Marrameowww!!!
Munchkin tiene una afición que yo no he desarrollado en los
casi cinco años de vida que tengo: mirar por la ventana. Todas las mañanas está
deseoso de que la bruja levante las persianas para quedarse ahí las horas
muertas, mirando quién pasa por la calle y los coches que van y vienen. Es el
gato del visillo.
Tampoco sé si se entera de mucho porque vivimos en un piso
muy alto y las cosas allá abajo se ven muy chiquitajas. En Albacete era otra
cosa, porque es un segundo y desde ahí observaba el movimiento callejero con
mucho mayor detalle. A veces me da por pensar si será que echa de menos la
libertad de andar por ahí un poco a su aire. Según tengo entendido, en su casa
anterior tenía jardín al que salir a zascandilear entre las plantas. Aquí a lo
máximo es a una mini-terracita de la que sólo puede hacerse uso cuando la bruja
no tiene ropa tendida, como ya bien sabéis.
Por un lado, no es por echarme flores pero yo creo haber
sido un buen anfitrión. Ni siquiera me quejo cuando por las mañanas me echa de
mi sitio en la almohada, justo en la cabeza de la bruja. Ése ha sido mi sitio
desde que tengo uso de razón y ahora, de repente, viene el niñato éste a
quitarme mi lugar tan cómodo y calentito. Más de una mañana se ha levantado la
bruja y me ha encontrado en el sofá cual ser desamparado, sin un poco de calor
humano por haberme sido éste arrebatado. Aun así, le perdono todo al canijo
(que ya no es tan canijo y está más grande que yo) y hasta le cojo por banda
para darle unos cuantos lametones en la cabeza y dejarle las orejas impolutas,
así que no creo yo que esté tan a disgusto.
Pero por otra parte, dicen los gatos que han saboreado las
mieles de la libertad, que por muy a gusto que se esté en una casa, siempre se
echa un poco de menos eso de tener el cielo como techo. Yo de eso no sé porque
me tuvieron en casa de acogida hasta que la bruja y el consorte vinieron a
buscarme (dicen que me eligieron por Internet, como quien mira un catálogo de
muebles suecos) o, al menos, eso creo porque a estas alturas ya no me acuerdo y
como mis humanos desconocen mi pasado, tampoco me pueden dar mayor información
al respecto pero el ya difunto Luhay recordaba, a veces con cariño, su primer
mes y medio en la calle hasta que un día de ventisca se plantó con su hermana
Aída en la puerta de la casa de la bruja en busca de una vida quizás menos
aventurera pero al resguardo del frío serrano. Una cosa es sentir amor por
vivir experiencias y otra muy distinta que uno no sepa valorar la calidad de
vida que ofrece la calefacción y un cojín mullidito.
Tampoco somos tontos.
Prrrrrr.
A veces vas de macarra pero en el fondo eres todo un buenazo. Me encanta lo buen anfitrion que eres con el peque y que hayas recordado a Luhay que lo echamos mucho de menos :( Besitos
ResponderEliminarNo lo digas muy alto...
EliminarPrrrrrrrrrr.
Yo creo que me daría vértigo esa terraza tan alta. ¿Vosotros tenéis de eso?
ResponderEliminarNosotros no tenemos nada ni parecido. La bruja nos cierra las ventanas pero si por nosotros fuera asomábamos medio cuerpo fuera.
EliminarPrrrrrrrrrrrrrr.
Yo sí miro mucho por la ventana. Que mi ama se ríe de mí porque dice que no hay nada, que son los patios traseros de las casas y me pregunta si me creo batman cuando vigilo por la noche. Pero chico, yo me veo en la obligación de tenerlo todo controlado: quien tiende, quien recoge la ropa, quién se asoma a fumar a escondidas, quién sale a hablar por teléfono... anda que no pasan cosas. Yo lo de la libertad lo echo de menos... hasta que me acuerdo del hambre que pasé y salgo corriendo a lamer mi plato aunque esté vacío. Que déjate, pero no merece la pena las aventuras con pasar hambre.
ResponderEliminarun cabezazo, prrrrrrrrr
RON.
Sí, es mucho mejor tener al mundo controlado desde el confort de nuestros hogares.
EliminarPrrrrrrrrrrrrr.
RO MIRO MUCHO POR LA VENTANA Y ALGUNA VES ME HE ESCAPARO, A PEGARLE A JUAN MANUEL ENT-RE OT-RAS COSAS
ResponderEliminarSARPASOS
Tú nunca sales a nada bueno.
EliminarPrrrrrrrrrrr
Paciencia, Forlán, que así es la juventud ahora, pero como todos los niñatos, ya aprenderán del jefe, o no? ;)
ResponderEliminarNo sé. Creo que él tiene más cosas que enseñarme.
EliminarPrrrrrrrrrrrrr.
jajajaja un cojín mullidito xD
ResponderEliminarEs que se hecha de menos la libertad, pero la comodidad y el calor de hogar no se cambian por nada
Saludos a los gatooos!
Es que sólo de imaginarme teniendo que dormir en la fría calle más me arrimo a la bruja.
EliminarPrrrrrrrrrrrrr.
En el pueblo del Sr. Torres hay una casa que tiene grabada esta frase en la fachada: "Bo es viatjar, millor a casa estar", se ve que los mataronenses tampoco son tontos. Eso o que son gatos disfrazados de humanos, todo es posible, veo cierta inclinación frikifelina en mi marido.
ResponderEliminarDisfruta el sofá solo para ti, mejor que compartir almohada y cabeza!
P.D. Tú también escribes 499 palabras + prrr? x)
Es que estar en casita es de lo más agradable pero la cabeza de la bruja era mi sitio.Que se vaya él al sofá.
EliminarEscribo 500 + Marrameowww + Prrrrrrr.
Prrrrrrrrrrrrr.
Mi gatito también mira por la ventana aunque no ha vivido en la calle. Un beso.
ResponderEliminarEso es que le han hablado de la libertad.
EliminarPrrrrrrrrrr.
Creo que lleváis un paralelisto el Umpa y tú.... que no es normal. Charlitún también le ha arrebatado los mejores lugares. Y, aunque ambos conocen el sabor de la libertad... les queda lejos. Charlie es un pueblerino y el Umpa es del mismísimo parlamento (dónde va a parar!!!) Peeeero, Charlie tiene una obsesión: la puerta. Oye... es abrir la puerta y cooooooorrriendo todas las escaleras hacia abajo. Miedito me da la casita de la sierra...
ResponderEliminarPobre Forlán... con lo que tú has sido... me das hasta penilla
¿Me adoptas? Aunque reconozco que a mí me encanta salir corriendo por las escaleras cuando abren la puerta.
EliminarPrrrrrrrrrrrrr.
Bueno lo de estar al aire libre no esta nada mal. Se echa de menos , si porque ¡ains! esos olores, los pájaros, las plantas... uno se vuelve loco. A mi me llevan al pueblo de vacaciones asi que soy un afortunado, en invierno calentito en mi camita arropadito, con la estufa a las espaldas... y en verano al pueblo ¡al fresquito! Que suertudo soy Grrr Lito
ResponderEliminarA nosotros nos llevan a Albacete pero como que no es lo mismo.
EliminarPrrrrrrrrrr.
En cambio mis gatuchis tiene terror a salir de casa. Alguna vez se me ha escapado Misi por la puerta y en cuanto se da cuenta de lo que ha hecho se queda paralizada del terror y me toca cogerla para devolverla a la seguridad del hogar. Ella vino a nuestras vidas con un año aproximado de vida y un bombo. Nuestro veterinario es familia y no dijo que había recogido a la pobre mamá desamparada, pero como él ya tenía dos perros y dos gatos no podía adoptar a ninguno, así que nos quedamos con la mami y un hijo. Se ve que en su vida anterior no disfrutó de jardines, ni calle ni nada que se la parezca.
ResponderEliminarAy, qué historia tan trágica... Debería ir a "Hay un cosa que te quiero maullar".
EliminarPrrrrrrrrrrrrrrrr.
pero con final muy feliz :D
EliminarYa, ya. Habría que preguntarles a ellos con tus dos fierecillas.
EliminarPrrrrrrrrrrrr.
A Dina también le encanta observar la calle, se pasa horas en el balcón entre curioseos y siestas.
ResponderEliminarRascaditas.
Yo soy poco cotilla, la verdad.
EliminarPrrrrrrrrrrrr.
Como les gusta también un poco de libertad, no? A Ciro le encanta que lo dejemos salir, es feliz paseando por los techos de los vecinos. Por suerte nunca se va muy lejos. Ayer se largó a llover y él estaba afuera, entró corriendo pobrecito, creo que es la primera vez que le pasa.
ResponderEliminarSin duda que son afortunados los gatitos cuando tienen un hogar calentito y donde los cuidan.
beso!
Nosotros es que no tenemos donde ir a menos que sea la plena calle y dudo que la bruja nos deje andar por esas calles sin vigilancia.
EliminarPrrrrrrrrrrrrr.
Quizás lo de dormir cerca dd la cabeza de la bruja le venga porque necesite sentir el calorcillo de una mami, que es un pequeñajo. ¡Concédeselo Forlán! Ya volverás a reconquistar tu sitio... que mientras no escriba tus entradas pelillos a la mar!! Jis!
ResponderEliminarRascaditas!
Pero la cabeza de la bruja es mía!!! Me gusta mordérsela cuando quiero que se levante. Que se ponga a los pies, que también le dan calorcillo de mami.
EliminarPrrrrrrrrrrrrrr.
Jajajajaja... me parto!!! Menuda invasión que sufre Álter... y me quejo yo de la peque y sus muñecos, pero veo que la pobre bruja tampoco tiene reposo tranquilo!! Como sois!!!
Eliminar^^
Que se chinche. De todas formas, con lo friolera que es, bien sé yo que lo agradece.
EliminarPrrrrrrrrr.
Oye, que yo también miro mucho por la ventana. A ver si voy a ser medio minino o algo...
ResponderEliminarPrrrrrrr
Pues ya hemos coincidido en unas cuantas cosas, así que háztelo mirar, por si acaso...
EliminarPrrrrrrrrrrrrrr.
Hola. me encanta mirar por la ventana e imaginarme la vida de la gente que se ve diminuta en la calle aunque no creo que sea el casode tu gato. Seguro que le llama la atención la altura... no sé... pero dá gusto cuando se cuida tanto a las mascotas... seguimos en contacto
ResponderEliminarA nosotros los gatos nos gusta cotillear. Tenemos que enterarnos de todo.
EliminarPrrrrrrrrrrr.
Si es que aunque te hagas el chulito estás como loco con la bruja Forlán! me dan mucha pena los gatetes que viven en la calle asi que me alegro que Munchkin y tu tengáis una casa para estar calentitos, aunque el nuevo te quite el sitio en la cama! XD
ResponderEliminarPor eso hay que adoptar felinos, que hay muchos pasando necesidad y no lo merecemos.
EliminarPrrrrrrrrrr.
Me encanta lo del gato del visillo. Bien podías ponerlo a que hiciera retransmisiones para los que como yo vivimos en calles donde apenas hay movimiento. O eso pienso yo que poco tiempo tengo para estar tras el visillo.
ResponderEliminarMuy guapo tu amigo gato.
Radio-gato. Es una idea. Lo tendremos en cuenta.
EliminarPrrrrrrrrrr.