Marrameowww!!!
El otro día me tocó ir a vacunarme. Ya sabéis que no llevo
nada bien eso de ir al veterinario pero lo llevo todavía peor cuando me llevan
entre semana por la mañana porque el veterinario que está en la clínica es un
sargento que pretende que los gatos vivamos bajo un régimen marcial. Que si no
podemos comer de a poco, sino que nos tenemos que zampar toda la ración de una
sentada, que si no se nos puede dar ni una mísera chuche… Con la bruja no se
lleva nada bien porque, cada vez que habla con él, le termina dando una clase
magistral salpicada de términos en latín (dice, por ejemplo, que a los gatos no
se nos puede dejar ad libitum) y le
da un repaso de todas las cosas que está haciendo mal, haciéndola sentir la
peor cuidadora de animales del mundo (tal vez sólo precedida por Glenn Close en
Atracción Fatal).
Pero como, en esta ocasión, el encargado de llevarme era el
consorte y a él no le da tantas lecciones (la bruja sospecha que el veterinario
en cuestión padece de cierta misoginia pero yo opino que ni misoginia ni
ratones muertos; el tema es que no hay más que verle la cara de lerda para darse
cuenta de que hay que explicarle todo hasta la extenuación), me llevó por la
mañana porque era el rato que tenía libre.
El veterinario me vacunó pero como nunca se quedan conformes
sólo con eso, también me hizo un chequeo. Determinó que, aunque no era preocupante,
se me veía un poquito deshidratado. El consorte se extrañó, ya que ningún
veterinario había constatado nunca semejante cosa y, además, bebo agüita. El
veterinario preguntó entonces “¿No será bebedor de grifo?”. Lo preguntó así,
como si ser “bebedor de grifo” sólo fuese comparable a ser ebrio
consuetudinario o como si el consorte le hubiese dicho que fumo.
El consorte confirmó sus terribles sospechas. “Sí, es
bebedor de grifo”. Pues le pareció fatal también. Aprovechó para aleccionar
también al consorte, diciéndole que eso no se podía consentir y que yo tenía
que beber del platito comoestámandadodetodalavidadedios.
De nada valieron las explicaciones de que también bebo del plato pero que si
pillo a un humano por banda le pido agua del grifo (por fastidiar, más que
nada). Según él, es una costumbre malísima que implica que yo me divierta y,
por tanto, hay que erradicarla.
Así que el consorte ahora se encuentra inmerso en la tarea
de comprar un bebedero que tenga chorrito de agua permanente para asegurarse de
que también bebo agua cuando no están en casa. Yo ya bebo agua cuando no están
en casa pero este veterinario le mete el miedo en el cuerpo a cualquiera y como
el consorte es muy sentido, enseguida se pone en campaña para buscar solución a
cualquier problemilla.
Yo seguiré pidiendo agua del grifo porque, si no, no les doy
trabajo y eso sí que no se puede consentir, querido veterinario del mal.
Prrrrrr.
Hola! Aunque pueda tener razón, que no lo sé porque nunca he tenido gato (lo siento, no me castigues, jajaja), no me gustan nada ese tipo de veterinarios que explican las cosas como si el resto fuésemos lerdos... Por cierto, si también bebes del platito, que relación hay en que bebas del grifo y estés un poco deshidratado? Danos una clase magistral, que seguro que sabes más que ese veterinario, jejeje.
ResponderEliminarBesos!
Según dice el veterinario (porque yo tampoco lo entiendo), la posición de la cabeza al beber de lado en el grifo no es la idónea porque no me echo al gaznate toda el agua que debería. Creo.
EliminarPrrrrrrrrrr.
ufff, yo con ese veterinario también me llevaría mal, con lo poco que me gusta la gente pedante. 'ad libitum' suena a libido, aunque igual me estoy colando porque mi latín está muy oxidado, sólo lo di en 2º de bup.
ResponderEliminarbueno, a pesar de todo tus humanos desean lo mejor para ti, y quizá los consejos de ese veterinario sean buenos. aunque se me escapa la diferencia entre beber del grifo y beber del plato, a efectos de lograr la deseada hidratación del organismo felino.
A grosso modo vendría a querer decir que no se nos puede dejar a nuestra bola. Qué sabrá él...
EliminarComo digo más arriba, parece que la clave está en la posición de la cabeza. Ni idea.
Prrrrrrr.
No termino de pillar el problema que hay en beber agua del grifo.
ResponderEliminarLa posición de la cabeza, dice.
EliminarPrrrrrrrrrr.
¡¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarSinceramente yo sigo las directrices del veterinario pero hasta cierto punto, una de mis gatas es adicta a la nata montada y cada día come un poco, y está requetesana, y otro como quesitos de vez en cuando.
Lo de beber...el mayor, el que me ayuda en los jueves reflexivos bebe del tortuguero y de la pecera, el platito lo usa para meter la patita y dejar todo el suelo lleno de agua, y no pasa nada.
Mira que tengo bichos y no tengo ningún bebedor de grifo, eso me falta.
Suerte al consorte en su búsqueda del bebedero con grifo para las ausencias.
Besos.
El consorte es muy de comprarnos de todo. Bueno, y la bruja también. Como no tienen hijos, suplen sus carencias con nosotros.
EliminarPrrrrrrrrrr.
Madre que ciezo, ese es peor que yo ajajajaja
ResponderEliminarEs algo inaguantable. Creo que es en lo único en lo que estoy de acuerdo con la bruja.
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Bebedor de grifo? Pues yo nunca lo he sido. Es que los perros no saltamos tanto como vosotros para llegar a los grifos. Yo bebo lo que me ponen en el bebedero :)
ResponderEliminarLametones!
Tenemos la teoría de que este veterinario es más amigo de los perros que de los gatos.
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Caramba, nuestro veterinario nos es tan tiquis miquis. De hecho, no nos pregunta nada. Un beso.
ResponderEliminarEste es un cansino. No me deja hacer nada divertido.
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Pues a la Mixa solo la vacunamos cuando nació... nos dijeron que siendo un gato de piso no hacía falta tantas vacunas... ¡Y ella está muy contenta! porque lo de viajar lo lleva fatal. Sólo ha ido una vez al veterinario por tema de cristales en la orina y casi le da un infarto a ella, al veterinario por oirla chillar tanto y a mi porque no me dieron piruleta.
ResponderEliminarEn fin... ahora veo que eres un fifi.
Besos de bigotes mauajama
No soy un fifi. Los fifis son ellos, que se piensan que me voy a romper o algo.
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Me recuerda a lo del enemigo del enemigo es mi amigo, o algo así. El veterinario, sin proponerselo, logro que te pusieras de acuerdo con la bruja. Con que es insoportable el veterinario.
ResponderEliminarY a lo mejor los mandonea también a los dueños de los perros.
Tenemos una teoría de que es más amigo de los perros que de los gatos. Y más amigo de los hombres que de las mujeres también.
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Madre mía qué complicado son los gatos!!
ResponderEliminarVosotros, que no nos entendéis.
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Forlán, que te cambien de veterinario, ese es un poco pedante.
ResponderEliminarAunque parece que sabe.
Besos y a seguir pidiendo agua del grifo.
Saber, sabrá. Pero a la bruja la tiene un poco harta. Nos siguen llevando ahí porque si vamos por la tarde no está ese.
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Demasiado tiquismiqui este veterinario... Aunque supongo que lo hará por tu bien, pero bueno... Por un poquito de agua del grifo no creo que te pase nada. Pero bebe también del platito, por si acaso.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es un cansino. Yo seguiré haciendo lo que me dé la gana.
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El mío es totalmente un bebedor de grifo.. ah! Y del inodoro.. porque de su platito no hay caso, yo nunca lo veo.. pero bien que pide tomar de la canilla cuando la abrimos o lo tengo que sacar del sanitario.. en fin.. un gato mañoso..
ResponderEliminarPues según mi veterinario eso no se puede permitir. Es un aburrido.
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tenía entendido que a los gatos preferían el agua corriente que la estancada, qué raro veterinario!
ResponderEliminarEs un hombre muy extraño. Por eso la bruja prefiere llevarnos al de la tarde.
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