Pues dado que, a raíz del post de la semana pasada, habéis
querido que destripe el resto de anuncios de la saga, aquí venimos con la
segunda parte, porque yo nunca hago omiso de vuestros deseos.
Anuncio de “Sujeto B”
Sólo he encontrado uno. Tal vez haya más, pero esto es lo
que he conseguido. En caso de que no haya más, tengo que decir que me parece
una total discriminación que “Sujeto A” y “Sujeta” tengan más de un anuncio y a
nuestro pobre “Sujeto B” lo hayan dejado con uno solo. Aquí dejo a los
creadores reflexionando.
“Sujeto B” está solito en la oficina frente a la
fotocopiadora y procede a bajarse los pantalones y sentarse en su superficie
para fotocopiar su trasero. Yo toda la vida he pensado que esto es un mito, un
gag repetido en películas y series hasta la saciedad pero que no se corresponde
con ningún hecho real alguna vez acontecido. Al menos, yo no conozco a nadie
que se haya fotocopiados sus posaderas y yo misma nunca he tenido la tentación
de fotocopiar esa o ninguna otra parte de mi cuerpo. Si alguno de vosotros lo
ha hecho alguna vez o conoce a alguien que lo haya hecho (sólo en el caso de
que lo conozca directamente; no me vale lo de “a mí me contaron que” o “un
amigo de un amigo, al que yo no conozco”), le agradecería infinitamente que
relatara aquí su experiencia.
El caso es que “Sujeto B” sí parece tener esa inclinación
pero desiste de su intento cuando aparece su correspondiente cabeza gigante a
hacerle desistir de sus intenciones cuando ya está a punto de apretar el
botoncito verde, haciéndole ver que lo acaban de contratar y que continúa en
período de prueba. También le recuerda que son ya las 9 de la mañana, argumento
que sirve para que “Sujeto B” se baje de la fotocopiadora de un saltito y compruebe
que, de repente, la oficina se ha
llenado de gente. El argumento del período de prueba que esgrime el cabezón
ese, me parece un poco pobre. Digo yo que, si te da por fotocopiar tus nalgas y
te pillan, te caerá como mínimo una bronca aunque lleves veinte años trabajando
en la empresa. Si bien el despido les costaría más caro, puedes ir olvidándote
de ascender si te ven cometiendo tales actos. Así que mi Álter-Consejo de hoy
sería no fotocopiarse nunca el trasero. Nunca. Bajo ninguna circunstancia. No hay
absolutamente ninguna necesidad y las cosas cubiertas por pantalones, faldas y
demás, mejor dejarlas cubiertas en el trabajo.
Iba a relataros también hoy los anuncios de “Sujeta” pero me
he entusiasmado con “Sujeto B”, que, pese a tener un solo anuncio, hay que reconocer que es de lo más jugoso, y
esto va a quedar muy largo si también hablo de ella, así que a la damisela la
vamos a dejar para la semana que viene. Será mejor así, porque siempre había
querido escribir una trilogía.