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jueves, 9 de abril de 2015

Encuesta popular: ¿Esto existió?

Comparto hoy con vosotros una inquietud que me ha surgido a ver si mis recuerdos son reales o si ya me he vuelto loca definitivamente y creo recordar cosas que nunca existieron; que todo puede ser, y si de pequeña tenía institutriz imaginaria pues perfectamente podía tener también prendas de ropa imaginarias.

El otro día hablaba con el churri de cosas de nuestra infancia. Somos los dos de la misma quinta así que siempre resulta divertido rememorar nuestros momentos de niñez. Los de adolescencia no, porque yo la pasé allende los mares y me frustra cuando me hablan de programas de televisión, anuncios o canciones chorras que no he conocido en mi vida.

Pues bien, en uno de estos momentos remember, me dio por traer a la conversación unas camisetas que yo tenía (o eso creo, porque ya me han hecho dudar) a los cuatro años, más o menos. Nací en el 78, así que echad cuentas. Las camisetas de la polémica tenían el dibujo de una fruta (una fresa, una pera, una naranja… ah, vale, que sabéis lo que es una fruta; qué cultos sois) con una textura algo rugosa. Al rascar el dibujo, se notaba un aroma artificial que recordaba vagamente a la fruta en cuestión. Por lo que recuerdo, tenían el auto-definitorio nombre de “Camisetas Rasca-Huele”. A lo mejor tampoco se llamaban así y ese es el nombre que les puso mi madre, muy dada a bautizar toda clase de objetos que se cruzaron en nuestra vida por azares del destino.

Se llamasen como se llamasen, el caso es que el churri me miró como si fuera de otro planeta y me informó no sin cierta sorna que en la vida había tenido nada llamado “Rasca-Huele”. Al final, cuando vio tanta insistencia por mi parte y cómo le explicaba yo el dibujo de frutitas, terminó diciendo que de algo le sonaba. Creo que esta respuesta puede obedecer a  alguna de estas tres posibilidades:

1) Lo dijo porque es buena persona y no quiso hacerme sentir mal, el pobre.

2) Le pareció más sensato seguirme la corriente, que con la gente que desvaría nunca se sabe por dónde te van a salir y es mejor darles la razón en aras de conservar la integridad física.

3) O tal vez prefiriera directamente creer que esas camisetas sí existieron antes que contemplar la posibilidad de que no esté yo en mis cabales y tenga que ingresarme en un centro, con la de gastos que eso supone. Mientras consiga ocultárselo a la Servicios Sociales, eso que se ahorra.

Y es por esto por lo que hoy recurro a vosotros, a ver si a alguien le suena. Ya sé que podría haber hecho esta misma encuesta entre mis amigos y conocidos pero me daba vergüenza que se rieran de mí en mi cara, así que  he preferido exponerme a quedar como una chiflada en la red donde, al menos, no os veré reíros a mandíbula batiente.

Son las incongruencias del ser humano. 

miércoles, 8 de abril de 2015

Anuncios Pesadillescos CXXXIV: Y qué maravillosas somos

Mientras una voz en off arenga a las mujeres a sentirse fantásticas y poderosas porque nos enfrentamos a nuestra peores pesadillas, no nos rendimos frente a los contratiempos, salimos victoriosas de grandes batallas y sabemos que la vida no es fácil pero aun así no conocemos los obstáculos y somos capaces de grandes hazañas, nos enseñan mediante imágenes que:

1) Nuestra peor pesadilla consiste en un pañal sucio.

2) El mayor contratiempo que se nos puede llegar a presentar es aparecer en el portal de casa cargando las carpetas del trabajo y cinco bolsas del súper rebosantes de acelgas y ser capaces de sacar la llave y abrir exitosamente la puerta.

3) La máxima batalla a la que puede enfrentarse una mujer es resolver exitosamente una operación matemática de los deberes de su hijo.

4) Nuestra vida es difícil porque tenemos que sacar tiempo para lavarnos los dientes, maquillarnos y depilarnos.

5) Una maleta hasta los topes de ropa es un gran obstáculo que sólo la más obstinada de las mujeres será capaz de vencer.

6) Y lo más increíble, pero lo más más más increíble que puede llegar a hacer una mujer… es parir.

Aha. Claro. Resumiendo, lo más fascinante que puede llegar a hacer una mujer es ser madre, dedicarse a sus retoños y aparte trabajar fuera sin olvidarse de hacer la compra ni, por supuesto, de ponerse mona para que nadie vaya a notar que quizás (sólo quizás) está cansada. Eso sí, para descansar se le permite irse de vacaciones no sin antes haber sudado la gota gorda con la maleta.

Y ya después de toda esta sarta de tópicos infumables, rematan retándonos a responder si no seremos capaces de deshacernos de “esos kilitos de más”. Anda ya, lo que nos faltaba. Según ellos, no sólo tenemos que trabajar dentro y fuera de casa y estar monas, sino que aparte hay que estar delgaditas y para eso tenemos que tomar una pastillita milagrosa que nos hará perder peso como locas si aparte hacemos dieta, ejercicio y tomamos mucha agua.

Digo yo que si una hace dieta, ejercicio y toma mucha agua, lo normal es perder peso; no sé qué cosa tan estupenda hace aparte la pastillita. Si me va a tocar pasar hambre, cansarme y hacer pis treinta y ocho veces al día pues como que paso de la pastillita. Si voy a meter sustancias extrañas en mi organismo, por lo menos que la contraprestación sea poder inflarme a pizza cuatro quesos, vegetar en el sofá y tomarme mis buenos vasos de refresco gasificado. Si no, ¿para qué?

Que tal vez me digáis que soy una pijotera y no os faltará razón pero me fastidia bastante que nos muestren una lista de todo lo que se supone que tiene que hacer una mujer por obligación y que, camuflado entre esas obligaciones, se incluya el perder peso.

¿No sería mejor mostrarnos mujeres haciendo lo que les da la gana que pierden peso porque también les da la gana?

lunes, 6 de abril de 2015

Crónicas Felinas CXXIX: Malicia selectiva

Marrameowww!!!

Creo que ya había comentado, cuando llegó a nuestras vidas, que Munchkin era un salvaje. No hacía más que tirar zarpazos a cuanta cosa o ser viviente se moviera y tirar todo lo que se encontrara en el camino.

En cuanto a lo segundo, sigue más o menos igual. Sobre todo con las colillas de los ceniceros, por las que siente especial predilección y me hace gracia contemplar cómo los humanos tienen que andar todo el día pendientes de dejar los ceniceros fuera de su alcance para que la casa no termine bañada en colillas y ceniza.

Pero en lo que respecta a su interacción con seres vivos y semovientes ha cambiado radicalmente desde que le extirparon… lo que le extirparon. Si bien antes era un ser huraño que sólo se acercaba a los humanos cuando buscaba alimento y a mí cuando quería jugar al pilla-pilla, ahora ha descubierto lo que supone acurrucarse en el sofá encima de un humano y entregarse a los placeres de los mimitos mientras ronronea como si no hubiera un mañana. En cuanto a mí, también se ha dado cuenta de que es cosa buena dormir abrazado a alguien de su misma especie de vez en cuando.

De manera que ahora está irreconocible. Cualquiera diría que ese ser que parecía salido del séptimo círculo del averno podría llegar a convertirse en algo parecido a un peluche mimoso, si bien ahora sigue soltando alguna zarpa, como negándose a abandonar al cien por cien su naturaleza bruta y destructiva.

En cuanto a los objetos, como digo, continúa sin demasiados cambios. La bruja y el consorte tenían una bandeja de estas que llevan un ventilador y se ponen debajo del portátil y que no se recaliente. El cable tenía unas bolitas, desconozco por qué razón. El caso es que la bandeja ya no funcionaba pero la habían dejado puesta porque la bruja, que es una tiquismiquis, decía que lo prefería así porque le tenía ya pillada la altura al teclado y ponerlo más bajo le resultaba incómodo.

Pues bien, Munchkin no hacía absolutamente ningún caso a las bolitas del cable de esa bandeja. Pero resulta que han comprado recientemente otra bandeja exactamente igual pero que sí funciona, supongo que para que la bruja siga teniendo la excusa de la altura del teclado y el consorte pueda consolarse pensando que, al menos, ésta sí sopla aire. Pues las bolitas y el cable de la nueva bandeja le hacen una gracia tremenda al imberbe y, al menor descuido, ahí que lo ves mordisqueando alguna de las dos cosas. El cable ya tiene unas hermosas muescas y me temo que la bandeja dejará de funcionar en cualquier momento. Parece que se ha olido que en ésta sí es importante destrozarla y está poniendo el mejor de sus empeños; con la otra no le hacía tanta ilusión sacar a relucir su vena destructiva porque no se iba a notar la diferencia, supongo.

Tengo que confesar que despierta en mí una gran admiración. 

Prrrrrr.

jueves, 2 de abril de 2015

Ustedes Dirán CI: Risas blogueras

Sé que esto debería haberlo publicado el martes y hoy tocaría entrada aleatoria pero como, para ser sincera, no he tenido ninguna inspiración ni me ha pasado nada digno de ser contado esta semana, publico esto hoy y dejo que cunda la anarquía.

Eva, de Opiniones Incorrectas que ha sido mamá recientemente (¡¡Enhorabuena otra vez!!) me pidió el otro día que hiciera recuento de los momentos blogger en los que más me hubiese reído.

Por tanto, si bien la entrada de hoy parece corta, en realidad os dejo cinco posts estupendos para que leáis este fin de semana. No están todos los que son, por supuesto, ya que por suerte me echo risas a diario con el tema de los blogs pero he querido poner una muestra. Pobre del que diga que esta entrada no me la he currado porque sólo he puesto enlaces y ya. Me ha costado la vida encontrar esos enlaces, ya que son todos bastante vintage así que a valorar mi esfuerzo, hombre ya.

Aquí van. El orden es según las he ido encontrando, no es un ranking:

- “19. Nunca compres sólo dos patatas, eso es de gente triste nena, muy triste”, publicado en “Cómo no ser una drama mamá”. Recuerdo que me reí muchísimo con esta entrada porque fui soltera mucho tiempo y era la típica que en la frutería pedía un pimiento, una cebolla y dos zanahorias. Deben de haber pensado cosas horribles de mí.

- “¿Qué hubiera sido de...? I”, publicado en “Bienvenido a Babia”. De sobra sabéis que me pierde el surrealismo por lo que no os extrañará cuánto disfruté con esta entrada. Dicho sea de paso, Yolandica, guapa, ¡vuelve! Te echo un montón de menos.

- “Los mayores y los niños siempre dicen la verdad”, publicado en “Desmadreando”. Si el surrealismo del que hablaba antes encima surge de la vida real, pues para qué queremos más…

-“CUPCAKES 1- PORFINYOMISMA 0”, publicado en “Por fin, yo misma”. Dada mi extremada afición a la cocina, no me resultó nada complicado imaginarme en la misma situación y reafirmarme en mi decisión de no pisar esa sucursal del infierno.

- Y, last but not least… acoso vecinal”, publicado en “Tirando pa´lante”. He estado en situaciones incómodas en mi vida pero no sé si en una tan rematadamente incómoda.

Pues hala, a leer lo que no hayáis leído aún, que os aseguro que valen la pena para enfrentar el lunes con mejor humor. Buen fin de semana a todos. 

P.S. Os recuerdo que esta sección continúa a vuestra disposición si queréis hacerme alguna sugerencia en particular. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Anuncios Pesadillescos CXXXIII: Rola, Cace Rola

Lo de intentar llamar la atención para que uno se fije en los anuncios lo veo bien, así en general. Pero claro, si para vendernos una cápsula de café tienen que montar este pifostio pues ya me parece un poco exagerado, qué queréis que os diga.

Vemos a un hombre sin rostro pero vestido con traje que recoge una carpeta donde se lee “Confidential”. Siempre me ha parecido alucinante que entreguen los documentos confidenciales con poco menos que un cartel luminoso anunciando que eso vale la pena leerlo. ¿No disminuiría el intento de robo de ese tipo de documentos si lo encabezaran con algo como “Lista de la compra” o “Tabla periódica de elementos”?

El caso es que vemos al trajeado señor dando saltos de hombre araña desde el tejado de un rascacielos, levantando miradas de admiración en las féminas, haciendo cabriolas en lancha (sin quitarse el traje, eso sí; va a quedar el traje fino filipino) y escapando de peligrosas explosiones.

La voz en off nos informa que el misterioso hombre en cuestión es elegante, deseado por las mujeres, envidiado por los hombres… En fin, un James Bond de nuestro tiempo. Mientras tanto, seguimos viendo persecuciones de coche, de moto, al prota colgado de un helicóptero… mientras una mujer malosa custodia un alijo de cápsulas de café. Vamos, lo normal en este tipo de situaciones en los que todos nos hemos visto envueltos alguna vez. Según nos explica el locutor, estamos frente al agente secreto al servicio del buen gusto (vaya, que en la carpeta famosa al final sólo iban a venir las nuevas tendencias en trajes de baño para esta temporada). 

Se abre la puerta de un garaje y, frente a un cochazo, aparece nuestro héroe al que, por fin, podemos verle la cara. Se trata de un conocido cantante británico que siempre ha tenido fama de niño malo y que ha llegado a desnudarse casi íntegramente en un vídeo, destilando elegancia por los cuatro costados.

Nos mira fijamente con una tacita de café en la mano y nos dice la marca del brebaje. ¿Soy la única loca que entiende “Cacerola” cada vez que lo dice?

Y con esto ya se supone que tenemos que salir todos como locos a tomar café como si no hubiera un mañana. Tal vez los saltos acrobáticos de los que hemos sido testigos previamente no sean otra cosa que un subidón de cafeína. Habrá que probarlo, a ver si me tomo un cortado y salgo corriendo por las calles envuelta en una capa (o en la toalla de la ducha, mismamente, porque creo que la capa la tengo en el tinte) al grito de “¡¡¡¡Tengo superpodereeeeeeeees!!!!” “¡¡¡¡Cacerolaaaaaaaaaaa!!!!”

Lo mismo me piño contra el primer autobús urbano que pase pero lo que nos íbamos a reír no está pagado. Ya habrá tiempo para la rehabilitación y la fisioterapia. Yo quiero meterme un chute de eso a ver si me convierto en agente secreto con habilidades del Circo del Sol.

Adornaría mucho mi currículum.