Marrameowww!!!
Contar esto me da hasta vergüenza ajena pero si no lo
cuento, reviento.
Los humanos, en esa extraña creencia de que tienen que hacer
toda clase de monerías para tenerme entretenido, en ocasiones se dedican a
poner caras raras, poner vocecitas, caminar de forma antinatural y demás
situaciones inexplicables.
Ellos se piensan que yo los miro porque me tienen fascinado
con sus múltiples estupideces pero yo realmente los observo con cara de
estupor, preguntándome a qué viene ese impulso frenético de hacer payasadas,
perdiendo la poca dignidad que les va quedando.
De verdad, ¿es necesario que todos pasemos por ese
bochornoso momento? Bueno, puede que ellos no se den ni cuenta de las cotas de
ridículo que son capaces de alcanzar pero yo no hago más que pensar que en
múltiples de estas ocasiones las persianas están subidas, lo cual debe provocar
el escarnio y la befa de los vecinos de enfrente, que tal vez se rían de mi desgracia al percatarse de
que me ha tocado vivir en esta casa de locos, sin orden ni concierto.
Y no se dan por aludidos, oye. Por mucho que les mire
reprobatoriamente y me intente hacer el digno, ellos siguen con sus tonterías,
cual adolescentes en plena edad del pavo. Teniendo en cuenta que ya superan
ambos con mucho la barrera de los treinta, el tema es, cuando menos,
preocupante.
Sé que repito esto hasta la saciedad pero, de verdad, por
favor, si alguien en sus cabales está interesado en adoptarme, en breve voy a
dar comienzo a un casting para buscar nuevo hogar porque esto no puede seguir
así. Temo que el asunto sea contagioso y yo termine imitando a un perro o a un
ratoncillo de campo y encima creyendo que por ello soy gracioso.
Los interesados me podéis ir dejando el currículum. De mí
diré que soy mono, limpito y muy suave. Me llevo bien con otros gatos y, al
contrario de lo que os pueda contar la bruja, no tengo absolutamente ningún
defecto. Soy todo lo perfecto que puede ser un felino.
No os quedéis con las ganas y poned un Forlán en vuestras
vidas. Por piedad.
Prrrrrrr!!!