El pasado 9 de enero, este humilde blog cumplió siete añitos.
Vale, estoy informando de esto un mes más tarde (ya me vale) y todo se debe a
mi extrema vagancia, lo sé, soy consciente de ello, no me machaquéis ni me
recordéis constantemente que mis días de gloria, si es que alguna vez
existieron, ya han terminado y ahora no soy más que un juguete roto, como una
diva de Hollywood venida a menos, cayéndose de borracha en la barra de un bar
de Sunset Boulevard. Vale, demasiado deprimente esta imagen; salgamos de aquí.
Lo que quería decir, antes de caer en la autocompasión, es
que no quería dejar pasar la oportunidad de agradeceros a todos por aguantarme estos
siete años que llevo escribiendo mis tonterías por aquí. Pese a que las musas
me han abandonado últimamente, tengo esperanza de que algún día regresen y esto
vuelva a ser lo que algún día fue; o sea, la misma porquería pero con una frecuencia
mayor. Ahora que lo pienso, no es tanto que las musas me hayan abandonado sino
que he sido abducida por el espíritu de la vagancia. Tengo unas cuantas
posibles entradas apuntadas en una lista que guardo en el móvil. El problema es
que ponerme a materializarlas me supone un esfuerzo titánico; desconozco por
qué razón. Sin ir más lejos, esta entrada la he dictado a mi móvil, después
enviado por mail y finalmente editado. Y os preguntaréis ¿Para qué? Pues para
no tener que sentarme a teclear. Sí, es muy lamentable pero es lo que hay.
Decía, entonces, que me he escudado en culpar a las musas
cuando en realidad no hay más culpable que mi propia desidia. Espero que esta
situación mejore, ya que me gustaría poder seguir cumpliendo añitos junto a
vosotros y tampoco tiene mucho mérito cumplir años simplemente por mantener el
blog abierto. Lo suyo es cumplirlos porque publicas algo porque, si no, vaya
porquería de blog y de estadísticas y de todo.
En fin, no quiero extenderme mucho; no por no aburriros sino
porque realmente no me apetece extenderme mucho (he aquí la vagancia adueñándose
nuevamente de mí y la sinceridad abrumadora haciendo acto de presencia), así
que no me queda más que agradeceros nuevamente el haber estado por aquí durante
estos siete años (y por la paciencia que me estáis teniendo en esta etapa de
sequía) y esperemos que, de a poco, esto vaya volviendo a su cauce natural y
tengamos Plagiando a mi Álter Ego para rato (o para un ratito más, al menos).