Marameowww!!!
Aparte de las pajitas, la valeriana y el lanzamiento de
pienso, que ya os relaté en capítulos anteriores de mi trepidante vida, tengo
una especial afición por los peluches. Seguro estoy de que, en este momento,
más de uno estáis diciendo “Ohhhh” pero habrá que lidiar con ello, que de vez
en cuando conviene dar una imagen tierna, si eso sirve para conseguir
ulteriores propósitos.
Pues sí, me encantan los peluches; tienen múltiples
utilidades. La primera, y más obvia, sería jugar con ellos lanzándolos por el
pasillo y corriendo en pos de ellos hasta que termino lengua afuera y,
generalmente, hasta que el peluche en cuestión termina con parte de su
esponjoso relleno saliéndosele por algún tajo que yo haya tenido a bien hacerle
con las uñas.
Pero proporcionan, además, otras diversiones menos obvias.
Me encanta llevármelos al comedero cuando quiero comer yo y meto la cabeza del
animalito peluchoso de turno dentro del platito, que uno será lo que será pero
ante todo hay que compartir y que no se diga por ahí que yo dejo a mis
compañeros de aventuras que se mueran de hambre. El tema es que a veces termino
de comer y me olvido de ellos, que se quedan ahí las horas muertas con la
cabeza incrustada en la comida. Este hecho causa especial hilaridad en la bruja
y el consorte porque les parece de lo más tierno que me lleve a mis animalitos
blanditos a comer.
Y ya por último, pero no menos importante, la hora de la
siesta. Cualquier gato que se precie sabe valorar una buena siesta como el que
más pero si a esta siesta le sumas el placer de poder reposar la cabecita en un
ser blandito y mullido, eso ya es el súmmum de la comodidad y el bienestar.
Aquí, nuevamente, casi puedo oír los “Ohhhh”, sobre todo provenientes del
público femenino.
Pues sí. Lo admito. Me gusta dormir con peluches porque en
el fondo soy un ser muy tierno. A ver si os vais a pensar que lo mío es estar
todo el día de morros protestando por todo. No, señor. Yo tengo mis momentos de
acurrucarme, dejar que me hagan mimitos, ronronear a gusto y, cómo no, jugar
con mis peluchitos. ¿O me vais a decir que no estaríais más a gusto en casita
abrazados a un peluchito, con casa, comida y mimitos gratis, que en vuestros
respectivos trabajos? Pues eso, amigos míos, aunque no lo parezca también hay
que currárselo y nada mejor que ganarse el favor de los humanos haciendo esta
clase de monerías porque entre “ohhh” y “ohhh” los días van pasando y yo cada
vez me voy acomodando más pero, como digo, esto es fruto de un arduo trabajo de
lavado cerebral que lleva horas de dedicación. No es cuestión de llegar y besar
el santo. Si queréis ser como yo, también hay que currárselo y, como me caéis
bien, doy consejos gratis a todos los que podáis estar interesados en
conseguirlo.
Prrrrrr.
Pues yo creo que bajo esa coraza de cazador hay un corazoncito tierno... jijiji...
ResponderEliminarBesitos mulliditos!!
Bueno, un poquito, pero no se lo digas a nadie...
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Ay mi Forlancito! Mucho mejor cuando sacas tu lado tierno! Yo prefiero la manta de mami a los peluches. Pero dejaria gustosa que apoyaras tu cabecita en mi y siestear... Aaaiiinnnssss!!
ResponderEliminarLamiditos
Ayyy, con lo que me gusta a mí dormir abrazadito...
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Yo soy de las que no pare de decir ohhhh, pero si es que eres un peluchito XD
ResponderEliminar¿Peluchito, yo? Todo lo hago por cumplir mis perversos planes...
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ohhhh! jajajaja, qué mono!! Mi Ron también hacía eso, sobre todo de pequeño. ahora a veces le da el punto y lleva a su hipo rosa por toda la casa, pero lo de compartir la comida no. la comida de Ron es comida de Ron. Y punto. Que cada uno se gane lo suyo, hombre ya! aunque a veces sí le daba de beber, fíjate. que el agua es gratis, por lo visto.
ResponderEliminarAhora su gran pasión es la pelota de rugby y esa no pide comida. todo ventajas :)
Un besazo!!
Pues yo sí les doy de comer, que tienen que crecer sanos para jugar muchos años conmigo. Agua no les doy. No me importa tanto el tema "hidratación".
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Ohhhhhhh... que ternurita!!!!! :-)
ResponderEliminarOhhhhh. Qué humana ñoña...
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A mí me parece que tu mismo eres un peluchito. A mí me encanta dormitar en el salón con mis mininos bien pegados a mí. Eso sí ¡Sólo en invierno! jajaja
ResponderEliminarEs que en verano tampoco nos gusta a nosotros. Estos días sólo me subo a la cama de madrugada, cuando la temperatura ya ha bajado lo suficiente.
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Luna solo tiene un pequeño ratoncito que pierde con frecuencia, pero cuando lo encuentra me da cada susto, aunque ella es más de pelotas o de bolsas de super para jugar o acurrucarse, vamos todo un anuncio de tarjeta de crédito " para todo lo demás existe..."
ResponderEliminarYo también pierdo todos los ratoncitos y las pelotitas. Cuando la bruja mueve el sofá, de ahí abajo sale de todo.
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Eso jamás. Sé dosificar los momentos ñoños...
ResponderEliminarPrrrrr.
Bien, se llama quid pro quo y se trata de saber dar a quien mucho te da.
ResponderEliminarNo sé si me dan tanto pero bueno, mientras tenga pienso y casa gratis...
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Jajajaja Frolán, eso sí que es un buen lavado de cerebro... me imagino a Alter y al consorte mirándote y babeando jajajajaja.
ResponderEliminarMi Remo hacía justo lo contrario: dormía con el cuerpo dentro de la cama y la cabeza fuera, se ve que era `para igualar temperaturas jejeje.
Besotes.
Si es que los humanos sois muy cándidos. Con cualquier cosita os hacemos babear.
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¡Claro que sí! Cada uno tiene que pelear por lo suyo en este reino de animales. "El peluche como modo de supervivencia" por Forlán. Me pega como disertación :)
ResponderEliminarEso sí, peluchea lo que quieras pero no cantes ninguna canción mientras, por favor. Maullidos y ronroneos como mucho :P
No, hacer el ridículo cantando se lo dejamos a la bruja, que no tiene vergüenza ni la ha conocido.
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Ohhhhhh. Me estoy poniendo al día de las aventuras de Forlán que últimamente ando algo de retraso, y aunque no comente si que voy leyendo poco a poco. Besos para los tres (gato, bruja y consorte... Que esperó este recuperado de la caída del aeropuerto!)
ResponderEliminarSí, lo del consorte fue sólo magulladura. No hubo que lamentar pérdidas...
EliminarRonroneos para ti y para mini-ciruela.
Prrrrr.
Ahhh, ¿estás diciendo que tienes una parte tierna? esto es nuevo.
ResponderEliminarPero con intenciones ocultas...
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Tú lo que tienes es un morro que te lo pisas, machote.
ResponderEliminarTu gemelo se divierte con cosas menos prosáicas, como cazar pájaros y dejarlos espanzurrados por el jardín ¡¡Y me da una grimaaa!! Aparte de penita, claro. :D
Besazo
Yo es que nunca he tenido oportunidad de cazar un pájaro. Esto de ser gato de ciudad me está volviendo un blandito.
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Aaaaaaaaayyyyyyyyyy que te como!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Mis ohhhhhhhh!!!!!!!!!!! han sonado por toda la casa, tengo una sonrisa boba ahora mismo en la cara...el peluchito a comer....cosita más linda!!!!!!!!!
ResponderEliminarMuchos besos, me has terminado de conquistar. Soy tuya!!!!!!!!
¿He logrado poner ñoña a Inmagina? La bruja va a morir de envidia.
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Un peluche jugando con otro peluche...¿Habrá cosa más tierna?.
ResponderEliminarSi es que os tengo dominados....
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A mi madre le entusiasmaba ver a Efi con su Gato(de peluche) al cual tenía despellejado de pisarlo y morderlo, pero en plan cariñoso. Se lo llevaban de vacaciones también, era uno más de la familia.
ResponderEliminarYo no les veo la gracia a los peluches, supongo que como mi infancia no fue tan fácil ni tuve peluches, ahora ya me cuesta ponerme a hacerles fiestas.
Pero lo de compartir la comida ¡me deja pasmao!Si que eres muy tierno, sí.
Es que me parece de mala educación comer y dejarlo con las ganas...
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Jejejeje OOHHHH!!! Que mono! y la fotito del peluche ahogandose en pienso, eh? Que no estas a lo que tienes que estar minino jejejeje. Besito y caricia tras la oreja!
ResponderEliminarCulpa de la bruja, que nunca está atenta. A ver si un día se lo recuerdo.
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Pues tu como mi gatito, que lleva en el morrito su peluche preferido todo el día, donde esta el peluche esta el gatito! También lo lleva al platito de comida, así que veo que muchos lo hacéis...
ResponderEliminarLo que no entiendo es por que mi gato no le ha hecho caso a un nuevo peluche que le compre? Resulta que lo miro con indiferencia y no le hizo caso...
Sois muy caprichosos, no cabe duda, y cuando mas os damos mas queréis.
Un beso!
Ah, pues yo le hago caso a todos. De hecho, si me traen uno nuevo me olvido de los viejos...
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