A raíz de un comentario que me dejó Laura en el post del jueves pasado, me dio por
recordar la situación de mi vida en la que más he sentido estar atrapada en una
película de Almodóvar. Como la historia, pese a haber sucedido en un lapso de
unas tres horas, es más larga que un día sin pan y no quiero cerrar la semana
aburriéndoos porque luego seguro que me lo echáis en cara, vamos a dividirla en
dos posts. Tiene ventajas para vosotros porque se os hace más amena la lectura
y para mí porque me saco dos entradas de la misma tontería y parece que mi vida
es más intensa de lo que en realidad es.
La historia que nos ocupa sucedió en Santiago de Chile, allá
por el año 2006 (sí, ya estoy con mis batallitas de abuela cebolleta pero es lo
que hay). Para los que no lo sepáis, me tocó ir a Santiago durante tres meses
por temas de trabajo. Fue una gran experiencia pese a las palizas de quince
horas diarias de trabajo que me metía. Como trabajábamos mucho, los fines de
semana intentábamos desconectar un poco, saliendo por ahí a turistear lo poco
que podíamos.
El caso es que un fin de semana largo que tuvimos (el único
en tres meses, así que había que explotarlo al máximo), nos invitaron a mi
jefa, a un compañero y a mí a ir a una casita que tenía en Valparaíso un chico
chileno que trabajaba con nosotros. Para poder movernos con más comodidad y no
andar pendientes de autobuses y demás, decidimos alquilar un coche. Pues bien,
el día que íbamos a alquilar el coche, decidimos que era una estupenda idea ir
primero a lavar la ropa. Como teníamos poco tiempo libre y había que optimizar,
chantajeamos emocionalmente a la chica de la lavandería pidiéndole que, cuando
terminase la lavadora, nos metiese la ropa en la secadora mientras nosotros
íbamos a comer. Porque se suponía que teníamos que esperar a que terminase la
lavadora para meterla nosotros en la secadora pero le dijimos que nos hiciese
el favor, que acabábamos de llegar de Madrid. La chica accedió pero comenté
mientras comíamos que ya se nos podía haber ocurrido otra excusa porque la
chica iba a comentar entre sus conocidos que los españoles éramos unos guarros
que hacíamos viajes transatlánticos con la ropa sucia. Ahí, dando buena imagen
de España.
Recogimos la ropa y un cuarto compañero, que no iba a ir a
Valparaíso pero había venido a la lavandería
y a comer con nosotros y a quien llamaremos J., dijo que se volvía para
el hotel.
Y de cómo continúa la historia os hablaré el jueves que
viene. Pues sí, os dejo con la intriga pero tened en cuenta que si hubiese
escrito un post eterno, a estas alturas hubieseis perdido el interés. Si lo
único que hago es pensar en vosotros. Soy un espíritu generoso y altruista de
los que ya no quedan.
Pero bueno...una semana esperando, eso no se hace.
ResponderEliminarBesos y feliz finde.
Ya, me estoy acostumbrando a esto... Jajajaja. Besotes!!!
Eliminarhabía leído "chantajeamos emocionalmente a la lavadora". ya me parecía raro, puede que en el futuro las máquinas piensen y sientan, pero ese día creo que aún no ha llegado. :O ya nos seguirás contando tu aventura chilena! ;)
ResponderEliminarbesos!!
Pues si eso se pudiera hacer, chantajearía a la mía para que ya me sacase la ropa seca y planchada. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarLa verdad es que sí. Eres como una madre para nosotros. Somos como tus gatos virtuales.
ResponderEliminarBesos.
Uy no, si fueseis como mis gatos me torearíais más.
EliminarBesotes!!!
Pues te lo agradezco, más que nada porque ando algo espeso y a estas alturas ya no sé si os fuisteis al hotel a por detergente, o si os echó de allí la mujer de Don Limpio... por guarros. Dios qué intriga...
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja. Pues hubiese sido lo que nos faltaba ese día... Besotes!!!
EliminarHija que nos has dejado ahí que no sé ni qué decir... me imagino a la de la lavandería haciendo una pitada y mezclando la ropa por colores para que toda os saliera Rosa. Jajaja
ResponderEliminarJajajaja. No, la de la lavandería fue buena gente. Ya te enterarás. Besotes!!!
EliminarJajajajajajaja! Esto es un cliffhanger en toda regla bribonaaaa!
ResponderEliminarMuas!
¿Has visto? Voy aprendiendo. Jajaja. Besotes!!!
EliminarNo puedes hacernos esto!!!! No, no!!! quiero saber como sigue!!!!
ResponderEliminarEs que no la puso en la secadora y tuviste que ir con todo mojado?
O la puso y se encogio? Te ha perdido las prendas y no tenias que ponerte?
Demasiada intriga para el fin de semana. Que sepas que si no puedo dormir estos días es por tu culpa! Jajaa
Besos!
Jajajaja. Ya te enterarás. No seas ansiosa. Besotes!!!
EliminarDa curiosidad como sigue.
ResponderEliminarBesos.
Pues ya lo sabrás... Besotes!!!
EliminarMuy buenas, nos conocimos en el blog de Mini Fu y ya era hora de pasarme y comentar. veo que tienes un blog muy apañado, así que iré leyéndote con gusto. Sobre esta curiosa historia pues hay que decir que ya estás tardando en subir la continuación, no? jaja. Un saludo desde La Roca más Diamante del mundo
ResponderEliminarHola, Sara!! Muchas gracias por tu visita. Ya mismo me doy una vueltecilla por tu blog.
EliminarLa semana que viene sabréis el desenlace. Muahahahaha.
Besotes!!!
Hola! Como siempre nos dejas con la miel en los labios, como te gusta, jajaja. Aquí estaré el jueves para saber como termina todo, jejeje.
ResponderEliminarBesos!
Si te pasas antes tampoco me ofendo. Jajaja. Besotes!!!
EliminarJoer, nos dejas con la miel en la boca...
ResponderEliminarVoy atrasadísima. Sigo con el post anterior.
Besotes y feliz finde.
Sí, soy un ser muy cruel. Jajajaja.
EliminarBesotes y feliz finde para ti también.
Toda la intriga en el cuerpo una semana!!! Eso es muy Forlán...jajaja!
ResponderEliminar;)
Es que al final creo que soy yo la que está aprendiendo de él. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarPero bueno. Si lo has dejado nada mas empezar 😂😂😂
ResponderEliminarYo me esperaba algo larguisimo y de repente... Hala hasta el proximo post jajaja
Pues me dejas con la intriga
Pues tiene la misma extensión que cualquier post mío de toda la vida. Si lo escribía todo junto iba a ser el doble de largo y, por ende, un aburrimiento.
EliminarBesotes!!
Jajaja. Yo guardo un recuerdo precioso de Santiago, pese a todo. Aunque tal vez sea porque viví muchos años en Montevideo y ya estoy acostumbrada. Jajajaja. Besotes!!
ResponderEliminarjajajjajaajjajajajajajajaajajjaajjajajaja
ResponderEliminarME ENCANTAS....
MUCHO!!!!
Y PUNTO PELOTA!
Ohhhhh. Cuánto dices con tan poco... Jajajaja.
EliminarBesotes!!!
Mish!!! Usted en Santiago de Chile y bajo al puerto, se comió su buena chorrillana???, o la empanada chilena un domingo temprano???, tomo vino tinto en caja???
ResponderEliminarA la espera de la segunda parte...
Sí comí chorrillana y también comí empanada (aunque no sé si en domingo o no). Lo del vino tinto en caja lo dejo para otra vez. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarMe voy directa para el otro post. A curiosear.
ResponderEliminarSuerte que te leo y ya esta el otro publicado.
pd. lo de batallitas de abuela cebolleta me ha descojonado...jajaja
Es que creo que me hago mayor. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarMuy buena la historia cebolleta... Juego con ventaja, y me leo ya la segunda parte.
ResponderEliminarUn besazo
Es que a veces se cumple eso de que los últimos serán los primeros. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarEn Chile fue que te encontraste al limpiaventanas, no? jajaja xD voy a esperarme #sinspoilers ><
ResponderEliminarJajajaja. Sí, fue ahí. Pero no me acordaba de haberte contado eso... Jajajaja. Esa anécdota es muy corta para contarla en un post. Es mi mejor baza en las desvirtualizaciones XD.
ResponderEliminarBesotes!!!
Mmmmm interesante, cuente cuente
EliminarJejeje
Jajajaja. Es muy corto pero básicamente es que salía yo de la ducha y me encontré de frente con un chico limpiando la ventana. Menos mal que iba envuelta en la toalla. Jajajajaja. Besotes!!
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