Yo pensaba que ya no podía ver cosas de peor gusto en lo que
a anuncios se refiere. He visto muñecos representando a mocos, dientes
sanguinolentos cayendo en un lavabo, mujeres que aseveran tener picores “ahí” y
cosas que mi mente debe haber suprimido por el bien de mi salud psicológica.
Pero cuando Irene me mandó por Facebook el enlace de este anuncio, tengo que decir que mi
universo se desmontó y tuve que admitir que siempre hay un peor.
No lo he visto en la tele, así que debo suponer que lo están
echando poco o que la campaña tuvo tantos detractores que optaron por
retirarla. Irene no tuvo tanta suerte y fue sorprendida por este engendro
mientras hacía la digestión.
El anuncio es en blanco y negro, porque parece que cualquier
guarrada, por muy guarra que sea, luce más artística si se muestra en blanco y
negro. Vemos parejitas de hombre-mujer, hombre-hombre y mujer-mujer, tonteando
tímidamente. Por lo que comentan (poco) parece que están dudando si hacer o no
hacer algo. Hay una mujer que, mirando hacia abajo, comenta que es un poco
grande. Una le propone a su pareja incluir chocolate. Una pareja joven empieza
a darse el lote sin ningún miramiento.
Y cuando nos temíamos lo peor… nos quedamos deseando que
hubiera sido eso lo que hubiera sucedido. De repente, la que hacía comentarios
en cuanto al tamaño, está mirando a un pie justo delante de su cara. Otro, con
los ojos vendados, recibe un pie posándose en su hombro. Una chica recibe entre
sus manos un pie enjoyado como si de una reliquia etrusca se tratara. La que se
daba el lote hace un rato, coge ambos pies del chico y comienza a lamer uno de
ellos con fruición, dedito a dedito. La que estaba preocupada por la enormidad,
opta por hacer el recorrido inverso y lame desde el talón hacia arriba. La de
la reliquia etrusca, da tímidos besitos al empeine mientras mira de reojillo,
pensando “no me pagan lo suficiente”. Luego hay otra que se mete medio pie en
la boca y, por la posición de los dientes, da la sensación de que se está
equivocando con un bocata de mortadela (o de queso, juas, juas). Dos chicos
hacen una especie de 69 podal. Ya entendéis lo que digo: Tú chupas mi pie y yo
chupo el tuyo. El de los ojos vendados lame como si no hubiera un mañana, sin
saber siquiera a quién le está chupando el pie. Vemos un pie untado en
chocolate (la de antes se ha salido con la suya) y así vemos unas cuantas
escenas más de succiones y lametones. Esto es el paraíso del fetichista.
Finalmente nos preguntan a quién besaríamos los pies. Pues
yo a nadie, qué queréis que os diga. Por mucho producto contra el mal olor que
usen.
Sí, el anuncio es de eso. ¿Dónde quedó aquella madre
preocupada de nuestra infancia diciendo “Chica, tú no sabes la peste que dan
las zapatillas”?