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martes, 31 de julio de 2012

Ustedes Dirán II: ¡¡A bailar!! (Sugerido por Rocío)


Mi pedido de auxilio del pasado domingo ha dado sus frutos. No hay como mostrarse desesperado de vez en cuando en esta vida. La amiga Rocío, del blog “De lluvias y paraguas”, a quien espero que todos conozcáis y, si no, no sabéis lo que os estáis perdiendo, me ha propuesto un tema basándose en un comentario que dejé un día en su blog.

En el comentario le decía que me gusta mucho la danza y ella ha sentido curiosidad por saber si es como mera espectadora o si he hecho mis pinitos en ese mundillo.

Pues sí, hice mis pinitos. En este post cuento un poco lo inconstante que he podido llegar a ser en la vida y cómo he ido dando saltos (gráciles, eso sí) de una disciplina a otra a lo largo de mi infancia pero, sin duda, una de las ventoleras que más tiempo me duró fue la danza.

Empecé de muy pequeñita (cuatro años) con ballet pero lo dejé porque una es más bien inquieta y el ballet es muy estructurado. Reconozco que me encanta verlo y me emociono viendo a los bailarines tan modositos con sus poses perfectas pero yo necesitaba algo que me permitiera ser un poco más yo misma y dar rienda suelta a mi creatividad por lo que, luego de un vano intento por ser gimnasta rítmica donde, aparte de constatar que soy incapaz de que una pelota caiga donde yo quiero, vi que seguía prisionera de las técnicas estrictas y, tras ver treinta y cinco veces la película “A Chorus Line” me dije “Esto sí es lo mío. Tiene técnica pero es mucho más anárquico. La danza moderna mola mucho”. Y allí que fui, cual alma cándida soñando con mi careto en los carteles de Broadway.

En esas estuve un par de años. Me apasionaba. No sólo bailaba en clase. Bailaba en mi habitación. Bailaba en el baño. Bailaba en la cocina. Bailaba en el patio del recreo. Bailaba por la calle. Bailaba en los festivales del cole… Bailaba. Yo bailaba siempre y bailaba mucho. Si bailaba bien… eso se lo dejo a los expertos aunque he de reconocer que a la gente le solía gustar.

Un poco más tarde descubrí el teatro, así que decidí dejar aparcada un poco la danza para poder tomar lecciones, ya que para mi carrera en Broadway iba a ser muy importante que también supiera arte dramático. No lo digo irónicamente. Quería dedicarme al mundo del artisteo en serio. Tengo que admitir que el mundo del teatro también me fascinó y tuve una crisis vocacional pensando si dejar la danza y dedicarme a la interpretación en cuerpo y alma. Sobre todo porque tanto los profes que tuve aquí en España como los que posteriormente tuve en Uruguay (país con gran tradición teatral, dicho sea de paso) me decían que aquello era lo mío. La profesora de danza nunca me había dicho eso por lo que deduje que o la profe de danza era una siesa o acababa de encontrar mi vocación verdadera.

Como no quiero dar tintes dramáticos al post, sólo diré que ahí sobrevinieron una serie de circunstancias que hicieron que debiera abandonar mis clases. Supuse, en un principio, que sería temporal pero la vida te va llevando por diferentes derroteros y al final todo quedó en un sueño inconcluso y me convertí en simple espectadora emocionada. 

Eso sí, en el baño todavía bailo pero shhhhhh….

Tenéis toda una semana de margen para mandarme sugerencias así que, a pensar se ha dicho. 

lunes, 30 de julio de 2012

Crónicas Felinas V: El refranero felino


Meowww a todos!!!

Mientras espero que el abogado me dé noticias sobre la demanda que quiero interponer por culpa de la bruja, hoy me pongo las gafas de ver de cerca apoyadas en la punta de la trufa (es el hociquillo de los gatos aunque no nos gusta nada que digan “hociquillo”) al mejor estilo Sánchez-Dragó para ofreceros un poco de cultura felina, que veo que andáis más bien escasitos.

Presentamos, pues, sin más dilación (qué hortera y fantástica es esta frase) algunos ejemplos del Refranero Gatuno:

- A enemigo que huye, bufido victorioso.

- A ratón regalado no le mires la antirrábica.

- Agua que no has de beber, derrámala a placer.

- Al pienso, pienso y al agua, agua.

- Ande yo caliente y congélese la gente.

- A palabras en general, oídos sordos.

- A río revuelto, ganancia de gatos zalameros.

- Contra el vicio de no dar está la virtud de pedir.

- Cuando no estamos, los ratones se creen que no los oímos.

- Donde las dan, ahí que estamos.

- Gato con guantes es un snob.

- Más vale ronroneo que fuerza.

- Más vale pienso conocido que cubo de basura por conocer.

- Más vale que sobre que no que falte (sí, este es igual, es que no somos tontos).

- Por un perro que maté, superhéroe me llamaron.

Evidentemente, tenemos muchos más pero esta es sólo una pequeña muestra de nuestra amplísima cultura.

Me despido por esta semana, no sin antes agradecer el apoyo recibido por casi todos (no nombraré a los innombrables) con respecto a la batalla legal que comienzo contra la bruja. Muy especialmente a Sin Más Palabras que está ayudando a mi abogado a redactar la denuncia y a Ferny, que está dedicándose a hacer campaña mediática en mi favor. Os mantendré informados al respecto.


P.S: Si alguien está interesado en adoptar una gatita cariñosa y juguetona, que lea esto

Prrrrrrr.

domingo, 29 de julio de 2012

Anuncios Pesadillescos XIV: Piojos al viento


Los anuncios de shampoo antipiojos suelen verse más a menudo a partir de septiembre, con eso de que empieza el cole y van a pasarse muchas horas cabecita con cabecita, compartiendo juegos, materiales y fauna parasitaria. Sin embargo, éste he comenzado a verlo en vacaciones, no sé si por los campamentos de verano o para que los padres vayan haciendo acopio de implementos indispensables para mantener alejados a los bichillos.

Dos niños y una niña dan un concierto multitudinario con una canción cuya melodía es archiconocida pero no alcanzo a dar con el título original (me niego a buscar nada en Internet basándome en un tarareo, que luego mi búsqueda acabará saliendo en el San Google de Drew). Le dan un ritmillo Ska bastante pegadizo, la verdad, pero la niña va a acabar de mayor en un grupo de Heavy Metal dada la cara de posesa que pone al cantar las maravillas del shampoo. Le falta sacar la lengua como el de Kiss. Hay que ver cómo se vuelca en el escenario. Lo da todo.

Todos lucen melenas libres de piojos (o eso espero) que menean sin compasión mientras la masa enfervorizada los corea y agitan a su vez sus cabecitas (hay un primer plano de una niña con una mata de pelo ensortijado que espero no tenga piojos en su vida. Eso tiene que ser el infierno en la tierra).

En medio de la multitud se encuentra también una madre, quiero suponer (me niego a pensar que es fan así  porque sí) con quien la madre naturaleza fue asimismo generosa en lo que a capilaridad se refiere. Lo confieso, lo mío es envidia cochina porque tengo cuatro pelos y, para colmo, tan finos que no puedo ni hacerme un moño sin quedar ridícula. Si yo fuese esa madre tendría cara de “Lo que hay que hacer por un hijo. Me trae aquí al concierto a beneficio de las víctimas de pediculosis pudiendo estar yo tranquilamente echándome la siesta en casa” pero no. La mujer lo vive. Está dando saltos como una loca. Cualquiera diría que está en un concierto de los Rolling.

El anuncio es cortito, así que no le he podido sacar más pero con esto creo que ya basta para tener pesadillas una semana.

Si hay suerte, la semana que viene tendremos anuncio internacional (en qué berenjenales me meto). Me lo ha mandado Dunia, de Woman´sTime, Belleza Halal y mil blogs más (es de un prolífico que asusta) y la verdad que la cosa promete y mucho pero le he pedido que me lo traduzca, para poder vivirlo en todo su esplendor así que, si veis que tardo en publicarlo, la culpa es suya (esto se llama cyber-presionar). 

Por cierto, la plaza de este martes para la sección “Ustedes Dirán” está vacante. A ver si alguien se anima. Salvadme el post!!!

Con este desesperado pedido de auxilio me despido cordialmente. 

sábado, 28 de julio de 2012

Hoy toca reto


Ayyyy, que ayer no publiqué nada por falta de tiempo (ya contaré en qué consistió mi viernes, que da para bastante…)

Pero hoy sábado no podía faltar a mi cita semanal con mis premios (que, dicho sea de paso, llevo un retraso importante).

El que toca hoy me lo entregó nuestra amiga Merengaza del blog Merengaza y otros dulces el pasado 20 de junio. ¿Qué decir de Merengaza? Abrió el blog sin intención de escribir nada, sino simplemente para poder organizar la interminable lista de blogs que seguía. Sin embargo, gracias a nuestra insistencia se ha terminado convirtiendo en una bloguera de pro (y nosotros que nos alegramos, oye).

No obstante, como explico en el título, esto no es un premio en sí, sino más bien un reto. La cosa se trata de escribir una frase con la que nos sintamos identificados para darnos a conocer un poquito más. No hace falta que sea una frase famosa. Puede ser algo que se te ocurrió un día en un momento de inspiración sublime o de algún familiar o conocido.

Aquí va la mía, que se la debo a mi jefa: Donde no hay mata no hay patata.

Vale, parece poco profunda pero no os vayáis a creer. Supongo que se entiende pero, por si acaso, es como la versión rural de “Lo que Natura non da, Salamanca non presta”. Vamos, que de donde no hay no se puede sacar.

Y no, no se puede. Fin de la reflexión.

Las reglas del reto dicen que esto se  lo debo pasar a cinco blogs. Estos son los míos. El motivo es el mismo para todos. Muero de curiosidad por conocer su frase:


- La Desmadrosa de “Desmadreando

- CreatiBea de “vinividivinvi

- Bionda de “La Número Nueve” 

-  Trax de “Estrellas en los Ojos” 

Y esto es todo amigos!!! A pasar buen finde. 

jueves, 26 de julio de 2012

¡Las mujeres (cobardicas) y los gatos primero!


Me considero una persona en esencia empática y altruista. Siempre intento pensar antes en los demás que en mí misma aunque, claro está, existen situaciones en esta vida en la que hay que ser un pelín egoísta. O, al menos, así es como lo veo yo.

No obstante, hay otras situaciones donde se supone que debería aflorar todo el altruismo, empatía y generosidad inherentes a mi persona y, sin embargo, llegado el caso no afloró nada.

El asunto fue el siguiente: Cierta noche nos encontrábamos el churri y yo en la cocina. Él cocinaba. Yo, que he tenido que buscar el término “cocinar” en el diccionario, fregaba cacharros. Luhay nos miraba (iba a decir “El Gordi” pero tengo una demanda pendiendo sobre mi cabeza cual espada de Damocles y ando con pies de plomo).

Hasta aquí, todo muy idílico y muy Casa de la Pradera. Sólo nos faltaba estar canturreando algo mientras desempeñábamos los quehaceres.

En nuestra antigua casa, los fogones estaban justo enfrente al fregadero por lo que según nos dedicábamos a nuestras tareas estábamos de espaldas el uno al otro y no podíamos mirarnos amorosamente a los ojos mientras nos salpicábamos juguetonamente un poco de espuma por aquí, un poco de aceite hirviendo por allá… (esa parte idílica falla, qué vamos a hacerle).

A todo esto, noto a mis espaldas un ruido tremendo y como que había más luz de lo normal. El gato toma las de Villadiego y yo, sin siquiera darme la vuelta a ver qué narices pasaba, le sigo como alma que lleva el diablo, que los animalitos tienen mucho instinto. Eso sí, yo no suelto ni a palos el plato y el estropajo, que me acompañan en mi carrera por el pasillo cual caballo desbocado.

A los treinta segundos sale el churri de la cocina. Un poco de aceite había prendido fuego pero me informa que ya está sofocado y que, aparte de las manchas negras en el mobiliario, que ya veríamos cómo se quitaban, no había que lamentar pérdidas. Que él estaba bien. Que muchas gracias por la preocupación.

Ejem, ejem.

Está claro que el instinto de supervivencia es, en mi caso, más fuerte que mi altruismo. Si yo hubiese sido la protagonista de Titanic ya os digo que me hubiese dado el piro en la barquichuela. Luego, probablemente, me hubiese arrepentido pero mi cobardía hubiese nublado mis sentidos por encima de mi amor apasionado.

Quizás me hubiese llevado el cuadro. Como recuerdo.

Y porque nunca se sabe cuánto puede llegar a valer tras semejante tragedia…

P.S. ¿Habré guardado el estropajo?

miércoles, 25 de julio de 2012

Cinco cosas que abandonamos al crecer


Hoy paso a relataros cinco cosas que, inexplicablemente, dejamos de consumir o hacer cuando dejamos de ser niños o adolescentes.  A ver qué otras recordáis. 

1- El potingue verdoso que se untaba cual cataplasma en nuestro pechito cuando estábamos enfermos:

Tienes siete años, tos y mocos. Combinación perfecta para que tu mami te unte el pecho con una sustancia viscosa con un olor a alcanfor que tira para atrás pero que es mano de santo. Duermes toda la noche como un bendito.

Al cumplir los catorce años, prefieres toser como un camionero y no pegar ojo en toda la noche antes que ponerte eso en el torso. Ponértelo tú, obviamente. Lo de que te lo unte mami pues ya viene siendo demasiado…

2- Hablar por teléfono durante horas sin nada que decir:

Esto es más de adolescentes. Acabas de salir del instituto y ya le estás diciendo a tu mejor amiga (o a la que se haya ganado el título esa semana) que te llame esta tarde. Si no te llama le darás el título a alguien que sí lo merezca. Si te llama, la conversación será tal que así:

- Hola.

- Hola.

- ¿Qué haces?

- Nada, aquí. ¿Y tú?

- Pues nada, aquí…

Increíblemente, esta conversación de besugos puede prolongarse durante horas, con el consiguiente ataque de nervios de tus padres cuando llegue la factura.

Ahora que somos gente productiva y pagamos nuestras cuentas, entiendo que no tengamos tantas ganas de conversaciones de besugo.

3- Las pulseritas de la amistad:

La franja etaria para utilizar estos complementos suele abarcar desde los ocho hasta los trece años aproximadamente y dependiendo del nivel de tontuna por el que nos hayamos visto afectados. Suelen ser tres o cuatro hilitos de colores atados alrededor de la muñeca que te regalan tus amigas de verdad y que tú a su vez regalarás como símbolo inequívoco de que esa es amistad de la buena y de que no habrá catástrofe natural ni tragedia griega capaz de separaros nunca. El hecho de estar cuando hace falta es optativo. Lo importante es regalar pulseritas. Si se adquieren en un puesto de feria de pueblo en pleno momento “Estuve en Villalmendruco de Abajo y me acordé de ti” adquieren un valor inconmensurable.

4- Los colgajos chorras:

Vale, sacado de contexto suena muy mal pero dejadme que os explique. Múltiples modas de colgajos chorras he vivido (y adoptado). A saber, chinitos de la suerte, chupetitos, anillas de latas de refresco y demás cosas colgantes que, por suerte, no cohabitan entre sí porque de haber venido todas las modas juntas hubiésemos ido por la vida pareciendo una barraca de feria ambulante. Ah, que igualmente lo parecíamos. Entonces no digo nada. ¿En qué tribu urbana te encasillas cuando llevas colgando unos chinitos de madera de la muñeca? Al cumplir los 16 años ya pasas de chinitos. Un buen colgante de Derrotio & Filipino siempre luce más.

5- Quedar en la calle para hacer nada:

Este es un clásico. Quedas en el banco de la plaza con tus amigos y… ya está. Ahí pasan las horas muertas. Sin hablar de nada en concreto, sin saber ni a qué has ido. El banco está frío y húmedo. Hay cinco grados bajo cero y la rabadilla se te va a desintegrar al menor golpecillo a causa de la hipotermia pero tú aguantas ahí estoicamente porque a lo mejor viene el chico que te gusta. Dijo que a lo mejor venía. ¿Por qué no viene? ¿El azul de los dedos es algo normal o me estoy convirtiendo en Pitufina?

Ayyyy, qué nostalgia me ha entrado… ¿Todavía venderán los chinitos esos o me dedico a colgarme anillas de latas de calamares en su tinta? Es que ya no compro refrescos en lata… 

martes, 24 de julio de 2012

Ustedes Dirán I: Mi paisito (sugerido por CreatiBea)


La semana pasada os proponía iniciar una sección en la que escribiré por encargo sobre la temática que os apetezca (para los que no lo hayáis leído, las premisas están aquí).

La idea pareció tener buena acogida pero, hasta el momento, sólo ha habido una valiente que se ha atrevido a mandarme una sugerencia. CreatiBea, del blog vinividivinvi, que es muy viajera (y que a estas alturas a lo mejor anda paseándose por las playas de Cerdeña) me pedía que contase cositas de Uruguay.

Me ha resultado complicado decidirme acerca del modo de enfocar este post. No quería hacerlo demasiado técnico porque hay muchos motivos sentimentales que me impiden ser objetiva y convertirme en una guía turística imparcial, así que os hablaré de Uruguay tal como yo lo viví durante diez años, dejándome llevar por mi sentimentalismo tanguero.

Hablaré de Montevideo, que fue la ciudad donde viví tantos años porque la conozco más y porque necesitaría un blog entero para hablar de tantos y tantos sitios como tiene Uruguay.

Montevideo huele a Montevideo y no es una metáfora sensiblera. El hecho de que haya tanta humedad ambiental provoca que, si viajáis a esta preciosa ciudad, al volver abriréis la maleta y sentiréis que todo huele a una humedad nostálgica, como a libro viejo. Cuando el Río de la Plata tiene un mal día, en las inmediaciones de la Rambla se nota ese olor a río revuelto que no resulta desagradable sino que lo tiñe todo de una especie de morriña muy complicada de explicar. Si en algo se distingue Uruguay de otros países de Latinoamérica, es que allí la cosa no va de fiesta y baile todo el tiempo. Es algo gris (en el sentido figurado). Esto puede parecer malo pero no lo es. Esa nostalgia permanente es lo que lo hace único. En invierno, el centro huele a la garrapiñada que se vende por sus calles y, en primavera, a los jazmines que todo el mundo compra.

La Rambla recorre toda la parte sur de Montevideo, pudiendo iniciar el recorrido en el Puerto y seguir avanzando hacia el este. Cuanto más al este vayamos, más caras serán las casas y edificios que vayamos viendo, hasta terminar en Carrasco, barrio rico de Montevideo por excelencia. Se puede hacer a pie pero recomiendo calzado cómodo y más moral que el Alcoyano. La Rambla tiene unos veinticinco kilómetros de largo. El recorrido también puede hacerse a la inversa (claro está) para poder terminar comiendo asado en el Mercado del Puerto, fundado hace unos 130 años por un comerciante español. Se puede comer tanto dentro como fuera (si el tiempo acompaña), donde, además, podremos observar a los múltiples artistas callejeros que por allí pululan. El Mercado del Puerto se encuentra en el barrio conocido como Ciudad Vieja, que fue  la primera parte de Montevideo en ver la luz; es decir, allá por el siglo XVIII (sí, son así de jovenzuelos), la Ciudad Vieja era Montevideo.

Si seguimos andando hacia el Centro, llegaremos al Paseo Sarandí. En las épocas en que yo vivía allí no pasaba de ser un paseo peatonal pero me dice mi mami que ahora lo han convertido en todo un centro neurálgico cultural y de ocio que vale mucho la pena visitar (estoy deseando verlo cuando vuelva a viajar para allá). Así lucía la esquina de la Calle Sarandí esquina Juncal en el año 1930:

Fuente: Centro de Fotografía de Montevideo ( http://cdf.montevideo.gub.uy )


Ahí mismo observamos la Puerta de la Ciudadela que, junto con las murallas que ya no están, defendía la ciudad de los “enemigos”. En esta foto observamos, detrás de la Puerta de la Ciudadela, el Palacio Salvo, edificio emblemático donde los haya, diseñado por el arquitecto Mario Palanti y construido en el año 1922, ubicado en la Plaza Independencia:

Fuente:  http://www.montevideotucasa.com



Desde allí ya podemos recorrer todo el centro por la principal arteria de Montevideo, la Avenida 18 de Julio, hasta llegar al Obelisco, que fue construido a partir de un único bloque de granito:

Fuente:  http://www.montevideo.gub.uy


La fiesta de Montevideo por antonomasia es el Carnaval. Dura cuarenta días y se considera el más largo del mundo. O sea, que son poco de fiesta pero cuando se ponen, se ponen…  Los ritmos carnavalescos característicos son el candombe (ritmo africano traído por los esclavos en las épocas de la fundación de Montevideo) y la murga (importada y adaptada desde Cádiz, sí). Yo soy más de candombe, la verdad. Y, como muestra, un botón. Se trata de la agrupación "Mi Morena" y el vídeo ha sido extraído de su site (http://www.flashuruguay.com/mimorena):



Venga, os dejo algo más. Esta es la agrupación "Morenada":




Lo voy a ir dejando por aquí porque no tendría espacio suficiente para seguir escribiendo sobre todos los sentimientos que me provoca hablar de mi paisito por adopción. Quedáis todos invitados a conocerlo y a empaparos de la calidez de su gente, que es lo que hace de Uruguay un país tan especial. Para explicarlo de algún modo, os dejo esta fantástica canción de Ruben Rada donde, además, podéis deleitaros con imágenes hermosísimas de cosas que yo ni siquiera he nombrado:



Os recuerdo que estoy ansiosa esperando vuestras sugerencias. Animaos!! 

lunes, 23 de julio de 2012

Crónicas Felinas IV: Carta a mi abogado


Estimado abogado especializado en derechos felinos:

Me llamo Luhay. Esto que quede claro.

Lo de Gordi fue una, digamos “ocurrencia” de la bruja, que se cree muy original con eso de inventarse apodos en función de las características físicas de los demás. Luego dice que es muy buenecita y a que a ella nunca se la podría acusar de bullying. Mentira cochina. Yo la acuso. Yo sí. Se aprovecha de que no sé hablar porque, como me diera a mí por inventarle motes basándome en sus características físicas, ya le digo yo que no iba a salir nada bien parada. Se aprovecha porque no le puedo responder. Bullying total, como meterse con un estudiante de intercambio que no entiende el idioma.

Vale, peso casi seis kilos. Esto no lo vamos a negar pero es porque soy un machote. Soy fuertecito, soy el objeto de deseo de las gatitas y la envidia de los gatos escuálidos con los que me cruzo. No es una cuestión de sobrepeso.  Lo que estoy es hermosote y no entiendo cómo con los cachorros humanos hay tanto interés en que coman y cojan peso y se les vea bien lozanos y sin embargo, conmigo que soy felino, la bruja se ríe porque se me mueven las carnes al saltar. Bullying y racismo. Ya puede usted agregar una segunda acusación a la denuncia.

Ella, en su ignorancia (o en su total hipocresía) dice que es un apodo cariñoso, que me lo dice desde todo el amor que me profesa. Qué amor ni qué ratón muerto. Lo que le pasa es que es un ser taimado a quien le gusta aprovecharse de las debilidades ajenas, que se cree que uno no tiene su corazoncito. Bullying, racismo y crueldad in extremis (no sé si  se puede acusar de esto pero usted póngalo así en latín, que da mucho empaque).

Por todo lo anteriormente expuesto, reivindico mi derecho a ser tratado por ni nombre de pila (que tampoco es que me entusiasme pero eso ya es otro cantar) y, como compensación por los daños morales sufridos en los últimos ocho años, exijo suministro ilimitado de atún con aceite de oliva, aceitunas (de las rellenas de anchoa) y solomillo del bueno. El pienso para la demandada.

Sin otro particular, y esperando una pronta y favorable respuesta con respecto a mi caso, se despide atentamente,














Luhay

domingo, 22 de julio de 2012

Anuncios pesadillescos XIII: A mí que ni se me acerque


Hoy no voy a escribir prólogo, ni os voy a preparar un preámbulo elaborado ni nada. Hoy os lo chuto así, sin anestesia, para que sintáis en carne propia lo que debería sentir nuestra protagonista y, sin embargo, no siente. Lo cuento en primera persona para que lo viváis más intensamente. Cerrad los ojos, relajaos e imaginaos lo siguiente…

Estoy en una playa, guay. Veranito, calorcito, estoy en un sofá blanco muy fashion, estoy buenísima y visto un short vaquero una camisetita rosa y una especie de camisita-chaleco en blanco. Todo me queda ideal de la muerte y estoy junto a un chico “me – han – dicho – que - soy – sexy – pero – yo – estoy – empanado – y – no – me – afeito – desde – hace – una – semana – y – me – visto – con – lo – primero – que – pillo”. Sí, de esos.

Le digo al chico algo como “Me han dicho que tienes un lado tierno” o alguna chorrada similar (inciso: lo profundo del guión me impidió poder tomar nota oportunamente).

El chico, que es un dechado de locuacidad, me responde: “Aha” y le da un bocado al cono de helado que tiene en la mano.

Ipso facto, se convierte en un oso de peluche gigante con un colgante en forma de corazón que es grande hasta para él.

El oso se pasea por la playa provocando lujuria instantánea en una chica que está igual de buena que yo, (la muy…) ; hace la plancha en la piscina y yo lo utilizo en plan tumbona para estar cómoda y mullidita mientras leo una revista; se pone a bailar meneando las lorzas mientras sus admiradoras lo contemplan embelesadas; voy de la manito con mi oso a un fotomatón a sacarnos fotitos los dos juntos, porque somos taaaan tiernooos. De repente, volvemos a estar en la playa y, según voy saliendo del agua, el oso me saluda y menea la colita (mmmm, sin comentarios). La velada termina con una romántica puesta de sol y le doy un besito en la mejilla a mi osote.

Vale, ya podéis volver a la realidad. Cuando termina todo este sinsentido, nos presentan el helado (que, dicho sea de paso, no he probado pero tiene una pinta fantástica). Ah, que la cosa iba de un helado. Y para eso hemos tenido que ver un oso amoroso sometido a radiaciones electromagnéticas. Vale.

Señores creativos: Vamos a ver cómo explico esto… ¡Un helado en verano se vende solito! Con mostrar las últimas imágenes del anuncio ya sobra. Se nos hace la boca agua, de verdad. La parte terrorífica tierna del osaco os la podíais haber ahorrado. Nos ahorráis a nosotros la tortura del bichejo y vosotros os ahorráis una pasta en localizaciones, actores y el pobre hombre o mujer que se haya prestado a vestirse de oso en pleno sol. Todos ganamos.

En serio, si mi churri se convierte en oso-empalagoso probando el helado este yo me mudo de país. Aunque el efecto no sea permanente. Me da igual. Me niego a que me vean en la playa tumbada encima de un oso de peluche que luego se pondrá a bailar. No podré vivir con esa mácula en mi expediente. No podré. 

sábado, 21 de julio de 2012

Vigesimosexto premio: Lok@ por tu blog



Así de psicodélico se presenta este premio que me otorgó Nuria de Nurinotas el pasado 20 de junio y que se recibe con muchísima ilusión, como siempre.

Nuria ha sido una de mis más fieles seguidoras casi desde los inicios de esta vuestra casa y siempre ha tenido palabras muy tiernas y bonitas, no sólo hacia mí, sino hacia todas las personas que la leen y a las que lee. Tiene uno de los blogs más prolíficos que he conocido y publica algo casi diariamente. Toca todos los palos. Escribe cuentos, poemas, nos habla de su familia, de su Perú, de sus mascotas, de las reglas de ortografía o de lo que se tercie… Si no la conocéis, ya estáis tardando en pinchar el enlace.

Las normas del premio son las siguientes:

*El galardón se otorga a 7 blogs, los cuales al recibirlo, también premiarán a 7 blogs más y así sucesivamente.

* Cinco de ellos no deben tener más de 300 seguidores. Los otros dos se eligen libremente.

* No se podrá premiar nuevamente al blog que te lo entregó, pero sí nombrarlo y enlazar el  "LOK@ X TU BLOG" al que decidas nominar.

* El blog premiado, deberá reflejar el último comentario que le han escrito en su blog y decir 3 cosas que le gusten y 3 que no!

El último comentario que escribió Nuria en mi blog fue el siguiente:
“Holaaaaaaa Luhay. Qué aventuras te esperan en tu nuevo hogar, pero vamos para adelante. Ya leerás los secretos mejor guardados de mi gata "KIMBA", también se las trae y no sabes, está a punto de destapar nuevas joyas... ups... qué miedo!
Besitos y abraozos.
Saludos de "Kimba" mi princesa gatuna!”

Bueno, vale, no me lo dejó a mí. Se lo dejó al Gordi, que me está robando el público… Como le pille…

Las cosas que me gustan de su blog ya las dije más arriba y, que no me gusten, pues no hay nada, la verdad. Antes tenía música en el blog, que me ponía un poco de los nervios pero ahora ya no la tiene así que… lo del reconocimiento con esto de las letritas, puede ser pero nada sustancial.

* Si algún blog es premiado más de una vez, no podrá votar a los mismos que las anteriores oportunidades.

* Y por último, debes avisar a los blogs premiados, para que recojan su premio.

Vale, y ahora mis siete nominados son… (Redoble de tambores: Trrrrrr):

- Matt de “Blogueando de mi vida”: Aunque hace relativamente poco que se estrenó en esto de los blogs, me tiene enganchadísima a su forma de contar las historias y, sobre todo, a las salidas de sus hijos, que apuntan maneras de futuros bloggers.

- La esposa de su hijo de “La madre de mi marido y yo”: Porque gracias a ella cada día quiero más a mi suegra.

- Yolandica de “Bienvenido a Babia” : No sé cuántos premios le he dado ya pero es que la adoro como blogger y como persona.

- Key Hunters de “Zapato a la Cabeza” Porque me parto con ella, y ya está ¿Hacen falta más motivos?

- La Pérfida Canalla: Creo que no entra en la dinámica de los premios pero, sí, estoy loca por su blog.

- Por fin, yo misma: Porque adoro el humor que le pone siempre a todo.

- Eva, de "Opiniones Incorrectas": Porque tiene una habilidad pasmosa tanto para hacernos reír como para hacernos llorar (no tan a menudo, por suerte).

Por último, quiero hacer una mención especial a alguien que por circunstancias de la vida ha tenido que cerrar su blog y a quien voy a echar mucho de menos. Tú sabes quién eres. Un beso grande.

Enhorabuena a los premiados y ¡a disfrutar del finde!

viernes, 20 de julio de 2012

My cousins


Como os comentaba en la entrada de ayer, escribí un post más bien escaso porque tenía prisa. ¿El motivo? Dos de mis primos de USA estaban en la ciudad (Madrid, para los nuevos).

Vinieron por poquito tiempo. De hecho, llegaron el miércoles por la tarde y se han ido hoy al mediodía rumbo a Barcelona, donde tomarán un crucero por Francia e Italia para celebrar sus bodas de plata (entiéndase que mi primo por lazos de sangre es él. Ella es su señora esposa. La endogamia no se estila en mi familia). Curiosamente, yo no los veía desde que se casaron, así que también se cumplían veinticinco años desde la última vez que los vi. Increíble pero cierto.

El churri y yo fuimos a recibirlos al aeropuerto. El vuelo llegó a las 19:25 pero no salieron por la puerta hasta las 20:20. Yo ya estaba nerviosísima diciendo “¿Pero por qué no salen?”. Al llegar, y tras los abrazos y besitos nos explicaron que andaban buscando una maleta que se había perdido (qué raro, si en la T4 nunca se pierde nada…). Por suerte, la maleta apareció y pudieron salir por fin.

Ellos dos y sus cinco (sí, cinco) maletas tomaron un taxi y quedamos en ir nosotros en el metro a recogerlos al hotel para ir a cenar algo, que venían hambrientos después de sus catorce horas de viaje. Mientras iba en el metro me llamó mi tía, para preguntar si al final nos habíamos encontrado y si había aparecido la maleta. No pude hablar casi con ella porque el metro hacía un ruido infernal y no se  oía nada.

Llegamos al hotel y nos dirigimos a comer tapas y sangría. Muy typical spanish todo. Nos faltó bailar flamenco encima de la mesa. Por suerte, les gustó. Hablamos mucho y nos contamos cosas de nuestros trabajos, nuestra vida… Había que ponerse al día después de tantos años. Los pobres estaban muertos de cansancio así que decidieron irse a dormir. El churri y yo nos fuimos a casita.

Ayer jueves, volvimos a quedar por la tarde-noche. Estaban preocupados de que no pudiésemos llegar al hotel a causa de la manifestación de los funcionarios (una manifestación, también muy typical spanish). Pero lo conseguimos porque si algo hemos aprendido en Madrid es a movernos como peces en el agua evitando aglomeraciones de gente.

Fuimos a comer huevos rotos, tortilla de patatas, una tabla de ibéricos y croquetas. No sé cómo mi cuerpo resistió tanta comida (y tanto huevo con patatas, mejor que no me mire el colesterol en estos días). Más charla, más risas, más sensación de que el tiempo era poco, muy poco.

Al terminar de inflarnos a comida, nos fuimos a tomar yogur helado a una terracita, donde estuvimos bastante tiempo. El punto surrealista lo marcó una señora que teníamos sentada al lado y, de repente, se metió en nuestra conversación diciendo que había estado en New York pero no había visitado el Central Park. Luego, no sé cómo, nos terminó relatando que se había enganchado con una moto y se le había roto la blusa pero que le había puesto un parche porque era una blusa que le gustaba mucho. Envidié mucho a mi prima. No hablar español es una gran ventaja en estos casos. Qué imán tengo para la gente así… Nos sacamos fotos donde, por alguna extraña razón, el vestido se me colocó de tal manera que parece que tengo un embarazo de seis meses. Mi primo está deseando colgar la foto en Facebook para ver cuándo empiezan los rumores… Ya sé de dónde saco yo la malicia.

Cuando el yogur helado ya se nos salía por las orejas, fuimos al hotel a despedirlos. Allí nos hicieron entrega de un kilo de chocolates que aún no he querido probar porque todavía estoy esperando a que me bajen los huevos, las patatas y el yogur. En USA son muy famosos, y son estos:


Tras la entrega de los chocolates, prometimos hacer el intento de viajar nosotros el año que viene, a ver si nos juntamos con el resto de la familia. Más abrazos y a mí me dio la llorera. Soy una sentimental, qué le vamos a hacer.

En fin, que han sido dos días estupendos y que espero que pronto podamos volver a reunirnos. Esto de tener a la familia desperdigada por el mundo tiene sus ventajas (el intercambio cultural, por ejemplo) pero tiene unos inconvenientes terribles. Se lleva muy mal a veces.

Mando desde aquí un besito a mis primos (a todos ellos, no sólo a los que han venido) y a mis tíos también (que sé que me leen todos de vez en cuando, aunque nunca comenten…). Se os quiere mucho. 

jueves, 19 de julio de 2012

Diez cositas para refrescarse


Seguimos con el tema “veranito”. Estoy de un original que lo tiro. Últimamente soy un dechado de creatividad.

Dado que estamos atravesando una ola de calor importante, os dejo una lista de cositas refrescantes  para que hagamos una especie de ejercicio sensorial.

1) Hielo

2) Los Alpes (sin Heidi, qué grimilla)

3) Un Frigodedo (¿siguen existiendo?)

4) Horchata (a mí no me gusta pero es muy popular en estas fechas)

5) Piscina (privada, of course)

6) Playa (si también puede ser privada, pues mejor. Puestos a pedir…)

7) Un esquimal

8) Alaska (he leído por ahí que te pagan sólo por vivir en Alaska… habrá que tenerlo en cuenta)

9) Una factura (a mí me dejan siempre helada)

10) Un jardín recién regado al atardecer (refrescante a la par que bucólico)

Espero que os hayáis refrescado con mis referencias. Sí, lo sé, me lo he currado super poco pero es que hoy tengo prisa. Ya os contaré por qué. Es bueno, no me seáis fatalistas… 

miércoles, 18 de julio de 2012

La anti-piscinas


Ahora que ya casi casi me he puesto al día con vuestros blogs (al menos en lo que se refiere a los de Blogspot, ahora tengo que ponerme las pilas con Wordpress) veo que mucho se habla de piscinitas y cosas parecidas con esto del verano. Es por ello que he detectado una ocasión irrepetible para dar a conocer otra de mis innumerables manías. Por qué no voy a la piscina.

Reconozco que envidio profundamente a todos aquellos que publicáis lo bien que os lo pasáis yendo a la piscina en veranito. Yo es que no puedo, no puedo. Os lo explico ipso-facto.

Me da un asquito tremendo meterme en una piscina con otro montón de gente a la que no conozco de nada, como fideos flotando en una sopa. Desconozco si alguno va a dar rienda suelta a sus necesidades fisiológicas en el agua o si todos cuidan convenientemente su higiene personal. Sí, soy una paranoica y estoy muy mal de la cabeza. Lo sé. Me pasa lo mismo con lo de compartir utensilios de cocina. Soy absolutamente incapaz de compartir un vaso o un cubierto (no sólo con desconocidos; ya puede ser mi mejor amiga, mi hermana o mi churri. En lo que se refiere a temas culinarios, lo mío pa´mí). Vamos, que no me llevo los cubiertos a los restaurantes por no parecerme a Jack Nicholson en Mejor Imposible pero esto hace que coma adoptando unas posturas extrañas con la boca, cogiendo la comida con los dientes, sin pasar los labios por el tenedor. Cualquiera que me vea, pensará que en la vida me enseñaron a comer con cubiertos.

Bueno, que me desvío para no variar. El tema es que soy incapaz de meterme al agua con toda esa gente ahí remojándose. Podría ir sólo a tomar el sol, claro está pero debería asegurarme que sea una piscina donde no me conozca nadie. No hay cosa que soporte menos que las piscinas de Urbanización o de barrio, donde parece que todo el mundo va a estar opinando si llevas el mismo bikini del año pasado, o si engordaste, adelgazaste o te ha salido celulitis. No puedo soportar el cotilleo. Cuando vivía en Guadarrama (un pueblo de la Sierra de Madrid) había piscina en la Urbanización y creo que fui dos veces en cinco años.

Es de esta manera que, cuando voy a una piscina, tiene que ser la piscina de algún amigo con chalet (que tampoco tengo tantos amigos con chalet, no os vayáis a creer), que ahí por lo menos controlo quién se mete y hay más confianza.

Así que a mí que me den playa, que el agua está en movimiento y no me conoce ni Dios (ya sé que en la playa también habrá quien pueda hacerse pis en el agua pero intento mantener una distancia prudencial, yendo en horas de poca afluencia).

He de añadir, además, que yo no nado. Chapoteo. Los vanos intentos de mi madre por llevarme a clases de natación cuando era pequeña no dieron prácticamente ningún fruto. Me mantengo a flote y poco más. Siento que me ahogo si meto la cabeza bajo el agua y no puedo abrir los ojos porque me escuecen una barbaridad. Vamos, que soy un cuadro y tampoco es plan de que haya demasiada gente viéndome hacer el ridículo impunemente. 

Pues ahí queda eso. Ya conocéis otra rareza de las mías.  

¿A que soy muy rara, a la par que encantadora?

martes, 17 de julio de 2012

¿Qué os parece?


Cuando comencé este blog, allá por el 9 de enero de este año, lo empecé sin orden ni concierto, sin saber muy bien ni qué iba a plasmar en él.

Vale, lo admito, sigue siendo un caos y no hago más que publicar desvaríos en múltiples formatos pero, de a poco, he ido consiguiendo algunas secciones fijas, como los anuncios y, desde hace poco, las intervenciones de mi gato, al que estoy a punto de vetar porque me hace quedar fatal. Los premios se han convertido también, en cierta forma, en una sección así que, con ellos, ya tendríamos cubiertos los sábados, los domingos y los lunes.

Confieso que la idea de que haya secciones me está gustando. Como una es ordenadita, pues me mola eso de que todo vaya en su día, bien colocadito y por temáticas. No abandonaría por nada del mundo mis piradas de pinza habituales porque he de reconocer que me lo paso pipa divagando sin saber muy bien de qué pero se me ocurrió algo el otro día y quería compartirlo con vosotros a ver qué os parece la idea.

Los martes me gustaría publicar una sección “A la carta”. Esto es, que vosotros me mandéis las temáticas sobre las que os gustaría que escribiese y yo me dedicase a escribir por encargo (como dicen que pasaba con los libros de Alejandro Dumas, que parece que los escribía otro…).  Las premisas serían muy sencillas:

- Nada de temas que puedan suscitar polémica (no quiero que esto se convierta en un foro de debate). Esto es: ni sexo, ni política ni religión o demás temas que puedan considerarse “espinosos”

- Tampoco me pongáis en compromisos donde quede patente mi total desconocimiento. En pocas palabras: No me seáis cabroncetes. Quiero decir con esto, que no me vayáis a pedir que escriba sobre Física Cuántica o cosas similares, que os estoy viendo….

Por lo demás, sois libres de pedir lo que queráis. La forma de solicitud es bien sencillita. Un E-mail de los de toda la vida y arreando (porfa, si por vuestra dirección de correo no hay forma humana de adivinar de qué blog sois, aclarádmelo en el correo para que pueda poner convenientemente el enlace…)

Podéis dejarme aquí vuestra opinión sobre qué os parece la idea o, si queréis, me podéis ir mandando cositas ya. De momento lo voy dejando en standby para ver si hay quorum y ya os comunicaré si la sección, hoy por hoy proyecto, se convierte en realidad.

Hala, a opinar tocan. 

lunes, 16 de julio de 2012

Crónicas Felinas III: ¿Qué habré hecho yo para merecer este castigo?


Meowww a todos!!!

Como supongo que ya habréis leído, la bruja y su consorte se encuentran de vacaciones a partir de hoy y durante las dos próximas semanas.

No se van a ningún sitio porque el viaje gordo lo tienen pensado para fin de año (como también habréis leído ya) y porque dicen que todavía tienen que hacer cosas en este nuestro nuevo hogar.

Y digo yo ¿hay derecho? Tenerlos en casa prácticamente todo el día implica no poder hacer maldades a gusto. Que siempre están  ahí, ojo avizor, prohibiéndonos hacer todo lo que nos motiva como arañar el sofá, tirar el cubo de basura para retozarnos en la mugre, o romper algún adornito que ande por ahí desprevenido. Esto no mola nada, os lo digo desde ya. Nos sentimos vigilados. Coartados en nuestra libertad de expresión. Somos muy Heavy Metal y nuestra máxima es “La destrucción es el camino”. Y, claro, así no se puede.

Si por lo menos se fueran a Albacete un par de días… A ver si la madre del brujo consorte los convence, que de tal manera podremos tener también nosotros unos días de descanso y libertad. Este régimen autoritario al que nos tienen sometidos es un auténtico calvario y no sé yo cuánto tiempo más podremos soportarlo.

Voy a ver si pertrecho algún plan maléfico junto con el adoptado para amotinarnos y montar una rebelión en toda regla. Basta de prohibiciones. Que nos dejen destrozar mobiliario y enseres a nuestras anchas. No lo podemos evitar. Está en nuestra naturaleza. Haberse agenciado una iguana si lo que querían era un bicho aburrido que no haga ninguna gracieta. Se iban a aburrir como ostras con ella pero, por lo menos, iban a tener las cortinas intactas (ahora también las tienen intactas, mayormente porque han optado por prescindir absolutamente de ellas. Han sacrificado su privacidad en pos de un factor de stress menos).

Así que, vosotros que sí me entendéis y que, seguro, me apreciáis más que a la bruja, intentad convencerla de que se hagan un viajecito cortito, al menos. Ávila está muy bien, oye. Con sus murallas… sus murallas… Ejem.

Bueno, se aceptan propuestas (porque me da la sensación de que Ávila sólo les va a dar para una mañana. ¿Dónde los mandamos para que nos dejen un poco en paz?

Prrrrrrr.

domingo, 15 de julio de 2012

Anuncios pesadillescos XII: Ten amigas pa´esto


A petición popular (bueno, más bien sólo de “Porfinyomisma” pero es que ella es muy popular) destripamos hoy el anuncio que paso a relatar.

Mujer orgullosa enseña su nueva casa a una vieja amiga (o su vieja casa a una nueva amiga, esto no lo aclaran). Entran a la cocina y la, digamos, amiga le dice “Me encanta tu cocina. Qué bonita la tienes”. Esta frase la dice sin mucha emoción, como por compromiso o con un deje de malicia contenida, aunque la dueña de casa se ríe tímidamente como diciendo “Anda, tonta, si no es para tanto”. Como se ve que la amiga la está envidiando y quiere dejarla mal de alguna manera, pone cara de asquerosilla y le suelta “Pero chica, ¿cómo puedes tener así la vitrocerámica?”. La cámara enfoca algo que se supone que otrora supo ser una vitro. Ahora sólo se aprecia un cristal opaco medio negro, con redondeles blanquecinos. La dueña de la casa intenta excusarse diciendo que sólo utiliza productos para la vitro.

Me da que pensar que ni productos para la vitro ni estropajo de aluminio. No has limpiado la vitro en tu vida (si es que eso es una vitro). Aun así, ella está en todo su derecho de no limpiarla si no le da la gana; a lo que no hay derecho es a tirar por los suelos la capacidad como ama de casa de tu  amiga. Decía Porfinyomisma que, si esto se le dijeran a ella, le echaba el producto de la vitro en el café. Y yo que la aplaudiría, oye. Se lo merece, por tener una lengua tan viperina. La llevas de visita a tu casa y, después de elogiar con falsedad tu cocina, se dedica a echar pestes de tu vitrocerámica. Una de cal y otra de arena. ¡Así no se puede ir por la vida, hombre! A lo mejor la buena mujer lo que está esperando es a que se escacharre del todo porque ha visto una placa de inducción estupenda pero su marido, mujer, pareja de hecho o lo que sea que tenga esta señora (tampoco nos aclaran nada sobre su situación sentimental) ha dicho que, mientras funcione la vitro, no se cambia la cocina.

Después de esta sesuda (y bastante venenosa) conversación sale un técnico de vitrocerámicas, que para estas cosas siempre viene bien contar con la opinión de un experto. Uno no puede dejar una decisión tan importante al azar, sin asesorarse primero con un profesional.

Él nos informa que lo barato puede salir caro y concluye su discurso con otra perogrullada: “Si no pone (nombre de la marca), no es (nombre de la marca)”. Ya. Eso me imaginaba yo. Si ando buscando cereales marca “Pepito”, el hecho de que ponga “Juanito” en el paquete debería darme una pista de que esos no son los que busco. Hasta ahí llegamos. Gracias por intentar solucionar nuestra vida una vez más pero, una vez más, somos un poco más listos que eso. 

sábado, 14 de julio de 2012

Vigesimoquinto premio: El premio “Mi Álter Ego”


Soy una persona metódica, esto lo sabéis de sobra. Por tanto, los premios los publico siempre en el orden en que me van llegando porque me parece lo más justo  para las personas que los entregan. Sin embargo, esta vez me voy a saltar mis propias normas a la torera y estoy segura que, cuando leáis por qué, me vais a entender.

El pasado 10 de julio, Cintia, de “Trestrillistigres” me hizo entrega de un premio. Pero no de un premio cualquiera, no. De este premio:



Me lo dedicó a mí. A mí solita porque quería premiar de alguna manera que esté poniéndome al día rigurosamente con todas las entradas que dejé de leer en mi ausencia. Huelga decir que a mí no me supone ningún sacrificio. Lo hago porque me apetece y porque considero que es lo justo. Todo es cuestión de organizarse y, ahora que estoy de vacaciones, lo conseguiré.

Me hizo muchísima ilusión recibirlo y es por esto que he decidido darle prioridad absoluta. Me dedicó unas palabras tan bonitas que me da vergüenza repetirlas así que podéis leer su entrada aquí (y, de paso, si no la conocéis, quedaros por allí cotilleando las aventuras de sus trillizos, a quienes se dedica con abnegación).

Así que, valga esta entrada para expresarle todo mi agradecimiento a Cintia. Ha sido un detalle precioso (máxime cuando ella nunca entrega premios y se ha dedicado a buscar una imagen que tuviese algo que ver con mi blog).

No tiene penitencia porque me lo he ganado por ser tan maja (no, no tengo abuela) y no lo paso porque es mío. Sólo mío. Mi tesooooro.

El sábado que viene ya sigo mi orden habitual, que estas locuras sólo se deben cometer de vez en cuando. De otra manera, uno se acostumbra a la vida laxa y desbocada, sin orden ni concierto. 

viernes, 13 de julio de 2012

De cómo involucioné en las redes sociales


Hoy me ha dado por recordar el estado de alienación al que me vi sometida hará como dos años, cuando decidí abrirme una cuenta de Facebook. Supongo que, el que más el que menos, todos hemos pasado por ese trance y, los que no, tienen una fuerza de voluntad encomiable y aprovecho la ocasión que este medio me brinda para hacerles llegar mi más sincera admiración.

Mi involución en el mundo Facebook ha sido más o menos así:

Cuando abrí la cuenta hice lo normal. Esto es, buscar gente conocida para agregarla y entrar cada tres minutos a ver si me había agregado alguien. Todos los días publicaba mi estado y me leía las actualizaciones de todo el mundo.

Cuando lo de buscar amigos perdió la gracia (o cuando dejé de tener amigos a los que buscar, que tampoco es que conozca tantos millones de personas) empecé a buscar enemigos. No para agregarlos, claro está, pero sí que me dio cierto morbillo eso de buscar a los típicos compañeros de instituto o de trabajo que nunca soporté. Para cotillear, básicamente. Pasé grandes momentos viendo quién había engordado, quién se había quedado calvo y quién seguía igual de guapa, la muy asquerosa (seguro que tiene mal aliento o algo, pero como eso en las fotos no se ve…). Ahí fue cuando me di cuenta de que Facebook es como una plaza de pueblo virtual. Tú vas ahí a enterarte de qué es lo que se cuece y te enteras de las intimidades de todo quisqui. Huelga decir que, cuando terminé con los enemigos, me dediqué a los ex (a excepción de mi primer novio, que a ese lo tengo de amigo y es muy majete). Les cotilleaba la situación sentimental para, acto seguido, ir a cotillear la foto de su actual novia, a ver si era más fea que yo. Es curioso como, a pesar de que uno puede no querer volver a ver a un ex ni en pintura, siempre te queda esa cosa de compararte con la actual. Al menos a  mí me pasa pero lo mismo estoy enferma, qué se yo.

La etapa “marujona” pasó, igual que había pasado la etapa “Soy Miss Sociabilidad” y yo necesitaba nuevas emociones. ¿Qué me iba faltando? Los jueguecillos. Por aquel entonces, los jueguecillos solían ser tipo test. En un par de semanas averigüé qué estación del Metro de Madrid soy, qué dibujo animado de los años 80 soy, de qué país es el amor de mi vida (aún por conocer) y un montón de datos útiles más que me han ayudado mucho a crecer como persona. El súmmum de la tecnología era una mascota virtual. En mi caso elegí una gata rosa a la que di en llamar “Judy Garland”. Soy una nostálgica.

Judy debe haber muerto de inanición a estas alturas porque hubo un día en que me cansé de ese bicho amorfo que lo único que hacía era comer, defecar, ir de visita a casa de sus amigos hambrientos y defecadores y conseguir monedas para adquirir muebles y demás artículos de consumo.

Hoy por hoy, mi actitud en cuanto al Facebook ha cambiado radicalmente. Actualizo de pascuas a ramos. No leo prácticamente nada porque no tengo tiempo (prefiero leer blogs, la verdad sea dicha) y, como alguien me vuelva a invitar a la chorrada del juego de las Granjas, juro por mi vida que me lío a tiros con las vacas, y eso que siempre he sido defensora de los animales. Avisados quedáis.

Por cierto, todo lo que he relatado se refiere a mi cuenta de Facebook personal. La del blog es otro cantar y ahí me encanta actualizar, leer y lo que se tercie así que, si no sois fans míos todavía, ya estáis tardando. Aquí, a la derechita. 

jueves, 12 de julio de 2012

Animito, que hoy es jueves


Al leer el título habréis pensado dos cosas:

1) Que el jueves ya prácticamente ha terminado.

2) Que me he vuelto una ñoña inaguantable al estilo Flanders, de los Simpson.

Con respecto a lo primero, os recuerdo que este blog emite en diferido. Estoy escribiendo esto antes de comenzar la jornada laboral, por lo que necesito esos animitos.

En cuanto a lo  segundo, aquí va la explicación:

Esta frase me la repetía, sin excepción, mi madre todos los jueves por la mañana al despertarme para ir al cole. Siempre he sido de naturaleza poco o nada madrugadora así que, ya desde mi tierna infancia, levantarme pronto por la mañana era un suplicio. Mi madre tenía que llamarme cuarenta veces hasta que conseguía despegarme de las sábanas y de brazos de Morfeo. Dicho sea de paso, tenía una costumbre que aun a día de hoy, es recordarla y ponerme de mala leche: Yo metía la cabeza debajo de la manta y ella se dedicaba a darme golpecitos en la coronilla. Fastidia que no veas, aunque hay que reconocer que la técnica es efectiva. Te levantas. Cabreada, eso sí, pero te levantas.

A lo que iba. Mi madre me decía todos los jueves la susodicha frasecita, como una forma de hacerme ver de forma positiva que al día siguiente ya era viernes y que, como quien dice, lo peor ya había pasado. Que una vez superado el ecuador del miércoles todo es cuesta abajo. En su momento la frase no me valía de mucho. Yo seguía pensando que aún me faltaba todo un jueves y todo un viernes, y que sólo me animaría de verdad cuando me dijesen “Animito, que hoy es sábado”. Eso sí que da subidón.

Pero el caso es que hoy me he sorprendido a mí misma repitiendo la máxima como un mantra. Este fin de semana comienzo mis vacaciones. Dos semanitas de paz y tranquilidad. Haciendo cosillas en casa, claro está, porque aún hay temas pendientes pero estando de vacaciones cualquier tortura hogareña se sobrelleva mejor. Aparte, esta semana está siendo especialmente complicada para mí porque estoy solita en mi Departamento por las tardes (M. y V. están de vacaciones) de manera que, si hay poco trabajo, me aburro porque estoy sola y no tengo con quién hablar y, si hay mucho, me agobio porque estoy sola y no tengo con quién compartir. Vamos, que estoy sola. Creo que el concepto ha quedado claro.

Así que, si os está pesando la semana, cuando leáis esta noche mi entrada repetíos: “Animito, que el jueves ya acabó y mañana es viernes”.