Hace mucho tiempo, en una de las tantas oficinas por las que
nos hemos movido en la empresa donde trabajo que, como os he contado alguna
vez, son muy dados a la mudanza y al cambio de aires, mi compañera V. y una
servidora vivimos un caso de misterio al mejor estilo Agatha Christie.
Las únicas que quedábamos en nuestro pasillo en horario de
tarde éramos ella y yo (bueno, como
ahora), y justo detrás de mí había un perchero. De ese perchero colgaba una
rebeca verde. La rebeca siempre estaba ahí, lloviese o luciese el sol, fuese
lunes o viernes. Y, claro, nos sorprendía que nadie la recogiese ni la
reclamase nunca, por lo que empezamos a hacer cábalas sobre quién podía ser la
misteriosa dueña de la prenda de vestir.
Lo que más plausible nos parecía era que hubiese pertenecido
a alguien a quien hubiesen despedido o se hubiese ido por su propia voluntad en
un ataque de furia, dejando la rebeca abandonada a su suerte tras de sí y no
volviendo nunca a recogerla. Un tiempo más tarde, la señora de la limpieza (la
que teníamos antes, no la cansina que tenemos ahora, de la que yo os hablé), le
contó a V. que, la mesa donde ella se sentaba, otrora había sido ocupada por
una chica que, por desgracia, había fallecido. Imaginaos, entonces, por dónde empezaron
a ir nuestras teorías en cuanto a la procedencia de la rebeca. Incluso, un día
de mucho frío, hacíamos apuestas sobre si, en caso de hipotermia, cogeríamos la
prenda infernal o preferiríamos arrancar las cortinas. Se pasaba bastante frío
en aquella oficina, sobre todo por las tardes, ya que a partir de las siete u
ocho quitaban la calefacción y aguántate ahí hasta las once de la noche. Pero
creo que definitivamente nos hubiésemos decantado ambas por las cortinas, que
no estaban precisamente limpias pero tenían menos leyenda negra a sus espaldas.
Un día, V. me dijo “Álter, no te vas a creer qué vi ayer.
Bueno, qué vi y dónde lo vi”. Ante mi manifiesta curiosidad, me contó que, en
un momento dado, había mirado hacia la silla donde se sentaba R., un compañero
de la mañana que ocupaba la mesa de al lado de V., y había visto la rebeca ahí
colgada. Grima absoluta. Pelos como escarpias sólo de pensarlo.
Unos días más tarde, el misterio quedó resuelto. Le comenté
a L., la compañera que ocupaba mi mesa durante las mañanas, el tema del frío
que pasábamos a veces por la tarde y me dice: “Ay, pues si alguna tiene frío,
podéis coger la rebeca que tengo ahí”. Yo no sabía si reírme, si llorar por
haber sido tan tonta de no haber pensado en algo tan obvio o qué hacer. Opté
por no decirle nada de la trágica historia que habíamos inventado para su
rebeca y contárselo más tarde a V., no sin cierta pena al saber que nuestra
historia de fantasmas tenía una explicación tan banal.
Jajajja, pues te ha quedado un relato de lo más escalofriante, yo que ahora estoy leyendo una novela de vampiros ya me imaginaba algo más siniestro, pero al final, la realidad ha resultado más prosaica :)
ResponderEliminarBesos Alter!
Es que eso de que la realidad supera a la ficción no siempre se cumple. Jajaja. Besotes!!!
EliminarNoooo! porque le contaste la vdd a V? era la oportunidad perfecta para darle el susto de su vida, y luego traernoslo aqui como "una tarde de trabajo pesadillesco I"
ResponderEliminarBueno, para la proxima rebeca!
Besotes!!
Jajajaja. No soy tan cruel... pobre V... Besotes!!!
EliminarTíaaaaa!! tenías que haber omitido el final!! molaba mucho más la historia sin la parte realista, jolines!!
ResponderEliminarY que conste que tu compañera de la mañana ya podía de vez en cuando llevarse la rebeca y lavarla, digo yo. Un agüita aunque fuera. Y llevar otra. Que yo trabajé en una oficina donde hacía mucho frío y hacía lo mismo, pero cada semana la cambiaba... afición a la limpieza que se llama.
En fin, misterio resuelto. ahora falta por ver si algún día la lavará o si la chaqueta terminará caminado sola.
Un beso.
Jajajaja. La sigue usando, aunque la verdad es que no sé si alguna vez se la ha llevado. Imagino yo que sí porque la chica, sucia no es. Besotes!!!
EliminarEs que esa prenda da mal rollo por el nombre, es lo que tiene heredarlo de una peli de Hitchkok :)
ResponderEliminarPero no rompas la magia, estas cosas de lo paranormal siempre acaban teniendo una explicación, pero pierden toda la gracia.
La verdad es que sí. Se pierde el encanto pero, por desgracia, estas cosas suelen suceder. La realidad no nos deja pasar miedo tranquilos. Jajajaja. Besotes.
EliminarTienen mucha imaginación, igual me miedo a esta hora de la madrugada muajajaja. :/
ResponderEliminarSi eres capaz de convivir con tus vecinos, no creo que una inocente rebeca pueda darte miedo. Jajaja. Besotes!!!
Eliminarjajajjajaja.. me habéis recordado a mis chavales.. que de nada sacan una cacho película que se lo flipan que cualquiera les sigue!!!
ResponderEliminarvenga un gomet para tí por semejante alarde de iamginación.. jajjaja.. y reír siempre reír!!!!!!
un besico!!!
Bieeeen. No tengo minipunto pero tengo un gomet, a ver quién me dice algo ahora. Jajaja. Besotes!!!
EliminarJajajajajajaja! Es lo que tiene hacerse películas...pero...¿y lo bien que lo pasa una? :P
ResponderEliminarMuas!
Sí, por lo menos la tontería me dio para un post. Jajaja. Besotes!!!
EliminarMira que le dais vueltas a la cosa mas normal del mundo... yo tambien tengo una rebeca en el trabajo... de hecho cuando llego me quito el abrigo y me la pongo, porque siempre hace frío en mi oficina...
ResponderEliminarMira que no pensarlo!!! Besos
Pues la verdad es que ni se nos ocurrió. Como nunca se movía de ahí... Jajaja. Besotes!!!
Eliminarsi es que cuando nos da por imaginar cuánto más truculento y escabroso sea mejor, aunque luego la realidad nos ponga en nuestro sitio jejejee
ResponderEliminaryo tengo colgado un mantón de esos así gorditos tipo forro polar para los casos de frío extremo, que hemos tenido rachas sin calefacción y no veas lo mal que se pasa.
Besines
Ya, es que el frío en la oficina es de lo más canino... Besotes!!!
EliminarJoooo, prefería la historia de fantasmas. Biquiños!
ResponderEliminarY yo, Mandarica, y yo. Jajaja. Besotes!!!
EliminarMe has hecho acordarme de mi rebequita verde... donde estará? Igual está siendo causa de un montón de historias retorcidas, jejej.
ResponderEliminarMuaks
Jajajaja. ¿La tuya también era verde? Ni una oficina sin su rebeca verde!!! Jajaja. Besotes.
EliminarSimpatico post! me encantaron las historias que se imaginaron.. digno de peli de misterio!
ResponderEliminarEstamos un poco mal de lo nuestro. Jajaja. Besotes!!!
Eliminarjejejeje menuda imaginación! aunque las historietas de fantasmas siempre dan vidilla en horario laboral y si teneis fresco por las noches ya os la podeis poner tranquilamente ;)
ResponderEliminarBuen finde.
Un beso
Sí, de hecho desde entonces alguna vez sí que la hemos usado. Jajaja. Besotes!!!
EliminarNo, si la verdad es que lo decíamos un poco de coña... al principio. Luego ya nos lo habíamos empezado a creer. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarCon lo miedica que yo soy, seguro que me habría apuntado a la historia paranormal. Tengo una rebeca verde y no sé yo si me la volveré a poner después de esto....
ResponderEliminarUn besico.
Jajajaja. No, mujer, póntela que al final parece que las rebecas verdes son inofensivas... Besotes!!!
EliminarEso te pasa por tener esa imaginación desbordada y...bueno...no comentaré nada de en que empleáis tu compañera y tú el horario laboral...no diré nada, no...
ResponderEliminarBesitos, guapa
Jajajaja. Oye, que somos muy responsables pero ante tamaño misterio era imposible resistirse. Jajaja. Besotes!!!
Eliminarrebeca...me encanta esa palabra
ResponderEliminarA mí me parece raruna. Jajaja. Besotes!!!
EliminarMecachis y yo que estaba superenganchado , vamos eso no se hace ,tenias que haber dejado un suspenso y cada quien poda hacer conjeturas .Merlina con los pelos parados saludos terrorificos.
ResponderEliminarEso me habéis dicho unos cuantos pero si no hubiese perdido toda la gracia porque os dedicaríais a decir que estoy loca del todo. Jajaja. Besotes!!!
EliminarJajaja, acabo de aterrizar por aquí y veo que me quedo. Me ha encantado esta historia. Y como dice Inma, es que yo tengo un no se qué con la palabra rebeca, y siempre me hizo gracia. Y las chicas que se llaman Rebeca aún más. Jajajaja, me estoy riendo yo sola.
ResponderEliminarJajaja. A mí también me hace mucha gracia esa palabra... Ya mismo paso a conocerte. Un besote!!!
EliminarJajaja qué risa tía Felisa!!!
ResponderEliminarEs como cuando los niños llevan al cole otra muda por si se mean!
Pues más o menos andamos así nosotros, aunque el control de esfínteres ya lo llevamos dominado. Jajaja. Besotes!!!
EliminarA un paso de haber llamado a Iker Jiménez habéis estado :P
ResponderEliminarSi es que al final lo de la Navaja de Occam se cumple siempre!
Besines! ;)
Me hacéis tirar de Wikipedia cosa mala, ¿eh? Me encanta. Jajaja. Besotes!!!
EliminarYo le hubiera preguntado si no le daba vergüenza apoderarse de los objetos personales de los difuntos, porque la rebeca era de la difunta. Ni se te ocurra desmontarme la historia.
ResponderEliminarPor cierto que la palabra "rebeca" viene de la prenda que Joan Fontaine lleva en la película de Alfred H. con ese nombre.
Besos.
¿Sí? Sois un pozo de sabiduría. Lo que aprendo con vosotros, madre mía...
EliminarY sí, tendría que haberle dicho algo como "¿Te has adueñado de la rebeca de la muerta? Una terrible maldición caerá sobre ti...". Jajaja. Besotes!!
Jaja... yo tengo un echarpe beige para cuando se pasan con el aire... igual los del turno de tarde están paranoicos montándose películas sobre su procedencia!!! Jajaja...
ResponderEliminarJajajaja. Prueba a moverlo un día a un sitio insospechado, a ver qué pasa. Besotes!!!
EliminarLas cosas mas normales del mundo, pueden volverse historias de todo tipo, me gusto mucho, sigo pasando.
ResponderEliminarBesos!
Me alegro de que te haya gustado!!! Ya me paso a conocerte. Un besote!!!
EliminarLa imaginaciòn nos hace ver lo que no hay....una bonita y extraña historia.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Sobre todo, extraña... pero así somos. Jajaja. Besotes!!!
EliminarJuraría haber comentado que esto es como cuando en el cole llevabas una muda por si te meabas :P
ResponderEliminarLo comentaste, Eva, lo comentaste. Ayyy, esa demencia. Jajaja. Besotes!!!
EliminarSi es que os montáis unas pelis de miedo con cualquier tontería.... ya os enteraréis de verdad cuando se os presente un alma atormentada "muerta" de frío pidiendo la rebeca para abrigarse, jajaja.
ResponderEliminarPor cierto, por aquí abajo, también se le ha llamado siempre rebeca al jersey abierto con botones, algún día, me encantaría saber qué fue lo que originó el nombre.....¿no te has dado por aludida?....porfiiiii.......
Besos apretaos
Jajajaja. ¿Te imaginas al fantasma apareciendo furioso clamando por su rebeca? Sería un puntazo.
EliminarNo es por declinar responsabilidades, pero ya nos ha sacado Macondo de dudas un poquito más arriba. Un besote!!!
Jajajaja. Ah, pero es que si no le buscas rollito sobrenatural no mola. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarMucho mejor la historia de la rebeca de ultratumba, 'nde-vas-a-parar, mucho más entretenida y morbosa que la chaqueta de la compañera de al lado, como cuando comes guindillas que no hay quien las trague pero están ricas de narices . Yo también arrancaba las cortinas antes de tocar la rebeca y eso que no soy supersticiosa (ejeeeem) .
ResponderEliminarPues sí. Si desde un principio hubiésemos sabido que la rebeca era suya, ni hubiese escrito este post ni nada. Una sosez. Jajaja. Besotes!!!
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