Con parpadeos a mí...

Si hay un invento diabólico en el mundo de la informática, ése es el cursor.

Provoca una sensación indescriptible el estar frente a la página en  blanco, devanándose los sesos, pensando de qué sandez vas a escribir hoy y lo ves ahí, parpadeando, como guiñándote un ojo en plan desafiante, diciendo 

- Qué solita está la página, ¿eh? A mí no me mires que no te pienso dar ideas…

- Ser infecto. Y te creías que ibas a poder conmigo. La Flaca es mucha Flaca. Pensabas que no me ibas a dar ideas pero sí, me la has dado. Ja! Chúpate ésa. ¿Qué se siente ahora? He destronado tu supremacía, me he consagrado como la líder absoluta de este documento, otrora en blanco. Y tú cada vez parpadeas menos porque no te doy oportunidad. Mis dedos vuelan sobre el teclado sin darte capacidad de réplica. Que aquí mando yo, a ver si te enteras, línea vertical insulsa.

- Uy, ¿qué te pasa? ¿Has dejado de escribir? ¿Se ha agotado de repente tu verborrea dactilar? Aquí estoy, parpadeando otra vez, a ver cómo sales de este embolado, que de un cursor no hay mucho que contar. Te crees súper original con eso de “voy a escribir sobre el cursor”, “voy a vencerle en su propio terreno” Que no, ilusa, que en esto yo tengo más experiencia y sé de estas cosas. Hazme caso, tonta, si te lo digo por tu bien.

- ¿A que termino el post y te anulo la capacidad de parpadear hasta el siguiente?

- No serás capaz ¿En serio piensas publicar este sinsentido?

- Uy, no lo sabes tú bien. Peores cosas he dado a conocer al mundo en mi vida y no me he puesto ni colorada.

- Tu prestigio quedará por los suelos.

- ¿Qué prestigio? Esas amenazas te valdrán con García Márquez. Conmigo no cuela, majete.

- Prometo portarme bien.

- No te creo. Siempre dices lo mismo y te ríes de mí cuando estoy carente de inspiración.

- Venga, escribe de algo que le interese a la gente.

- Vil excusa para que te mantenga aquí, riéndote de mí.

- No, no. ¿Qué haces? ¿Ese es el botón de Publicar? No se te ocurra darle al botón de Publ