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martes, 5 de junio de 2012

El Gordi reclama su hueco


mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

 No me he vuelto vaca. La “frase” anterior la ha escrito el Gordi a su paso por encima de mi portátil y, tras regañarle, me ha dado penita borrarla. Una es así de sentimental y, por otra parte, hay que dejar a la criatura que se exprese. No seré yo quien coarte su libertad creativa.

No alcanzo, sin embargo, a comprender qué habrá querido decir en este arrebato de expresividad. ¿Se está acordando de algún alimento que el churri le ha dado de estrangis, quizás? ¿O es un eufemismo y, como se aburre, lo que quiere decir es mierda, mierda, mierda…? No es que no lo escriba completo porque no sepa. Es que lo tengo muy bien enseñadito y sabe de sobra que en casa no se dicen palabrotas, que el Peque todo lo aprende después.

El primer blog que tuve, hace años, lo escribía él. Quiero decir, que eran básicamente las mismas chorradas incoherentes de ahora pero contadas desde la óptica de mi felino. Así que estoy pensando que tal vez con la introducción de la entrada de hoy lo que ha querido decir es que echa de menos sus épocas de fama en la blogosfera y quiere volver a hacerse con el público.

No sé si dejarle. Me da miedo que me robe protagonismo. Tan peludo, con esas orejitas y esos ojos regalones… Seguro que termina teniendo más fans que yo y eso, con lo diva que soy, seria mi ruina total.

Pero es que tendríais que verlo ahora, tumbado al lado del portátil mientras yo tecleo, como diciendo “¿Me dejas que te dé alguna idea?”

Mal no me vendría, la verdad. He de confesar que no tenía la más puñetera idea de qué escribir hoy, y estaba sentada frente al monitor en ese momento degradante de página en blanco y cursor riéndose de ti hasta que ha pasado el Gordi, ha escrito la primera frase y, a partir de ahí, a divagar se ha dicho. No cabe duda de que él está más inspirado que yo.

Pero no le dejo retomar las riendas del blog (o hacer alguna colaboración esporádica), ya no sólo porque me vaya a hacer sombra (que también) sino porque, tal y como le estoy explicando ahora mismo, el mundo blogueril ya no es el que era hace seis o siete años. Ahora hay mucha competencia: Ferny, Umpa Lumpa, Sagutxo e Hirua… No sé si mi pobre Gordi va a ser capaz de aguantar esa presión y no salir a bufidos con sus co-bloggers.

Lo debatiré seriamente con él en estos días. Que luego se le pasa el caprichito y me como yo el marrón. ¿Qué opináis? ¿Le dejamos?

lunes, 4 de junio de 2012

La Mudanza VII: A ver cómo nos lo montamos


Una vez que hemos cumplido la etapa de encontrar piso y haberles gustado a los de la inmobiliaria, viene la parte de organizar el traslado de enseres varios.

Esto, en sí, no debería resultar tan complicado pero si tenemos en cuenta que nosotros no tenemos coche, ya tenemos una complicación. Si le sumamos que el churri tiene ocupados con un curso todos los fines de semana de junio, ya tenemos dos. Si le añadimos una pizca de “mi compañera V. se ha ofrecido a llevarnos cosas en su furgoneta pero el sofá-cama y la cama no entran, tenemos tres. Si lo agitamos con “Podemos alquilar una furgoneta más grande pero no tenemos carnet”, tenemos cuatro. Y si finalmente lo sazonamos a gusto con “Hemos encontrado voluntario para conducir la furgoneta pero va haber que sobornarlo mucho porque las cosas no caben en el ascensor y hay que subirlas doce pisos”, pues ya la hemos liado.

No sé en qué horita me dio por decir que me gustan las cosas difíciles. Esto no va a ser una mudanza, va a ser una boda gitana que durará días y días. Ayer, sin ir más lejos, un compañero nuestro de trabajo nos hizo dos viajes en su coche para llevar unas cuantas cajas, dos maletas con ropa y un montón de libros. Alucino con la capacidad de este hombre para hacer semejante Tetris en un turismo. Pensábamos que íbamos a poder llevar un par de cajas y alguna cosilla más pero en total fueron seis cajas nada pequeñas. Increíble. Le debemos una cena (se la vamos a deber a unos cuantos, a este paso).

En próximos días iremos cuadrando horarios para que V. nos lleve otras cositas en su furgoneta, alquilar otra más grande, conseguir conductor-porteador-voluntarioso (y voluntario), visitar grandes superficies para comprar los muebles que nos faltan y cosas así. Muy divertido todo.

El sábado estuvimos limpiando. Sólo hice el baño principal (que era de lo que más roña tenía) y terminé baldada. Aun así todavía le quedan restregones de pintura que tendría que haber repasado ayer, pero con el tema del traslado de cajas no nos quedaban fuerzas, así que optamos por volver a nuestro actual hogar a vegetar en el sofá en estado semi-inconsciente. Estoy sacando unos bíceps que ríome yo de los fisiculturistas. Con el traslado de cajas me dedico a trabajar los cuádriceps y los dorsales.

Toda la vida negándome a ir al gimnasio y ahora, quién me ha visto y quién me ve. 

domingo, 3 de junio de 2012

Anuncios pesadillescos IX: Las galletas sandungueras


La semana pasado os hablaba de un champú que os hace dar botes y tener un ligero ataque de histrionismo.

Tal vez no os guste el champú en cuestión pero queréis sentir sus efectos en vuestras carnes. No desesperéis. Hay más productos capaces de lograr que hagáis el ridículo por un módico precio.

Se trata, en esta ocasión, de unas galletas para el desayuno (Inciso: ¿Por qué algunas galletas se categorizan como “de desayuno”? ¿Qué pasa si te las meriendas? ¿Vuelves a tener el sopor y el empanamiento mañanero?).

La primera escena consiste, nuevamente, en un hombre bostezando (hay que ver el juego que dan los bostezos en la publicidad), aunque éste no tiene pinta de resacoso y, en lugar de en el baño, se encuentra en la cocina. Le mete un bocado a la galleta mágica cual Alicia en el País de las Maravillas y, las puertas correderas se abren solas, dejando aparecer a una caterva de gente disfrazada de espigas de trigo bailando, tocando y cantando la conga (no la de Jalisco, la de Miami Sound Machine).

Todo les vale como instrumento. Los cazos, las copas, el picahielos, la escoba  y las puertas de armarios y nevera ¿Sabéis que hay gente que alquila sus casas para rodar anuncios? Yo me imagino alquilando mi casa para que le den de leches (y hasta culetazos) a mis puertas y entro en estado catatónico. Hacen música hasta cortando manzanas de un solo golpe con el cuchillo, al mejor estilo karateka o anuncio de cuchillos de teletienda (si sustituimos la manzana por una lata de conservas). Merece mención aparte la cara de poseso de la espiga antes de cortar la fruta en cuestión.

El hombre no puede evitar sumarse a la fiesta y algarabía que se ha montado de buena mañana en su cocina y baila poseído por el ritmo endiablado sacando, incluso, a su mujer a bailar. Me imagino a la mujer pensando “Siempre te pido que vayamos a bailar y dices que eres un pato y ahora, que aparecen cinco freakies vestidos de cereal te pones en plan John Travolta”

El subidón parece que es de larga duración, ya que en la última escena podemos observar a nuestro simpático protagonista bailando en la oficina. La única diferencia es que la conga ha derivado en un extraño break dance (o en el mal de San Vito. Tengo que documentarme a este respecto).

No me aventuro a decir cuáles podrían ser las posibles consecuencias si, aparte de desayunar estas galletas, nos hemos lavado previamente el pelo con el champú de la semana pasada. Creo que podría ser peligroso. Ya sabemos que no conviene mezclar. 

sábado, 2 de junio de 2012

Decimoséptimo, decimoctavo y decimonoveno premio: Los repes


La entrada de hoy va a ser escasa, ya que me toca publicar tres premios que ya recibí anteriormente. No obstante, como estas cosas siempre se agradecen (y porque los premios me salvan el post de los sábados) paso a publicarlos ipso facto.

El primero es el Liebster Blog, que publiqué la semana pasada. En esta  ocasión, quien pensó en mí el pasado 4 de mayo para entregármelo fue Katrina Jackson, de Una más…



Muchas gracias, Katrina!!! Espero que pronto se hagan realidad todos tus deseos e ilusiones.

La penitencia es pasarlo a cinco blogs con menos de 300 seguidores (a mí me dijeron 200 la primera vez que lo publiqué. Esto de los premios mutantes ya me está dando miedito). Como ya cumplí la penitencia la semana pasada, pasamos al siguiente.

El segundo me lo ha pasado Drew de Viviendo en mi nube azul (la que ahora, aparte de vivir en una nube, vive en el Cairo) el 6 de mayo. Su intención fue buena. No quiere que me quede sin post para los sábados, lo cual agradezco sobremanera. El problema es que el premio que me entregó el pasado 6 de mayo ya lo tenía. Dos veces. Es el que no sé cómo se llama pero que vuelvo a publicar (sin las preguntillas, que ya fueron respondidas en su día).



Como también lo pasé, me libro de la penitencia.

El tercero y último (por hoy) también lo tenía y me lo ha pasado Lady Cobijo de En un rincón del mundo el 16 de mayo. Ánimo, guapetona, que sé que te sientes bastante mal físicamente pero estoy segura que se compensa con la alegría de ver cumplido tu sueño.



Se trata del premio “Labiales” que también ha sido convenientemente contestado y entregado la primera vez, así que me vuelvo a librar de la penitencia. Ja!

¿Qué os decía? Una entrada de una escasez proverbial y sin ningún tipo de fundamento así que ya estáis pinchando en los enlaces que he puesto al recibir los premios, que seguro que ellas han contado cosas más interesantes que yo. 

viernes, 1 de junio de 2012

Pues yo más


¿No os molesta mucho pero mucho, mucho, el “puesyomasismo”?

No, no estoy aprendiendo esperanto. El “puesyomasismo” es esta tendencia que tiene mucha gente a estar siempre peor que quien sea que relate una desgracia, incomodidad o sufrimiento o mejor que quien relate una alegría, sorpresa o ilusión.

Ejemplos varios:

1) Comentas que te duele la cabeza. El puesyomasista de turno dice:

- Para dolores de cabeza los míos, que me dan unas jaquecas que parece que en lugar de cerebro tengo un martillo neumático.

A ver, querido puesyomasista, el dolor es algo muy subjetivo. No conoces el umbral de dolor de tu interlocutor y, aun cuando éste fuera un faquir, es imposible que sepas cuánto le duele al otro. Los dolores no son comparables. No insistas.

2) Haces saber que estás cansado porque has tenido un día de mucho trabajo. El puesyomasista contestará:

- Yo sí que estoy cansado, que no sólo he tenido mucho trabajo sino que he tenido que ir a hacer la compra, recoger a los niños de mi vecina de la guardería y correr una maratón.

Para el cansancio también hay un umbral. Hay gente que se cansa más fácilmente que otra. El cansancio tampoco es comparable.

3) Relatas emocionado tu fin de semana diciendo que te lo pasaste estupendamente de cañas con tus coleguillas. El puesyomasista te hace ver que tu finde fue una mierda, con perdón.

- Pues no veas el mío. Fui a hacer puenting, rafting, sky diving y edredoning. A la próxima seguro que elijo algo en plan tranqui, como tú (esto lo dice para que no pienses que quiere fardar pero, repito, tu plan le parece una mierda) porque terminé más reventado que ayer, cuando tuve tanto trabajo, fui a hacer la compra, recogí a los niños de mi vecina de la guardería y corrí una maratón. Por cierto, ayer no te lo dije pero gané. No veas qué jaqueca tenía después.

Y así puede ir sumando proezas, desgracias, tragedias, alegrías. Siempre más. Siempre mejor.

¿Habéis disfrutado leyendo el post? Pues ni os imagináis lo que he disfrutado yo escribiéndolo.