Iba en el autobús la otra mañana rumbo al trabajo con una
compañera que, aparte de compañera es vecina. Vive en la esquina de mi casa y
se sienta a mi lado en el trabajo; así que yo creo que la veo más horas a la
semana que al churri.
En fin, el caso es que íbamos hablando de nuestras cosas (de
las cosas que medianamente se pueden hilar a las seis y veinte de la mañana)
cuando, en la ventana que llevaba yo a mi izquierda, se posó una polilla. Mi compañera
casi entra en estado de pánico y me dice “¡¡¡Ay, tienes al lado una polilla!!!”.
Confieso que a mí tampoco me gustan demasiado pero no les tengo ese terror que
les tiene otra gente y esto me dio que pensar (repito: lo que se puede pensar a
las seis y veinte de la mañana).
¿Por qué las polillas nos producen aversión? La respuesta es
simple: Porque son feas. La mayor parte de la gente (no digo toda porque sé de
personas que se ponen histéricas hasta con las inocentes y cuquísimas
mariquitas) ve una mariposa y dice “Ayyyyy,
mira que mariposa tan bonitaaaaa” y se solazan en ese bucólico momento.
Las polillas son el mismo bicho pero con la diferencia de
que son nocturnas, no tienen colores vistosos y son más “peluditas”. Pues ahí
tenéis un claro caso de discriminación entomológica basándonos en el aspecto
del pobre bicho. Las polillas no pican, no hacen mal a nadie y mis gatos las consideran
un manjar sólo comparable a que nosotros viéramos patas de jamón de jabugo
volando por los aires y chocándose contra las bombillas. Si a eso le sumamos
que a todas luces son unas fiesteras porque se pasan toda la noche de picos
pardos, deberían parecernos graciosísimas. Total, por las noches se ven muchos
seres poco vistosos y, en ocasiones, muy peluditos y no hacemos tanta alharaca.
Pasa lo mismo con las babosas, que yo creo que las discriminamos porque son
caracoles homeless.
Tendemos a defender más a los animales que nos parecen bonitos.
Sobre todo si son mamíferos porque tenemos una cierta sensación de pertenencia
de grupo. No se habla de la defensa del besugo ni se ondea una bandera por los
camellos, pese a que son los encargados de traernos regalos en enero (o de surtirnos
de sustancias estupefacientes, según de qué clase de camellos estemos
hablando).
Así que vaya desde aquí mi defensa y mi solidaridad con las
polillas, que también merecen su espacio en el mundo y en los medios de
transporte público. Aunque no pagan billete y eso sí me cabrea un poco porque
tal vez estemos ante un claro caso de discriminación positiva. Ya que van a
usar autobuses, metros (y, a veces, hasta taxis) para desplazarse de un lugar a
otro en lugar de usar sus alitas que para eso las tienen, qué menos que exigir
que paguen su parte.
Si exigimos igualdad, que sea con todas las consecuencias.
eso último me ha hecho recordar una escena de la aventura 'safari callejero' de mortadelo y filemón en la que meten en un taxi a un dromedario, y ante el cabrero del taxista, dicen "oiga, sólo decía que estaba prohibido subir con perros!".
ResponderEliminarla palabra lepidóptero la aprendí de pequeño en otra historieta de los mismos personajes, utilizada como insulto.
vaya vaya, así que a forlán y a munchkin les gustan las polillas tiernas. la cadena alimentaria, lo llaman. ^_^
besos!!
Estos comen cualquier porquería. No son nada sibaritas. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarA mí me repelen las culebras, las ratas y la ganadería política en general. Los insectos no suelen enamorarme, ni crisparme.
ResponderEliminarBesos.
Yo no soy muy amiga de los insectos, la verdad. Y eso que mi madre es entomóloga... Tal vez por eso mismo. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarA mí los insectos no me gustan. Les tolero porque no me queda de otra, pero en realidad me dan ansiedad, no digo miedo. Me generan inquietud, imagino que porque se mueven deprisa, o vuelan. El escarabajo pelotero no corre, lo sé, pero veo más hormigas y me inquieta ese correr perpetuo, por ejemplo. Las mariposas gustan porque son bellas, como dices, y las polillas, amén de llevarse roperos, son grises, y feas.
ResponderEliminarMe uno a tu canto en defensa de las mariposas feas, los animales feos en general, porque mi perrita, que murió el año pasado, la rescatamos de un perrera de cachorrita y era fea a rabiar, pero durante 16 años fue la más bella perra del mundo. Un abrazo
Es que nos dejamos llevar por la estética en todos los ámbitos. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarYa era hora de que alguien apoyara a las pobres polillas.:). Un beso
ResponderEliminarVoy a imprimir camisetas o algo. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarInteresantes planteos, buenos argumentos. No se justificaba semejante reacción de tu vecina.
ResponderEliminarTu simpático gato va a tomar represalias, por esa afirmación de que comen cualquier porquería.
Besos.
Con un poco de suerte no lo habrá leído. Nunca me lee porque considera que mis escritos no tienen la calidad suficiente... Besotes!!!
EliminarQue buena que sos!!! En defensa de los más débiles y feos!!! Jaja..
ResponderEliminarMe reí con lo de los gatos que las consideran manjar. Claro que si, las ven como una presa de cacería genial!
beso
Alguien tiene que salir en su defensa, pobres. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarAquí en Gijón ha habido una plaga de polillas y la gente ponía en sus casas unos chismes donde se quedaban pegadas y morían lentamente y yo quedaba como la loca porque me negué a tal barbarie. Menos mal que ha pasado y en mi casa, al menos, la cosa no ha ido a mayores pero me uno a tu causa, que a mí me parecen preciosas y te confesaré, y esto es totalmente real, que de pequeña tuve una y se llamaba Renata, y falleció quemada por la plancha de mi madre, menuda llorera pillamos todos. Y a mi madre aùn le dura el disgusto teñido de culpabilidad.
ResponderEliminarBesos.
Ay, qué muerte tan horrible, pobre Renata... Eso sí, me pregunto qué hacía posada en la ropa. Tal vez se la estaba comiendo, la muy ingrata. Besotes!!!
EliminarDesde luego que por la noche todos los gatos son pardos y a veces habré pasado por mariposa yo que soy una polilla repugnante... Por cierto! Me temen más por mi capacidad de saltarles a los ojos, posarme en sus cabezas y hasta introducirme en sus bocas como la mañana les empuje a un bostezo sonoro y campanillesco. :)
ResponderEliminarMantente alejado de mis gatos, entonces, que estos te meriendan. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarLeyéndote, me ha gustado tanto, que yo también me hago defensora de las polillas :)
ResponderEliminarMuchos besos, guapa.
Deberíamos montar una plataforma. Jajajaja. Besotes!!
EliminarCon lo de las babosas me he reído un montón. En cuanto a las polillas, una que es una loca de las mariposas, también adora las polillas, y en cuanto a lo de peludas... las mariposas también lo son, pero han tenido mala fama de siempre.
ResponderEliminarYo siempre he visto como más peludas a las polillas, la verdad... Yo no es que las adore, la verdad. Confieso que no me hacen mucha gracia pero debe ser porque estoy influenciada por el espíritu estético. Besotes!!!
EliminarYo, para comer, no soy tan selectiva. Los corderos me parecen una auténtica monada y aun así me los como a dos carrillos. Soy una salvaje. Jajajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarSomos todos iguales, pero algunos son más iguales que otros...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Pues sí, Orwell tenía mucha razón... Besotes!!!
EliminarTe quiero mucho, así nomás. Igual un poco de bronca también te tengo, porque acabas de hablar de un tema que vengo pensando mucho, y que iba a ser una de mis próximas publicaciones. Igualmente lo haré, pero ahora siempre va a quedar un ápice de duda de si fui original, o simplemente robé y exploté tu idea. Pero es así, solemos discriminar mucho a los animales todos, por su apariencia. Siempre pienso en ello. ¿Y si agarramos a la misma mariposa pero antes de que emerja de la crisálida? MONSTRUO!
ResponderEliminarOyyyyyyy. Un monstruo me quiereeeeee!!! Jajajaja. No te preocupes, que no te acusaré de plagio. No me considero tan original como para suponer que mis ideas no se le podrían ocurrir a nadie más... Besotes!!!
EliminarJajajaja, me parto con los jamones de jabugo voladores.
ResponderEliminarPero tienes razón, discriminamos por el aspecto físico. Si es feo nos cargamos al bicho, si es bonito le perdonamos la vida y encima decimos ohhhhh.
Cuánta crueldad.
Somos unos superficiales. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarAsí somos, yo al único que no soporto es el mosquito, y no por feo sino por hijo...
ResponderEliminarA mí anoche me picó uno. Y es raro, porque en mi casa nunca hay. Besotes!!!
EliminarPues a mis las mariposas me dan un asco enoooorme, la gente que dice lo de que son bonitas, ¿se han parado a mirarlas de cerca?? me dan mucho mucho asco. Creo que si se me posara una encima lo mismo me amputo el brazo o la zona donde se intente posar. Agggghhhhhhhhh
ResponderEliminarMua!
Pero si no hacen mal a nadie, las pobres... Besotes!!!
EliminarHe pasado por tu blog me ha encantado
ResponderEliminarTe paso el mio por si quieres criticar.
Gracias.
http://anna-historias.blogspot.com/2018/08/cabando-tu-tumba.html?m=1.
Besos
Pues me alegro de que te haya gustado!! Ya me paso a conocerte. Un besote.
EliminarA mi tampoco me hacen gracia, seguro yo hubiera reaccionado como tu amiga. La comparación que haces con las mariposas vale, pero yo creo que a parte de por feas nos dan asco porque son pegajosas y te persiguen jajajaj, las mariposas siempre van a su aire y ni te escuchan...yo al menos tengo radar para atraer a las polillas y a las mariposas aunque quisiera me costaria cazar una.
ResponderEliminarBesos Alter.
¿Cómo que son pegajosas? ¿Qué clase de polillas tenéis en tu tierra? Jajajaja. A mí nunca me ha perseguido una polilla. Debe ser cosa de usar poliéster. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarPobres polillitas. Yo no tengo nada en su contra. Eso sí, los mosquitos al paredon gruaaaarl
ResponderEliminarToda esta historia me ha recordado el anuncio de "Matapolillas Nopol" de Les Luthiers. Jajajaja. Besotes!!!
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