio mientras haces
tiempo. El caso es que le tomaron el nombre a mi churri pero no el teléfono, lo
que me hizo abandonar temporalmente el local muerta de risa, preguntándole al
churri si le pensaban llamar a voces si había mesa antes de media hora.
Fuimos a tomar un piscolabis y, a la media hora, volvimos al
sitio en cuestión. Cinco minutos más tarde, teníamos mesa. La lástima fue que
nos tocó una mesa chiquitita que no tenía jukebox. Resulta que la música de
fondo la elige la gente (la que sí tiene jukebox en la mesa) y las canciones
van sonando por orden de petición. En cuanto a la música, era como un túnel del
tiempo desacompasado porque allí sonaban los Beatles, los Rolling… Era como estar
en los años cincuenta pero con vistas al futuro. Muy bizarro todo.
Comimos aros de cebolla, ensalada de col y sendos perritos
calientes que estaban bastante bien (dentro de lo que cabe esperar de un
perrito caliente), regados con una limonada rosa de lo más cuca.
Lo que más me gustó fueron los postres. El churri eligió una
New York Cheesecake que estaba muy buena y yo un Apple Crumble (adoro el pastel
de manzana), con sus pasas y su salsa de vainilla, que también me gustó mucho.
El último momento curioso fue a la hora de pagar. Mi churri
dejó dinero de tal manera que sobraban 1,75 €. No es la gran propina, pero no
llevábamos nada suelto. Cuando viene la camarera a recoger el dinero, mi churri
le dice que se quede con el cambio y ella pone una cara como si le acabase de
tocar el Gordo y exclama “Vaya, muchas gracias!!”. No sé si es que pensó que de
la cuenta sobraba más dinero o que en mi barrio la gente se está volviendo cada
vez más agarrada y ya nadie deja propina porque, la verdad, no me explico tanto
alboroto por menos de dos euros. A lo mejor emplea la misma técnica con todo el
mundo, para que la clientela se vaya de allí sintiéndose un pachá.
Luego nos trajeron un bote para que cogiéramos un chicle
cada uno. De estos de bola enooormes. El churri cogió uno azul y yo, para no
variar, rosa. Como estábamos hasta arriba de comida, optamos por dejarlos para
después. Mi chicle rosa terminó rodando debajo del sofá dado que cuando, un
rato más tarde y ya en casa, decidí echármelo al gaznate, lo fui a morder y era
tan duro que casi me atraganto y lo escupí, así que no puedo daros valoración
en cuanto a si estaba bueno o no. El momento penoso del día…
En general, le doy un siete. No es la gran maravilla pero
está graciosete y, todo hay que decirlo, muy bien de precio. Si repito
experiencia creo que lo preferiré para una merienda que para la comida o la
cena.
De todas formas, tienen reparto a domicilio lo cual siempre
viene bien para un momento de vagancia, de esos que últimamente abundan por
casa.
Yo tb he ido a uno de esos locales, pero comparado con uno de verdad al que fuimos en pleno desierto de mojave, no le llegaba ni a la suela del zapato. Un día de éstos contaré nuestra Honey Moon, en inglés pq fue por los Estados Unidos!! Besitos!!!
ResponderEliminarSí, cuando lo sacas de contexto como que no es lo mismo... Yo a ver si voy el año que viene a USA a ver a mi familia, que los tengo más abandonados... Un besote.
EliminarJo, eso no se hace.
ResponderEliminarDespués de una semana santa atiborrándome de torrijas, roscos fritos y monas con chocolate he cogido dos kilos, sumado a los tres que no hay forma de quitarme (vamos, porque el bote de la nocilla va que vuela)
Hoy he empezado la dieta, acabo de venir de hacer deporte y me he comido unos tristes trocitos de piña, y vas tú y me cuentas lo del perrito, la cheesecake y tu pastel de manzana, estoy salivando, no pue ser
Jajajaja. Estaba todo asqueroso. Mucho mejor una piña, rica, sana y natural. Un besote!!!
EliminarLo bueno que tiene vivir en la gran ciudad es que tenéis de todo!!
ResponderEliminarMe has recordado la tarta de queso que tomé en NY, la mejor que he probado en mi vida.
Ese chicle servirá de diversión para tus fieras.
Un besito!!
De todo, menos playa (vaya, vaya).
EliminarEl chicle ya me encargué yo de recogerlo en cuanto cayó. Paso de tener que llevar a los gatos al veterinario. Salió lleno de pelusas (Nota mental: Debajo del sofá también se aspira). Besotes!!!
Yo también he ido! Empieza por p el nombre? Que salió en la serie de física y química y por eso lo probé! A mi me encantó! Jajajaja
ResponderEliminarBesos
Sí, es ese. Premio para la señorita. A mí me gustó pero tampoco tiro cohetes. Besosss.
EliminarPues me gustan a mi estos sitios tipo "los 50", y la musica de la epoca genial, tan genial como sentirte atrapada en un tunel del tiempo jejej.
ResponderEliminarEspero que el chicle no rompiera el suelo. Besitos.
El problema con la música es que no era exactamente de la época. Ahí había cosas de los 60, de los 70... era como muy raro aquello.
EliminarEl chicle no rompió el suelo pero casi me parte a mí la mandíbula.
Besotes.
Debe estar genial el sitio.. Y lo de la camarera, jobá, si fueran así todas las mesas que atiende y en el caso de que tengan bote individual le cunde mucho eh Un bessotee
ResponderEliminarCon la camarera flipé. No veas qué algarabía por 1,75 €... Un besazo.
EliminarPeggy Sue? Lo amo!
ResponderEliminarNo se pueden tener secretos... Besotes.
EliminarPor aqui la verdad no hay sitios de esos la city es pequeñita... pero que no te extrañe la camarera, lo más normal es que se haga bote, así que dependiendo del sitio cobras cada mes, cada seis meses o si te vas no cobras nunca. Cuando estuve de extra en el aparhotel me quedaba con todas las propinas porque sabía que no iba a ver un € cuando se repartiera el bote y me saque un dinerito...pero cuando me fui del restaurante una de mis compañeras dijo que mi parte del bote se me daba que yo también había echado mis horas y me las merecía y me lo dieron.
ResponderEliminarEcho de menos las propinas, gracias a ellas mi bolita de pelo comía pienso gourmet jejeje
Ya, pero no sé. Me pareció tan poca cantidad... Será que yo nunca he trabajado en ningún sitio donde dieran propina, así que no estoy acostumbrada. Un besote.
EliminarYa me he buscado uno de la cadena en mi city, jejejeje...que a mí el rollito este me mola mazo (jo, que cavernícola que sueno!). Cuando estuve en Nueva Orleans había uno de los auténticos 100% de la época de Maricastaña, pero al final no lo visité...A ver si convenzo a mi churri y nos pegamos un garbeo por el lugar, ya te contaré! Maus!
ResponderEliminarEso, eso. Tú comparte la experiencia y ya me contarás si la camarera se pone a dar botes de alegría. Besotes.
EliminarMe has echo reir con lo del empresario en pleno ataque de originalidad y lo del chique,
ResponderEliminarespero que tus dientes anden bien! lo bueno es que te divertiste eso es lo mas importante! y lo de la camarera yo me hubiera quedado 0.0 si me responde asi!
Sí, mis dientes andan bien. Escupí el chicle antes de tener que lamentar males mayores.
EliminarEsos mismos ojos se me quedaron con la camarera. Esos mismitos.
Besos!!!
Y yo, y yo. Se mascaba la tragedia. Nunca mejor dicho... Jajaja. Un besote.
ResponderEliminarjooo yo quiero probar ese sitio. ¿Te quedas con mis niños y voy?
ResponderEliminarDepende. ¿Les tienes mucho aprecio a tus niños? Jajaja. Besos.
EliminarQué anécdota tan chévere. De verdad me gustó todo lo que viviste, y comparto contigo el postre de manzana, akí en Perú, hacen un pie delicioso.
ResponderEliminarLas inauguraciones de algunas tiendas, causan curiosidad siempre, la algarabia por saber qué nos ofrecen, es artífice de que a todos nos pike la curiosidad.
Qué bonito!
Te dejo un besote y muchos abrazos.
Es que somos un poco ovejunos, hay que reconocerlo. Donde va el resto del ganado, allí que vamos todos. Un besote!!!
EliminarHolaaaaaa otra vez, te dejé un comentario pero no lo veo.
ResponderEliminarDe todas maneras, dejo este chikito, por si se haya borrado.
Me gustó tu entrada, y lo que pasó con el chicle, muy divertido.
Las tiendas comerciales, siempre son curiosidad para todos y más, si son nuevas.
Un abrazo.
Se han publicado los dos. No los ves en el momento porque tengo habilitada la moderación de comentarios así que, hasta que no entro al blog y los apruebo, no se publican. Así que, aunque no los veas, ya se verán. Jajaja. Un besote.
EliminarTú que eres club platino... te suena hace años, muchos muchos años... unos restaurantes de la cadena que se llamaban algo así como Fifties?? Unos iluminados, pero desaparecieron antes de tiempo.
ResponderEliminarUn beso!
Me hablaron de ellos pero no los conocí porque no vivía en las Españas en aquel entonces. Pena no haber podido hacer la comparativa. Besotes!!!
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