Marrameowww!!!
El sábado tocó desparasitación. Como ya sabéis, yo me tomo
mi pastillita sin rechistar y salgo corriendo a que me den mi latita de premio
porque tengo aprendido que, aunque no me guste demasiado, las alternativas son
peores.
Munchkin, que no tiene muchas luces, debe ir al veterinario
a que le den una pastita en la boca porque las pastillas no hay forma de
conseguir que se las trague. Así que, algo que podría hacer en casa con pocas
molestias, se convierte en una odisea de maullidos y gruñidos teniendo que ver
a un “bata verde”, con lo poco que nos gusta eso.
Y, generalmente, cuando vuelve a casa se pasa el resto del
día maullando sin ton ni son porque se pone de los nervios pero esta vez fue
más allá. La bruja le puso su latita de premio y no la quiso; decidió que quería
pienso (supongo que para conseguir que tuviera que tirar la lata a la basura,
como parte de una venganza económica).
No contento con eso, al rato vomitó el pienso (y supongo que
también el antiparasitario). Los humanos ya estaban de los nervios. Sobre todo
el consorte, que es muy sentido para estas cosas; la bruja es más de tomarse
las cosas con calma porque es un ser sin sentimientos. Resulta que el veterinario,
según les dijo a nuestros humanos, había calculado dosis como para siete u ocho
kilos. Sé que el imberbe está gordo pero tampoco hay que pasarse, que no llega
ni a seis. Les había dicho el “bata verde” que no se preocuparan, que el
antiparasitario tiene mucho margen y que no pasaba nada pero, al ver que
vomitaba y seguía maullando, la bruja finalmente llamó telefónicamente a una
veterinaria amiga pidiendo perdón mil veces porque dice que no le gusta abusar
de las profesiones de la gente. Dirá que no le gusta pero bien que lo hace, la
muy irrespetuosa. Es como entrar a un banco y decir mientras amenaces a la
concurrencia con una recortada “no me gusta nada asaltar pero voy a hacerlo,
sabrán ustedes disculpar”.
El caso es que la veterinaria amiga también le dijo que por
la dosis no se preocupara y que si había vomitado una vez era normal también.
Ya más tranquilos ambos humanos, siguieron con sus vidas
tras agradecer profusamente a la veterinaria amiga (ya veis qué clases de
amistades se gastan estos humanos; no son de fiar) pero Munchkin maullaba y
maullaba, desconsolado. La bruja, como no sabía qué hacer con él, se dedicó a
hacerle mimitos en la cabeza, obteniendo como premio un arañazo de proporciones
épicas en el dorso de la mano. La bruja montó su escándalo particular
lloriqueando y diciendo “¿Por qué me arañas? Ay, me duele muchoooo”.
Curiosamente, el imberbe se quedó más tranquilo después de
agredir físicamente a la bruja. El resto de la tarde transcurrió sin incidentes
salvo por la bruja repitiendo cada cinco minutos “Me escueceeee”.
Se ve que el pobre sólo necesitaba descargar adrenalina.
Prrrrrr.
el peso de vosotros los gatos engaña. 5 kilos es lo que pesa, por ejemplo... un saco de arena de gato, por seguir en el mismo terreno, y da la sensación de que pesa un huevo. en cambio a vosotros se os coge muy fácilmente aunque superéis ese peso.
ResponderEliminaren el post de hoy has zurrado de lo lindo a vuestra humana. no te da un poco de pena el arañazo que se llevó? ;)
Bueno, no te creas. Al imberbe sí que cuesta cogerlo, según dicen. Sobre todo porque patalea.
EliminarY no, no me da ninguna pena.
Prrrrrrrrrr.
Hola! Que ojo tiene el de la bata verde, un poco más y le mete el doble de la dosis que le tocaba a Munchkin, jejeje. Por cierto, me imagino tu respuesta, pero cuéntame, que te molestó más los maullidos de Munchkin o los lamentos de la bruja por el arañazo? jejeje.
ResponderEliminarBesos!
Me molestaron más los maullidos porque los lamentos me divierten.
EliminarPrrrrrrrrrrr.
Hoy has estado sembrado, Forlán. Has tenido un par de golpes que me han hecho soltar la carcajada.
ResponderEliminarPues no sé por qué. Yo soy un gato adusto y circunspecto.
EliminarPrrrrrrrrrr.
Pobrete, qué mal lo ha pasado. Pero bueno, ya pasó y hasta dentro de un par de meses no vuelve a tocar. Así que animo tanto a los gatunos como a los humanos.
ResponderEliminarbesos
Si se tomara la pastilla se ahorraría tanto disgusto. Si es que no aprende.
EliminarPrrrrrrrrr.
Ayyyyy pobrecito, con lo mal qu elo pasáis los gatos para vomitar, que parece que se está acabando el mundo.
ResponderEliminarMe solidarizo con la bruja porque ahora tengo un arañazo enorme en la muñeca que me hizo sin querer mi gata preferida, según mi hermana "me intentó suicidar", y según mi hija me he marcado un Hannah Baker(la chica de Por 13 razones), el caso es que la bruja tiene razón, escuece que te mueres.
Besos y enhorabuena por tomar esa pastillita tan bien, nunca estarás parasitado.
Sois unos exagerados los humanos. Tanta historia por un arañazo.
EliminarSeguro que vosotros no os tomaríais la pastilla tan bien, viendo lo quejicas que sois.
Prrrrrrrrr.
La próxima vez que lo lleven a la perrera y lo pongan delante de las jaulas, verás como no maulla jajaja
ResponderEliminarÉste nació en una casa de familia y enseguida lo adoptó la bruja. No sabe como yo lo que es la mala vida.
EliminarPrrrrrrrrr.
jajaj.. eso es lo que yo llamo una venganza felina!!!
ResponderEliminarY parece tonto...
EliminarPrrrrrrrr.
¿Quien te parece más divertido para hacerle burla, el veterinario por exagerado, la bruja por casi cualquier cosa que haga o tu compañero escandaloso maullador?
ResponderEliminarCreo que tu compañero le inculcaste maldad pero no astucia.
Saludos.
El veterinario me parece un imprudente, así que no me hace mucha gracia que se diga. La bruja siempre ganará por goleada pero el imberbe tiene sus cosas de gato con poca astucia que siempre hacen gracia.
EliminarPrrrrrrrrr.
Este Munchkin es muy sensible y también un poco vengativo. Todo es más fácil contigo, Forlán, dada tu inteligencia.
ResponderEliminarPrrrrrrrrrrrrrrrrrr
Si es que no tiene mis genes y eso se nota.
EliminarPrrrrrrrrr.
Pobre minino le han de haber dado una dosis como para ti gato. Bichito.
ResponderEliminarBesos no, digo pfffff
Yo peso menos. Soy una sílfide.
EliminarPues pfffffffffff para ti también