Marrameowww!!!
En esta vida no todo van a ser vicisitudes y, pese a que la
visita al veterinario implicó dedos en mis fauces, inspección ocular de mis
orejas y hasta termómetros donde nunca me da el sol, el tema de mi ligera
deshidratación ha hecho mella en las escasas conciencias de estos humanos con los
que habito y compraron una fuente.
Es un cacharro enorme. Me hace gracia porque así ocupa más
espacio en la cocina y tiene más superficie a fregar que el platito en el que
bebía antes (a veces), con lo poco que les gustan las tareas del hogar.
Según llegamos a casa, la bruja se leyó las instrucciones
(porque ella se lee primero las instrucciones de cuanta cosa nueva cae en sus
manos, no importando si se trata de un acelerador de partículas o de una
cuchara sopera) y montaron el artilugio. Tras mucho esfuerzo, porque no andan
sobrados de neuronas, consiguieron montarlo y el consorte lo enchufó a la red
eléctrica. Digamos que la potencia del
chorro estaba demasiado alta y empezó a salir agua hacia arriba, mojándolo
todo. El consorte, que a veces parece que está en babia, se quedó mirando el
chorro fascinado y sólo reaccionó cuando la bruja le chilló “¡Pero, ¿quieres
desenchufar eso?!”. Secaron el suelo, regularon la potencia y pusieron un poco
de agua en la parte superior, para que aquello no saliera otra vez despedido.
Yo me partía la caja pensando la de trabajo que les va a dar el invento.
Aquello empezó a funcionar y tengo que decir que me gustó.
Puedo beber de la parte superior, del chorrito que cae hacia abajo o de la
parte de abajo directamente (que es lo más aburrido de todo porque es como mi
antiguo plato, pero en grande). Pero no está mal, la verdad. Eso sí, de a ratos
pillo despistada a la bruja, me subo al fregadero y le pongo ojitos. Ella, por
inercia, me abre el grifo y, cuando ya estoy bebiendo, reacciona y me lo
cierra, cogiéndome en volandas para
ponerme junto a la fuente y decirme “bebe de ahí, que nos ha costado una
pasta”. A ella mi salud se la trae al pairo; lo único que la motiva es el vil
metal.
Otra gracia que tiene es que salpica agua en el suelo, así
que ahora se pasan el día esquivando el charquito de agua que se forma
alrededor y diciendo cada vez que lo esquivan “tenemos que comprar algo para
poner ahí y que no se moje todo”.
Por cierto, si os creías que esto les había servido para
quitar de en medio el platito, os equivocáis. A Munchkin la fuente no le gusta
nada. Se ha acercado un par de veces, el agua le ha salpicado en los morros, ha
decidido que esas modernidades no van con él y se ha ido a beber del platito de
toda la vida, como está mandado.
Para que luego digan que el futuro son las nuevas
generaciones.
Prrrrrr.
El pequeño se resiste a los cambios jaja..
ResponderEliminarSuerte con la nueva adquisición!!! :-)
Es un gato clásico.
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eso tiene que molar, me imagino el chorro formando una línea parabólica. tú que a veces pides que te hagamos sugerencias para trastadas, podrías poner encima la zarpa para que les salpique a los humanos cuando pasen por ahí. ;)
ResponderEliminarSí, para que me moje yo la pata. Vaya ocurrencias tenéis...
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Fíjate si os quieren que ahora hasta tienen que fregar más.
ResponderEliminarBesotes!!!
Eso no es porque nos quieran, es porque son tontos.
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Hola! Lo bien que te lo pasarías viendo como lo montaban, sobre todo cuando el chorro se fue hacia arriba, jajaja. Lo bueno es que te ha gustado y encima tienen que limpiar más, todo bueno para ti, jejeje.
ResponderEliminarBesos!
A mí sí me gusta. Es Munchkin el que no está muy convencido pero qué sabrá él.
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A me me da igual, yo bebo de donde me pille, eso sí, lejos del plato. Mi ama pone cacharritos de agua por toda la casa por si nos da la sed así de repente y no podemos llegar tres metros más allá, y yo bebo del que esté más lejos. Lo del grifo no me motiva de nunca. A la canija sin embargo, le fascina jugar con el agua. No beber, no, que no bebe del grifo, sólo la muerde, le da con la pata y se diverte salpicando todo. Un misterio estos jóvenes.
ResponderEliminarUn cabezazo, prrrrr
RON.
A mí nunca me ha dado por salpicar porque no me gusta mojarme las patas pero como trastada para mojar humanos no debe de estar mal.
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Menos mal que está Munchkin para conservar las tradiciones felinas. Tú eres un modernillo que se encandila con las modas.
ResponderEliminarSoy un gato hipster.
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Jajaja, poco a poco vais ocupando cada vez más espacio en la casa, en breve será vuestra por completo.
ResponderEliminarYo debajo de los platitos(tengo más de uno por ahí repartidos) tengo una especie de bayeta de colores que cambio a diario. Era una descuidada hasta que un día pisé el charquito de noche y me di la culada del siglo, desde entonces soy cuidadosa y no hay ni una gota de agua en el suelo.
Besos.
Con el platito normal no hacía falta poner nada. Nosotros somos muy limpitos. Esto lo moja todo porque ya se sabe cómo son las cosas modernas.
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Lástima que tengas zarpas en vez de dedos y no puedas toquetear la potencia e inundar la casa...
ResponderEliminarMiau!
No tiene tanta potencia como para generar una inundación pero tal vez pueda poner ahí algo para que el chorro caiga fuera de la fuente.
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no hay manera de tener a todos contentos!
ResponderEliminarSi estuviéramos todos contentos esto sería un aburrimiento.
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Qué mimadito estás, Forlán.
ResponderEliminarY luego te quejas de los humanos.
No estoy mimadito. Tengo lo que merece un gato elegante como yo.
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Jo Forlan, cómo te lo montas.
ResponderEliminarResulta que tienes deshidratación y hasta leen las instrucciones y enchufan el aparatito. Te lo montas que no veas...
¿Tienes gatita? Porque me ofrezco voluntaria. contigo se viviría a cuerpo de reina ;)
Besitos felinos.
Pues no, no hay gatita en esta casa. La única hembra es la bruja (o eso dice).
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Vaya gato tecnológico. Un beso.
ResponderEliminarYo estoy muy avanzado para estos tiempos que corren. El imberbe, pese a su corta edad, es más tradicional.
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Ustedes los de cuatro patas, perros y gatos, suelen tener sus caprichos, como tomar de un plato y negarse a tomar de otro.
ResponderEliminarPero que fue divertido leer sobre los tropiezos, los inconvenientes de la bruja y el consorte. Un motivo de diversión más para vos.
Escribís muy bien.
Yo lo hago bien todo. Aquí el lastre es la bruja.
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Hay unas balletas con estampados de tarimas muy aparentes en Leroy Merlin. Es lo que pongo yo debajo del plato de agua de Fantasma y adiós al charquito ;)
ResponderEliminar¿Qué es un estampado de tarima? Aunque, conociéndolos, estos tirarán de Amazon.
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Que las balletas tienen el color de la tarima y así no quedan cantosas en el salón jajaja
EliminarAhhhhh. Si es que todavía no me había echado la 17ª siesta del día.
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Ainnnsss... una foto Forlán!! (yo también soy de leerme las instrucciones pero mi chico nunca. Ying y Yang, como el peque y tú).
ResponderEliminarRascaditas
^^
A ver si logro que la bruja se sacuda la pereza y saque una foto.
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Pues sí que tenéis teclas vosotros.... ni que fuéseis humanos.
ResponderEliminar¿Humanos? ¿Por quién nos tomas?
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Mira tú que eres un bicho consentido ya le gustaría a mi Calixto tener uno de esos artilugios con los que te consienten tus amos. ¡Suertudo!
ResponderEliminarSaludos al minino menor.
¿Consentido? No sabes cómo es un día en mi vida...
ResponderEliminarPrrrrrrrr.