El día 19 de diciembre por la mañana estuvimos desayunando
con mi amigo V. (el de la radio pirata). Parecía que estábamos todos enfadados
porque no hacíamos más que pegarnos tortas ¿Por qué? Pues porque desde la noche
anterior nos estaban comiendo los mosquitos. Hubo una invasión de unos
mosquitos diminutos, de dimensiones cuasi microscópicas pero que todo lo que
tenían de pequeños lo tenían de cabrones. No he tenido más ronchas en mi vida. Así
que, por solidaridad, en cuanto veías un chupa sangre de esos posado sobre un
ser querido le zampabas una colleja sin piedad.
Luego visitamos el Museo Torres García, del que no tengo
fotos porque no nos dejaban sacarlas. A modo informativo, aclaro que Joaquín
Torres García, quien vivió muchos años en Barcelona, fue el precursor del
Universalismo Constructivo. No sé explicar muy bien estas cosas porque no soy
experta en arte pero sería algo así como representar varios dibujos pequeños en
un mismo plano, respetando la proporción áurea para que el conjunto se vea como
un todo. No sé si he enredado o desenredado así que mejor podéis acceder a la
página oficial del museo aquí.
Por la tarde, fuimos a la fiesta de fin de año del trabajo
de mi mami, donde comimos, bailamos y cantamos. En el trabajo de mi madre se lo
pasan pipa.
El día 20 teníamos pensado ir al barrio del Prado, para
visitar el rosedal, el jardín botánico y el Museo Blanes. Decían que habían
fumigado por los mosquitos (ya que nuestro principal miedo era morir devorados
en el jardín botánico por esos vampiros diminutos) pero el caso es que ni rosedal
ni jardín botánico porque había llovido mucho y el tiempo estaba muy feo (se
notaba que iba a volver a llover) así que optamos por ir solamente al Museo
Blanes.
Hoy por hoy, el barrio de El Prado está dentro del mismo
Montevideo pero antiguamente, cuando la ciudad se circunscribía únicamente a la
parte que hoy se conoce como Ciudad Vieja, el Prado era donde los ricachones
tenían sus casas de veraneo, por lo que hoy por hoy es un barrio precioso,
lleno de quintas maravillosas con un aire muy europeo. El Museo Blanes, en concreto,
está ubicado en la llamada Quinta de Raffo y, aunque uno no sea aficionado al
arte pictórico, vale la pena visitarlo aunque sólo sea por conocer la quinta.
Como llegamos antes de que abrieran, aprovechamos para
recorrer primero los jardines del museo y el jardín japonés que está en la
parte trasera. A pesar de que habían fumigado, los mosquitos continuaron
cebándose con nosotros.
He aquí fotitos:
La entrada. |
Con la quinta a mis espaldas. |
La “parcelita”. |
En la entrada del jardín japonés. No preguntéis a qué viene la cara de asco… |
Fotos del jardín japonés:
El salón de té. |
Haciendo el ridículo. Me daba pavor caerme al agua. |
Por aquí molaba más cruzar. |
Y ahora ya nos adentramos en el museo:
La puerta. |
En el museo hay exposición permanente de obras de Pedro
Figari y Juan Manuel Blanes (quien le da su nombre al museo). No voy a dar
cháchara sobre este tema porque soy muy negada para dar clases de arte pero
sólo diré que Blanes fue reconocido por sus obras acerca de acontecimientos
históricos importantes aunque, curiosamente, ha sido siempre más admirado por
artistas extranjeros que por los propios artistas uruguayos.
Obras de Figari |
El Desembarco de los Treinta y Tres Orientales. Una de las obras más famosas de Blanes. |
Prestad atención al piano, que después os cuento cositas. |
También había una exposición temporal sobre el Club de
Grabado de Montevideo, que me encantó ver porque estoy muy ligada a él por
temas familiares, así que conocía a varios de los artistas cuyas obras estaban
expuestas en la exposición. Como alguna de éstas:
No. No es un grabado pero tenía que mostraros este invernadero. |
Vale, ahora un poco de historias de fantasmas, que sé que estas
cosas os molan… ¿Veis la foto de más arriba donde hago hincapié en el piano?
Pues bien. Se dice, se cuenta, se rumorea, que ese piano suena solo y que a
veces los cuadros se caen de las paredes sin motivo aparente. La culpable,
dicen que esta señorita:
Así lucía Clara García de Zúñiga cuando era pequeña. Iba a
contar la historia pero la he encontrado tan bien contada aquí que ahí os lo dejo para vuestro disfrute al mejor estilo Cuarto Milenio.
P.S.2: Para los que teníais la intriga de qué narices era el premio de mi sorteo, nuestra flamante ganadora nos lo desvela aquí
Wow...me ha encantado, con lo cagá que soy me he vuelto varias veces...qué historia la de Clarita, o qué leyenda...
ResponderEliminarYa ves tú... Hasta fantasmas tenemos por aquellos lares. Jajaja. Besotes!!!
EliminarQué sitios tan chulos!! Me han encantado los jardines, aunque vaya faena los mosquitos.
ResponderEliminarLo del piano me da mak rollito, asi que esperaré a que se haga de día para leer la historia de la niña esa!
Y por cierto, no puedo evitarlo... a qué venía esa cara de asco?? Jeje
Muaks
Jajaja. Pues ni idea. Seguramente había un mosquito intentando cebarse conmigo... Jajaja.
EliminarLéete la historia cuando puedas. Es muy interesante. Un besote!!!
Pues que bien que llegaras pronto porque menudos jardines. Qué preciosidad, qué verdor y qué bien cuidados. Y luego, de postre, el museo. Me encanta! ;)
ResponderEliminarSí, la verdad que el jardín japonés está precioso. Nos quedamos con ganas del Botánico y el Rosedal pero el tiempo estaba fatal. Un besote!!!
EliminarMadre de Dior para lo que dio ese viaje :)
ResponderEliminar¡Me encantan los jardines!
La verdad es que lo aprovechamos a tope, sí. Jajaja. Besotes!!!
EliminarPero haber, que no me entero. Tu vives en Uruguay o estas de vacaciones allí. Es que yo no me empano.
ResponderEliminarBesos:)
Jajaja. A ver. Soy española y vivo en España pero viví diez años en Uruguay (que para mí es mi tierra adoptiva y la adoro...) y en diciembre pasado estuve de vacaciones allí con el churri, después de once años de ausencia. Un besote!!!
Eliminar¡Jo! Con Clarita. ¡Vaya final trágico que tuvo la pobre! Me encantó el Museo. La Finca es increíble.
ResponderEliminarLa verdad es que es una pasada y si a eso le sumas las historias de fantasmas, la visita es obligada. Jajaja. Besotes!!!
EliminarQue lindo que hayas publicado fotos del Jardín Japonés de Montevideo. Yo estuve hace unos dias en el de Buenos Aires (que tiene un estilo muy similar). Ya vas a poder comparar las fotos porque estoy queriendo hacer un post al respecto pronto..
ResponderEliminarQue terrible lo de los mosquitos!! esos diminutos insectos si que saben ser bien molestos cuando quieren!!!
beso grande, buen fin de semana!!!
Ah, pues que bien. Ya las veré...
EliminarLos mosquitos, un horror, pero no todo iba a ser tan idílico. Jajaja. Besotes!!!
Jajaja. Eres la segunda persona que decide leerlo durante el día... Besotes!!!
ResponderEliminarvaya viajazo!! no os ha faltado de ná!!
ResponderEliminarme encanta el jardín japonés.
Besos!!
La verdad es que creo que fueron las tres semanas mejor aprovechadas de mi vida. Jajaja. Besotes!!!
EliminarEl museo desde sus columnas se presenta interesante, pero los jardines una real y extraordinaria belleza :), si que son más que impresionantes, un fuerte abrazo con todo cariño
ResponderEliminarGracias, María. Otro abrazo para ti.
EliminarLos pelos como escarpias se me han puesto con la historia de Clarita, jolin que yuyu...aunque más yuyu me da que la tuvieran encerrada en el altillo (que fuerrrrte!!) si la hubieran dejado seguir zorreando a sus anchas ahora no tendrían que preocuparse por un fantasma enajenado que ronda el museo... en fin.
ResponderEliminarPor cierto lo de los mosquitos mola si tienes a alguien que te cae mal cerca, con la excusa puedes darle la del pulpo! jajaja
Besos
Jajaja. Sí, te pones hasta arriba de repelente y le dices "Vamos a dar un paseíto". Jajaja. Besotes!!!
EliminarUf que no llego a todas tus entradas, con lo que me gustan :)
ResponderEliminarTodo muy chulo pero me ha impresionada lo de que te da miedo el agua ¿de verdad? pensaba que era la única cagada con estas cosas!!!
Viva viva!!!
Ya se sabe que lo compartido....es menos malo jajajaj
Moaagssf
El agua en sí no me gusta. Eso para empezar, pero es que encima siempre tengo pavor a caerme, aunque sea en terreno seco, así que ahí se mezclaban las dos cosas. Jajaja. Besotes!!!
Eliminar"Cariño, voy a dar una vueltita por el jardín... cógere el caballo y tardaré unas tres horas" XDDD
ResponderEliminarPD: estoy eligiendo el anuncio, te mando mi voto en breve.
PD2: me encanta el cuaderno :-D
Ya quisiera yo dar vueltitas de esas... Y más a caballo. Ayyyy.
EliminarEspero ansiosa ese voto.
¿El cuaderno? Pensé que te iban a gustar más los post-it... Jajaja. Besotes!!!
Qué serenidad desprenden los jardines japoneses, me perdiría en uno de ellos si no fuera porque me has avisado que está plagado de mosquitos....odio a esos pequeños chupadores de sangre!!, comprendo tu cara de resignación en la foto...jejej.
ResponderEliminarLo del piano, vaya historia tétrica...!! que susto da la niña del cuadro, tiene cara de mala leche...
Como para no tenerla si la tenían encerrada en un altillo. Jajaja. Lo de los mosquitos es según la época del año. A veces no hay tantos. Besotes!!!
Eliminaraca tienen un programa sobre eso http://www.youtube.com/watch?v=z_mqgSn0XFU
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el aporte!!! En cuanto tenga un ratito lo veo. Besos y gracias por tu visita.
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