Hoy vamos a destripar en plan histórico porque si yo puedo
ponerme a investigar sin que me paguen, cuánto más deberían hacerlo quienes se
lucran con su trabajo.
En la primera escena nos hacen saber que estamos en 1612.
Una mujer que no sé si llegará a los treinta años, sube una escalera de lo más
sonriente porque Galileo le ha agujereado todo el techo. Deberíamos suponer,
por ende, que se trata de la mujer de Galileo. Bueno, no exactamente la mujer
porque la tal Marina Gamba y él nunca llegaron a casarse y sus hijos jamás
fueron reconocidos como hijos de este señor que tanto ha hecho por la ciencia.
El tema es que, si nos fijamos en la fecha y hacemos números, para 1612 Marina
Gamba debería tener 42 años (o no tener nada, porque parece que murió en agosto
de 1612) y, para rizar el rizo, dicen que Galileo se piró en 1610, abandonando
a Marina y a su prole, así que ¿quién es? ¿Una querida? ¿La empleada doméstica?
(aunque a una empleada doméstica se la debería traer al pairo lo que hagan sus
jefes con su casa) ¿O acaso los publicistas
han pasado de informarse?
Total, que la mujer sonriente cuya relación con Galileo es
un misterio y a quien no parece importarle en absoluto que ahora puedan
contemplarse las estrellas a través del techo de su casa, sube al taller de
Galileo y, mientras revisa con él sus últimas deducciones, contempla cómo sobre
la mesa cae agua proveniente de los hoyos que Galileo ha realizado vete a saber
haciendo qué.
Pero Marina (o quien sea) no se inmuta por semejante
nimiedad y, ni corta ni perezosa, pasa una toallita de papel sobre la
superficie de la mesa, dejándola seca de una sola pasada y demostrando de forma
patente el tremendo poder de absorción de las famosas toallitas.
Y el anuncio termina más o menos por ahí. Ya veis que no hace
falta que un anuncio sea extenso para incurrir en garrafales errores
históricos. Si hubieran optado por la manida imagen del niño tirando un batido
de chocolate en medio del salón, tal vez hubiera sido menos efectista pero sí
más ajustado a la realidad.
Averiguar estos datos me ha llevado cinco minutos, más o
menos. No sé yo qué les hubiese costado leer la Wiki un poquito antes de
escribir el guión. Después yo los pillo, los dejo en evidencia y… la vida sigue
igual porque me falta un largo camino por recorrer antes de ser una de estos
bloggers a los que la gente les teme. Ya llegará el día, ya. Sus vais a enterar.
Aunque no venga a cuento, si no lo digo, reviento. Mientras
hacía mis averiguaciones fui a parar al Yahoo Answers, porque no hay manera de
buscar algo en Internet sin que te aparezca un enlace al Yahoo Answers, y había
uno preguntando cómo podía conseguir una foto de la mujer de Galileo.
Una foto, claro. Y a todo color.