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viernes, 7 de junio de 2013

Septuagésimo sexto premio: El Premio Ferny


Según recordaréis, hace unos días Forlán publicó este mismo premio, jactándose de que lo estaba publicando antes que yo y que ésta que escribe debía estar rabiosa. Nada más lejos de la realidad. Como ya le he explicado, si he tardado más en publicarlo es porque yo recibo infinitamente más premios que él, por lo que la lista de espera es más larga y, además, para mayor humillación del felino, a mí me lo han dado dos veces. Debe haber entrado en razón porque no se ha atrevido a rechistar.

El premio lo ha creado nuestra querida Eva, de “Opiniones Incorrectas” en honor a su angora turco, Ferny, al que todos conocemos sobradamente y que se forja diariamente tantos amigos como enemigos. Ella, en su infinita generosidad, me lo pasó el 5 de abril y, el 13 de mayo, me volvía a llegar de la mano de “MisMellis”. ¡¡Muchas gracias a ambas!!

Así que hoy me toca a mí responder las siguientes preguntitas:

1.- ¿Qué es lo que más te gusta de Ferny?: Su carita. Es de lo más mono y comestible.

2.- ¿Qué es lo que menos te gusta de Ferny?: Que es un troll. Siempre se lo digo pero él insiste e insiste en seguir escribiendo con mayúsculas y trolleando al personal.

3.- ¿Sigues el blog Turkish Angora World?: Sinceramente, lo leo de vez en cuando pero no lo leo habitualmente. Es que no doy abasto ya!!! A ver si me pongo las pilas y me pongo al día con él.

4.- ¿Gato ó perro?: Gato. Siempre gato. No he tenido perros nunca y no creo que los tenga. No tengo nada en su contra pero no me terminan de convencer. Su personalidad no me atrapa y, encima, considero que dan mucho trabajo.

5.- ¿Cuál es el viaje más largo que has realizado con un gato?: Cuando me mudé de Guadarrama a Madrid capital y me llevé a Luhay en el autobús. Encima, el asqueroso del busero no me dejó llevarlo conmigo y hubo que meterlo abajo en el maletero. Pobrecito mío, qué nervios habrá pasado.

6.- ¿De qué color es tu habitación?: Blanca, aburridísima. Por mí pintaría de colores pero el gotelet es un infierno.

7.- ¿Prefieres los sanitarios blancos ó de colores?: Los prefiero de colores. Todo lo que sea susceptible de ser de colores es mucho mejor así.

8.- ¿Has gastado bromas telefónicas?: No como tal. Es decir, no llamaba a nadie para hacer bromas pero sí que tuve una época de adolescente que, al atender el teléfono de casa, atendía con nombres absurdos de empresas. Había gente que picaba y todo…

9.- ¿De qué nunca trabajarías?: Tal y como está el patio, nunca digas nunca pero, de poder elegir, no creo que pudiese limpiar alcantarillas (ni siquiera limpiar casas. Yo soy muy asquerosita para todo).

10.- ¿Comerías carne de caballo?: En vista de las últimas noticias, probablemente la he comido ya y ni siquiera me he enterado así que, sí, la probaría siendo consciente de lo que como.

11.- ¿Crees que la Seguridad Social debe cubrir las operaciones de reasignación de sexo?: Depende de la circunstancia de cada uno. Creo que habría que estudiar cada caso y decidir en base a la necesidad real que tenga cada persona de realizarse la operación.

12.- ¿Debería aprobarse en España la subrogación (vientres de alquiler)?: No tengo nada en contra pero, de aprobarse, tendría que ser algo previamente muy estudiado y regulado, contemplando los derechos y obligaciones tanto de gestante como de adoptante.

13.- ¿Quién es el famoso que peor te cae del panorama nacional?: Unos cuantitos. Belén Esteban, Jorge Javier Vázquez, Pipi Estrada… Qué se yo. Muchos.

14.- ¿Cuál es el viaje de tus sueños?: Siempre digo que Maldivas. Hoy voy a decir Salamanca, hala.

15.- ¿Llevas tatuajes? (Explica por qué sí ó por qué no): Llevo uno en el omóplato izquierdo y ando hace tiempo con ganas de hacerme otros dos. Me gustan porque son adorno y mensaje al mismo tiempo. No sé explicarlo. Quise tatuajes desde los quince años o cosa así, aunque no me tatué hasta los veinticinco.

16.- ¿Has sufrido algún robo ó atraco?: Ayer mismo relaté el primero. Atentos a la segunda entrega.

17.- ¿A qué edad te sacaste el carné de conducir?: A ninguna. No tengo carnet y no tengo intenciones de sacarlo.

18.- ¿Por qué hay tantos siameses bizcos?: Algo genético, supongo.

19.- ¿Convivirías con una serpiente?: Por convivir, sí. No me dan repelús y algunas me parecen muy bonitas. Pero no creo que las eligiera como mascota. Las veo menos interactivas que un Tamagochi.

20.- ¿En qué programa de televisión te gustaría concursar?: En Pasapalabra. Se me da de vicio.

Y se supone que hay que pasarlo a diez blogs. Como Forlán lo pasó a cuatro, me hago la loca y lo paso a seis:








Pues esto ha sido todo por esta semana. Que tengáis un finde estupendo. 

jueves, 6 de junio de 2013

De mis intentos de asalto (Parte 1)

Hace unos días, a raíz de una conversación que mantuve por Twitter con Eva, de Opiniones Incorrectas (desde que tengo Twitter soy otro tipo de persona), caí en la cuenta de que nunca he relatado en este blog, ni en ningún otro,  los múltiples intentos de asalto o robo que he sufrido.  

Y digo “múltiples” porque, de momento, llevo tres. Desde que estoy en Madrid he de reconocer que no he sufrido ninguno (a excepción del espeluznante encuentro que os relataba aquí) pero el miedo del cuerpo ya no me lo quita nadie y yo creo que es por eso que tengo esta naturaleza tan miedosa y me da pavor salir a la calle una vez que ha caído el sol, no sea cosa que me encuentre con algún facineroso o, llegado el caso, con un vampiro.

Y digo “intentos” porque, por un motivo u otro, ninguno de los tres llegó a buen término para el  maleante de turno. Para mí sí, aunque el susto me duró horas en todas las ocasiones.  

Relato hoy el primero y dejamos los otros dos para la semana que viene, que si no esto se va a hacer más largo que un día sin pan.  

Lo viví aproximadamente a los 19 ó 20 años. Vivía yo en Montevideo y había quedado a tomar algo con mi entonces novio que, dicho sea de paso, fue mi primer novio formal y me traía loquita de amor. El caso es que, como yo era muy valiente porque hasta ese entonces no me había pasado nunca nada, me fui solita caminando a mi casa. Fui a cruzar un bulevar que, como todos los bulevares, tenía una cantera en medio. Al llegar a la cantera, se me acercaron como siete u ocho personajillos con un perro. Tendrían entre doce y catorce años sin exagerar (me refiero a los personajillos; desconozco la edad del perro) pero, claro, por número y por “macarrismo” me superaban ampliamente. Se me pusieron todos alrededor, rodeándome cual banda callejera (bueno, cual lo que eran) y me preguntaron si tenía algo de dinerillo para darles. Les dije que no, que llevaba lo justo para el autobús, lo cual era cierto con la salvedad de que no tenía yo intenciones de tomar autobús alguno. Total, que se me pusieron chulitos, se me acercaron y se pusieron a tirarme del pelo y a decirme que les diese la cazadora. Era una cazadora de cuero chulísima que conservo aún a día de hoy, por increíble que parezca. Así que ahí les dije que les daba lo poco que llevaba pero que si querían la cazadora me iban a tener que matar, directamente. Les di el dinero que llevaba encima (que efectivamente era más o menos el importe de un billete de autobús) y, en esto, no sé si es que les caí bien o les di pena o se asombraron de mi valentía defendiendo la chupa con mi vida o qué narices pasó pero uno de ellos me pregunta “¿No tienes ahora para volver a tu casa?”. Me hice la damisela desvalida y le solté “Pues no, ya veré de irme andando o a ver si encuentro alguien que me acerque o algo” (aclaro que el sitio donde estaba siendo asaltada o haciendo nuevas amistades o vete a saber qué quedaba como a cuatro calles de mi casa, vamos que me estaba tirando un farol tremendo). El chavalillo, entonces, se dirigió a la chica que tenía mi dinero  y le dijo: “Devuélveselo”. La púber me dio el dinero, me desearon suerte y me dijeron que vivían por ahí (sospeché más o menos por dónde; había una zonita por ahí cerca que no molaba nada) y que si necesitaba algo les buscase. Surrealista a tope. O sea, me metéis un susto de muerte, me tiráis del pelo, os queréis quedar con mi cazadora y con mi dinero para un autobús inexistente y luego ¿os convertís en mis ángeles de la guarda versión macarra?

Todo esto, claro está, no se lo dije. Les di las gracias (¿WTF?) y me fui sin mirar atrás, con un nudo en la garganta que no se deshizo hasta que llegué a mi casa y lloré como una magdalena para liberar la tensión. Bajito, eso sí, que mi madre dormía y si se enteraba de lo que me había pasado no me iba a dejar volver a salir por la noche con mi amado.  


La semana que viene os cuento los otros dos, que tampoco os voy a contar tanta tragedia en un solo post. 

miércoles, 5 de junio de 2013

Anuncios Pesadillescos LIII: La vaca flaca

Sé que algunos estáis lampando por cierto anuncio de un artículo de higiene femenina pero esta semana os voy a dejar con las ganas porque le tenía muchas ganitas a éste que os relato hoy. Así os mantengo enganchaditos, jejeje. Soy un genio.

El de hoy va de animales. Por lo menos, son dibujitos animados y no les ha dado por poner animales de verdad a mover la boca mediante un programa informático, que ya sabemos que a mí esas cosas me dan como grimita y me recuerdan de una forma bastante macabra a la mula Francis.

Los animales en cuestión son, concretamente, ganado bovino (o vacas, para el pueblo llano).

Nos encontramos en una especie de desfile de modelos donde un montón de vaquitas gordas como sólo ellas saben estar observan a otro ejemplar de su misma especie que se contonea por la pasarela luciendo bastantes kilos menos. Las demás vacas se asombran, le preguntan cómo puede estar tan bien. La vaca flaca les informa que se alimenta a base de algo sabroso y ligero pero no suelta prenda de cuál es su codiciado secreto.

Una vaca anciana le comenta a un toro con aspecto de empollón si habrá sido que ganó el bingo (esto no lo entiendo muy bien, supongo que querrá decir que con el dinero del premio se ha hecho la lipo o algo). El toro opina que debe ser que tiene un ligue nuevo (ya estamos, siempre pensando que las mujeres nos vemos mejor para agradar a un miembro del sexo opuesto).

Un toro cani, con más oros que el Vaticano, se le acerca juguetón a nuestra vaca esbelta mientras le ruega encarecidamente que informe al resto de su truco para estar tan estupenda. Lo de “estupenda”, por otra parte, sería discutible. Ya sabéis que una viene de país ganadero y cuando vemos una vaca flaca es motivo de sospecha.

Como parece que no se puede mantener más la intriga, aparece en forma de spoiler esa vaca roja que todos conocemos. La vaca roja que lleva unos pendientes donde se ve a la vaca roja con pendientes de la misma vaca roja con pendientes de… Podríamos seguir así hasta el infinito. Confieso que de pequeña ese fenómeno me causaba una inquietud tremenda. Pues bien, la vaca roja spoiler nos dice que se trata de los quesitos de toda la vida pero en versión “Light”, o sea “La bovina que se parte la caja, Light”.

Ha quedado resuelto el misterio. Menos mal. Ya pensaba yo que iban a hacer el anuncio en dos partes y nos iban a dejar con esta intriga hasta la segunda entrega. Qué alivio. 

martes, 4 de junio de 2013

Ustedes Dirán XLI: A ver si lo entendéis mejor que yo (sugerido por Inmagina)

La siempre participativa y nunca bien ponderada Inmagina me ha sugerido un anuncio que, confieso, no he alcanzado a ver aún en la televisión. Tal vez se deba a que hayan recibido una avalancha de burlas tras la primera emisión y han decidido retirarlo e ir corriendo a esconder la cabeza bajo la tierra, igual que los avestruces. Por cierto, me había propuesto también otro pero he sido incapaz de encontrarlo así que me lo salto y vamos a éste que, para mi desgracia, sí he conseguido localizarlo.

En una cocina americana, de éstas donde tienes espacio para meter una mesa donde comer, no como la mía, que si estamos dentro el churri y yo (cosa que se da en contadísimas ocasiones) tenemos que andar pidiéndonos permiso para pasar, hay un hombre sentado en actitud laxa sobre una silla mientras degusta una copa de vino mientras otro hombre descorcha una segunda botella (cabe destacar que todo el picoteo que se aprecia son un par de sándwiches tamaño bocadito y un cuenco de patatas, por lo que pronostico un mal final para  este hombre si sigue bebiendo vino con tan escaso alimento en el estómago). El que va a terminar borracho como una cuba (si es que no lo está ya) pregunta qué piensan hacer en vacaciones.  Una mujer, de pie junto a la encimera y con otra copa de vino en la mano, informa que piensan hacer un crucero.

El que descorcha la botella informa al de actitud laxa que la mujer ha llamado a una agencia de viajes a la que llamaremos “Trayecto”. El de la actitud laxa pregunta “¿A Trayecto, en serio?” como quien dice “¿A esa porquería?”.

Y aquí viene la parte interesante y es cuando vais a comprender por qué he hecho tanto hincapié en la cantidad de vino que circula por esa cocina. La mujer mira hacia su izquierda al mismo tiempo que dice “Nos lo ha recomendado él”. La cámara se desplaza en la dirección señalada y vemos una especie de palomo gigante abriendo la nevera que mira de reojillo a los allí presentes sin decir “esta boca es mía” (por suerte, porque como encima al bicho ya le dé por hablar tened por seguro que este post no existiría. Yo estaría ingresada víctima de un ictus). El de la actitud laxa se queda patidifuso, mirando en todas direcciones sin saber qué decir y, supongo, preguntándose qué le habrán echado en la copa de vino. Los otros dos siguen a sus cosas, tan campantes, y les parece lo más normal del mundo que haya un palomo gigante en su cocina que, además, les acaba de sacar un cartón de leche de la nevera.

Y ahí, sin más dilación, una voz en off nos informa del precio de un crucero y nos explica que la agencia de marras está recomendada por los viajeros más expertos. Supongo que de ahí viene la gracia del palomo pero esto son sólo suposiciones mías; por intentar encontrarle una explicación y no volverme completamente turuleta.


Si alguien tiene alguna otra explicación plausible a semejante despropósito, por favor, que me lo haga saber. Yo vivo sin vivir en mí. 

lunes, 3 de junio de 2013

Crónicas Felinas XLV: Hasta aquí llega mi paciencia

Marrameowww!!!

Contar esto me da hasta vergüenza ajena pero si no lo cuento, reviento.

Los humanos, en esa extraña creencia de que tienen que hacer toda clase de monerías para tenerme entretenido, en ocasiones se dedican a poner caras raras, poner vocecitas, caminar de forma antinatural y demás situaciones inexplicables.

Ellos se piensan que yo los miro porque me tienen fascinado con sus múltiples estupideces pero yo realmente los observo con cara de estupor, preguntándome a qué viene ese impulso frenético de hacer payasadas, perdiendo la poca dignidad que les va quedando.

De verdad, ¿es necesario que todos pasemos por ese bochornoso momento? Bueno, puede que ellos no se den ni cuenta de las cotas de ridículo que son capaces de alcanzar pero yo no hago más que pensar que en múltiples de estas ocasiones las persianas están subidas, lo cual debe provocar el escarnio y la befa de los vecinos de enfrente, que tal  vez se rían de mi desgracia al percatarse de que me ha tocado vivir en esta casa de locos, sin orden ni concierto.

Y no se dan por aludidos, oye. Por mucho que les mire reprobatoriamente y me intente hacer el digno, ellos siguen con sus tonterías, cual adolescentes en plena edad del pavo. Teniendo en cuenta que ya superan ambos con mucho la barrera de los treinta, el tema es, cuando menos, preocupante.

Sé que repito esto hasta la saciedad pero, de verdad, por favor, si alguien en sus cabales está interesado en adoptarme, en breve voy a dar comienzo a un casting para buscar nuevo hogar porque esto no puede seguir así. Temo que el asunto sea contagioso y yo termine imitando a un perro o a un ratoncillo de campo y encima creyendo que por ello soy gracioso.

Los interesados me podéis ir dejando el currículum. De mí diré que soy mono, limpito y muy suave. Me llevo bien con otros gatos y, al contrario de lo que os pueda contar la bruja, no tengo absolutamente ningún defecto. Soy todo lo perfecto que puede ser un felino.

No os quedéis con las ganas y poned un Forlán en vuestras vidas. Por piedad.


Prrrrrrr!!!