Vamos hoy con la segunda (y espero que última) parte de mis
encuentros con diversas clases de malandrines.
Mi segundo intento de robo sucedió también en Montevideo.
Prometo que no es una ciudad demasiado peligrosa pero yo debo de llevar en la
frente un cartel que dice “Atrácame”.
Éste no fue demasiado espectacular, todo hay que decirlo.
Había ido al Parque de Atracciones con mis compañeras de piso y otro púber le
dio el tirón a mi bolso. Por si acaso os lo estáis preguntando, no, nunca he
sido asaltada por un mayor de edad. Curioso y bochornoso a partes iguales.
Conseguí sujetar el bolso por la correa, ayudada por una de mis compañeras. El
niñato seguía tironeando y la parte graciosa es que, al estar sobre suelo de
tierra, intentaba correr arrancando la correa pero se le resbalaban los pies.
Era para grabarlo ahí patinando sujeto al bolso. Daba la sensación de que
estaba haciendo water-ski o alguna de esas moderneces.
Como seguía pataleando de mala manera y aquello ya era un
canteo porque todo el mundo lo estaba viendo, optó por dejarlo por imposible y
se fue por donde había venido. No lloré, supongo que porque me daba vergüenza
llorar delante de tanta gente pero me temblaba todo. Dentro del bolso iba el
primer móvil que me había comprado; un cacharro casi más grande que el bolso
pero era lo que había en aquella época. Bueno, lo que había y lo que me podía
permitir, porque luego salieron otros súper chiquititos que costaban un dineral
y no estaba yo para tanto dispendio. Así que agradecí al destino, a la
providencia o a lo que sea que haya que agradecerle que hubiese logrado
conservar mi aparatejo.
Y la última oportunidad, que espero que sea la última de
verdad, fue en Santiago de Chile. Estuve allí en el año 2006 tres meses por
trabajo. Se suponía que mi función era formar a la gente que iba a llevar el
servicio en la delegación que la empresa en la que yo trabajaba estaba abriendo
allí. Pero como una es por demás sociable, no sólo me limité a darles clase
sino que me fui de fiesta con ellos, claro que sí, hay que intercambiar
culturas. El caso es que íbamos de camino hacia la casa de una de mis alumnas
donde íbamos a hacer barbacoa y, de la nada, surgió otra adolescente tirando de
mi bolso. Conmigo iban, sin exagerar, unas ocho personas pero los que iban más
adelante ni se enteraron y los que iban más atrás conmigo se quedaron en tal
estado de shock que no fueron capaces de reaccionar.
En esta ocasión no había suelo de tierra que valiese así que
la chiquilla tuvo una buena oportunidad de plantar firmemente sus pinreles en
el pavimento y tirar del bolso hasta que me dejó como una boba con la correa en
la mano.
Y aquí viene la parte que bien podría haberse grabado para
una peli de acción. Cuando ya por fin el personal se dio cuenta de qué había
pasado, una de mis alumnas que era cinturón negro de karate (más bajita y más
flaca que yo pero que daba unas hostias como panes) y otro alumno salieron
corriendo en pos de ella. La amiga de lo ajeno cruzó una avenida tirando a los
pies de mi alumna una de estas cosas de plástico que se ponen a veces para
separar los carriles (segurísima estoy de que eso tiene un nombre técnico pero
servidora no tiene ni carnet, así que comprenderéis que no esté muy enterada de
los implementos de tráfico). Mi alumna tropezó con el cacharro pero se levantó
echando leches y allí que siguió persiguiéndola. Vi cómo los tres desaparecían tras una
esquina y empecé a llorar (cómo no) porque dentro iba mi DNI, mi pasaporte, la
tarjeta de débito… Vamos, todas las cosas ideales de perder en un país
extranjero.
Poco después, vimos
aparecer a la karateka y, detrás de ella, a mi alumno preferido con mi bolso en
la mano y todo su contenido. Ayyy, casi me los como a besos. Según dijeron,
parece que se vio que ya no tenía para dónde correr o se cansó, a saber, y tiró
el bolso sin haberlo abierto siquiera.
Y estas han sido
todas mis experiencias con vagos y maleantes. Como digo, espero ya no tener más
porque, cada vez que me pasa una cosa de éstas, más miedosa me vuelvo y no debe
ser agradable padecer de agorafobia.
Madre mía Álter!! La verdad que te han intentado atracar un montón de veces, pero lo bueno es que jamás lo han conseguido!! y todos chavales rollaos del insti!! Pero bueno, qué juventú!!
ResponderEliminarJajjaj eso del chaval tirando del bolso y los pies resbalando en la arena tiene que haber sido mítico!!
Yo también espero que ya tengas el cupo de atracos lleno para toda tu vida!! Un besazo guapa!!!
Ya te digo. No sé por qué tengo ese imán para los niñatos...
EliminarYo también espero que la cosa no se repita. Aunque me dé para escribir tercera parte... Besotes!!!
Pues tuviste suerte después de todo, los asaltos no fueron bien para losmalhechores!
ResponderEliminarSí, la verdad es que al final me salió bien la cosa siempre. Pero el susto no me lo quita nadie. Jajaja. Besotes!!!
EliminarPero chica, cómo puedes tener tanta suerte!!!! qué tía!!! Esperemos que no vuelva a ocurrir nada semejante, ya te dije que a mí en Madrid no me ha pasado nunca así muy feo (y toco madera), así que quizás tengamos suerte con nuestras pertenencias. A mí ya sólo me roba Ron, que es bastante amigo de lo ajeno, sobre todo la comida ajena. aunque también le gustan los calcetines y los sujetadores, las horquillas y gomas del pelo, las llaves, los tapones de las botellas... que monta auténticos botines bajo el sofá, vaya. Y bueno, hurga con frecuencia en mi bolso, pero no suele quedarse nada, ahí no hay nada que le interese.
ResponderEliminarUn beso!
En Madrid nunca me ha pasado nada tampoco. Toco madera...
EliminarY te entiendo muy bien. Yo también tengo otro ladronzuelo en casa. Forlán, sin ir más lejos, cuando era cachorro nos robó una paraguaya. La cogió con la boca y ahí que se fue de paseo con ella, que era casi más grande que él. Jajaja. Besotes!!!
Wow, eres imán de ladronzuelos, suerte que a pesar de tus tres encuentros con "el bajo mundo", nunca se han llevado nada. A mi nunca me han asaltado, pero si que he sido víctima de hurto 2 veces, es lo que tiene ser una despistada, xD.
ResponderEliminarA mí eso, sin embargo, nunca me ha pasado. Será porque siempre voy mirando en todas direcciones. Jajaja. Besotes!!!
EliminarEspero que ya no tengas que sufrir ninguna experiencia similar. Qué desagradable debe ser... Lo más cerca que he estado de algo así fue una vez que me dejé la bici en el garaje del edificio mientras subía a casa a por unas llaves y al bajar me encontré el sitio. Me acordé de los ancestros del ladrón y al final resultó que un ex-amigo la había escondido para hacerme una broma. Ya ves qué tontería :P
ResponderEliminarLleva siempre encima spray de pimienta o un taser. Aunque nunca vayas a usarlo al menos da confianza.
Besos!
Jajaja. Lo del táser me ha llegado al alma... O un AK-47. Ya puestos...
EliminarBesotes!!!
Dios mío, sí que tienes suerte, y me alegro, aunque pasar por cosas así nunca es agradable. Espero que esta sección se acabe aquí ;) Biquiños!
ResponderEliminarSí. Yo también lo espero... Besotes!!
EliminarTres intentos con dos coincidencias; crios y no consiguieron robarte.
ResponderEliminarPero el susto queda agazapado.
Uf, ni me lo recuerdes... Visto en perspectiva tiene su gracia pero se pasa muy mal rato. Un besote.
EliminarPues yo he sufrido hurto y se me quedó cara de pan... estaba en Gran Vía, en una zapatería de Kamper... me senté para probarme unos zapatos y tenía el bolso a mi lado. Se sentó una chica al otro lado, llevando unos zapatos... En 1 segundo había desaparecido la chica con mi bolso. La policía me dijo que era un método muy frecuente. Yo me quedé sin sandalias nuevas.
ResponderEliminar;)
Oyyy. Qué rabia tiene que dar eso... Ya no es tanto a veces por el dinero sino porque solemos llevar documentación y es un rollo volver a sacarlo todo... Un besote!!!
EliminarCuando yo iba a clases de judo, hace mucho de eso, en el gimnasio que también tenía tienda entraron a robar o al menos a intentarlo. Fue una maravillosa clase práctica.
ResponderEliminar¡Viva las artes marciales!
:)
Jajaja. ¿A quién se le ocurre entrar a robar ahí? Para grabarlo... Besotes!!!
EliminarA mi no me parece normal tantos atracos, yo por suerte no he tenido ninguno, pero tu!!! Los debes atraer por algun motivo, o llevaras bolsos muy llamativos!!!
ResponderEliminarLo mío nunca es normal. Partamos de esa base. Jajaja.
EliminarY las veces que me han querido robar no llevaba bolsos llamativos. La primera, de hecho, no llevaba ni bolso...
Yo creo que debo tener pinta de ricachona o de tonta (más bien lo segundo, supongo). Besotes!!!
Hija mía!
ResponderEliminarA mi sólo me han sustraido el monedero en dos ocasiones y sin darme cuenta + una vez que lo apoyé en una barra y cuando me quise dar cuenta se lo habían llevado...
A mi hermano en cambio le han atracado un par de ocasiones unos gitanillos prepúberes y en una ocasión los mismos gitanillos le robaron la moto estando el sentado encima...
Besotes y cuidadín con el bolso!!!!
¿Estando él sentado encima? ¿Pero le obligaron a bajarse o se lo llevaron en plan rehen? Jajaja. Eso deberías contarlo...
EliminarLa verdad es que con esas cosas se pasa un miedo atroz pero bueno, al menos nos quedan las anécdotas...
Besotes!!!
Madre mía! Yo creo que ya tienes el cupo cubierto...espero que no vuelva a pasar, que ya es casualidad tanto tirón! Un saludo
ResponderEliminarYo también lo espero... Un besote!!!
EliminarAlter:
ResponderEliminarMe has dejado impresionada con todos los intentos de robo que has sufrido!!! e impactada, con lo de tus compis karatecas en Chile jejeje..., menos mal que no te llevaste una peor impresión de mi país...
Pero bueno chica, yo creo que tienes muy buena suerte, así es que dudo que alguien consiga robarte alguna vez jejeje.
Besitos!
No. ¿Por qué iba a llevármela? Pueden robarte en cualquier sitio. Que me pasara allí fue casualidad. La gente estupenda que conocí (karatekas incluidas) compensó con creces ese susto. Aunque también viví un mini-terremoto y un incendio... Tuve toda clase de emociones en tu tierra. Jajaja.
EliminarY a la suerte mejor no tentarla... Jajaja. Besotes!!!
Son intentos graciosos de contar y se quedaron en sustos... Pero que mal rato . Odio a los ladrones.
ResponderEliminarYo tampoco les tengo especial simpatía. Jajaja. Aunque me caen peor los asesinos...
EliminarBesotes!!!
Jo pobrecita... para alegrarte el día te traigo otra propuesta...
ResponderEliminardale al play y disfruta.. (que humor más negro..)
Besotes!!!
Menos mal que enseguida he visto tu comentario de abajo, porque no veas la cara que se me había quedado de "Mí no entender...". Jajaja.
Eliminarcojones, que se ma olvidao el link, si es que...
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/elmundo/2013/05/14/espana/1368542149.html
Me lo han propuesto un par de veces pero, con vuestras disculpas, voy a declinar la oferta. No soy capaz de escribir sobre eso sin... Bueno, ya me entiendes.
EliminarBesotes!!!
Yo no sé cómo me lo monto, pero si hay alguien chungo por la calle, siempre viene a mí... debo de llevar el mismo cartel que tú por lo visto...
ResponderEliminarSaludos!!
Habría que hacer una comparativa a ver si tenemos algún rasgo en común que podamos analizar. Jajaja. Besotes!!!
EliminarBolsos electrificados. esa es tu solución, no es normal tu número de intentos de robo. Lo bueno es que no lo han logrado nunca :P
ResponderEliminarBesazo
Oye, pues si sacas un bolso electrificado en la tienda me avisas, que lo compro sin dudar. Jajaja.
EliminarUn besote!!!
Jo!! nena!! los atraes!!...que mal rato debiste pasar.
ResponderEliminarA mí nunca han hecho ni el intento,
debo tener cara de mala leche...jajaj.
Pero toco madera, eh? que nunca se está libre.
Soy como un imán. No me lo explico, de verdad...
EliminarEsperemos que a ti siga sin pasarte. Besotes!!!
"Segurísima estoy de que eso tiene un nombre técnico..."
ResponderEliminar¿Conos? XDDDD. Ahora en serio, creo que te refieres a las cosas esas cuadradas grandes de plástico, ¿verdad?
Jo, has estado en Chile, queremos otro de viajes XDDD, fíjate que últimamente (fantaseando de momento, pero nunca escupas p'arriba) estamos hablando irnos o a ese o a uno con niveles de criminalidad aceptables xD si la cosa terminara de hundirse en España...
Besos
Exacto, las cosas esas cuadradas. ¿Alguien sabe cómo se llama eso?
ResponderEliminarHacer crónica del viaje a Chile tendría menos emoción. Más que nada porque trabajaba una media de 15 horas diarias, lo que me dejaba poco tiempo para el turisteo. De todas formas, para este jueves sí que toca anecdotilla chilena, porque me acordé de algo.
Pues yo lo tengo clarísimo. Si aquí la cosa se me pusiera chunga me plantearía muy seriamente volver a mi tierra.
Menudos sustos, hermosa!Visto luego desde fuera, parecen el guión de alguna película de Jackie Chang, con karateca y todo.
ResponderEliminarEspero que hayas cubierto el cupo, que últimamente está la cosa muy complicadita (hace poco más de un mes me quitaron el móvil como mal menor)
Besotes!!
Pues sí, yo espero estar servida de sustos ya para los restos. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarJo Alter que aventura!! A mi no me han atracado nunca (por suerte, toco madera) pero estoy segura que me cagaría de mierdo) Lo de tu alumna carateca me ha impactado, que maja! y lo del cani del parque de atracciones una risión... estos chavales!! Me alegro de que en ambas ocasiones salieras ilesa y con todas tus cosas intactas.
ResponderEliminarUn beso!
La karateka una crack. Encima era gótica. Todo un personaje. Adoraba yo a esa chica.
EliminarEl otro era para grabarlo también resbalando en la arena. Un espectáculo.
Besotes!!!