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lunes, 30 de mayo de 2016

Crónicas Felinas CLXXVIII: Vacacioneando

Marrameowww!!!

Pues aquí me tiene la bruja nuevamente quitando las telarañas del blog. Tiene un morro que se lo pisa. Ella vuelve de sus vacaciones de lo más relajada y feliz y, ¿qué hace? Pues decirme que vaya poniéndome yo a escribir algo, que ya vendrá ella después. Con la responsabilidad que eso supone, sabiendo que, tras dos semanas de ausencia, estaréis ansiosos por tener noticias y no se puede bajar el nivel. Supongo que por eso delega en mí la tarea inaugural. Es consciente de que yo seré capaz de escribir algo con mejor calidad que las bazofias que publica ella.

Como algunos ya sabéis, la bruja y el consorte se fueron dos días a Port Aventura. Como no se nos puede dejar solos porque Munchkin se comería toda la comida dejándome a mí morir de inanición, las opciones eran llevarnos a la residencia o ahorrarse el dinero de la misma y llamar a los padres del consorte para esclavizarlos en Madrid cuidando de nosotros. Optaron por la segunda opción porque son personas malas y egoístas, por lo que aquí que se vinieron los pobres desde Albacete con su maletica (digo “maletica” porque vienen de Albacete; si vinieran de Galicia diría “maletiña”; cómo controlo de lingüística).

Pensé que nos iban a cebar a jamón, como es su costumbre y el motivo por el que les tenemos tanto aprecio pero habían recibido estrictas órdenes de la bruja de no darnos más que nuestro pienso. De todas formas, nos dieron más ración de pienso de la que nos tocaba, así que en el fondo no estuvo tan mal la cosa, la verdad.

Otra cosa positiva es que ellos no conocen tanto nuestras habilidades, por lo que la madre del consorte dejó un poco abierta una ventana que da a la terraza, donde la bruja había dejado ropa en el tendedero. Munchkin, que otra cosa no pero a bruto no le gana nadie, se las ingenió para abrir la ventana y, sentadito en el alféizar, comenzar a dar tirones de la ropa colgada hasta que consiguió tirar el tendedero, por lo que la ropa limpia se restregó convenientemente por el suelo. La madre del consorte, en un acto de arrepentimiento, volvió a lavar toda la ropa (a mano, porque no sabía cómo funcionaba la lavadora), por lo que la cosa estuvo bastante entretenida. Aquí hay que añadir que tanto bruja como consorte le dijeron que no lavara nada, que ya verían ellos qué se lavaba y qué se dejaba así, que tampoco es que la terraza sea un lodazal pero ella hizo caso omiso.

También es muy divertido comprobar, a la vuelta de nuestros humanos, cómo se desesperan intentando encontrar la nueva ubicación de los implementos del hogar. Es como una caza del tesoro digna de ver. Nada está en su sitio original, por lo que cualquier tarea, por simple que sea, supone otros quince minutos de búsqueda del adminículo adecuado para su realización.

Sin duda, para nosotros también han sido unas vacaciones.

Prrrrrr.

jueves, 12 de mayo de 2016

Volveré

Hoy sólo publico para decir que me voy. No definitivamente, no hace falta que os meséis los cabellos, os rasguéis las vestiduras ni que os planteéis el suicidio colectivo. Prometo que volveré pero me tomo un par de semanitas de vacaciones. Bueno, vale, en el trabajo sólo me tomo una semanita pero como luego sé que voy a volver con todo el agobio de tener que escribir las entradas para la siguiente semana, pues os abandono dos semanas y así me organizo debidamente.

Sé que es un duro golpe y que os va a costar sobrevivir sin mí pero pensad que todo lo que signifique descanso para esta cabecita se traduce en mayores delirios que será capaz de volcar en este ilustre blog.

Por cierto, el próximo sábado 14 me caerán 38 primaveras, que se dice pronto. Debería hacer algún balance de lo que ha sido mi vida hasta ahora pero, ante la perspectiva del descanso vacacional, como que paso de andar haciendo autoanálisis, que ya bastante estrés vengo arrastrando. Eso sí, acepto felicitaciones, regalos y viajes al Caribe.

Pues lo dicho. Portaos bien en mi ausencia y nos vemos cuando menos os lo esperéis. 

miércoles, 11 de mayo de 2016

Anuncios Pesadillescos CLXXVI: ¿Dónde vas? Plátanos traigo

Varios de vosotros habíais pedido destripamiento de este anuncio (algunos, incluso antes de que yo misma lo hubiera visto), así que, una vez recuperados de la resaca tras el fiestón por la entrega del PAPA 2016, comenzamos con el que se postulará como primer candidato al PAPA 2017 (esto es un no parar).

Un niño y sus padres ven la película del “Libro de la Selva”. En la peli, un oso tararea una canción y Mowgli le pregunta al oso (que no sé cómo se llama) qué es eso. El oso le explica que eso es una canción sobre la buena vida y Mowgli le pregunta al oso qué es una canción. Vale, es un niño salvaje criado por bestias; entiendo que no sepa lo que es una canción, aunque sepa trepar a los árboles.

Lo que ya entiendo menos es que, volviendo del cine en el coche, el niño pregunta a su padre (mientras se zampa un plátano como los monitos de la selva) qué es una canción. Ajá. Este niño nunca ha visto los dibujos animados ni ha oído la radio. Lo más probable que es lo hayan tenido metido en una burbuja los últimos cinco o seis años (soy penosa calculando edades de infantes) y no conozca a Bob Esponja ni a Peppa Pig ni a Dora la Exploradora ni a su maestra de preescolar.

Pero más alucinada todavía me quedo con la respuesta del padre. En vez de cantarle algo o poner los Cuarenta Principales, aunque más no sea, para el coche en un observatorio astronómico y hace bajar a toda la familia. A continuación, le pregunta al niño que si ve las estrellas. El niño, que se ve que muy espabilado no es pero ciego tampoco, responde afirmativamente. Y el padre, que parece que debería estar ingresado en un psiquiátrico, le pregunta si puede oírlas. El niño alucina, claro está, y el padre se pone a señalar las estrellas al tiempo que silba algo y, milagrosamente, las estrellas comienzan a brillar con mayor intensidad al son de su silbido. Los tres contemplan las estrellas mientras siguen comiendo plátanos (por aporte de potasio, que no quede). Y ahí termina el anuncio que, por si no os habíais dado cuenta, intenta vendernos los plátanos. O las estrellas, o la banda sonora de “El Libro de la Selva”. No sé, me he liado.

Así que, padres que me leéis, si vuestros vástagos os preguntan en un futuro la definición de algo, salid por peteneras, que parece ser la mejor opción. Ilustremos esta enseñanza con un par de ejemplos prácticos:

1)  “Papá, ¿qué es una silla?”. A esta pregunta debemos responder algo como “¿Ves esa chimenea? Pues ahí no te sientes”.

2) A la pregunta “Papá, ¿qué es un partido de fútbol?” responderemos “¿Ves a esos jugadores de waterpolo? Pues parecido, pero sin agua”

Ante todo, que vuestros churumbeles no vayan a quedarse con ninguna duda del mundo que les rodea y, más importante todavía, que coman muchos plátanos.

lunes, 9 de mayo de 2016

Crónicas Felinas CLXXVII: Lo difícil que es dormir en esta casa

Marrameowww!!!

La bruja anda especialmente estresada.

No es que esto en sí mismo me preocupe demasiado (a mí sus dramas cotidianos me resultan de lo más indiferentes) pero el problema es que, desde que está estresada, el imberbe y yo prácticamente no podemos ir nunca a dormir a la cama de los humanos por las noches porque, cuando la bruja se estresa, duerme mal. Y con “duerme mal”, no quiero decir únicamente que le cueste dormir y dé más vueltas de lo habitual (siempre le cuesta dormir, pero en épocas de estrés le cuesta más). Si sólo fuera eso, como digo, a mí me daría igual. Mientras yo tenga un cálido rinconcito de colchón donde dormir a pierna suelta me da bastante igual que ella esté ahí con los ojos como el dos de oros.

Lo que realmente nos impide dormir en la cama es que, cuando por fin logra conciliar el sueño, se pasa toda la noche soñando y dando patadas y hablando sola y, en ocasiones, hasta discutiendo con el consorte las cosas más inverosímiles. El otro día, sin ir más lejos, la bruja empezó en mitad de la noche a tirar de la almohada que usa el consorte para dormir. La bruja tiraba y tiraba de la funda. El consorte, al principio, pensó que le habría plantado la almohada en la cara a la bruja (ha pasado más de una vez aunque, por desgracia, sin nefastas consecuencias), por lo que se alejó con almohada y todo para ver si así se tranquilizaba. Pero nada, que no había caso. La bruja continuaba tirando de la funda con todas las fuerzas de las que pueden disponer sus escuchimizados brazos.

El consorte, ya harto de tanto tirón, le terminó preguntando qué hacía; a lo que la bruja respondió como si fuese lo más obvio del mundo que tenía que sacarle una foto porque de otra manera no le admitían la reclamación.

Como os lo cuento.

A ver si pensáis que, dado el panorama, nosotros somos capaces de dormir ahí, que cualquier día le da la locura y nos muerde el rabo confundiéndolo con un fuet o un chorizo de cantimpalo. Todavía se extraña y le comenta al consorte lo raro que resulta que llevemos tantos días sin dormir con ellos en la cama. Cómo se nota que esta mujer no conoce la autocrítica y que no ha tenido que sufrir en sus carnes lo que tenemos que sufrir los demás. Me gustaría que el consorte la grabase un día. Ya no tanto por enseñárselo a ella para que se dé cuenta de cuánto es capaz de llegar a molestar sino para colgarlo en esta sección para escarnio y befa por parte de todos mis seguidores (que sé que sois más que los suyos). A ver si así, presa de la vergüenza, se va a vivir a un país muy lejano y nos deja dormir a los demás.

Un país donde haya desierto, preferentemente, y donde los camellos tengan el sueño pesado.

Prrrrrr.

jueves, 5 de mayo de 2016

Otro mito que se cae

Dentro de la categoría de “personajes de nuestra infancia que han modificado sus costumbres en concordancia con la moda” (sí, es un nombre un poco largo para una categoría pero no estoy para pensar acrónimos), donde tendríamos a la ovejita del jabón para prendas delicadas y al osito del suavizante, que han adelgazado ostensiblemente desde los años 80, deberíamos incluir también a Triki, el monstruo comegalletas de Barrio Sésamo.

Recuerdo que era mi personaje preferido (sin contar con tío Pepe y tía Pepa, que desconozco por qué motivo me encantaba su sketch, pese a que era bastante enervante) y me fascinaba verlo comer galletas como si no hubiera un mañana. Bueno, realmente no comía nada porque el pobre carecía de tracto digestivo y al final todo eran migas volando sin ton ni son. Tenían que poner fino el estudio cada vez que les daba por grabar una secuencia con el bicharraco en cuestión.

Pues bien, como eso de comer galletas está muy mal visto en la actualidad porque tienen gluten, azúcar refinada, grasas saturadas y demás componentes infernales, ahora parece que le han hecho variar su dieta y se ha pasado al lado vegano. En la actualidad se alimenta de frutita y verdurita de lo más sana. Confieso que esto me lo contó el churri y ni siquiera he contrastado la noticia, faltando a mi profesionalidad; si me ven mis profesores, me retiran el título pero he preferido dar la información por buena, no sea cosa que al final sea un bulo y tenga que buscar otra temática para el post de hoy. Dado que, como digo, desconocía la información, no lo he visto en acción pero no soy capaz de imaginarme cómo deben quedar volando los trozos de zanahoria y de brócoli. Es más, las galletas son algo fácilmente rompible con la mano (siento desilusionaros, pero esos simpáticos personajes no tienen vida propia, hay alguien metiéndoles la mano por el innombrable para que parezca que hablan) pero a ver quién tiene narices a hacer fosfatina un coco con la mano. Eso por no hablar de las jugosas frutas, como la naranja o los kiwis. Tiene que acabar el pobre bicho necesitando toda la ayuda que puedan brindarles sus otrora rollizos colegas, la ovejita del jabón para prendas delicadas y el osito del suavizante.

Menos mal que la versión española de este programa ya no se emite, porque sólo de imaginarme a Espinete haciendo la dieta Dukan (o la que esté de moda ahora, porque de la Dukan ya no hablan ni en casa de este señor) me entra la risa tonta. Me imagino a los productores diciéndole al pobre erizo que o adelgaza o no le renuevan el contrato para la próxima temporada y os juro que se me encoge el corazón. ¿Qué ha sido de los gorditos entrañables?

Ahora ya aleccionan al público desde pequeñito con eso de que hay que comer sano. Y me parece muy bien, pero que no destrocen los mitos de mi infancia, hombre.

miércoles, 4 de mayo de 2016

And the PAPA 2016 goes to...

¡¡¡Pero qué nervios tengo!!! Creo que conservo el blog única y exclusivamente para poder vivir este momento año tras año (bueno, y por vosotros, que sois unos soles, pero básicamente por el momento).

Este año hemos tenido un hito sin precedentes en la breve pero intensa historia de estos premios... Tenemos empate. Esto me produjo sudores fríos ante la indecisión de si hacer ronda extra de desempate o si publicar un premio compartido pero como pensé que si hacía ronda de desempate me ibais a mandar a la mismísima, el temor de recibir una avalancha de insultos me ha decidido a optar por tener dos ganadores. Será por PAPAs...

Así que me congratula anunciaros que este año el Premio al Anuncio más Pesadillesco del Año va para…


De jamón de pavo: El lago de los pavos

De producto para las uñas: Cómo vender a través del asco

¡Enhorabuena a los flamantes ganadores! Aquí su galardón, que procederemos a colgar también en las entradas originales, para que quede ahí para la posteridad:




Gracias a todos por vuestra participación, incluyendo a los vaguncios que se esperaron a la segunda fase para tener menos donde elegir (y no señalo a nadie). Ayyy, esa picaresca…

lunes, 2 de mayo de 2016

Crónicas Felinas CLXXVI: Estilo alimentario

Marrameowww!!!

Cualquiera que no conozca los orígenes de Munchkin, diría que nació en un basurero y tuvo que pelear con uñas y dientes contra ratas rabiosas por un trozo de pan duro que llevarse al hocico. Pero no, el señorito nació en una zona bien, en casa de la tía de Drew y estaba de lo más bien alimentado.

A pesar de ello, él se desespera cada vez que ve aparecer el alimento. En cuanto ve a alguno de los humanos aparecer con el platito y encaminarse a la cocina para servir la ración de la hora que toque, se cuela a toda velocidad en la cocina para no perder ripio del proceso. Para que no lo puedan echar, se encarama a la estantería y, una vez que el humano de turno ya está liado pesando la dosis indicada, se sube a la encimera e intenta adueñarse del pienso, no sea cosa que se lo vayan a comer ellos.

Una vez pesada la comida, al ver que la bruja o el consorte se dispone a echarla en su platito, es tal su ansia que le propina un cabezazo al recipiente con el que nos sirven. Si no están atentos y no se aferran con todas sus fuerzas al recipiente, el resultado suele ser que, a consecuencia del cabezazo, los granos de pienso salen despedidos por toda la cocina. Resulta divertido verlos luego a cuatro patas recogiendo granitos para echarlos nuevamente al plato.

Hay que reconocer que, a pesar de que es un agonías, el jovenzuelo sabe divertirse. Yo, como soy muy fino, durante todo este proceso he esperado tras la puerta de la cocina pacientemente y sigo al humano de manera elegante hasta que deposita mi platito en el suelo, donde como educada y pausadamente, masticando bien cada bocado para hacer bien la digestión.

También es cierto que yo luego molesto haciéndome el interesante con la comida y, en vez de comerme toda la ración de golpe, la voy dejando para comerla en varias veces, de tal manera que tengan que estar todo el día pendientes de si quiero comer y estar guardando y sacando el platito a cada rato. Hago algo parecido con el agua. Como no me gusta mucho beber del platito, prefiero pedir a los humanos que me abran el grifo de la cocina o de la bañera para beber el agua fresca que cae de ahí cual cascada. Pero hay veces en que pido agua, me abren el grifo, me doy la vuelta y me voy sin probar ni gota. Los humanos cierran el grifo y en ese momento yo aprovecho para volver a subirme a la bañera o a la encimera de la cocina para volver a pedir agua, obligándolos a tener que abrir el grifo otra vez y a estar pendientes de cuándo termino para volver a cerrarlo. También puede suceder que, después de esto, a los cinco minutos vuelva a repetir la operación aunque ya no tenga sed.

Eso ya es sólo por fastidiar.

Prrrrrr.


P.S. La bruja sigue teniéndome de recadero. Me pide que os recuerde que tenéis tiempo hasta mañana martes a las 23:59 españolas para votar por el ganador del Premio al Anuncio más Pesadillesco del Año 2016 pinchando aquí.