Antes que nada, aviso que me quedó algo largo pero así se va
a quedar. Os chincháis.
Nuestro líder de opinión, Dessjuest me sugirió, ya ni recuerdo a santo de qué
porque son demasiadas las temáticas chorras que tratamos en este blog, que
rememorásemos ese concurso creado por Narciso "Chicho" Ibáñez
Serrador (uruguayo de nacimiento, para más inri) que hizo nuestras delicias y
que dio en llamarse "Un, Dos, Tres (responda otra vez)".
Desconozco si el éxito sin parangón del programa se debía a
la originalidad del mismo o a que, por aquellos tiempos, elegías entre eso o un
documental de La 2. Qué épocas aquéllas en que sólo había dos canales... pero
el caso es que todos esperábamos embobados frente a la tele a que diera
comienzo el soniquete de apertura del programa, con la calabaza Ruperta
cantando con voz de cazallera aquello de "Un, dos, tres. Aquí estamos otra
vez". Y ahí nos tenían horas viendo a las parejas de concursantes que
acudían en masa con la esperanza de ganar el ansiado apartamento en Torrevieja.
Aún tengo en la cabeza la retahíla de Mayra Gómez-Kemp con aquello de
"Conchita y Manuel son amigos y residentes en Madrid". Las parejas de
concursantes debían contestar cosas de lo más inverosímiles, elaborando complicados
listados a raíz de propuestas como ésta: "Cosas que encontramos en una
cocina. Como, por ejemplo, una batidora. Un, dos, tres, responda otra
vez". Conchita repetía, "Una batidora", a lo que Manuel rebatía
"un tenedor rojo" y entrábamos en el universo de los tenedores: Un
tenedor negro, un tenedor verde, un tenedor azul, un tenedor de cuatro dientes,
un tenedor de tres dientes, un tenedor de plata... Y así hasta el infinito.
Bueno, hasta el infinito no porque podían pasar dos cosas: O que repitiesen
algo y ya se acabó lo que se daba o que se terminase el tiempo, momento que
aprovechaban las Tacañonas (a mí me daban hasta miedo) para tocar una campana
que tenía pinta de haber sido sustraída de la iglesia de un pueblo y dijeran
aquello de "campana y se acabó". Hablaban en verso, las condenadas,
con lo mal que se me da a mí la rima y la métrica. Entonces venía el recuento
de respuestas correctas, que valían 25 pesetas cada una... Veinticinco pesetas,
madre mía, qué tiempos. El recuento lo hacían las azafatas, que eran unas
gafapastas buenorras y que hacían el cálculo con una calculadora gigante.
Cuando las tres parejas ya terminaban por fin de darnos
todas las variantes posibles de tenedores, baberos o instrumental quirúrgico,
se hacía el recuento general y la pareja que llevaba más pasta ganada volvía a
la semana siguiente. Las otras dos, pasaban a la eliminatoria.
La eliminatoria era una especie de Grand Prix pero sin
hinchada de pueblo. Eran pruebas de habilidad física donde el canal se gastaba
sus buenos cuartos en un escenario con, un suponer, una piscina con patitos de
goma que tenían que pescar sujetando una caña con los dientes y llevarlos
bailando la conga hasta un barreño situado en la otra punta. Cosas así, de
diversión para toda la familia. Creo recordar que los que perdían por torpones
tenían derecho a un premio de consolación, que se jugaba en un tablero a
suerte, básicamente, pero no me acuerdo muy bien de cómo iba el rollo éste. Se
ve que los perdedores me interesaban poco.
Los que ganaban pescando patitos o llevando una bandeja
cargada de vasos de agua por un tobogán previamente untado en aceite, pasaban a
la subasta. Y eso sí que era la panacea. Iban trayendo objetos acerca de los
cuales contaban una especie de acertijo y había que andar adivinado si ahí
había un premio estupendo o una reverenda porquería. Si te había gustado,
pongamos, un zapato, te quedabas con él y tenías oportunidad de cambiarlo por
otro objeto que trajeran o seguir aferrado al zapato como si no hubiera un
mañana. Según iban descartando objetos, iban desvelando el premio oculto en
cada uno de ellos (aquí pintaban mucho los "Sufridores") que era
alguien que concursaba sin concursar. Vamos, que se llevaba lo que tuvieran a
bien ganar los concursantes y a quien tenían encadenado en una jaula cual león
de circo hasta que aquella tortura terminaba, sin derecho a opinar ni nada).
Cuando llegaba el final y ya tenías sólo tu zapato (o la cosa que tuvieras
sobre la mesa) te ofrecían pasta a cambio del objeto. Podías aceptar el dinero de
la negociación o seguir erre que erre con que el zapato te había dado buenas
vibraciones desde el principio y que no te iban a separar de él ni bajo
tortura. Cuando al fin se desvelaba el premio oculto en el objeto de tu
elección, podía haber gran fiesta al llevarte un coche, un viaje o el consabido
apartamento en Torrevieja o gran tristeza por sacar a la calabaza Ruperta e
irte a casa igual que como llegaste. También podías llevarte una bombilla, una
bolsa de agua caliente o cualquier otra absurdez que se os ocurra.
Y a la semana siguiente, más de lo mismo. En bucle infinito.
P.S. Seguro que se os ocurren temas para proponer. No seáis
tímidos.
Se ve que eres una chavalica, porque no te acuerdas del primer presentador (Kiko Ledgard) y de don Cicuta (Valentín Tornos), jefe de los Tacañones.
ResponderEliminarBesos.
Una chavalica, lo que se dice una chavalica, no soy pero la verdad es que no me acuerdo, no... Besotes!!!
Eliminar¡Totalmente de acuerdo Macondo!
EliminarRecuerdo que en los años setenta cuando venía a España de vacaciones, era un programa que me encantaba y yo venía de un sitio donde había muuuuchos canales.
No querida, el formato es buenísimo y Chicho un genio de la televisión.
Recuerdo que hace pocos años trataron de volverlo a hacer pero claro, fue imposible dado el míimo nivel de los consursantes. Daba verguenza ajena ver a chicos con carreras universitarias sin poderr decir más de tres capitales europeas y encima se reían como diciendo ¿¿¿Y???
Chicho Ibañez fué el precursor de la mayoría de los formatos televisivos que aún hoy día triunfan.
Besazo y perdón por el pestiño. :P
Pestiño ninguno, querida...
EliminarA mí porque me gusta criticar pero reconozco que para la época el programa estaba curradísimo.
¿Trataron de volverlo a hacer? Debe haber tenido poco éxito porque ni me enteré.
Besotes!!!
Vi este concurso de niña y nunca me aburrí. Creo q tuvo un formato innovador para la época y durante mucho tiempo funciono.
ResponderEliminarEsta entrada me ha recordado q hace tiempo q no veo un concurso, no me llaman la atención; además con tantos canales es cierto que uno se pierde un poco.
Besos, alteriña!
Es que a estas alturas ya cansa el tema "concursos". A veces veo alguno si no echan otra cosa pero no soy fiel a ninguno. Besotes!!!
EliminarQue tiempos aquellos y que concurso tan largo. Genial post, Alter
ResponderEliminarEs que era eterno, aquello. No sé cuántas horas duraba pero te tirabas ahí hasta las tantas. Besotes!!!
EliminarOh, mira, me voy sintiéndome joven, que a mí me tocó ya el "Gran Prix". A las Ruperta y compañía apenas las recuerdo, oye :P
ResponderEliminarBesines!
Haberse criado con el Grand Prix es algo muy triste... Jajaja. Besotes!!!
EliminarQue recuerdos con los programas de esos años, aunque en mi caso debo reconocer que me recuerdo mas esos momentos por la convivencia con la familia, que por el contenido del programa.
ResponderEliminarBesotes!!
Es que ésa era otra. Antes la gente se reunía en torno a la tele (o a la radio, si nos vamos aún más atrás en el tiempo). Ahora, cada cual a su bola. Un besote!!!
EliminarPues tuvo mucho éxito porque como tú dices había poco donde escoger y era como muy nuevo, fresco y dinámico, pero no creas, aquí el tiempo no pasa, yo creo que vuelven a hacerlo y vuelve a tener éxito, los concursos no sé porqué siempre lo tienen, yo creo que eso de ver a la gente llevarse premios les pone.
ResponderEliminarA mí es que los concursos ya desde chiquita nunca me gustaron, sé que suena raro porque era un programa muy familiar, pero en casa lo ponían y yo ya estaba protestando, cogiendo un tebeo o peleándome con mi hermana, cualquier cosa que me divirtiera más, a mi edad y sin conocer tan siquiera la palabra ni saberlo definir ya lo consideraba rancio.
Aunque parezca mentira yo siempre fui más de la 2, que daban programas raritos, recuerdo uno...tengo hasta la cara de la presentadora, pero no me sale el nombre, si me saliera te lo digo.
Besitos
Ayyyy. Mira a ver si te sale, que a mí me gusta más un momento remember que a un tonto un lápiz rojo. Un besote!!!
EliminarUno de los pocos concursos que he visto en mi vida.
ResponderEliminar¿Será porque en esos días no era el dueño del mando a distancia?
o peor.
¿Será que no habia mando a distancia y daba pereza levantarse a apagar el aparato?
Es que era elegir entre eso o la dos. Hacer zapping entre dos canales y, encima, sin mando, pierde mucho encanto. Jajaja. Besotes!!!
EliminarPues yo estaba enganchada al Un, dos, tres... Mi madre preparaba "merienda-cena", un menú de viernes noche que consistía en un picoteo variadito, mientras todos veíamos el concurso... ji!
ResponderEliminarJajaja. Es que esos momentos eran para disfrutar en familia... Un besote.
EliminarQué recuerdooossss!!! Digo yo que para que las Tacañonas soltasen su perorata en verso debían parar la grabación un rato, no?? (siempre me alucinaba que sacasen una frase ingeniosa tan rápido).
ResponderEliminarY me acuerdo de La Bombi, el Dúo Sacapuntas ("veintidós, veintidós, veintidós-veintidós-veintidós", jajajaja!), Bigote Arrocet...
Molaba!
Muas!
Y Ángel Garó, y Arévalo... Madre mía. Qué de cosas. Jajaja. Besotes!!!
EliminarBuenísima entrada!
ResponderEliminarYo recuerdo cuando empezaba el concurso, era el momento en que las madres nos avisaban para subir a cenar. En plan manolito gafotas y las salchichas! Trax! A cenar que empieza el un dos tres!! y así a todas las amigas, jajaj.
La verdad que viéndolo a distancia es una basurilla, pero tampoco había mucho que elegir no?
Besos
Yo no creo que fuera una basurilla. Para la época estaba curradísimo. Un besote!!!
EliminarDigo lo que Macondo: que jovencica eres. Yo sí que me acuerdo de Kiko Ledgard y de don Cicuta.....
ResponderEliminarUn besico.
Jo. Yo no... Me siento desplazada... Jajaja. Besotes.
EliminarEra otra época, más tarde tuvo algún intento de volver y no resultó, es un producto de la época y no hay más, los treintañeros y cuarentones crecimos con el "un dos tres" y tenemos grandes recuerdos de ese "interminable" programa, menos mal que lo echaban los viernes :D
ResponderEliminarCabe decir que de ese programa salieron humoristas y actrices varios, y, por lo que a mí respecta decir que la primera actuación en España del mítico Europe, la banda sueca, fue en "un dos tres".
Grande Alterita, besotes.
¿Europe actuó por primera vez en España en el Un, Dos, Tres? Qué me estás contando... A cuadros, me dejas.
EliminarEra un gran programa, sin duda. Y lo bueno de que hubiera tan pocos canales es que lo veíamos todos. Jajaja. Un besote!!!
El programa de la amistad! Era lo mejor
ResponderEliminar"Son amigos y residentes en chupalamanga"
Que digo yo que Torrevieja, donde tooodos los apartamentos que tocaban, se llenó de amigos.
En fin
Besos
Por eso ahora es una gran comunidad, donde reina la paz y la armonía. Ejem. Besotes!!!
EliminarMe encantaba ese programa, venía de piscina los viernes por la noche y cenábamos y luego toda la familia a ver el Un, dos, tres, joo, que tiempos aquellos.
ResponderEliminarYo me acuerdo un poco de Kiko Legdgar, pero era muy pequeña, me acuerdo mucho mejor de Maira Gomez Kemp.
Besos!!
Yo es que de Kiko no me acuerdo. No sé ni si lo llegué a ver en algún momento. Besotes!!!
EliminarLamento haberme perdido tan descacharrante programa, pero si vamos a hablar de la edad ahí si es verdad que me los llevo a todos los blogueros en los cachos (expresión vernácula de Venezuela), Mejor me quedo calladito y chiiissss Merlina no digas nada.
ResponderEliminarJajaja. No es edad. Es experiencia... Besotes!!!
EliminarYo ni sabía que habían hecho una reposición. Con eso te digo todo. De todas formas, según comentan por aquí, la reposición no le llegaba ni a la suela de los zapatos.
ResponderEliminarEl programa lo he pillado alguna vez por Internet. No lo llegué a ver en vivo y en directo porque yo ya me había vuelto a las Españas cuando lo estrenaron. Es el Cuarto Milenio uruguayo. Jajaja. Besotes!!!