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domingo, 29 de enero de 2012

Como un queso

Hace unos días me sucedió algo inesperado. No sé si el tema de la llamarada solar que se avecinaba habrá tenido algo que ver pero a mis treinta y tres añazos no estaba yo ya preparada para lo que me aconteció.

Ligué. En la calle. Así, como suena.  

La historia se desarrolló de la siguiente manera: Iba yo a trabajar como cada tarde y, al cruzar la calle, me percaté de que esperaban su luz verde dos coches y una moto. Yo no me fijé ni en los unos ni en la otra. Cruzo y, justo cuando termino de cruzar, el semáforo se pone verde para los coches. La moto hace un pirulo muy raro, se sube a la acera y se para a mi lado.

El hombre se quita el casco. No podría decir que estaba buenísimo ni que era muy guapo pero tranquilamente se lo podría catalogar de “interesante”. Treinta y tantos largos o cuarenta y poco, barbita entrecana, buena planta, buena moto… Total, que me dice (con acento francés, que esto también suma puntos):

- Oye, perdona.
- Sí. Dime.
- ¿Sabes donde hay un (insértese aquí nombre de cadena de establecimientos alimentarios muy conocida. Horizontal. Cuatro letras. Logo de palabra blanca sobre fondo rojo. Creo que ya lo tenéis) por aquí?
- Pues no, ni idea…

Sirvo de mucha ayuda, es lo que tengo. Me disponía ya a darme media vuelta y proseguir mi Via Crucis camino cuando va y me suelta

- ¿Te puedo invitar a tomar un café?
- No, gracias.
- ¿Tienes prisa? ¿Puede ser en otro momento?
- No, gracias. (Cuando me pillan desprevenida tengo una facilidad de palabra pasmosa, como fácilmente podéis comprobar).
- Vale, lo siento.
- Hasta luego.

Análisis de la conversación:

“¿Te puedo invitar a tomar un café?”:  No sólo me invita cortésmente a degustar una infusión sino que encima me pide permiso para invitarme. ¿Se puede ser más caballeroso? Le faltaban la capa y la espada (el caballo no porque, al ser un caballero moderno, lo había sustituido hábilmente por una moto).

“¿Tienes prisa? ¿Puede ser en otro momento?”: O sea, que estaba dispuesto a pedirme el teléfono y tomar el café cuando a mí me viniese bien. Un puntazo.

“Vale, lo siento”: ¿Qué decir a esto? Es tan caballero que hasta me pide disculpas por haberme abordado así, en medio de la calle, sin anestesia ni nada. Soy un poco cortadilla pero le tenia que haber dicho “No lo sientas, majo, que me acabas de alegrar el día”

Conclusión: Llegué al trabajo inflada como un pavo. Lo primero que hice fue contárselo a mi churri (sí, trabajamos en el mismo sitio así que lo veo prácticamente las 24 horas del día. Otra cosa, no sé, pero comunicación tenemos para dar y regalar), instándole a sentirse orgulloso de que, a mis años, aún le tiran los tejos a su chica por la calle. Mejoro con el tiempo. Lo dicho: Como un queso.  

8 comentarios:

  1. y lo bien que sienta que no doren la oreja!!
    felicidades

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    1. Vaya que si sienta bien... Anduve todo el día con el ego subido. Jajaja. Besos.

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  2. jejejeje buenísimo.
    Yo no creo que vaya a mejor. Pero es curioso, con 18 años sólo tenía un pretendiente y según he ido creciendo se han ido multiplicando!!! Y con proposiciones serias y todo... jejeje (y todos conociendo de la existencia de mi... pareja estable.. jajaja lo cual me hace sentirme todavía mejor.. porque hay que tener valor)

    Un encuentro semejante le pasó a una compañera mía de piso el año pasado con un fontanero de buen ver y joven que vino a arreglarnos algo de la cocina. Discretamente, el fontanero, consiguió su número de teléfono (se lo hizo poner en la factura como algo "necesario") y le mandó un mensaje a la chavala en plan que le había encantado...

    Buahhh yo que soy muy romántica y muy de historias inverosímiles le insistíiiiiiii para que contestase... (vale, ella tenía novio... pero ¿y qué? tenían problemas... jajajaja)en fin...

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    1. El fontanero que viene a mi casa la verdad que también es joven y de muy buen ver pero nunca me ha pedido el teléfono. Tampoco le contestaría el mensaje, que yo no tengo problemas de pareja pero estas cosas te suben mucho la moral. Besos.

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  3. Jajaja qué puntazo xD
    A mi prima Nuria le pasó ayer algo parecido. En la fachada de su edificio están haciendo unas obras y el más viejorro de los obreros, que encima es uno de estos que quieren ir de jóvenes y lleva un pendiente, le tiró los trastos. Partida de risa me hallo con su pretendiente :P

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    1. Jajajaja. Se ve que hemos vuelto a la etapa del romanticismo... A ver si es verdad porque así es que da gustito, oye.

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  4. Increíble guapa, a mi éstas cosas no me pasan! El último que intentó ligar conmigo fue un comercial de telefónica...

    Desde luego, a mi me pasa algo así y me quedo flipada para toda la semana!

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    1. Yo aún estoy en estado de shock. A ver si vas a pensar que estoy acostumbrada a estas cosas... Jajaja.

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