Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de la
cantidad de cosas que he hecho en esta vida y que he ido dejando de lado.
Soy inconstante. He de asumirlo. Hagamos un review.
Cuatro años:
Natación y Ballet. No recuerdo haber solicitado
explícitamente acudir a ninguna de estas clases. La natación me duró muy poco
porque la detestaba y mi madre detectó perspicazmente que no había yo nacido
para sirena, así que no me llevaron más. El Ballet me duró hasta los seis años.
Siete años:
Decidí cambiar el Ballet por Gimnasia Rítmica. La cosa
me duró muy poco porque yo era de lo más patoso y mi gasa, mi pelota y mi aro
eran unos rebeldes que nunca caían donde yo quería que cayesen.
Diez años:
Vi treinta y cinco veces (contadas, no lo estoy
diciendo a boleo) la película “Chorus Line”. Decidí que lo que más molaba en la
vida era la danza moderna. Esto me duró bastante más tiempo y la verdad es que
hasta el día de hoy me arrepiento de haberlo dejado (porque también lo dejé, sí).
Once años:
Tras un viaje a Uruguay donde tuve mi primera
experiencia hípica en el campo de mis primos, decidí que quería ir a clases de
equitación, además de las de danza. Lo dejé un año más tarde porque aquello de
que me estuvieran diciendo constantemente por dónde ir, marcar las esquinitas y
dar vueltecitas me aburría soberanamente. Lo mío es pillar campo y sentirme
libre como el viento. Adiós equitación.
Doce años:
Desarrollé una afición desbocada por el ajedrez.
Tampoco mantuve durante mucho tiempo el hobby, mayormente porque casi nunca
tenía a nadie con quien jugar, y doy fe que de que jugar sola al ajedrez es un
auténtico pestiño. Paralelamente, opté por dejar un poco apartada la danza y
dedicarme al Arte Dramático para convertirme en una artista integral. La cosa
me gustó mucho más de lo que había pensado que me gustaría y estuve con ello
hasta los quince, ya en Uruguay.
A partir de ahí ya paré con la tontería. Es evidente
que lo mío es empezar las cosas. No acabarlas. No obstante, en momentos
puntuales de mi vida, me dio por aprender a echar las cartas de Tarot,
desarrollar técnicas telepáticas, aprender a leer en braille, coleccionar
monedas, coleccionar sellos y no sé si alguna otra cosa más.
Huelga decir que, a día de hoy, no echo las cartas de
Tarot, no soy telépata, no sé leer en braille (y sin gafas no sé leer en nada),
las monedas me duran lo que un caramelo a la puerta de un colegio y, teniendo
e-mail, para qué quiero sellos…
Ya más adelante, un poco más mayorcita, digamos a los 25, me
dio por tener blog. Me duró dos años y, para este año 2012, me hice el firme
propósito de abrir otro y mantenerlo.
De momento, vamos bien.
jajajja me ha encantado tu entrada!! Yo haría una igual (aunque muchisimo menos ingeniosa claro) sobre las cosas que empece y termine al poco tiempo... es bueno investigar que es lo tuyo. En la gimansia eramos igual de "malas" me temo jajaj y me ha encantado lo de que no eches las cartas del Tarot, no te veia mucho la verdad!!! Besitos guapa
ResponderEliminarUy, pues a mí me encantaría, en plan bruja piruja...
EliminarEl problema con investigar qué es lo mío es que aún no he descubierto qué es.
Un besote.
Yo jugaba a telepatía con mis hermanas, lo que nos gustaba el misterio...y las pelis de miedo.
ResponderEliminarOdié el ballet hasta que mi madre se dio cuenta que lo que más me gustaba de clase eran mis maillots...lo del plie-releve, menos, mucho menos, nada vamos...
A mí el ballet no me disgustaba pero es demasiado estructurado. Por eso me gustaba mucho más la danza moderna.
EliminarEl misterio me flipaba también. Aún me flipa. Besos.
Holaaaaaaaa, hermosas etapas las tuyas, desde niña me encantó el vóley, deporte favorito que hasta ahora practico. En la adolescencia, fueron los patines, los adoré tanto, que creo que si los veo de nuevo, no dudaría en salir corriendo y patinar por todos lados.
ResponderEliminarAdmiro lo de telépata, te diré que en mi caso, me fascina todo lo referente a ello.
Respeto a la natación... por Dios santo, soy un desastre, temo ahogarme; no sé nadar.
Aprovecho para invitarte a votar por un relato que está concursando, se llama el ESPEJO, el concurso es de relatos breves.
Si te gusta, apóyame con un voto.
El link está en mi muro de face, se llama: PARTICIPO CON UN RELATO, le das clic y directo te lleva a leer, votar y comentarlo.
Sería lindo contar contigo y sorry que no pueda poner el enlace directamente aquí...me crearás, que no sé cómo?
Te dejo un abrazote y como siempre fue grato estar aquí!.
Excelente.
Pues tú por lo menos has mantenido alguna de tus aficiones infantiles...
EliminarLuego busco el enlace y leo el relato. Prometido. Un besito.
Bah, tranqui, somos muchos xDDD
ResponderEliminarAh, bueno, me dejas más tranquila. Jajaja. Besos.
EliminarBueno... yo también soy de empezar a hacer las cosas y en el calentón soy capaz de hacer lo que sea como si no hubiera mañana. Quise empezar una vela de crochet... me hice tres. Quería un collar de bolitas... hice una gargantilla y como me sobraba entusiasmo una flor para ponerla a una gomilla... y así con todo. Ahora se me ha metido en la cabeza estudiar y miedo me da!!!
ResponderEliminarTranquila, que no eres la única, tú vete escribiendo los estatutos que yo pongo las croquetas y formamos la hermandad del proyecto sin fin... ya veremos qué imagen sacamos en semana santa jajajajajajaja
Jajaja. Sacaremos a pasear por las calles los maillots, las cartas de Tarot, las agujas y las bolitas. Un exitazo. Besos.
EliminarSi que ha sido coincidencia haberme encontrado en mi entrada vampirica con el titulo que los dos ya sabemos. Yo tampoco soy muy constante y dejado atrás cosas de las que me arrepiento, pero es lo que hay, cada uno es un mundo y la perseverancia y constancia no tiene porque ser siempre una virtud. Espero leerte durante mucho tiempo, y si no, lo entiendo, a veces uno siente la necesidad de cambiar constantemente de aires, porque simplemente se envician. Un abrazo y gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarBueno, de momento no tengo intención de dejarlo. Espero que me dure la cosa, jajaja. Gracias por pasarte, un beso.
EliminarOtra cosa que tenemos en común. A mi me ha costado, pero lo he aceptado, soy incostante per se, no hay nada que hacer!! Muack!
ResponderEliminarNo. Una se llena de buenos propósitos peeeero.
EliminarBesotes
Yo también me uno al club de los inconstantes, he dejado (por orden cronológico) el ballet, el boleibol, el teatro, la pintura y los dardos. El caso es que en ocasiones no siempre es la inconstancia, muchas veces las circunstancias (laborales, económicas, de disponibilidad...) no nos permiten seguir con las "actividades extraescolares" pero claro, supongo que si querer es poder esto no sirve como excusa. Siempre podemos decir que somos constantes en ser inconstantes.
ResponderEliminarBesos!
Eso me ha gustado. Somos super constantes. Siempre, siempre, siempre... lo dejamos todo a medias, jajaja. Besos.
EliminarJajaj, yo soy bastante constante. Aunque muchas veces no empiezo las cosas sabiendo que no las voy a poder acabar, o dedicarle todo el tiempo que quisiera. Y esto tampoco no sé si es muy bueno, jajaj. Lo del tarot me ha dado pelín yuyu, échame unas cartas!! jajaj
ResponderEliminarHaz lo que quieras, pero el blog no lo abandonas, eh? Que me voy yo para la gran ciudad a buscarte y sentarte de los pelos frente al ordenador.
Besitos.
Uy, uy, uy, qué miedo me has dado... Sí buana, ya escribo, buana... Besotes.
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