Tal vez alguien piense que me estoy cebando con los anuncios
de coches. Es más, tal vez alguien piense que me estoy cebando con los anuncios
de una marca de coches en concreto pero es que cada vez que sacan uno nuevo yo
me quedo con cara de WTF y tengo la necesidad imperiosa de compartirlo con vosotros.
En este caso, vemos una vista aérea de un pueblecito de lo
más idílico. O eso pretenden hacernos creer porque, si miramos atentamente, se
nota que el pueblecito idílico está hecho por ordenador y consiste en una
iglesia, una casa más grande que el resto, que debe ser la del rico del pueblo
y un montón de casas exactamente idénticas colocadas por filas. Eso sí, con
mucho verde alrededor y un lago al fondo.
Suena “Close to you” de los Carpenters y, en nuestra vista
de pájaro, vemos… pues justamente eso: un pájaro. Una cigüeña, para ser más
exactos. La cigüeña en cuestión, para no faltar a la tradición, porta en su
pico una sábana blanca con algo en su interior. Aterriza y, en la entrada de
una casa, deposita la sábana que oh, sorpresa, resulta llevar un bebé.
La cigüeña se da la vuelta, presta a dar por concluida su
jornada laboral cuando, de repente, ve un coche en la entrada de la casa de
enfrente. Un coche que, si bien no llega a ser un monovolumen, se intuye que es
espacioso. Así que, ni corta ni perezosa, recoge nuevamente la sábana y su
pueril contenido y lo lleva a la casa del vecino, suponiendo que el bebé estará
mejor atendido en esa casa, mientras un rótulo nos anuncia que están dejando
sitio para la nueva generación.
Y si yo fuera la jefa de la cigüeña la despediría ipso
facto. ¿Qué clase de empleado irresponsable deja un paquete en la dirección que
no es basándose únicamente en su opinión personal (o avícola)?
¿Acaso le da igual romper el corazón a la familia sin coche
que esperaba su paquete con ilusión? ¿Y si son unos hippies ecológicos que
querían llevar al bebé en bicicleta o andando, que viene muy bien para las
piernas, o en autobús, que viene muy bien para relacionarse y fortalecer el
sistema inmunológico? ¿Acaso no tienen derecho?
¿Y si la familia del coche espacioso no quiere niños? A lo
mejor se han comprado un coche espacioso simplemente para poder llevar con
comodidad sus bártulos de esquí en temporada invernal.
A mí esto me ha dado mucho miedo. ¿Y si un día una cigüeña
que a todas luces no sabe hacer su trabajo me deposita un bebé en la puerta? ¿A
quién reclamo? Porque no veo que las cigüeñas lleven en las patas un cartelito
con la frase “¿Qué tal reparto?” al estilo del “¿Qué tal conduzco?” que llevan
los camiones americanos, con el número de atención al cliente.
Voy a tener que poner un cartel aclaratorio en la puerta.
Algo como “Prohibido dejar bebés. Responsable: la empresa repartidora”.