El sábado pasado, mientras yo hacía el indio en Internet, el
churri veía “Los Inmortales”. Sí, el churri es casi igual de moderno que yo;
vivimos estancados en los 80.
A pesar de la banalidad suprema que planeaba sobre nuestro
salón, a mí el tema me dio que pensar (porque yo con cualquier cosita me apaño
para ponerme a filosofar; es lo que tiene tener una vida poco interesante, que
todo te llama la atención y te proporciona horas de profunda reflexión) y le
comenté al churri que eso de tener una pareja inmortal tiene que tener muchas
ventajas. Y él, pobrecito que no escarmienta, cometió la imprudencia de
preguntarme por qué.
Mi respuesta fue que, cuando tienes una pareja inmortal, sabes
con seguridad que el primero en morirte vas a ser tú, así que le dejas a
él/ella el marrón del papeleo, el velatorio, el entierro y el lloriqueo. A mí
eso me parece un chollo, qué queréis que os diga. Yo firmaría ya mismo por ser
la primera en morirme. Es una mezcla de egoísmo, vagancia y espíritu gótico.
Aparte, me molaría convertirme en fantasma para cambiarle las cosas de sitio y
darle sustos a media noche. Sin duda, me pido “prímer” para morirme.
El churri replicó que ser inmortal es muy aburrido y yo le
dije que yo no quería ser inmortal sino tener una pareja inmortal. Entonces él
me dijo que estar con una persona inmortal es un rollo, que es alguien que ya
lo ha visto todo en esta vida, que lo mismo lleva vivo desde 1523 y que ya
estaría de vuelta y media de todo.
Yo eso lo solucioné rápido, decidí emparejarme con un
inmortal reciente, que digo yo que estará con todo el subidón de sus primeros
momentos de inmortalidad en plan “¡¡Mira cómo me doy cabezazos contra la pared,
esto es una cañaaaaaa!!!”. Si lo mandase a bajar la basura no tendría ni que
esperar el ascensor. Se tiraría por la ventana, directamente. Así no hay quien
se aburra, oye. Una visita al parque de atracciones con un inmortal tiene que
ser una fiesta porque le daría igual saltarse toda la normativa de seguridad de
los cacharros. Incluso, si se aburre, puede tirarse del carricoche en marcha
para irse a buscar un helado o algo.
Así que mi nuevo plan para el 2016 es buscarme una pareja
inmortal para librarme de complicaciones varias y practicar para fantasmearle
una vez que me muera. Aparte, otra ventaja sería que nunca me sentiría culpable
por fantasmearle a un inmortal. Sería
imposible matarlo del susto, así que podría manifestarme en plan poltergeist
haciendo volar la cubertería por los aires y hasta clavarle un cuchillo en un
ojo sólo por diversión.
No me diréis que no es un planazo. Si alguien conoce a algún
inmortal que esté de buen ver y que no haga demasiado tiempo que esté en dicha
condición, que me deje aquí abajo sus datos.
Si le asustan los fantasmas, mejor que mejor.