Vamos a hablar hoy de un anuncio que no sé si tildar de
“pesadillesco” o más bien de “hacedor de pesadillas”, sobre todo en los más
tiernos infantes. Es muy corto y no tiene demasiados cambios de escenario, lo
que me dificulta alcanzar mi extensión habitual de quinientas palabras pero no
podía dejarlo de lado por su metraje, ya que merece tener su rinconcito en esta
sección.
Por tanto, intentaré explicar el anuncio y, al mismo tiempo,
rellenar espacio con palabras innecesarias (como el párrafo anterior o este mismo),
salpicadas con alguna anécdota infantil y seguro que no os dais ni cuenta. Os
manipulo de un modo maquiavélico. Soy absolutamente genial.
Y llevamos ya 111.
El producto a publicitar es un champú especialmente diseñado
para niños, que se supone que evita los enredos para que el momento de peinar
no se convierta en una tortura. Yo hubiese tirado por los derroteros de una
escena cotidiana como los escándalos que montaba yo de pequeña, profiriendo
alaridos y llorando con hipidos y mi madre terminaba al borde del colapso con
un tic en el ojo y unas cuantas canas más. Pues eso, algo así. Una experiencia
que hayamos vivido todos ya sea en el papel de hijos o en el de padres.
Pero no, había que ser originales, así que han optado por
representar los enredos como unos monstruitos de plastilina con la ropa llena
de manchas. Algunos son monstruitos peludos de colores que caen al agua de la
bañera con un sonoro “plop” cuando la madre utiliza el champú en la cabellera
de sus vástagos. Y, cuando hacen “plop”,
hay stop para ellos porque se terminan yendo por el desagüe dando vueltas y más
vueltas. Son feítos y un poco desagradables pero oye, supongo que también
tienen derecho a vivir. No es cuestión de andar llenando el alcantarillado
público de extraños seres porque J.K. Rowling se quedaría sin ideas para un
próximo libro. Hay que pensar en el trabajo de los demás también.
Pues los bichos estos pululan por las cabezas de los niños y
ellos los miran con cierta cara de curiosidad pero sin asco. Es más, cantan y bailan
felices una alegre y pegadiza tonadilla, como si tener bichos en su cabeza
fuese algo de lo más habitual y no provocase aprensión alguna. Confieso que la
primera vez que vi el anuncio no estaba prestando mucha atención y pensé que
era un champú para los piojos. Me pareció asqueroso representar a los piojos
como bichos peludos morados del tamaño de un puño que dan saltitos y chapotean
en el agua y más extraño me parecía aún que los niños no pusieran cara de náusea; así que
la segunda vez presté más atención y me percaté de que no eran piojos sino
enredos. Los bicharracos siguen dando mal rollito pero por lo menos no resulta
tan desagradable como si se tratase de parásitos capilares.
Y, con la tontería, en el próximo párrafo alcanzaremos las
quinientas palabras.
Os cuelo cualquier cosa.
Estoy en Shock, ya no saben lo que van a inventar.
ResponderEliminarY yo era de las de montar el pollo pero cuando me peinaba mi abuela que era la más buena y cariñosa del mundo pero un poco maniática de la limpieza y pulcritud y se excedía peinando.
Besos y casi pongo yo las 500 palabras para no decir nada, jejeje.
Si es que uno se embala y al final las palabras salen solas. Jajajaja. Besotes!!!
Eliminarpero si los enredos no son nada, son simplemente el pelo que se ha liado él solo, como el cable de los auriculares.
ResponderEliminares un anuncio realmente 'lousy', y nunca mejor dicho. :P
besos!! ;)
Sí son. Peinarse con enredos es el mal. Besotes!!!
EliminarJuas! Lo miré de reojo y también pensé que sería de piojos así que cerré la neurona... jajaja! Es que con la vuelta al cole es lo que se supone que toca, pero lo miraré con media neurona en modo On la próxima vez.
ResponderEliminar^^
Es que a mí me pasó igual pero luego me di cuenta de que no. Besotes!!!
EliminarHola! Si no llegas a decir nada, a mi me engañas seguro, jajaja.
ResponderEliminarNo me suena de nada este anuncio y doy gracias porque sean enredos o piojos da bastante asquillo que los representen así, sea niña o ya adulta a mi me daria algo, jajaja.
Besos!
Es que imagínate ver eso paseándote por la cabeza. Jajajaja. Besotes!!
EliminarPues a mí la canción se me mete en la la cabeza cada vez que veo en la anuncio. Vamos que me hace gracia y todo
ResponderEliminarConfieso que yo tuve el soniquete todo el día cuando escribí la entrada. Jajajaja. Besotes!!!
Eliminar500 palabras justas. ¡Qué tía!.
ResponderEliminarBesos.
Creo que eres el único valiente que las ha contado. Jajajaja. Besotes!!!
EliminarYo no recuerdo montar escenitas en el momento de desenredarme el pelo, pero habría que preguntarle a mi madre.
ResponderEliminarY si no me lo cuentas, yo también pensaba que era de piojos!
Muaks
Es que hay que mirarlo con atención para darse cuenta de que no es de piojos. Jajajaja. Besotes!!
EliminarPero si son tan simpáticos y además entretienen a los pequeños, no dan ganas de usarlos.
ResponderEliminarEn su búsqueda de originalidad, algunos hacen desatinos. Así que es mejor que hagan publicidad y no algo vital, importante.
¿Le estás haciendo competencia a tu gato Forlan en lo maquiavelico?
Jajajaja. Visto así, sí que es mejor que se dediquen a eso, que al menos es más inofensivo.
EliminarNo es que le haga competencia, es que al final a mí también me enseña cosas. Jajajaja. Besotes!!!
Pero qué organizada eres, Álter, con las palabras justas y contadas.
ResponderEliminarYo recuerdo con horror el momento del peinado, llevaba el pelo largo y protestaba y gritaba tanto que mi madre le daba la vuelta al cepillo y me atizaba en la cabeza. Ahora hubiera sido acusada de malos tratos.
Viva ese champú o lo que sea!
Ostras... A mí no me han llegado a dar con el cepillo pero montaba unas de órdago.
EliminarBesotes!!!
Uffff. Eso es muy valiente!! ¿Qué ha opinado la gente?
ResponderEliminarBesos!!!