Marrameowww!!!
Desde la llegada de Munchkin a nuestras vidas he tenido que
cambiar considerablemente mi rutina alimentaria.
Tanto en vida de Luhay como en la época en que fui gato
único, la comida se dejaba en el platito y uno iba comiendo a demanda hasta que
se acababa el platito y la bruja o el consorte lo rellenaban para recomenzar el
proceso.
Hasta ahora, a Munchkin y a mí nos estaban poniendo la
comida repartida en tres veces, dejándonos separados en diferentes habitaciones
hasta que cada uno había dado debida cuenta de su alimento. Al principio
achacaba esto a que el infante aún vivía a base de comida de cachorro y no es
recomendable ni que él zampe comida de adulto ni que yo ataque su comida de
bebés (aunque está muy rica y en cuanto podía, pillaba un grano). Por tanto,
pensé que la situación se normalizaría ahora que Munchkin ha pasado por el duro
trance de decir adiós a sus atributos masculinos y volveríamos a la política
del platito único y el buffet libre.
Pero me equivocaba, queridos lectores. Y mirad que me
fastidia reconocer que me equivoco. A pesar de que ya estamos comiendo los dos
el mismo pienso, continuamos con las tres comidas diarias pesadas hasta el
último gramo. El motivo, como seguramente adivinaréis, es que Munchkin es un
zampabollos y come todo lo que le pongan por delante. Es más, él mete la cabeza
en el cuenco y no para hasta que lame fondo. Y claro, no es plan porque, de
compartir el mismo plato, yo iba a terminar como el espíritu de la golosina
mientras él se pone cada vez más rechoncho; y de verdad que digo esto último
con absoluta imparcialidad y basándome en las más estricta observación
científica. No hay más que ver las chichas colgantes que se menean con ritmillo
cadencioso al ritmo de sus andares.
Y tengo que decir que no estoy muy contento con este nuevo
sistema. Antes iba comiendo de a poquito, lo que provocaba que tuviera siempre
la tripita satisfecha. Esto de comer cada ocho horas es una especie de tortura
medieval porque ahora me ponen el plato y, por supuesto, tengo hambre. Esto hace
que degluta su contenido de una sentada, sin apenas respirar. Y como me lo
trago todo de golpe, me quedo lleno. Y no mola porque después se me pasa y el
hambre va aumentando, va aumentando y cuando ya llevo seis horas sin comer
siento que desfallezco de inanición y miro con ojitos desesperados al humano
que tenga más cerca pero están en un plan muy intransigente últimamente y no dan
su brazo a torcer, los muy asquerosos.
En definitiva, que casi prefiero que me habiliten para mí
solo una habitación de la casa, donde poder tener la comida a mi disposición
todo el día, qué queréis que os diga. Será una vida más solitaria pero menos privativa.
No sabía que éste era el precio a pagar por la compañía. Me
engañaron vilmente.
Prrrrrr.
Anda mira! Yo llevo comiendo así toda mi vida. Seré también una zampabollos? No lo había pensado. Pero no me pesan la comida, sino que tienen un dosificador con el que medir la ración. Dicen que también es para nosequé de la digestión. Yo, desde que tengo compañía me estoy haciendo menos exquisita. Antes, si se me ensuciaba un poco el agua ya no bebía. Ahora me da igual, porque comparto bote con Noa, alias el terror de las babas, y preferí obviar la higiene para vivir.
ResponderEliminarPero poco a poco me voy dando cuenta de las ventajas de compartir piso con una perruna. La estoy acostumbrando a acicalarse por las mañanas. Tomamos el sol juntas y nos damos besitos, cosa que a estos humanos no les gusta. Desde que me babea Noa, me noto el pelo más hidratado. Y eso está muy bien, porque así me acarician más (cuando me seco, claro).
Gruñiditos de Lluna!
No, si no digo yo que no tenga sus ventajas pero el caso que paso hambre, leñe.
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Animalito. Eso es maltrato animal. :) Un beso.
ResponderEliminarVoy a quejarme a quien corresponda.
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A mi también me miden la comida, desde que el veterinario les dijo que me sobraba algún kilito, va! si yo estoy genial como estoy. Ahora paso más hambre que un maestro de escuela, con la comida racionada,y claro, luego se quejan de que no les dejo comer tranquilos cuándo ellos comen, porque no paro de pedir comida.
ResponderEliminarEn fin... el día que coja el saco de pienso por mi cuenta se van a enterar.
Lametones!
Es que encima ellos nos echan del salón cuando están comiendo. Es una injusticia!!! Aunque al final siempre nos cae algo, hay que reconocerlo.
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Si es que te quejas por todo.... ya sabes el dicho "más vale sólo que mal acompañado" jajajajajaa
ResponderEliminarSolo tampoco, que es un aburrimiento. Pero podría estar también bien alimentado, digo yo.
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Mira gato, yo acostumbraba rellenar el plato de mi Calixto cada que me veía -cosa frecuente hay que decirlo- porque me maullaba y paraba la cola y todo eso que hacen los gatos cuando ven a su humano favorito, y él al ver comida olvidaba que estaba pidiendo cariño y se zampaba todo lo servido hasta que un día de tanto comer se enfermó. Para avisarme que ya no continuara con eso de rellenar el plato, vomitó por todos lados, ay de mi.
ResponderEliminarYa lo entendí. Raciono su comida, lo acaricio cuando me maúlla y asunto arreglado.
Se me ha ocurrido, ¿por qué no le dices a tu humano favorito tus inquietudes?
Ah ya recordé, no hablas. Ni modo qué se le va a hacer.
Suerte gato, saludos al bicho.
Pero es que yo sabía ir comiendo de a poquito pero éste no sabe y ahora, por su culpa, tengo que estar esperando turno para comer.
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Oye, pues a mí eso de las ocho horas me parece muy bien, que lo de picar entre horas engorda, te lo digo yo :P
ResponderEliminarYa sabes lo que toca, aumento de racionamiento, aumento de putadillas a los humanos!
Yo no estoy gordo. Estoy estupendo!!!
EliminarTengo que planear mi venganza. ¿Sugerencias?
Prrrrrrrrrrrr.
uh.. pobrecito... mira que has salido perdiendo con la compañia... y bueno, sirve para hacer dieta y mantener la figura felina..
ResponderEliminarPero yo ya tenía bien la figura. Ahora lo único que hago es esperar el racho, como los presos.
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A falta de dedo pulgar para escribir una lista de demandas y recomendaciones, puedo aconsejarte el ignorar por un tiempo la caja de arena y lanzarte a explorar otras areas de la casa para evacuar libremente, verás que así llamarás la atención de los incautos humanos.
ResponderEliminarPero es que eso va contra mi naturaleza. Yo soy muy limpito. No sé si lo conseguiré.
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Fatal y feo... es un castigo injusto. Nada, quéjate a rabiar cuando ellos estén cenando... jis!
ResponderEliminarRascaditas!
Ya lo hago. Y molesto todo lo que puedo.
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Dale un escarmiento y comerás tranquilo jajaja Un beso!
ResponderEliminarEstoy planeando mi venganza.
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La boticaria ha dicho que hay que hacer cinco comidas y la bruja considera su opinión, así que no pierdas la esperanza de que te pongan pienso dos veces más al día. No estaría mal.
ResponderEliminarPues no seria mala idea. A ver si la convences.
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Vamos, que tú te mereces el ala oeste de la casa. Lo que te ibas a quejar si te lo dieran... ponte en lo peor: los echarías en falta
ResponderEliminarBesos
Si no me dejan comida, claro que los echaría en falta.
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Hola. Entiendo perfectamente el estado de la cuestión y voto por el plato de comida todo el día... lo de comer cada 8 horas es una tortura.... al final con tanta hambre que se junta se devora la comida sin disfrutarla. Seguimos en contacto
ResponderEliminarClaro que por otra parte hay que reconocer que, si me dejaran el plato ahí, al final no comería nada porque Munchkin me lo robaría todo.
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Si, la competencia es dura y esto es la ley del mas fuerte... o le llenas de zarpazos o admites que "el" es mejor que tu... Caricias tras las orejas!
ResponderEliminarNo es mejor, sólo más bruto. Yo soy refinado y hasta sé escribir.
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Vaya, esa bruja si que realza su nombre (bruja) con cada decisión que toma refrente a ti, eh? vaya penurias te hace pasar. No estaría mal que formaras un sindicato de gatos, así alguien controlaría un poco a esa mujer.
ResponderEliminarÁnimo, Forlán.
No te creas que no lo he pensado. Es mala, muy mala.
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Lo que me he reido!!! Ya has intentado explicarle al enano las ventajas del sistema bufet libre?igual le hace falta una charlita de esas con zarpazo de advertencia....si no entra en razón ...pues aliate con la cartera y mandalo lejos!!!
ResponderEliminarSi el caso es que me entretiene jugar con él y ver cómo saca de los nervios a la bruja pero tiene el inconveniente de que come mucho.
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Jo tio que faena!! yo siempre tengo mi tarro en la cocina, aunque es cierto que tengo que pedir que me lo rellenen mas de una vez, porque a mis humanos se les olvida... pero eso si picoteo puando me place. Grr Lito.
ResponderEliminarEso hacía yo cuando estaba solo. Ayyyy, qué tiempos aquellos.
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que te dejen una habitación para ti solo medio día y el otro medio día con la comida racionada, sería salomónico!
ResponderEliminarMe parece que tanto despliegue logístico sacaría canas verdes a la bruja.
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