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jueves, 28 de abril de 2016

El romanticismo y yo

A veces me sorprendo a mí misma con mi poco romanticismo. Reconozco que a los veinte años, cuando una estaba con todo el pavo subido y viviendo las mieles del primer amor “en serio” todo me parecía un cuento de hadas. Cualquier nimiedad que en circunstancias normales podría interpretarse como simple educación, yo la veía como la gesta de un caballero.

Pero luego vino el desamor y, con él, se me quitó la tontería. Luego de llorar durante meses por pensar que ya nunca jamás sería capaz de volver a amar, me sacudí las penas y seguí adelante porque era lo único que podía hacer, básicamente. Bueno, eso o encerrarme en un convento de clausura pero los hábitos me ensanchan las caderas y el velo me deja el pelo fatal, así que me dije “pues a seguir, que aunque el amor me dé palos, al menos puedo elegir mi outfit”.

Y fui viviendo diferentes historias de amor, algunas más intensas que otras. Y reconozco que cada ruptura me resultaba más fácil. Me volví una persona de lo más práctica y el pragmatismo no suele ser buen compañero del romanticismo al uso. Y luego conocí al churri y si bien admito que es la persona con la que más a gusto he estado en mi vida y que no lo cambiaría por ninguno, ya no siento esas maripositas que otrora sentía cuando era joven e inexperta. Tal vez haya perdido magia en el proceso pero he ganado en tranquilidad lo que no está escrito. O sí está escrito, porque lo acabo de escribir.

Así que, cuando el otro día el churri me dejó por sorpresa un muffin de arándanos en la cafetería para que me lo diera la chica majísima de los cafés al ir yo a buscar mi ídem, me pareció un gesto de lo más bonito y por supuesto que se lo agradecí pero si esto me hubiera pasado a los veinte años creo que ni me hubiese comido el muffin. Lo hubiese enmarcado para contemplarlo día y noche como símbolo eterno de un amor inquebrantable. Pero me ha pasado con 37 años a punto de tocar a su fin, así que me lo comí, y bien bueno que me estuvo.

Tengo una amiga que es todo lo contrario a mí. Creo que en su otra vida fue Sissi Emperatriz. Hasta ir a Cibeles a coger el búho (autobús que pasa por la noche, para los que no conozcáis la expresión) un sábado a las cuatro de la mañana le parece de lo más romántico. Para mí es ir por la Gran Vía sorteando borrachos, locos y gente de dudosas intenciones. Está visto que cada uno ve la vida con el prisma que le haya tocado en suerte.

Y creo que por eso me dan urticaria las novelas de amor, las canciones pastelosas y las comedias románticas. Especialmente esas donde la protagonista se termina enamorando locamente de alguien que al principio de la película le caía fatal. ¿Dónde se ha visto eso? Si alguien me cae fatal será por algo. La gente no cambia y no voy a decir de repente “pues mira, es un borde, un pedante, un egoísta y tiene mal aliento pero, de repente, me chifla”.

Nada, que no hay caso. No consigo ser romántica.

P.S. Ya estamos en la segunda fase de los PAPA. Recuerda que tienes tiempo de votar al ganador hasta las 23:59 españolas del martes 3 de mayo pinchando aquí.

miércoles, 27 de abril de 2016

Los PAPA 2016: Segunda fase

Y continuamos con la segunda etapa de esta trepidante edición de los PAPA.

Una vez recontados concienzudamente los votos (con ayuda de mi amigo Excel para evitar errores humanos), los anuncios que más votos han conseguido (con tres y dos votos, porque con tres votos sólo había dos anuncios y la cosa se vuelve poco emocionante) en la primera fase han sido:

De depiladoras: La depiladora mágica

De limpiador para el baño: Los géeeermeneeees

De compresas para la incontinencia: Que viva la amistad

De antigripales: Pasión de antigripales

De jamón de pavo: El lago de los pavos

De producto para las uñas: Cómo vender a través del asco

Pues de aquí va a salir el ganador. Así que ya sabéis, tenéis otra semanita (hasta las 23:59 españolas del próximo martes 3 de mayo) para votar por el que más pesadillesco os parezca. Os recuerdo que aunque el que hubieseis votado en la primera fase no esté ahora en la segunda, podéis votar nuevamente por alguno de esta lista. Y si tenéis la suerte de que vuestro anuncio más odiado ya esté entre los finalistas, aprovechad y volved a votarlo (en esta etapa todos los finalistas comienzan con cero votos). La ceremonia de entrega será el próximo miércoles 4 de mayo.

Mucha suerte a todos los participantes y que gane el peor. 

lunes, 25 de abril de 2016

Crónicas Felinas CLXXV: Necesito mi espacio

Marrameowww!!!

Ahora que parece que quiere asomar el buen tiempo, tanto para solaz nuestro como de la bruja (en algo tenemos que estar de acuerdo), nos dejan salir más a menudo a la terraza. No digo siempre porque cuando hay ropa tendida la bruja no nos deja ni acercarnos con nuestras uñas a sus prendas pero, cuando es invierno, pocos son los días que salimos porque la bruja se queja de que no quiere estar con la puerta abierta porque entra mucho frío. Que se fastidie por no tener un abriguito de piel natural como nosotros.

Supongo que os imaginaréis que tanto Munchkin como yo disfrutamos mucho de la terraza. El problema está en que no la disfrutamos de la misma manera. Digamos que tenemos diferentes puntos de vista sobre el significado del deleite.

Mientras a mí lo que me gusta es tumbarme al solecito a sentir cómo los rayos del astro rey calientan mi cuerpecito (a veces hasta límites un poco exagerados, todo hay que decirlo), a Munchkin lo que le gusta es hacer el cabra. Da saltos; se sube al tendedero que, como no es del todo estable, hace “tacatacatá” mientras el imberbe camina por su superficie; se sube al cesto de la ropa sucia (el cual la bruja tuvo que cambiar porque el que había antes tenía la tapa muy blandita y este bruto se la terminó cargando) o, lo más inverosímil de todo: se sube al alféizar de la ventana del dormitorio y, en cuanto ve aparecer a alguien, le maúlla para que le deje entrar. ¿Qué sentido tiene estar dentro de casa, querer salir y luego maullar para que te permitan acceder en un sitio al que podrías acceder por dentro de la casa? Ah, ya lo pillo: Fastidiar. Pues lo mismo no es tan mala idea.

El caso es que con tanto ir y venir, tanto salto y tanto maullido no me deja disfrutar en paz de mi siestecilla al sol. Así que pido (no, no pido; exijo) tener una terraza de uso privado donde pueda relajarme a gusto como si de un solárium se tratase. ¿No se supone que soy el mayor y el que más tiempo lleva viviendo en esta casa y soportando a los humanos? Pues alguna compensación tendré que tener por ello, ¿no?

Bastante tengo con compartir el cajón de arena. Con lo pulcro que soy yo, que me tiro horas pataleando arena para que todo quede convenientemente tapado, y tener que soportar que este salvaje vaya, alivie sus necesidades y lo deje todo ahí, a la vista.

Pues nada, ya que comparto baño con este impresentable, por lo menos que me deje disfrutar en paz de mi momento de relax, que me lo he ganado. Total, lo mismo puede dar saltos dentro de casa, no sé qué necesidad tiene de salir fuera para dedicarse a las mismas actividades destructivas a las que se dedica dentro.

Si es que ni un momento de paz se puede tener. No gano para disgustos.

Prrrrrr.


P.S. Dice la bruja que, si no habéis votado aún por el Anuncio más Pesadillesco del Año, tenéis tiempo hasta mañana martes 26 de abril a las 23:59 (hora española) pinchando aquí. Encima me tiene de recadero. Qué vergüenza.

jueves, 21 de abril de 2016

Trapicheos

En la cafetería de mi trabajo, aparte de las consabidas máquinas de vending, hay también un puestecillo donde te atiende gente de carne y hueso y venden desayunos, comidas y café (meriendas y cenas no; a las cuatro y media se van y los de la tarde nos chinchamos, como de costumbre).

Pues bien, ese puestecillo antes lo llevaba una empresa que vendía unos cafés con leche de un tamaño bastante considerable y, aunque su precio era más elevado que el de la máquina, valía la pena porque por lo menos no estás tomando ese polvillo químico que debe llevar de todo menos café. Hace un tiempo, el puestecillo se lo quedó otra empresa diferente, que debe de haber una oferta imposible de rechazar, al mejor estilo Corleone.

Y en el renovado puestecillo también venden café, pero resulta que los cafés con leche grandes los sirven sólo por la mañana, para los desayunos. Si pides un café con leche al mediodía te lo sirven en un mini-vasito con un mini-palito y unos mini-sobrecitos de azúcar. En serio, parece que hubieran sacado todo de la casa de Pin y Pon. Todo menos el precio que, incomprensiblemente, es el mismo que para el café grande. Yo nunca como ahí pero dicen las malas lenguas que para las ensaladas también ponen un mini-tenedor. Debe de ser que se toman muy en serio eso de que hay que comer la comida en bocaditos pequeños para hacer correctamente la digestión y no tener que andar después tomando yogures con bífidus activo, por mucho que los recomiende nuestro chef más televisivo y más fan del perejil y de los chistes malos.

Una de las personas que trabaja en el puestecillo es una chica híper mega maja que ya estaba antes, por lo que el truco que hemos ideado los de la tarde es esperar a verla sola y pedirle que nos sirva un café grande. De hecho, generalmente no dan tapita para el vaso pero tienen tapas también por ahí (no sé por qué las tienen y no las dan, la verdad; o bien los dueños del cotarro tienen un extraño fetichismo relacionado con la acumulación de tapitas o bien con las tapitas sucede como con la prensa, que puedes devolver lo que no has vendido sin repercusión económica de ningún tipo), por lo que es el momento ideal para pedir una de estraperlo. Somos un cuadro, hablando bajito y señalando las cosas con los ojos para no llamar la atención. Me siento como en las series de cárceles, tan de moda últimamente, donde hay todo un submundo de mercados alternativos y economías sumergidas. Si a eso le sumamos que, según terminas de subir la escalera, lo primero que ves es un cartel donde dice “No hay salida”, sólo nos falta que nos pongan uniformes de colores chillones.

Así que en esas andamos. Esto debería considerarse tráfico de influencias. Ya que no me hago famosa por mis talentos, al menos ser conocida por mis acciones delictivas.

P.S. Por si os perdisteis el post de ayer, os recuerdo que ya está abierta la votación para los PAPA 2016. Podéis ver los candidatos y votar pinchando aquí

miércoles, 20 de abril de 2016

Los PAPA 2016: Primera fase

Sí, queridos lectores y lectoras, ciudadanos y ciudadanas, personos y personas. Ya llegó, ya está aquí, el momento más esperado del año por todos vosotros. La edición 2016 del PAPA (Premio al Anuncio más Pesadillesco del Año) ¿Quién se alzará este año con el codiciado galardón? La decisión está en vuestras manos y yo muero de impaciencia por conocer a nuestro ganador.

El mecanismo es más simple que el funcionamiento de un botijo y el mismo de todos los años pero, por si tú que me lees es la primera vez que presencias estos premios, aquí lo explico.

En esta primera etapa, vamos a seleccionar a los finalistas. Participan todos los anuncios publicados desde la última entrega de los PAPA hasta el del miércoles pasado. Lo único que tenéis que hacer (de momento) es ponerme aquí en un comentario qué anuncio consideráis merecedor de ser considerado el más pesadillesco del año. Para esto tenéis tiempo hasta las 23:59 (hora española) del próximo martes 26 de abril. Por favor os lo pido, que el voto sea concreto. Es que luego me volvéis loca con “es que este me parece horrible pero el otro también” y yo entro en bucle sin saber a quién colgarle el voto.

El día 27 publicaré los finalistas, que serán aquellos tres que hayan obtenido más votos (aunque a veces son más en caso de empates). A partir de ahí habrá otra semanita para que volváis a votar y comprobemos con algarabía quién ha sido el (des)afortunado. No importa si en la primera etapa votasteis por uno y luego cambiáis en la segunda porque los votos no se acumulan. Al inicio de la segunda etapa, todos los finalistas partirán con cero puntos.

Creo que esto sería todo. Si os queda alguna duda, la responderé gustosamente.

Y para no teneros rebuscando, aquí os dejo con la lista de anuncios y sus correspondientes enlaces por si queréis refrescar la memoria o deleitaros con mi prosa. Los nominados son:

De caramelitos: Ya ni disimulan

De venta de artículos de segunda mano: Lama glama texana

De depiladoras: La depiladora mágica

De desodorante para pies: A vuestros pies

De productos de limpieza: Productos para torpes

De depiladora masculina: Tiene nombres mil

De parchecitos para callos: Qué decepción, Sara

De jueguecillos para el móvil: El detonante de traumas

De veneno para los mosquitos: Tonto a la par que inexacto


De jabón para la ropa: Fiestóooooon

De papel absorbente: Who´s that girl?

De suavizante de ropa: Qué fue de…


De galletitas: El efecto dominó

De limpiador para el baño: Los géeeermeneeees

De piojicida: El piojo acosador

De compresas para la incontinencia: Que viva la amistad

De bebidas espirituosas: La poción mágica

De tiras adhesivas: La Torpe y La Enterada


De desodorante: Los diminutos

De tiendas de electrodomésticos: El folleto que metamorfosea

De ambientador: El ambientador-laca

De postres bajos en calorías: Los peligros de la cocina


De tiendas de juguetes: Los nuevos Umpa Lumpas


De antigripales: Pasión de antigripales


De leche de continuación: Hay que ser la leche

De coches: El coche yonki

De venta de cosméticos por catálogo: El labial curalotodo


De máscaras rejuvenecedoras: Bella a la par que siniestra


De jamón de pavo: El lago de los pavos

De producto para las uñas: Cómo vender a través del asco

Otro de caramelitos: Tíooo



¡A votar se ha dicho!