El de hoy es muy corto y no tiene prácticamente imágenes que
describir pero me quedé tan estupefacta al verlo que lo apunté ipso facto para
traerlo a esta sección porque debía compartirlo. No sé si me parece absurdo,
ofensivo o ambas cosas a la vez pero yo aquí os lo dejo y vosotros ya vais
opinando.
En pantalla, lo único que vemos es un portátil con la imagen
de una tragaperras online. A su lado hay un ovillo de lana con unas agujas de
tejer clavadas en ella y las manos de una señora que van dándole al botoncito
para que las ruedecillas vayan girando, con la esperanza de obtener una
combinación ganadora. Esto es lo único que veremos durante el anuncio, así que
el presupuesto no parece haber sido un inconveniente para el rodaje.
Escuchamos la voz de una señora diciendo que, cada vez que
gana, le dan ganas de hacer pis y hay veces que no llega a tiempo. Pero, desde
que puede jugarse los dineros desde casa, ya no le preocupan las pequeñas
pérdidas sino las grandes ganancias.
Os juro que esto es cierto. Tengo el anuncio delante de mí
en este momento y lo he visto en la tele, que luego me andáis preguntando que
de dónde me saco los anuncios. No me invento nada nunca; esto es real, queridos
míos. Ni qué decir tiene lo anonadada que me quedé al escuchar esto. O sea, la
señora es una ludópata de manual a la que no le importa hacerse pis encima con
tal de seguirle dando al botoncito para jugarse la pensión y nos hacen ver esto
como algo deseable. Pues no sé yo si me gustaría andar presumiendo de este tipo
de perfil de cliente.
Mención aparte merece el cartelito que vemos debajo donde
pone “Juega con responsabilidad”. Pues no será por el ejemplo que están
poniendo, que es un claro ejemplo de “haz lo que yo digo pero no lo que yo
hago”. A lo mejor la responsabilidad radica sólo en ponerse unos pañales para
la incontinencia para no manchar la silla y poder seguir jugando y miccionando
a gusto.
Repito, no sé si el anuncio me parece ridículo sin más o
directamente ofensivo. No es que yo me caracterice por tener la piel
especialmente fina. No suelo ofenderme con facilidad y, aunque a veces no lo
comparta, defiendo todo tipo de humor pero una cosa son ciertas publicaciones
que puedes optar por no ver/oír y otras son las que te meten a traición en la
tele cuando no tienes escapatoria.
Creo que el post de hoy me está quedando más serio de lo que
pretendía pero es que me quedé tan ojiplática cuando lo vi que ya no sé ni qué
opinar. Por un lado me indigna pero por otro me dan ganas de empezar a reírme
hoy y no parar hasta mañana.
Optaré por lo segundo, porque motivos para indignarse ya hay
suficientes en este mundo y la indignación avejenta mucho.