Marrameowww!!!
Como bien sabéis, Munchkin es de lo más tiquismiquis con el
asunto del antiparasitario. Mientras yo me tomo la pastilla sin hacer apenas
escándalo porque así termino antes con el sacrificio y puedo disfrutar de mi
premio en forma de latita rica, con él lo han intentado ya absolutamente todo.
La primera opción fue, lógicamente, la pastilla; pensando
ilusamente que se la iba a tomar de tan buen grado como un servidor o, al
menos, que tras un poco de lucha iban a ser capaces de pasársela por el gaznate
como hacían con el difunto Luhay. Creo que esto lo consiguieron una o dos veces
cuando era apenas un cachorro. A partir de ahí mejoró su técnica y, a día de hoy, cierra la boca en
banda, tira zarpazos a diestro y siniestro y no hay manera de que se meta eso
en la boca (si os lo estáis preguntando, no, el veterinario tampoco puede).
Así que pasaron a llevar al veterinario al imberbe para que
le diera un antiparasitario en pasta. Al principio, medianamente se tragaba
aquello pero, después de un par de visitas, decidió que ya estaba bien de que
le pusieran una jeringuilla en la boca, como quien rellena un pavo, así que
tuvieron que pasar directamente al pinchazo en el culo. Claro está que esto no
le gustaba nada, así que en la última visita que realizó al veterinario, montó
tal escándalo que pensaron que tenían que buscar alguna otra solución.
La solución llegó en forma de pipeta que se aplica sobre la
nuca. Bueno, solución para los humanos porque se ahorran el trago de tener que
llevarlo al veterinario a pasar vergüenza con las que lía en la consulta. Para
Munchkin no es mucha solución, ya que no le gustó nada que lo cogieran, lo
inmovilizaran y le pusieran un líquido donde no se puede lamer. Para colmo, lo
tuvieron un rato separado de mí porque tenían miedo de que yo (que sí podía
lamerlo) me dedicase a degustar el antiparasitario, como si no tuviera mejores
cosas que hacer.
Así que, en principio, podría decirse que la operación fue
un éxito, de no ser por la salvedad de que el jovenzuelo (ya no tan
jovenzuelo, a estas alturas, pero para
mí es un chaval) parece ser que se ofendió por este ataque a traición. Se pasó
un par de días ignorando abiertamente a los humanos. Hasta se dejaba comida en
el plato, él que suele ser de devorarlo todo en cuanto se lo ponen delante.
Después se lo terminaba porque se ve que una cosa es estar ofendido y otra
quedarse con hambre pero se ve que esa era su manera de hacer ver su profunda
indignación y su desacuerdo con la forma
que habían tenido de manejar el tema.
Ahora ya ha vuelto a comer de una sentada pero ya veremos si
a la próxima ocasión en que quieran aplicarle la porquería esa, tienen tanto
éxito.
Ya os lo contaré dentro de tres meses.
Prrrrrr.
¿Tú sabes por qué los humanos no tomamos de eso?
ResponderEliminarPorque os gusta hacernos sufrir a nosotros.
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si se resistía a tomar la pastilla, difícilmente se iba a dejar pinchar donde la espalda pierde su nombre. eso no les gusta ni a los felinos, ni a los humanos, ni a nadie.
ResponderEliminarmunchkin es para ti como los millennials para los cuarentañeros. ;)
Pues sí, yo a esta juventud no la comprendo, aunque luego hay cosas para las que es más clásico que yo, como el plato del agua, por ejemplo.
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Hola! Viendo que cada cosa lo aguanta un par de veces miedo me da como no soporte tampoco la nueva técnica, jejeje.
ResponderEliminarEso de haceros los ofendidos y no hacernos caso os sale muy bien, tanto a vosotros los gatos como a los perros, jajaja.
Besos!
Pues al final se llenará de parásitos, como siga por esta senda.
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Pues sí que está tiquismiquis... No aprende de ti, con lo bien que lo haces. Si le darían premio y todo! Anda que...
ResponderEliminarBesotes!!!
El premio se lo dan igual pero es que a él las latitas no le hacen mucha gracia. Prefiere el pienso de toda la vida. Para ser tan joven es demasiado clásico.
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Los dos míos reciben cada tres meses regularmente su pipeta, es un chollo, ni gritos, ni carreras, ni inmovilización gatuna y zarpazos, ni na de na! Y de una vez pa otra no se acuerdan.
ResponderEliminarPues no sé yo si éste no se acordará. Para eso de los rencores es muy suyo.
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Qué delicado eso de la pipeta en la nuca... Creo que a mí se me quitarían hasta las ganas de hablar.
ResponderEliminarTu perspectiva de espectador mola más.
Besos.
Si es que mejor tragarse la pastilla y a otra cosa. Lo que le gusta un drama a este jovenzuelo.
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Menudo carácter que tiene el imberbe!
ResponderEliminarLe deberías de explicar las ventajas de tomárselo a la primera, para eso eres el listo.
Prrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
Si yo se las explico pero él ha salido así de Drama King.
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Bueno es lógica su indignación, a nadie nos gusta que nos ganen la partida y esta vez, pipeta de por medio, se la han ganado jeje. Está claro que es por su bien, pero también lo eran las vacunas para nosotros de cachorros y no nos gustaban mucho que digamos.
ResponderEliminarPero si es que siempre le digo que, de una forma u otra, se la van a ganar. Hay que saber elegir las batallas...
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La bruja me agrada, pero he decidido ponerme de tu lado. Así que seguí con tus maldades y hacete respetar por el (no tan) joven felino.
ResponderEliminar¿Sabías que a alguien se le ocurrió hacerse el muerto para ver como reaccionaba su gato? Quien olfateó y se puso a dormir la siesta.
https://es.noticias.yahoo.com/fingio-su-muerte-para-ver-la-reaccion-su-gato-pero-se-no-esperaba-lo-que-sucedio-201541889.html
A ver si se piensa este hombre que somos tontos. Escuchamos la respiración y los latidos. Apoyo completamente al gato. Si él se tumba a la bartola en vez de estar adorando al gato, el gato tiene derecho a dormir un rato también.
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Te recomiendo que leas Los gatos de Ulthar, de Lovecraft, o pediselo a la bruja que te lo lea. Un cuento de terror en que hay una venganza felina. Creo que este autor ha entendido bien a tu especiel.
ResponderEliminarY te vuelvo a recomendar Puerta al verano, de Tobert Heilein. Te gustaría la amistad entre el protagonista y su gato.
Le diré a la bruja que me los lea, aunque a veces me lee El Gato Negro, de Poe. Es una historia preciosa.
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Yo sé lo pongo en el pelo. Un beso.
ResponderEliminarPues así lo hizo la bruja con el imberbe. Pero parece que tampoco le hace gracia.
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Juas! Pero si lo de la pipeta es súper delicado! O eso pica o huele raro? Hay que ver con el peque!!!
ResponderEliminarRascaditas!
No sé porque no la he probado. A mí con la pastilla ya me vale, que al mal paso mejor darle prisa.
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Pues parece que le han encontrado una solución. Al final creo es la menos traumática...
ResponderEliminarBeso
Pues no lo parece, a juzgar or su reacción...
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No parecía tan listo, pero se ve que sabe defenderse de cada ataque. Esperamos la crónica dentro de tres meses!
ResponderEliminarTiene mucho carácter pero creo que todavía no ha aprendido el arte de la sutileza.
EliminarPrrrrrrrr.