Escríbeme!!!

¿Sugerencias? ¿Comentarios? ¿Quieres venderme algo o cyber-acosarme? Escríbeme a plagiando.a.mi.alter.ego@gmail.com

lunes, 30 de abril de 2012

Oda a mi chaqueta roja


Oh, chaqueta roja, en febrero te compré

para usarte en primavera.

En la percha te colgué

y permaneces a la espera.


Una vez prometí

no comprar más ropa de entretiempo

pero otra vez sucumbí

y las consecuencias estoy sufriendo.


Sigue haciendo frío

y continúa lloviendo.

Me provoca gran hastío

que de risa te estés muriendo.


Tremendo dolor me causa

ver colgando tu etiqueta.

Si el mal tiempo no descansa

a Cuba irás en mi maleta.


Te compré por bonita

a la par que resultona

pero esto no quita

que abrigues menos que una lona.


Algún día llegará el buen tiempo.

No hay que perder la fe.

Seguro que antes del invierno

por ahí te luciré.

P.S.: Perdón a los poetas y poetisas que pululan por la red por este atentado a la métrica y la rima… La poesía nunca ha sido mi fuerte pero mi chaqueta se merecía algo especial, ya que aún no puedo lucirla.

domingo, 29 de abril de 2012

Anuncios Pesadillescos IV: Peligro, peligro


A solicitud de Merengaza, (y porque yo también lo tenía en mente, todo hay que decirlo) procedo hoy a destripar un anuncio bizarro, ridículo y vomitivo a partes iguales.

Lo tenía en la lista de “Pendientes” porque no había podido verlo. Lo escuché, mientras me maquillaba, y le noté un potencial tremendo para formar parte de este tópico pero escuchar un anuncio de la tele, sin verlo, pues como que no es lo mismo. Te pierdes las expresiones faciales, los gestos, los matices…

De seguro conocéis los tests caseros que pueden realizarse para conocer tus mejores días para concebir, en caso de que andes buscando churumbel. Pues bien, la misma marca de estos tests, también ha pensado en las que tenemos menos instinto maternal que un botijo y han sacado algo parecido pero a la inversa.

Se trata de un monitor donde, a partir de un análisis de orina y programando tus fechas y esas cosas, te avisa qué días tienes “vía libre” y qué días tienes altas probabilidades de acabar con un bombo. Se anuncian como la caña de la montaña porque, gracias al monitorcillo, te libras de hormonarte. Vamos, el método de Ogino de toda la vida pero en moderno (me fío menos de eso que de la prueba que me puedan hacer a posteriori con un anillo de oro para saber de qué sexo será mi bebé).

En fin, más allá de si es, o no, efectivo, el anuncio es dantesco. Pongámonos en situación: Parejita sentada en un sofá explicando para tontos cómo va el cacharro.

Ella explica el tema del análisis de orina y que ya no hay que tomar hormonas y lo maravillada que está con su artilugio.

El invento funciona en modo semáforo, según explica ella textualmente: “Si el monitor indica que es un día verde, podemos hacer el amor”

Pero claro, puede estar rojo y ¿qué sucede en un día rojo? Pues el caballero nos ilustra amablemente: “Si el día es rojo, Peligro, wiii, wiii, wiii!!!”, mientras abre y cierra compulsivamente las manos al tiempo que dice “Wiii, wiii, wiii”.

Ehhhhhm. ¿Qué digo de esta frase? ¿Qué puedo añadir a esta perla de sabiduría? ¿Lo de “Wiii, wiii,wiii” es publicidad subliminal para que, ya que no puedes consumar el acto, te compres una consola? ¿A qué viene lo de las manos? Imagino que estará intentando emular unas luces de alarma. A lo mejor las tiene dormidas, qué se yo…

Por último, para rematar la tontuna, el muchacho pavo y enamorado, le pregunta a la muchacha igualmente pava y enamorada: “¿Qué día tenemos hoy”?, se asoma a mirar la pantallita y dice: “Verdeee”.  A lo que ella responde con una sonrisita picaruela y se dan un besito.

Es lo más empalagoso que he visto desde “Los Osos Amorosos”, “Candy Candy” y “El Pequeño Pony”, juntos.  Es tremendo. Te deja en estado catatónico sin dar crédito a tus ojos, a tus oídos, a tus sentidos todos. ¿De verdad los que no queremos ser padres damos esa imagen de imbéciles? A lo mejor es que, como esta empresa se ha forrado a costa de gente en estado de buena esperanza o con pretensiones de estarlo, no quieren levantar iras en su principal público objetivo (o “target”, como se dice finamente en el mundillo) y lanzan un  mensaje en plan “Y para los tontos de baba que no quieren tener hijos, también tenemos un producto”.

Si en el anuncio me hubiese tocado estar a mí, ante la pregunta “¿Qué día tenemos hoy?” aunque el día estuviese verde, hubiese tapado el monitor y le hubiese dicho: “Rojo. Hala, te fastidias por pavote. Ponte a jugar a la consola”.

sábado, 28 de abril de 2012

Décimo premio: Otra vez el que no sé muy bien cómo se llama




Como comprobaréis, dado lo organizadita que soy, estoy dejando los sábados para publicar premios. Este que publico hoy, es de ida y vuelta. Y tan de ida, y tan de vuelta.

El 14 de abril publiqué mi octavo premio, entregado por Eva, de Opiniones Incorrectas y una de las premiadas por mi parte fue Rocío de DeLluvias y Paraguas. El mismo día, ella publicó este mismo premio, que le llegó de la mano de Irene, de Mis Tortuguitas a quien confieso que aún no he leído pero prometo hacerlo en breve y, adivinad quién volvió a ser una de las premiadas. Pues sí, servidora. Hemos entrado en una especie de círculo vicioso de galardones.

Como de bien nacida es ser agradecida, agradezco mucho a Rocío que haya pensado en mí para este premio (y agradezco también mucho las palabras tan bonitas que me dedicó al entregármelo y que no transcribo porque queda feo, si os intriga lo leéis en su blog, que para eso está)  y procedo, a continuación, a contestar las preguntas que, por cierto, me han encantado  aunque, como comprenderéis, esta vez no lo voy a pasar…

1. Una sensación

Ahora mismo, jaqueca y sueño. Si nos referimos a una que me guste… Felicidad.

2. Un adjetivo

Brillante.

3. Una palabra

Libélula (me encanta).


4. Un momento alegre

Casi cualquiera. De todo se puede sacar un punto cómico.


5. Una noticia feliz

Que me asciendan (a ver si la escucho algún día!!!)


6. Una sonrisa diaria

Mi churri, mis gatos, mis brujas, mi madre, mi hermana, mis tíos, mis primos, mi trabajo… Tengo un montón de motivos para sonreír.


7. Un objeto que te recuerde algo especial

Llevo un anillito de oro que me regaló mi tía siendo bastante pequeña (tengo los dedos muy canijos, así que me vale) y otro de plata que me compró mi madre. No es que me recuerden momentos especiales per se pero tengo a mi familia tan lejos que es como una forma de llevar conmigo a personas a las que quiero y que me quieren.

8. Una sorpresa.

Cualquier regalo que me hayan hecho las brujas en algún cumple. Siempre aciertan.


9. Una mirada recibida en un momento concreto.

Uy, qué difícil. No recuerdo un momento en concreto pero sí me gustan mucho las miradas que nos echamos a veces con mi compañera de trabajo, V., que hay veces que, según lo que veamos o escuchemos, nos miramos de reojillo y nos echamos a reír.

10. Un día que te sintieras especial.

Ayer, hoy y seguro que mañana también. Siempre me siento especial.


11. Un pensamiento al ver una foto antigua.

Según la foto. Si es una foto, por ejemplo, de escena costumbrista en el campo, es una sensación preciosa, como un cosquilleo interior. Las fotos de familia, con padre de familia sentado y mujeres de negro a su alrededor, o niñas comunioneras en blanco y negro… Me dan bastante mal rollito, la verdad.

12. Una prenda de ropa que guardes con cariño.

Una cazadora de cuero que me compró mi madre a los dieciocho años. Estaba enamorada de esa cazadora y la usaba para todo (y todavía me vale, toma ya). El cuero está impecable porque es buena y yo soy muy cuidadosita pero no la uso porque tiene el forro destrozado. Me da hasta vergüenza llevarla  a que me lo cambien. Supongo que lo que haré un día es quitárselo del todo y llevarla a que le pongan uno nuevo, para que no vean esos jirones, jajaja.

Pues con esto, y un bizcocho, hasta mañana a las 21:30 (si Blo quiere)

viernes, 27 de abril de 2012

El Destape Literario


CreatiBea, de Vinividivinvi, ha lanzado el reto de sumarnos a este destape literario, para dar a conocer nuestras intimidades sin ningún tipo de pudor.

Como bien es sabido, me molan los retos, así que, aquí me destapo para vosotros:

1. ¿Libro favorito de la infancia?

Me encantaban los del Pequeño Vampiro y el Pequeño Nicolás. (Se ve que me iba lo pequeño…)

2. ¿Qué estás leyendo ahora mismo?

“El Contrato”, de Lars Kepler.

3. ¿Qué libros tienes tomados de la biblioteca?

Ninguno. Me gusta que mis libros sean MIOS. Jajaja. Si en algún momento se me termina la lectura y no he comprado nada nuevo, tiro de una mini biblioteca que tenemos montada en la ofi, donde hacemos nuestros aportes y los libros van pasando de mano en mano.

4. ¿Un mal hábito cuando lees?

No sé si es un mal hábito pero, como algún día me vea alguien, me ingresan al psiquiátrico seguro. A veces me meto tanto en el libro que me encarno en la piel de algún personaje y leo en voz alta sus frases, interpretándolas. Soy una actriz frustrada… No puedo creer que acabe de confesar esto.

5. ¿Cuál es el último libro que tomaste de la biblioteca?

Una biografía de Edgar Allan Poe, pero debía tener yo unos quince años…

6. ¿Tienes un e-reader?

¿Un e-reader es lo mismo que un e-book? De ser lo mismo, no tengo y ya expliqué en este post por qué. De no ser lo mismo, evidentemente tampoco tengo, porque no sé lo que es. 

7. ¿Prefieres leer un libro a la vez o varios?

Tuve una época en que sí que leía unos cuantos al mismo tiempo. Según crecí, se ve que se me fueron atrofiando las neuronas y prefiero leer uno cada vez.

8. ¿Tus hábitos de lectura han cambiado desde que tienes un blog?

No. En absoluto. Tal vez me atrevería a decir que se han ampliado porque antes, desde luego, no leía tantos blogs como ahora.

9. ¿El libro que menos te ha gustado este año (hasta el momento)?

No recuerdo bien si lo leí a principios de este año o a fines del pasado pero, como lo recuerdo con pavor, me decanto por “El Guardián entre el Centeno”. Es el mejor libro acerca de nada que he leído en mi vida.

10. ¿El mejor libro que has leído este año?

El dúo de John Verdon: “Sé lo que estás pensando” y “No abras los ojos”. Me encanta el suspense…

11. ¿Puedes leer en un bus?

Sí, sin problemas. Tengo la suerte de no marearme.

12. ¿Lugar preferido para leer?

Mi camita (como cuento aquí).

13. ¿Qué piensas acerca de prestar libros?

Es una costumbre fantástica. La cultura debe estar en movimiento (eso sí, con “estar en movimiento” no quiero decir “cambiar de manos indefinidamente”. Son de Huelva).

14. ¿Alguna vez escribes en los márgenes de los libros?

Jamás. Ay, qué dolor…

15. ¿Ni siquiera en los libros de texto?

Tampoco. Como mucho, subrayaba con lápiz o hacía unos corchetitos para borrarlos una vez que me hubiese hecho mi resumen monísimo a colorines.
  
16. ¿Cuál es tu idioma preferido para leer?

El castellano. No hablo ningún idioma con tanta fluidez como para captar todos los matices subyacentes que puede haber en cada frase. Entiendo el contenido pero puedo llegar a perder detalles como por qué se utiliza una palabra en concreto y no otra, juegos de palabras… Cosas así.

17. ¿Qué te hace amar un libro?

Que la historia me atrape, que me den ganas de interpretar a algún personaje y que los eche de menos cuando llego al final.

18. ¿Qué te inspira para recomendar un libro?

Más o menos los mismos motivos de la pregunta anterior, aunque para eso tengo que tener claro que la persona con la que hablo tiene, más o menos, mis mismos gustos.

19. ¿Género favorito?

Suspense, novela negra y algo de terror.

20. Un género que rara vez leas (pero que te gustaría leer más).

Creo que ninguno. Si quisiera leerlo más, lo leería más.

21. ¿Alguna vez has leído un libro de autoayuda?

Paulo Coelho, si se lo puede incluir en el género “autoayuda”. Me gusta por cómo escribe pero no lo tomo como un aprendizaje personal. Por lo demás, no, no he leído nada más.

22. ¿Libro de cocina favorito?

¿Libro de qué? Mí no entender…

23. ¿El libro más inspirador que hayas leído este año (ficción o no ficción)?

Ninguno. No suelo hallar inspiración en lo que leo (por suerte, que a ver si me voy a inspirar en los crímenes…).

24. ¿Snack favorito para leer?

Generalmente no como mientras leo. Sobre todo porque, donde más leo, es en el tren y en la cama y en esos sitios está muy feo comer.

25. ¿Sueles estar de acuerdo con las críticas de los libros?

No las leo. Prefiero que los libros me los comenten mis conocidos.

26. ¿Cómo te sientes cuando tienes que escribir una reseña negativa?

Nunca escribo reseñas de libros pero supongo que, si alguna vez empiezo, me sentiré como cuando destripo anuncios. En mi salsa.

27. Si pudieras leer en un idioma extranjero, ¿cuál sería?

Por poder, puedo leer en varios pero, como dije anteriormente, leer tan bien como para captar cada recoveco de la lengua, me gustaría poder hacerlo en inglés y portugués (sobre todo en portugués, que es mi idioma preferido).

28. ¿El libro más intimidante que has leído?

¿Intimidante? No me ha amenazado ninguno, de momento. Jajaja. Si nos referimos a estos libros con los que tienes que armarte de valor para lanzarte a su lectura, diré “It” de Stephen King, porque son casi 1.800 páginas entre los dos tomos y pensé que, como no me gustase… Pero sí me gustó, y mucho. También me pasó algo parecido con “Así habló Zaratustra”, de Nietzsche, no por la longitud sino por la “densidad”.


29. ¿Un libro tan intimidante que te da miedo comenzarlo?

 Vale, había entendido bien lo de “intimidante”. En la actualidad no estoy procrastinando nada por miedo.

30. ¿Personaje de ficción favorito?

Me voy a quedar con dos.

El Principito, por su dulzura y su nobleza.

Jean-Baptiste Grenouille de “El Perfume” por todo lo contrario y porque era un genio incomprendido.

31. ¿Villano de ficción favorito?

Jajaja. Ahora que lo veo al ir copiando las preguntas, CreatiBea ha nombrado a Jean-Baptiste Grenouille en esta pregunta. Qué bueno!!

No sé si alguien conocerá la obra  teatral “Las de Barranco”, escrita en el siglo XIX por el dramaturgo argentino Gregorio de Laferrère. Interpreté (en mis épocas de estudio de arte dramático) a Doña María, la madre, que era mala malísima. Adoré ese personaje.

También me gusta mucho Lady Macbeth, que es más universal y a ésta seguro que la conocéis.

32. ¿Libro que es más probable que lleves a las vacaciones?

Ni idea. Pienso tomarlas en diciembre, así que, vaya que no falta…

33. ¿La mayor cantidad de tiempo que has estado sin leer?

Pues estuve bastantes meses de baja médica y, como no tenía ganas de nada, pues de leer tampoco.

34. Nombra un libro que no pudiste terminar.

El Quijote. Imposible.

35. ¿Qué te distrae fácilmente cuando lees? 

La música, porque me pongo a canturrear (otra gran pasión que tengo).

36. ¿Adaptación favorita de un libro?

“El Nombre de la Rosa” de Umberto Eco. No me quedé con esa sensación de “Es mejor el libro”.

37. ¿La adaptación que más te decepcionó?

“La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera. Amo el libro (creo que es mi libro favorito, de hecho) y la película me pareció infumable.

38. ¿La mayor cantidad de dinero que has gastado en libros de una sola vez?

No lo sé y no quiero saberlo.

39. ¿Qué podría causar que dejaras un libro a la mitad?

Que me aburra. Si al ir llegando a la mitad me está pareciendo un suplicio, lo dejo. Hay que leer por placer. Nunca me fuerzo a leer. Será por libros…

40. ¿Te gusta tener tus libros organizados?

Sí, por supuesto. Si organizo la ropa por colores, imaginaos los libros. Jajaja.

41. ¿Te gusta quedarte con los libros o darlos una vez que los leíste?

Presto lo que me pidan. Pero son míos, míos, míos…

42. ¿Hay algún libro que hayas estado evitando?

“El Código Da Vinci”. Le dieron tanto bombo que me asqueó.

43. Nombra un libro que te haga enojar.

“El Príncipe” de Maquiavelo. Me enferma.

44. ¿Un libro que no esperabas que te gustara pero que te gustó?

“El Perfume”. Según me contaron el argumento, me pareció una chorrada y, ya ves, Grenouille es, hoy por hoy, uno de mis personajes favoritos…

45. ¿Un libro que esperabas que te gustara pero no te gustó?

“El Cazador de Sueños” de Stephen King. Me encanta Stephen King así que lo pillé con ganas pero el rollo aliens me ha dado mucha perecita siempre. También añadiría el "Rayuela" de Cortázar. Me lo describieron como un libro increíble y me pareció un sinsentido con el sólo propósito de que el autor dejara patente su extensísima cultura en tantos y tantos campos.

Ya está. Es más largo que un día sin pan pero me ha entretenido mucho responderlo. Estáis invitados si queréis destaparos también. 

jueves, 26 de abril de 2012

Eres mi héroe

Hoy voy a hablar de Super Héroes. Porque sí y porque me apetece (y porque estuvimos hablando de esto en mi trabajo y la conversación me dio suficiente material para un post).

Analicemos algunos de los Super Héroes más populares: 

Superman

Intenta dar imagen de intelectualoide gafapasta escuálido y algo tímido pero en el fondo es un musculitos vigoréxico vestido de azul y rojo con los calzoncillos por encima de los pantalones (o con la ropa de hacer aeróbic, esta parte no la tengo muy clara) cuya principal afición es levantar trenes y frenar aviones en pleno vuelo demostrando su hombría. Vuela con el puño hacia delante para ir espantando los pájaros y no darse de bruces con ninguno. Es vulnerable a la kriptonita (ahí es nada). 

Spiderman 

Le picó una araña radiactiva y desarrolló una capacidad tremenda para soltar telas (no quiero imaginarme cómo tendrá su casa) haciendo un gesto con la mano parecido al que hemos hecho todos alguna vez cuando nos van a sacar sangre y para pegarse a las paredes como una mano loca (qué recuerdos de aquel juguete pegajoso que hacía nuestras delicias y levantaba las iras de nuestras madres al ver el estado deplorable en el que quedaban las ventanas, los espejos, la tele…). Digo yo que será vulnerable al insecticida porque no he localizado mayor información al respecto. 

Hulk

También fruto de la radiación, este simpático personajillo se pone verde de rabia (literalmente) y se rasga las vestiduras (literalmente). Es capaz de dar saltos kilométricos que hacen sospechar que necesita un buen control antidopping y, muy listo no será, pero es capaz de parar misiles con el pecho. Eso es tener músculos de acero y, lo demás, tonterías. 

El Capitán América 

Paradigma por excelencia del American Way, era una persona de escasos recursos, a la par que enclenque, que fue rechazada en el ejército para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Como solución alternativa, le propusieron ser el conejillo de indias de un científico chiflado que había inventado un suero milagroso que lo convertiría en un tío como está mandado. Lo adiestraron, lo drogaron, lo radiaron (qué manía con las radiaciones), lo vistieron de bandera, le pusieron como unos cuernitos en la cabeza (dicen que son alas pero ¿quién tiene alas en la cabeza?) y él se fue tan feliz a combatir enemigos a diestro y siniestro. La vestimenta no era muy adecuada para misiones encubiertas, todo hay que decirlo. 

Batman 

Este es el que más me gusta a mí. No tiene superpoderes, no le picó nada, no lo drogaron, no recibió radiaciones de ningún tipo y no cambia de color. Viste de un elegante color negro, conduce un cochazo, es rico, se desliza por unos tubos divertidísimos y combate el mal él solito, sin necesidad de anabolizantes. Todo un machote. Tiene un roomate, del que se rumorea que es gay que, a veces aparece y a veces no. En los años sesenta tenía hasta barriguita porque no estaba tan de moda la metrosexualidad y, como era un machote, no tenía ningún tipo de prurito en lucir su pancita cervecera. Batman mola mucho. 

Si nos ponemos a hacer una revisión, así por encima, es fácil comprobar que ninguno de ellos constituye lo que podría llamarse un “mito erótico”. 

Sin embargo ¿qué pasa con las féminas?: Catwoman, Xena, Wonder Woman… Están todas buenísimas y te hacen desearles una muerte lenta y dolorosa a manos de algún villano despiadado. 

Se nota que los cómics de super héroes se crearon pensando en lectores masculinos, ávidos de identificarse con el protagonista y de babear con las mujeres voluptuosas. 

Como nota cultural, agregaré algo que me contaron hace años. El origen de los super héroes, según cuenta la leyenda, coincide con el nacimiento de la burocracia ya que, ante la impotencia que comenzaron a sentir los ciudadanos, surgió la idea del super héroe como personaje capaz de tomarse la justicia por su mano, pasando de impresos, de sellitos y de colas interminables. 

Hala, para que no digáis que nunca os enseño nada.

miércoles, 25 de abril de 2012

Me han hinchado las narices


Antes que nada, aclaremos que esto lo estoy escribiendo casi veinticuatro horas antes de su publicación. Lo comento porque, para cuando sea publicado, ya sabremos si lo que paso a relatar no ha sido más que una mera exageración o, por el contrario, una premonición al mejor estilo Nostradamus.

Presiento que, en los próximos días, voy a tener que decirle a la gente que he estrenado una recién descubierta afición por el boxeo porque sospecho que mi nariz (no muy pequeña, ya de serie) va a alcanzar tamaños insospechados en días venideros. Si digo que ha sido por accidente, nadie me va a creer y ya me imagino a la Policía llevándose a mi pobre churri en plena noche (estas cosas siempre alcanzan un mayor grado de dramatismo si suceden por la noche) mientras yo intento en vano explicarles que él no tiene nada que ver con mi napia gigantesca y amoratada.

¿Quién me va a creer si digo que la culpa la tiene Forlán? (Mi gato, aclaro para los no seguidores del blog, que a ver si me van a llamar de un programa del corazón para que lo cuente. Bueno, si pagan, lo cuento, que total no es mentira… Cada cual puede interpretar, a posteriori, la historia como quiera y yo ya me lo he llevado calentito. En fin, dejo de divagar).

Resulta que mi felinillo tiene una manía tremenda de colarse en cualquier parte en cuanto ve una puerta abierta. Abres el baño, se cuela. Abres la lavadora, se cuela (suerte que siempre miro porque, en caso contrario, ya hubiese tenido el pobre un ciclo completo de lavado, aclarado y centrifugado).  Abres una mochila, se cuela, lo prometo. Y, adivinad lo que hace cuando abres un armario… pues que se cuela.

Al fondo del pasillo tenemos un armario donde obligué bajo amenazas al churri a poner unas barras para que yo pudiese colgar mis abrigos y, debajo, poner mis cajas de zapatos. Mis zapatos tienen que estar en cajas. De otra manera, me da la impresión de que cogen polvo y no puedo consentir tamaño sacrilegio. Tengo, prácticamente, tres armarios para mí solita en casa pero esa es otra historia.

El asunto es que, cuando llegué a casa de trabajar, abrí el armario del fondo para guardar las botas. Me agacho para dejarlas al fondo, porque ese es el sitio de esas botas en concreto. Había un par de cajas delante. No suelen estar ahí, sino más al fondo, apiladas con las demás cajas pero hoy tenía prisa y, como saqué varios pares de botas para ver cuáles me ponía, luego no me dio tiempo a colocar las cajas. Forlán quería colarse en el armario y unas cajas de porquería no se lo iban a impedir, menudo es él. Total, que saltó por encima.

Saltó por encima con tal mala suerte que no calculó bien la altura del salto y me dio con la cabeza en la nariz con todas sus fuerzas (recordad que yo estaba agachada, si hubiese estado de pie me voy con él a un concurso aunque sea con la nariz escayolada). No sabía exactamente a qué se refería la expresión “Ver las estrellas” hasta hoy. Se me revolvió el estómago y todo. No miento.

De esto hace como tres horas y todavía me duele. Como se me hinche, como se me hinche…

Como se me hinche tendré que irme inventando una historia alternativa porque a ver cómo descargo yo mis iras con este animalico tan guapetón. 

martes, 24 de abril de 2012

Pónmelo difícil


No me gustan las cosas fáciles. Lo reconozco.

Me pasa en todos los ámbitos de mi vida. En el trabajo, por poner un ejemplo, cuando me toca algún caso facilito, al principio pienso “qué bien, esto lo termino en un periquete” pero, una vez que está terminada la tarea, me quedo como con sabor a poco, pensando que la cosa se podía haber complicado un poquito más. Cuando, por el contrario, me toca un caso chungo, al principio me acuerdo de la familia de los Reyes Godos pero, una vez que doy por finalizado el tema, me embarga un sentimiento de satisfacción que no se me ocurre muy bien con qué se podría comparar.

En el terreno amoroso he sido siempre así también. Las pocas personas que han caído desde un principio rendidas ante mis encantos, no han despertado el menor interés en mí. Pero, como se hiciesen los interesantes, ahí estaba yo erre que erre hasta alcanzar mi objetivo (no siempre lo he conseguido, no quiero dar una inmerecida imagen de femme fatale).

Leo mucha novela policiaca y de misterio en general. Cuando más me gustan esos libros, es cuando la maraña está bien enmarañada (y el desenmarañador que la desenmarañe buen desenmarañador será), porque me gusta a mí ir elucubrando y pensando quién miente, quién no miente, quién sabe más de lo que dice y esas cosas. En el momento en que me voy acercando al final y las cosas ya están más claras, me quedo como con ganas de que se vuelva a complicar la historia. De que surja algo que dé al traste con todas las teorías y haya que empezar de cero. O sea, que no sé por qué leo esos libros. Debería leer Filosofía, que ahí nunca se llega a una conclusión satisfactoria y podría pasar el resto de mis días pensando, dándole vueltas al tema e intentando dar con la respuesta  a todas las incógnitas. ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Me habré vuelto ya loca o es sólo un preámbulo?

Lo único con lo que me gusta que me lo pongan fácil, es con todo lo que tenga que ver con el manejo de mis deditos ya que, como recordaréis (y, si no, os lo recuerdo aquí), no me llamó a mí la vida por el sendero de la creación artística manual. Como se me enrede una cadenita (o el cable del MP4) sudo la gota gorda y ahí sí que ruego a quien haya que rogarle que las cosas se me simplifiquen, que se abran las aguas del río Habilidad para que yo pueda pasar cómodamente por su cauce.

¿El hecho de que me guste lo difícil me convierte, a su vez, en una persona difícil? Me considero fácil (de llevar, malpensados) pero con matices. Tal vez esa sea la excusa que tenemos todos los de personalidad compleja. No me gustan los follones, como ya he comentado alguna vez pero tampoco es tan simple llegar a establecer una relación personal profunda conmigo. Quiero decir, soy sociable pero  no confiada. Sólo hablo de mis cosas con la gente más allegada y, a veces, ni eso, porque no me gusta tampoco que otros tengan que cargar con mis problemas.

Así que, si queréis hacerme feliz, complicadme la vida. Complicádmela mucho. Que me gusta. 

domingo, 22 de abril de 2012

Anuncios Pesadillescos III: Si no quieres sopa, dos platos


Hoy, realmente, voy a hablar de dos anuncios pero, dado el grado de grima que producen en mí, se fusionan en uno solo.

El primero de ellos, ya no lo emiten (por suerte) y espero que en ningún momento les dé por tener un momento revival.

En la primera escena, un padre y una madre hablan por teléfono. Mientras la madre está en la oficina, el padre se apronta para dar algo de comer a su retoño (lo único que me gusta del anuncio es que, por una vez, parece que el hecho de alimentar a las criaturas no es privativa de la madre). La mujer le aconseja que le dé sopa. Pero no una sopa cualquiera: una sopa con muchísimo pollo, muchísimas verduras y poquísima grasa. Pone un énfasis la buena señora hablando de la sopa que, si le quitas el sonido al anuncio, cualquiera diría que está contando que le ha tocado la lotería o que la han ascendido y ahora tiene el puestazo de su vida y despacho propio con vistas y muebles de diseño italiano. Pero no. Habla de una sopa.

Se ve que la pasión por la sopa es hereditaria porque, acto seguido, cuando el benjamín de la casa se entera de que le toca sopa para comer, salta de la trona y empieza a bailotear con movimientos convulsos (sospechosamente parecidos, por no decir idénticos, a los del bebé de la película “La Máscara”. Hay pruebas gráficas en “Tú Tubo”, por si queréis verlo vosotros mismos).  

Da miedo. Mucho miedo. No me extraña que, cuando vuelve su madre, la alta ejecutiva, y le pregunta a su marido qué tal con la cena del chavalín, éste contesta con una cara mezcla de incredulidad y absoluto pavor “Le ha encantao”, así, sin la “d” que, total, no la necesitamos para nada.

No duró demasiado en antena, por razones obvias. Bueno, rectifico: No duró muchos meses. Verlo dos veces ya es demasiado per se.

Para hacer la suplencia al niño de los movimientos espasmódicos, han contratado una niña un poco más mayor, que debe ser su prima hermana. Baila salsa con una cuchara en la mano, realizando unos movimientos de caderas ajenos a su propio cuerpo que hacen que me chirríen los dientes.

No supera, ni de lejos, al niño saltarín pero cuando aún tienes la primera imagen en la retina y, de repente, te vuelven a torturar con la niña rumbosa, el colapso mental está garantizado y te dan unas ganas locas de emprenderla a patadas con la tele.

Mis ojos, mis ojos… Pobrecitos mis ojos…

sábado, 21 de abril de 2012

Noveno Premio: Premio Dardos




Mo, de Blogueando - de mi Peque y otras cosas - me ha entregado mi noveno premio.

Se trata, en esta ocasión, del Premio Dardos. Me desconcierta un poco porque no entiendo muy bien qué es lo que se premia. Aparte, como soy medio cegata, tampoco atino a ver con claridad qué hay en la imagen. Columbro que se trata de una máquina de escribir antigua pero, dado mi grado de ceguera, bien podría ser un patín echando humo.

Anyway, agradezco mucho el premio, que estas cositas siempre inflan mucho el ego aunque uno no siempre sepa muy bien por dónde van los tiros (o los dardos).

Este no trae batería de preguntas ni nada. Los únicos requisitos son:

1- Publicar la imagen del premio: Hecho (y hasta con explicación “made in Mi álter ego”)

2- Enlazar el blog de quien te lo ha entregado: Hecho también y, por si acaso a la primera no os habéis animado a conocerla (quienes no la conozcáis), aquí la enlazo otra vez.

3- Pasar el premio a otros blogs. No especifica cuántos, así que, como suele ser mi costumbre cuando elijo yo el número de premiados, va para estos tres:

- La Desmadrada de Desmadreando (hace poquito que la conozco y me está enganchando un montón)

- Trax, de Estrellas en los Ojos (que así se le pasan un poquito los nervios intentando descifrar el significado del premio, o explicándomelo a mí, que a lo mejor soy la única lerda)

- Jeza Bel, de Vega, mi dulce de chocolate (para desearle toda clase de éxitos en su nuevo proyecto)

Pues esto es todo por hoy. Mañana, más cositas. 

viernes, 20 de abril de 2012

Uno rapidito


La conversación (Churri, verde. Álter, rosa):

- Chiqui, ¿te puedo pedir un favor?

 - ¿Qué?

- Uno rapidito.

- Venga, va, ponte ahí.

- Ahí, ahí. ¿Eso no está duro?

- Más o menos pero cambia de postura porque estoy incómoda.

- Ay, me dan escalofríos.

- ¿Qué tal va?

- Mucho mejor.

- Me estoy cansando. Es que estoy muy cargada.

- Luego te doy yo un poquito, si quieres.

- ¿Ya estás?

- Sí, me he quedado mucho más a gusto.

El contexto:

Churri con dolor de cuello pidiéndome un masaje. Ruego al cielo que no nos haya oído ningún vecino. Si me empiezan a mirar raro en los rellanos, ya sabré por qué es.

P.S. Dado que, tal como se deduce fácilmente del post anterior, no se me publican las entradas programadas, se cambia la hora de publicación a la que buenamente pueda yo publicar a mano (sobre las 0:00 hs. aprox.) hasta que a Blo se le pase la tontería. 

jueves, 19 de abril de 2012

La organización


Llevo ya dos entradas (no sé si ésta será la tercera, habrá que ver qué tal se porta Blo conmigo) que tengo que publicar a mano porque las programo para las 21:30 pero, cuando entro más tarde, siguen programadas para las 21:30. Sin inmutarse, las jodías.

Lo comenté en el primer post donde me pasó esto, pidiendo disculpas de manera compungida. Algunos me habéis dicho que no me preocupe, que así tiene más emoción la cosa. Yo no diría que me preocupa pero sí tengo que reconocer que me fastidia y mucho.

Hace ya un tiempo, os hablaba de mi obsesión por el orden aquí, así que ya conocéis, en parte, mi grado de obsesión compulsiva. El asunto es que mi tema con el orden va mucho más allá de que me guste ver las cosas en su sitio. No sólo necesito que estén en su sitio. Necesito que estén simétricas y, sobre todo, organizadas. Y aquí es donde llego al punto al que quería llegar desde un principio (vamos, que podíais haber empezado a leer desde aquí. Tengo que controlar mi verborrea para los preámbulos, lo reconozco). No es una cuestión tanto de orden como de organización.

Soy Tauro. Hala, ya lo he dicho.

Como buena Tauro, me aferro mucho a la rutina y, para mí, rutina es tenerlo todo bajo control. Y, cuando digo todo, es TODO. La hora a la que me levanto, la hora a la que desayuno, la hora a la que me ducho, a la que me maquillo, a la que me visto, a la que salgo a trabajar (media hora antes de lo que podría hacerlo, pero tengo en cuenta que el transporte público no siempre es tan organizado como yo) y un largo etcétera. En el trabajo, en cuanto llego le doy un vistazo previo a los correos y los comparo mentalmente con las tareas que podría tener pendientes de ayer. Lo clasifico todo por orden de importancia y por orden de lo que me va a llevar más o menos tiempo y me hago un planning en la cabeza. Si me surge un imprevisto, blasfemo en arameo porque eso da al traste con toda mi planificación mental. Tengo una agenda para el trabajo y otra para casa porque, aunque tengo muy buena memoria, vale más un lápiz corto que una memoria larga. Bueno, con esto creo que os hacéis una idea más concreta. Así que entenderéis que, cuando digo TODO, también me refiero a la hora de publicación de mis posts. Para mí es importante tenerlo controlado y me desquicia que me esté pasando esto. No queda simétrico. Y, repito, me desquicia. Es un hobby, lo sé. No vivo de esto (más quisiera) así que entiendo que debería relajarme un poco pero ver que no controlo algo me saca de mis casillas. Tengo hasta un archivo donde voy guardando todas las entradas (con su fecha de publicación), por si un día mi blog chasca, para no tener que pasar por el calvario de haberlas perdido.

No siempre he sido así. De hecho, de pequeña era muy desordenada y bastante cabeza loca pero, con los años, fui viendo que  el hecho de organizarlo y controlarlo todo me daba mucha seguridad. El problema está en que las manías cada vez van a más, según pasan los años. Lo que hasta ayer me parecía el súmmum de la organización, lo veo hoy y considero que, si aparte de por tamaños, lo clasifico por orden alfabético, ganaré mucho más tiempo.

Y entonces me dan los siete males y comienzo a pensar: ¿Tiempo para qué? ¿Realmente me simplifica tanto la vida el no perder tres segundos más en buscar una camiseta roja entre las fucsias? ¿He perdido realmente más tiempo organizando tanto? ¿Cuando me muera, me presentaré en plan aparición para organizar mi funeral porque no me fío yo del desaguisado que puedan montar otros? (Me cuesta muchísimo delegar, evidentemente) ¿Me estaré volviendo loca? Rectifico: ¿Me estaré volviendo aún más loca? ¿Acabaré como Jack Nicholson en “Mejor Imposible”?

Así que, por el bien de mi salud mental (y de la vuestra, con la chapa que he soltado), espero que Blo sea benevolente esta vez (a ver si pilla la indirecta).

miércoles, 18 de abril de 2012

Ojo-víbora-ojo


A raíz del tema del elefante que puebla medios de prensa y conversaciones de bar y/o peluquería, mi mente (para no variar) comenzó a divagar.

No sería capaz de cazar. Nada. Tanta penita me dan los animales que el sólo hecho de imaginarme con una escopeta en la mano apuntando a un ser viviente me llena de pavor. No obstante, puedo llegar a entender la caza para dedicarla a la alimentación (espero que no se me tiren demasiado al cuello con esto). Quiero decir, si cazas para comer y no por simple placer, estás cumpliendo con una función inherente al ser humano, como tantos animales, aunque también hay reconocer que cazar con armas de fuego es bastante más cobarde que abalanzarte con uñas y dientes sobre tu presa.

Somos omnívoros, así que no comulgo mucho con la idea de que comer animales es una salvajada. Una salvajada es torturarlos. Una salvajada es tener mascotas y mantenerlas en unas condiciones deplorables. Una salvajada es considerarlos inferiores. Alimentarse es una necesidad, no una salvajada. No quiero decir que no respete la decisión de cada uno de comer lo que quiera, faltaría plus…

Todos los párrafos anteriores no han sido más que un prólogo para pasar a mi chorrada del día. Según ciertas teorías, no somos omnívoros. Para rebatir esto uno podría referirse a las pinturas rupestres, donde se aprecian personas persiguiendo mamuts con una lanza pero ¿y si lo que suponemos que es una lanza no es tal, sino un vara para espulgarlos? ¿Y si, en vez de pretender devorar un solomillo de mamut el cavernícola en cuestión andaba persiguiéndolo diciendo “Ven aquí, tontín, que te voy a limpiar un poquito”?

Es como el tema de los jeroglíficos. Se descifran jeroglíficos y nos dicen “Ahí pone que esa es la tumba de Nefertiti”. O no. ¿Y si los símbolos no representan lo que ellos creen? A lo mejor el que escribió el jeroglífico tenía faltas de ortografía o dislexia. Quiso decir “Comprar leche de burra para la cansina de Cleopatra” pero, en vez de dibujar “pájaro-ojo-hombre mirando de lado-víbora-pájaro”, escribió “pájaro-ojo-víbora-pájaro-hombre mirando de lado” y, claro, la lió parda.

Y ahí andan los egiptólogos venga a descifrar, sin saber si lo que descifran es un sinsentido. Y nosotros tragando, en plan turistas desprevenidos e ingenuos, comprando souvenirs y pergaminos con inscripciones que vete tú a saber qué pone ahí. Y, lo mejor de todo, saliendo con la sensación de que hemos aprendido un montón.  A lo mejor la piedra roseta estaba encriptada, en plan código de la Segunda Guerra Mundial.

Y es así como, por culpa de un elefante, acabé pensando en Nefertiti, Cleopatra, los jeroglíficos y la madre que los parió a todos. El otro día me preguntaron si me donaría a la ciencia. Yo me planteé la situación para una vez que esté muerta. Voy a tener que donarme en vida, que de aquí seguro que se saca algo que puede venir bien a generaciones venideras. Debo de tener el síndrome de “Mi álter ego”.

Buuuuh!


Creo en fantasmas. No en los de sábana blanca y cadena al tobillo. Creo en fantasmas humanos.

Hace mucho, mucho tiempo, supe tener un compañero de trabajo que era como Casper pero en aburrido. El hombre decía haberse dedicado a todo tipo de actividades. Diseño de joyas, escritura de cuentos infantiles, fisioterapia… De lo más variopinto. De semejante currículum se podían deducir dos cosas. O bien que era todo mentira y se lo iba inventando sobre la marcha para impresionar o bien que era un desastre como joyero, era un desastre como escritor y era un desastre como fisioterapeuta porque, de lo contrario, hubiese continuado en la senda de alguna de sus múltiples habilidades.

Tenía una necesidad constante de llamar la atención. Cuando hablaba por teléfono con algún cliente lo hacía a voces y hasta se ponía de pie para que todos fuésemos testigos de su labia y admirásemos con envidia contenida su capacidad para la declamación.

Cuando llegabas a conocerle bien, no era mal chico, si eras capaz de soportar un rato sus fantasmadas. Pero aquello costó. Si alguien me cae mal, se me nota y mucho. Con el tiempo fuimos limando asperezas y, el día que se fue, hasta me dio cierta pena (también bastante alivio, todo hay que reconocerlo).

Lo curioso de todo esto es que, quien es un fantasma en su vida laboral, también es un fantasma en los demás ámbitos de su vida. El mundo es muy pequeño y da la casualidad de que, años más tarde, vino a trabajar a nuestra ofi una chica que lo conocía de un entorno no laboral. Me contó, con respecto a él, una de las anécdotas más rocambolescas que he oído en mi vida.

Esta chica tenía una amiga (bueno, tenía más, porque no era sociópata pero para el caso nos interesa una). Una noche, salió con su amiga y se encontraron  con Casper. A  Casper parece que le moló la amiga de nuestra nueva compi y le estuvo tirando los trastos toda la noche. Al terminar la velada, le entregó un papel con su número de teléfono y la siguiente frase “Llámame, preciosa”. Hasta aquí, nada de particular (con la salvedad del “llamame, preciosa”). Lo “chocante” (por no decir completamente patético) fue que,  una vez que la muchacha pudo contemplar el papelito con mejor luz que la que se puede obtener en un garito a las cuatro de la mañana, observó, con gran sorpresa por su parte, que no se trataba de un papelito cualquiera, no. Se trataba de una fotocopia.

¿Se puede ser más cutre? ¿Tantas mujeres tienes a las que invitar a salir que no tienes tiempo de apuntar tu número en una servilleta como se ha hecho toda la vida? No sé, algo más personal.

Pensándolo bien, hasta es comprensible, teniendo en cuenta que Casper tenía más funciones que un robot de cocina. Cuando uno está tan atareado, el tiempo es oro. 


P.S: Pido disculpas por el retraso en la publicación de la entrada (ahora parece que no escribí nada para el martes). "Blo" me ha traicionado y no publicó mi entrada a la hora programada. Muy mal, Blo. 

lunes, 16 de abril de 2012

Siguiente, por favor…


Ayer domingo me dio por pensar en cómo Internet nos ha simplificado la vida en lo que a trámites se refiere.

En media horita hice una transferencia bancaria, pedí cita para renovar el DNI y el pasaporte y presenté mi declaración de la renta.

Hace unos años, hacer todo esto no hubiese sido posible en un solo día. Hoy por hoy, me hubiese dado tiempo también a hacer la compra y reservar unos billetes de avión.

Aún recuerdo la última vez que tuve que renovar el DNI. Seis horas estuve haciendo la cola  (y no exagero, fueron seis horas de reloj), sobre todo porque a mediodía cerraban durante dos horas, de manera que hubo que turnarse para ir a comer mientras esperábamos a que volvieran a abrir. Tiene también sus ventajas, esto, no os vayáis a creer. Trabé amistad con una pareja que iba a sacar el pasaporte, así que fuimos a comer juntos mientras nos guardaban el sitio y, al volver, les guardamos el sitio a los que nos lo habían guardado previamente a nosotros. Se crea un vínculo especial. Seguro que si algún día me los cruzo por la calle los recordaré de aquellas seis horas de mi vida en las que parecía que no había nada mejor que hacer que renovar el DNI.

Era junio, por lo que la experiencia también me sirvió para terminar la jornada con un fantástico bronceado caribeño sin haber salido de Madrid. Tengo la ventaja de que me pongo rojita, sí, pero luego no se me cae la piel a tiras. El rojito va cediendo paso a un tono morenito de lo más sabrosón. Mis mejores bronceados los he conseguido en la cola del DNI y de paseo por el Zoo. Lo malo es que siempre me quedan más rayas que a una cebra. La vez del zoo fue mítica. El hombro izquierdo lucía una raya blanca del tirante del vestido, otra del tirante del sujetador y una tercera en diagonal por el bolsito de bandolera que llevaba. Los pies ya eran algo increíble, porque las sandalias que llevaba tenían una tira longitudinal que atravesaba todo el centro del pie. Pero bueno, el caso es que se me notaba el moreno, qué narices.

Bueno, que me voy por las ramas. Lo que quiero decir es que, si bien por una parte esto de la tecnología nos ha hecho ahorrar mucho tiempo, se ha perdido esta fuente inagotable de anécdotas como eran los trámites de antaño.

Yo propongo que las páginas web para la realización de trámites tengan un sistema de números y un chat integrado. De esta forma, aún podremos seguir disfrutando de la comodidad de nuestro salón pero no perderemos ese mágico proceso de socialización mientras esperamos nuestro turno.

Al terminar el trámite, ya podemos agregar nueva gente al Facebook y hasta quedar para la próxima. Así, el hecho de realizar gestiones se transformaría en una excusa para organizar un evento social. Ya me imagino la ventanita en Facebook con los próximos eventos “Mi álter ego” va a renovar el DNI”. 5 personas asistirán. 8 quizás asistan. 

domingo, 15 de abril de 2012

Anuncios Pesadillescos II: La luz de tus ojos


Procedo hoy con mi segunda entrega de Anuncios Pesadillescos. Merengaza, no me olvido de ese que tenemos a medias pero es que yo tampoco lo encuentro. En cuanto consiga verlo completo, para este tópico que va.

Dado que no encuentro el dichoso anuncio, hablaré hoy de otro, que será por anuncios malos.

El de hoy va de unas gotitas para los ojos. Según reza el anuncio, recuperan el blanco de tus globos oculares. Los motivos que dan para que puedas tenerlos enrojecidos son de lo más variopintos: piscina, fiesta, ordenador, humo… Les falta incluir los porros en las categorías pero supongo que esto no sería políticamente correcto.

El que más gracia me hace es un muchacho que va a una entrevista de trabajo y, casualmente, la recepcionista parece ser que lo conoce de algo, de manera que lo insta a echarse gotitas antes de entrar a la entrevista con unos ojos que denotan a las claras que acaba de salir de un after. Me encanta cómo la chica le da una excusa peregrina a su jefe diciendo que espere un momento, que el candidato está en el baño, de lo cual se deduce que tu futuro empleador no puede saber que te gusta la fiesta pero no hay problema en que piense que no estás lo suficientemente mayorcito para haber ido al baño antes de salir de casa. En eso nos han aleccionado muy bien nuestras madres desde la más tierna infancia, por favor… Los movimientos robóticos del bailoteo en el momento flashback merecen una mención especial.

Si soléis ver anuncios en la tele, habréis notado también que se ve que al chico le salió bien la entrevista de trabajo porque ahora se ha mudado con su novia y anuncian juntos una pasta de dientes. Ojos y dientes blancos a la vez. El próximo anuncio que lo haga de lejía o de detergente.

No sólo me causa pavor el rojo zombi de los ojos del chico (y de todos los que salen en los anuncios de estas gotitas). Creo que me causa aún más pavor el blanco que te muestran después. Vale que me ayudes a restituir el blanco de mis ojos pero ¿me devuelves mis venas, por favor? De tan blancos que te quieren mostrar los ojos de los usuarios, quedan artificiales, como si fuesen ojos de muñeca o de vidrio o vete a saber de qué. Casi que prefiero seguir con los ojos rojos, qué queréis que os diga.

Aparte de todo esto, noto que en el anuncio no hacen una aclaración especial en cuanto a si las gotitas son aptas para el uso en vampiros u hombres-lobo. Me parece una discriminación espantosa, siendo éstos el paradigma por excelencia de ojos enrojecidos. Si yo fuera ellos, plantaba una demanda pero ya. 

sábado, 14 de abril de 2012

Octavo premio: No sé muy bien cómo se llama





El ocho siempre ha sido uno de mis números favoritos y, mi octavo premio, viene de la mano de Eva, de Opiniones Incorrectas, que fue la primera seguidora de mi blog. Ya es el segundo que me entrega así que, muchas gracias, Eva!!!!

No entiendo muy bien qué es lo que se premia con este galardón pero igual lo recibo con los brazos abiertos.

Tengo que responder las doce preguntas de Eva (que se las traen) y elaborar otras doce para pasarlas a seis blogs. Vamos primero con las respuestas.

1.- ¿Prefieres un trabajo dónde ganes más y el ambiente sea malo ú otro dónde el sueldo sea menor, pero que el ambiente es inmejorable?

Prefiero un trabajo donde haya buen ambiente, por supuesto (siempre y cuando el trabajo del buen rollito me permita vivir con un grado mínimo de decencia).

2.- ¿Alguna vez le has arrancado una garrapata a alguien (humano ó no), incluyéndote a tí misma?

Sí, a mi gordi le arranqué unas cuantas porque vivía en la calle y las malditas habían colonizado a mi pobre felino. Una vez que lo llevé al veterinario, las pocas que le iban quedando, se desprendieron solas con un spray que le echaron.

3.- ¿Tienes maña con el matamoscas, ó no pillas una?

Pues, si tengo que decir la verdad, creo que nunca he hecho ni siquiera el intento. Eso de dejar el cadáver espachurrado en la mesa o en una pared me da mucho repelús. Soy más de abrir la ventana y, paño de cocina en mano, invitarla gentilmente a salir.

4.- Si tienes cogida por una mano en un precipicio a tu mascota y en otro a una persona que no conoces de nada, pudiendo sólo salvar a una, ¿cómo obrarías?

¿Seguro que sólo puedo salvar a una? Con todo el dolor de mi corazón, salvaría a la persona. Sufriría toda la vida por mi mascota pero no podría vivir con el cargo de conciencia de haber dejado morir a una persona.

5.- ¿Eres rencorosa?

Muy poco, aunque reconozco que hay un par de personas en esta vida a las que sí les guardo rencor (pero por cosas muy gordas, que conste).

6.- ¿Te huelen los pies?

No, pero porque me los cuido mucho. Pavor me da la idea de quitarme los zapatos y “apestar” (Vaya pregunta… jajaja).

7.- ¿Qué medidas tomarías respecto a los padres de Froilán si de tí dependiera la decisión tras el incidente?

Les prohibiría terminantemente permitir que su hijo se acercase a armas de fuego. Tiene más peligro que una caja de bombas y, además, la caza deportiva no me gusta nada.

8.- ¿Te donarías a la ciencia? ¿Porqué sí ó porqué no?

Claro que sí. Primero porque, una vez muerta, tanto me va a dar lo que hagan con mi cuerpecillo y, segundo, porque con lo rara que soy, seguro que descubren algo nuevo.

9.- ¿Quién crees que fue el mejor presidente de la democracia española?

Felipe González.

10.- ¿Porqué consideras que Miliki lleva tanto tiempo desaparecido?

Tal vez alguien le haya dicho que ya iba siendo horita de dejar de hacer el payaso. A todo esto, Eva, ¿esta pregunta se te ocurrió después de redactar la pregunta 6?

11.- ¿Le darías un beso a Francisco Álvarez Cascos en los morros por 1000 euros?

No me voy a hacer la digna. Me quiero ir de viaje a fin de año así que lo haría hasta por quinientos.

12.- ¿Crees que el copago se debería de llamar repago?

El copago se debería llamar “putada”, sin más.

Ahora toca elaborar mis doce preguntitas.

1.- ¿Cuál es la comida que menos te gusta?

2.- Si te regalasen unas vacaciones, las que fuera, sin importar precio ni distancia ¿preferirías algo sencillo o algo a todo lujo?

3.- Cuando mantienes una conversación con alguien ¿hay alguna actitud de tu interlocutor que pueda ponerte nerviosa?

4.- ¿Conservas algún juguete de tu infancia? ¿Cuál?

5.- ¿Sueles tener bombillas de repuesto o te acuerdas de que hay que comprarlas cuando se te funde alguna?

6.- ¿Le tienes miedo irracional a algo?

7.- En lo referente a juegos de mesa, ¿qué tipo de juegos prefieres?

8.- ¿Cuál era tu asignatura preferida en el cole?

9.- ¿Y la más odiada?

10.- ¿Te gustan más los eclipses de sol o de luna?

11.- ¿Cuál dirías que es tu peor defecto?

12.- ¿Y tu mayor virtud?


Y estas son mis seis premiadas:




Katrina de Una Más… (para que te animes un poquito, guapa)

Key Hunters de Zapato a la Cabeza

Ummu Aisha Al Magrebia de Belleza Halal

Pues por aquí queda la cosa. Un besote y a portarse bien!!!